En el camino de regreso a casa Ren no podía dejar de pensar en las palabras del buitre.

Estaba tan metido en su mundo que en más de una ocasión estuvo a punto de chocar. 

Casi una hora después llegó a su destino con la intención de descansar un poco, después de todo acaba prácticamente de salir del hospital. 

Guardó su motocicleta y cuando estuvo a unos cuantos centímetros de la puerta noto que estaba emparejada. 

"Parece que después de todo, si mataré a alguien está noche" sacó su arma de la chamarra y se dispuso a entrar en su hogar. 

Caminó por el pasillo notando que la luz de la cocina estaba encendida. 

"¡Te tengo!" y de un salto Ren aterrizó en el cuarto apuntando al intruso.

Pero se quedó en blanco al ver a la chica de cabello morado devorando un sándwich. 

Anko dejó de comer para saludar a su amigo de la infancia.

-Bienvenido idiota, por cierto, ¿dónde demonios estabas?, ya es tarde- señaló la chica. 

Algo decepcionado, el jashinista bajo su arma para luego reclamarle a su subordinada.

-¡Maldita loca!, ¿¡por qué estás aquí!?, ¿¡y como rayos entraste!?- 

Anko se rasco la nuca nerviosa, pues sabía que la respuesta molestaría aún más a su jefe. 

-Verás, olvide pagar las facturas de la luz y el agua, así que vine a refugiarme a tu casa, se desde hace años dónde escondes la llave de emergencia jejeje- 

-¿¡Y YO SOY EL IDIOTA!?, ¡YA ERES UNA ADULTA, SE RESPONSABLE CON EL DINERO, CARAJO!- Ren le gritó en toda la cara a su iga de la infancia. 

-Lo-Lo siento- se disculpó la menor. 

Ren respiró hondo tratando de calmarse, ya tenía demasiado en su cabeza como para pelearse con esa insufrible mujer. 

-Como sea, puedes quedarte está noche, solo trata de no hacer ruido, no estoy de humor para juegos- y así el mayor se dejó caer en el sillón de la sala. 

Anko, que conocía a la perfección cada gesto y tono de voz de Ren, sabía que algo no andaba bien, así que se acercó para sentarse a su lado.

-Oye, ¿qué pasó?- 

-¿A qué te refieres?- 

-Es que, tus ojos reflejan una gran tristeza- dijo la menor acariciando la frente del jashinista con ternura. 

Ren no pudo evitar sonreír, a veces subestimaba las habilidades de Anko. 

-Tuve un encuentro con el buitre- 

Eso dejó helada a la menor, ya que se esperaba todo menos esa respuesta.

-Ese bastardo, ¿qué es lo que quiere?- 

-Nada en especial, solo me citó para reclamarme y echarme en cara lo mal que lo traté- 

Anko algo molesta decidió acostarse junto al mayor, cosa que reconfortó a Ren, a pesar del poco espacio que tenían. 

-No dejes que ese tipo te afecte, no eres responsable de su locura o de su obsesión, él decidió no avanzar- dijo la chica. 

-La verdad, yo tampoco le di muchas obsesiones- 

Ambos se quedaron unos minutos en silencio, meditando la situación. 

-Ren, ¿alguna vez lo amaste?- 

El mayor bajó un poco la mirada, avergonzado de su viejo yo. 

-Sabes muy bien cómo era en aquella época, rebelde, problemático, en busca de cualquier emoción, no valoraba nada por lo que no podía sentir aprecio- contestó el creyente. 

-Entonces, ¿por qué el buitre te desea tanto?- 

-Porque en su momento lo hice sentir importante, lo deje conocerme, le enseñe la destrucción y observó en primera fila de lo que era capaz el demonio descendiente del Dios Jashin- 

-Ya veo- Anko no lograba recordar muchos detalles de ese tiempo, pero a su mente llegaron imágenes de cómo ese joven pelirrojo seguía a Ren cómo si su vida dependiera de ello. 

-Él era devoto a mí, cada orden que le di, cada tarea, cada meta que la propuse la llevó a cabo y solo para sentir que por un momento era querido por mi- 

La menor no dijo nada, pues sabía que Ren tenía más confesiones. 

-Lo triste de todo esto, es que el pudo haber muerto entre mis brazos y yo no hubiera sentido nada, odio admitir esto pero el solo fue una diversión, algo que me hizo sentir que no era el único monstruo, pero eso es todo- al terminar de decir eso, el creyente pudo sentir que un gran peso se iba de su alma, tal vez no podía arreglar el pasado pero ya era un gran paso reconocer lo cruel que había sido. 

La chica de los dangos se giró para poder abrazar un poco a su amigo y darle consuelo.

-Si de algo sirve, creo que él también te utilizaba, dudo que todas sus intenciones contigo fueran buenas- 

El religioso imitó a su amiga para poder darle un fuerte abrazo, sintiendo una agradable calidez en su pecho. 

-Lo que más deseo ahora es ser un buen hombre, un excelente padre y un gran amigo- 

-Pero si ya lo eres, todavía no das una como jefe, pero el punto aquí es que lo intentas- dijo la chica con un tono burlón. 

-Muy graciosa, sigue así y te descontare la semana- 

-Tacaño- contestó Anko haciendo reír a su superior. 

-¿Te confieso algo?, eres mi lugar seguro- dijo Ren ruborizando a la amante de los dangos.

-De-Deja de decir tonterías y ya suéltame que si alguien nos llega a ver así pensará mal- Anko trato de separarse del mayor pero este apretó más su agarré. 

-Solo unos minutos más, estoy muy cómodo así- 

-Bien, pero no te acostumbres a esto, solo soy amable contigo porque no tolero el ruido de tus lloriqueos- 

-Jajajajaja yo también te quiero- 

Aquí les traigo el capítulo nwn ❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️esperó les guste.