Capítulo 29: preguntas.
Lunes, 31 de marzo.
Unas estridentes estocadas en la puerta fueron el anuncio que alentaron a Rebecca a que abriera la puerta principal. Dos oficiales con trajes negros estaban parados del otro lado de la puerta, con una placas en sus pechos.
—¿Usted es Rebecca Shepard? —preguntó el primer oficial, un hombre alto de tez morena.
—Sí, soy yo —asintió la mujer rápidamente mientras miraba a los oficiales.
—¿Podemos pasar? —quiso saber la segunda oficial, una mujer de tamaño promedio con una melena rubia. Rebecca se hizo a un lado y los invitó a pasar.
Eran las ocho de la mañana y Rebecca no había pegado un ojo en toda la noche. Desde que llamó a emergencias diciendo que su hijo estaba desaparecido la ansiedad no la había dejado dormir. Por su parte, Frey seguía durmiendo plácidamente.
—Entonces, según lo que usted le dijo a la operadora, cree que su hijo está desaparecido —habló la oficial mientras tomaban lugar en la sala. El otro oficial sacó un papel y un lápiz.
—Sí, hace casi tres días que no sabemos nada de él y estoy preocupada —expresó Rebecca afligida.
—¿Y si tal vez esta en una casa de sus amigos? ¿A intentado contactar a alguien cercano a él?
—No, la verdad es que Remy no tiene muchos amigos, ¿sabe? Él no es alguien muy social —intentó explicar Rebecca mientras miraba al oficial que tomaba notas.
—Comprendo. ¿Y no hay ningún familiar que sepa, o tal vez pueda saber dónde se encuentra?
—Bueno, la verdad es que no tenemos familiares en esta ciudad, la mayoría de nuestra familia vive al otro lado de la ciudad.
La oficial se quedó en silencio por algunos segundo hasta que volvió a preguntar.
—¿Cuántos años tiene el chico?
—Diecinueve —respondió Rebecca, y los oficiales se miraron entre ellos. La mujer frunció el ceño.
—Entonces es mayor de edad —explicó la oficial mientras miraba a Rebecca.
—Sí, ¿qué tiene eso? —preguntó Rebecca confundida.
—Bueno... —la oficial echó una pequeña mirada a su compañero—. Señora, ¿está segura de que su hijo desapareció?
Rebecca parpadeó perpleja y se quedó quieta por unos segundos, luego de eso explotó.
—¡Por supuesto que estoy segura, señora! Es mi hijo y puedo sentirlo, ¿acaso ustedes tienen hijos? —preguntó Rebecca hacia los dos policías, la mujer negó pero el hombre asintió—. Entonces debería saber el miedo que se siente cuando un hijo llega tarde a casa, o no aparece por ningún lado.
—Comprendemos eso, señora. Pero debe saber que en estos casos donde el chico es mayor de edad se descarta la idea de una desaparición. Tal vez pudo haber escapado —explicó la oficial.
—¿Y no necesitarían pruebas para eso? No pueden descarta algo sin tener pruebas, ¿acaso tienen pruebas de que no está desparecido? No, es verdad, no tienen pruebas de nada. ¿Por qué no mejor van y buscan pruebas de que mi hijo está desparecido? ¿Ah? —Rebecca habló rápidamente mientras perdía la paciencia. ¿Cómo la oficial se atrevía a decir aquello? ¿Que Remy se había "escapado"?
—Esta bien, cálmese, disculpe si la ofendimos, Rebecca —habló el oficial—. Generalmente en estos casos descartamos varias cosas que suceden, pero eso no quiere decir que igual las vayamos a investigar —intentó explicar el policial con voz calmada mientras veía el estado alterado de la mujer. En las escaleras se escuchó como la madera crujió, anunció la bajada a alguien. Todos voltearon a ver de quién se trataba y Frey bajó tranquilamente de las escaleras con una pijama.
—¿Qué sucede aquí? ¿Querida? —preguntó apaciblemente mirando a su esposa que abrió lentamente los ojos. Ella no le había avisado a Frey que había llamado a los policías, prefirió que se enterará de esa manera.
—Los oficiales están aquí. Es por Remy.
La expresión de Frey cambió drásticamente y sus cejas se hundieron, era como si un espasmo de preocupación hubiera invadido su cuerpo.
—Dios, Remy, ¿tienen noticias de mi hijo? —quiso saber Frey angustiado mientras se acercaba a su esposa. Rebecca lo miró lentamente sin parpadear.
—Aún no, todavía estamos haciendo el protocolo de preguntas, cuando logremos hallar pruebas de la desaparición de su hijo añadiremos la denuncia al sistema para poder comenzar la investigación.
—Que sea lo más pronto posible —añadió rápidamente Frey—. Ayudaremos en lo que sea. Por favor, queremos encontrar a nuestro hijo
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