De una patada la puerta de la oficina fue derribada, dejando a la vista a un hombre de gran altura que parecía estar en llamas gracias a la ira que recorría por sus venas. 

-¡ANKO!, ¿¡SE PUEDE SABER QUIEN FUE EL IMBÉCIL HIJO DE PERRA QUE LE AUTORIZÓ AL CLIENTE UN DESCUENTO!?- gritó Ren con tanta fuerza que asustó a los presentes. 

El mayor estaba por destruir el escritorio cuando se percató de la presencia de Takeo. Poco a poco su semblante se fue suavizando, dándole paso a la vergüenza y el resentimiento. 

-¿Qué es lo que haces aquí?- preguntó el jashinista sin mirarlo. 

El florista al notar la incomodidad en su amigo quiso retirarse pero fue detenido por la chica de cabello morado.

-Yo lo invité a pasar, parecía que tenía algo importante que decirte, ¿no es así?- dijo Anko guiñandole un ojo al menor. 

-S-Si, es verdad- contestó Takeo. 

De mala gana decidió aceptar la compañía del chico de lentes, haciendo que la subordinada de Ren se marchará para tratar de arreglar los negocios del taller.

Una vez solos, ninguno sabía cómo dar el siguiente paso. Aquella noche que empezó con mucha diversión se deformó de tal modo que casi estropea por completo la relación de aquellos dos hombres. 

Hartó del silencio, el menor decidió abrir la boca, lo peor que podría pasar es que Ren lo echará de ahí. 

-Lamento lo que pasó, no era mi intención decir todas esas horribles cosas, estaba asustado y confundido, se que no es excusa para mí comportamiento, pero en serio no supe qué más hacer en el momento- 

Al escuchar eso, el creyente sonrió para después tomar asiento y recargarse sobre el mueble de madera.

-También lo siento, no debí haberte dejado solo, lo creas o no, lograste aturdirme- confesó Ren. 

Takeo quiso volver a hablar pero la profunda voz del fanático lo interrumpió.

-Es solo qué, a lo largo de mi vida solo he besado a tres personas, esa muestra de afecto es muy importante para mí, por eso no entiendo qué fue lo que me orillo a bajar tanto la guardia contigo- Ren dejó caer su cara sobre el escritorio, preocupando al menor. 

Takeo estiró su mano para después colocarla en la cabeza del religioso.

-No todas las respuestas deben de ser complejas y difíciles, tal vez la razón por la cual me besaste es porque te sientes cómodo a mi lado- 

A los segundos el mayor se incorporó, sorprendido por tal descubrimiento. Cerró los ojos tratando de visualizar el sentimiento que lo conectaba con el chico de las flores. 

La calidez extraña que Takeo despertaba en su interior era muy parecida a la compañía del buitre, al amor de su esposa y al apoyo incondicional de Anko. 

"Tiene razón, este sujeto me ha hecho sentir aceptado, es por eso que mi cuerpo reaccionó de esa forma" Ren soltó un gran suspiro aliviado, no estaba loco, solo no era común que alguien lo tolerará.

El mayor soltó una risita contagiando al chico de las flores. 

-Bueno, ya resolví mi crisis, pero, ¿qué hay de ti?, ¿por qué lo hiciste?- preguntó el fanático sintiendo una gran curiosidad.

El florista apretó los labios sintiendo como los colores se le subían al rostro. 

-¡Oh, volviste a ser un tomatito!- dijo Ren picando con su dedo las mejillas del más bajo. 

Cómo pudo, Takeo apartó al jashinista para empezar a explicarse. 

-No te vayas a burlar, pero a pesar de mi edad, yo de verdad creo en el amor meloso, del tipo de cenas románticas, viajes a la playa, días de campo, y creo que cuando comenzamos a bailar en el mar bajo la maravillosa Luna, no sé, me desconecté un poco de la realidad- 

Ren de verdad lo intentó, en serio no quería perder el control, pero por desgracia le fue imposible. Sin poder aguantar más, soltó unas escandalosas carcajadas que inundaron toda la habitación.

-¡REN, MALDITO BASTARDO!- gritó el florista apretando uno de sus puños.

-¡Jajajajajajaja lo siento, es solo que hace décadas que no escuchaba a alguien decir algo tan tierno jajajajaja me encantas jajajajajajaja!- 

Sin más que hacer, el menor se cruzó de brazos esperando a que el jashinista parará su escándalo. 

-Algo debe de estar muy mal conmigo si de verdad te considero mi amigo- comentó Takeo. 

-Definitivamente, solo alguien muy estúpido o alguien demasiado bueno se atrevería a ser camarada de un demonio como yo- concluyó el religioso. 

El chico de los lentes sonrió al ver que todo había regresado a la normalidad.

-Entonces, ¿estamos bien?- 

-Si, claro que estamos bien, adorable tómate- 

"Me parece que ese apodo será permanente" pensó Takeo divertido, era curioso para él como los chicos más cercanos en su vida le ponían sobrenombres relacionados a comidas. 

-Debo que regresar a la florería, te mandaré mensaje por la noche, Black quiere que volvamos a salir, pero está vez a un lugar un poco más cerrado- 

-Está bien, te acompaño a la salida- dijo Ren para sacar debajo del mueble una especie de barra metálica.

-¿Y-Y eso para que es?- preguntó el menor claramente nervioso.

-No te preocupes, tu solo camina- 

Ambos bajaron las escaleras, notando cómo los empleados los miraban fijamente.

Ya una vez en la calle el mayor le dió un abrazo para luego darle un pequeño empujón para que se pusiera en marcha. 

Cuando el chico estuvo fuera de su vista, Ren regresó al interior del taller, apretó con fuerza su arma haciendo que los trabajadores se pusieran pálidos. 

-¿¡QUIÉN DE USTEDES PAGANOS SIN CEREBROS SE EQUIVOCÓ CON LA ÚLTIMA ENTREGA!?- 

Para sorpresa de todos, el demonio no se esperó a que le dieran una explicación, en vez de eso, se fue contra sus subordinados. 

Ahora los pobres corrían por toda la instalación esquivando los feroces ataques de la mamá gallina. 

En una esquina, Kakashi y Anko tomaban café mientras contemplaban la masacre.

-Parece que el jefe recuperó su buen humor- dijo el hombre de cabello blanco. 

-Si, es bueno verlo con tanta energía- contestó la chica dándole un sorbo a su bebida. 

Hace tiempo que no actualizaba está historia nwn ❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨❤️✨espero les guste el capítulo.