Él también cuenta como amigo | IchiKuu
Género: G.
Tema: Llorar por personaje muerto.
Notas: Aunque ya no use Wattpad, dejo claro que esto va dedicado a Layla_Redfox porque esto es su culpa, en parte(? creo que igual lo habría escrito y se lo hubiese dedicado por ser IchiKuu, solo que mi razón iba a ser la carta de ARB de Ichiro llorando mientras lee y no que también me etiquetara en esta publicación de Es de fanfics en FB que siempre me hace quedar debiendo fics 😂
Desde que forman parte de Mad Comic Dialogue, Ichiro ha adquirido una mayor accesibilidad a los mangas que tanto le apasiona coleccionar. Antes solo podía hacerlo cuando le sobraba dinero luego de comprar lo que sus hermanitos necesitasen. No es que gane más con ellos, sino que Sasara y Samatoki se enteraron de su afición y alguno de los dos —cree saber quién, le falta confirmarlo— le consigue volúmenes de sus historias favoritas. No hay una regularidad en los regalos, simplemente hay días en los que se encuentran con uno nuevo sobre la mesa con una nota donde se lee el nombre del chico. Cualquier otro se pondría celoso, pero Kuukou cuenta con la disciplina para más bien alegrarse por la emoción que eso le causa a su compañero; además, a veces consigue chicle gratuito.
Que su colección crezca significa que lo atrapa leyendo más a menudo que antes. Hay veces en que se le une, aunque lo más recurrente sea que se distraiga en algo más o, si va por una saga impactante, sus reacciones son suficiente para mantenerlo entretenido. En el caso de hoy, por tratarse de uno del que ya ha visto el anime, supuso que no se perdería de nada muy grande si jugaba en alguna consola mientras tanto.
Es tan fácil equivocarse cuando solo existe una manera de acertar.
Lleva unos cuantos minutos escuchando exclamaciones de sorpresa, como si se hubiese olvidado de lo que ocurría y redescubrirlo fuese igual de impresionante que la primera vez. También ha escuchado algunos murmullos, mas no lo suficiente para captar lo dicho. La única razón por la que no había puesto pausa al videojuego es que el nivel está igual de intenso y perder la concentración sería contraproducente, pero eso cambia cuando lo siguiente que oye de Ichiro es que se sorbe la nariz.
—¿Ichiro? ¿Estás resfriado y no me dijiste na-...? —Cuando por fin aparta la mirada de la pantalla, se topa con una escena bastante inesperada: manga en una mano, la otra limpia lágrimas indetenibles. ¿Qué?
—N-no... —¿Y ese ha sido su intento de sonar normal?
—¡Te estoy viendo! —Deja la consola a un lado y se dirige al sofá sobre el que Ichiro está acostado. Se sienta sobre el reposabrazos—. ¿Qué es lo que te he dicho sobre llorar?
Su novio voltea a verlo con un puchero, el ceño fruncido, ojos brillantes en llanto y la nariz enrojecida. Se supone que esto no debería darle ternura.
—Que no debo hacerlo a menos que... —sorbe de nuevo— que un familiar o un amigo muera.
—Entonces, ¿qué mierda se supone que haces? —Señala al manga y a Ichiro con las manos enteras.
—¡P-pero...!
—¡Sin peros!
—¡También es válido! —No le hace caso, prácticamente habla por sobre él—. Ace...
—¿Ace? —Arquea una ceja, pero luego une los puntos—. Oh, ¿es esa saga? —Ichiro asiente con la cabeza y con un sonido afirmativo de su garganta, solo que suena lamentable por el nudo que debe tener ahí—. Entonces...
—Ya murió... —Y, como si fuese una noticia nueva, eso provoca el quiebre de su voz.
¿Es en serio?
—Es un personaje —dice a secas.
—Yo sé. —En vista de que su lamento parece solo estar empezando, aparta el manga y cruza los brazos para hundir el rostro en el hueco que forman.
—Todo el mundo sabe que Ace muere.
—Yo sé.
—Ya viste el anime.
—Lo recuerdo.
—¡¿Por qué lloras como si te acabaras de enterar?!
—¡Porque sigue doliendo! —Vuelve a darle la cara solo por lo que dura su respuesta.
—Y sigue siendo un personaje, idiota. —Por la mínima fuerza que aplica, el golpe al estilo karateca que le da en la cabeza ni siquiera merece ese nombre.
—¡Eso no quiere decir que no cuente como mi amigo también! —refuta, ahora solo dejando sus ojos a la vista. Además de seguir brillando por las lágrimas, han adquirido un tono rojizo.
—¿Ah? —De verdad no puede entenderlo.
Por muy ridículo que le parezca el asunto, su confusión hace que Ichiro muestre la mayor determinación desde que comenzó esto y, aun sin detener el llanto, se acomoda sobre sus rodillas antes de explicarle su perspectiva.
—Un amigo es alguien a quien conoces y en quien confías, ¿verdad?
—Puesto simple, sí. —Cruza los brazos. ¿Piensa convencerlo de que tiene sentido llorar por un personaje?
—¡Le confiaría mi vida a Ace en una situación de riesgo!, y lo conozco por sus apariciones en la historia. ¡Cuenta como mi amigo! —Lleva una mano justo encima de su corazón con fuerza. Es casi cómico que alce el mentón con tanto orgullo cuando está exhibiendo la faceta más patética de cualquier hombre.
—Eso es si fuera real.
—Yo no lo inventé, no existe nada más en mi cabeza, ¡es real!
—¡No te hagas el que no sabe a qué tipo de real me refiero!
—Ah, ¿para qué lo intento? —Desvía la mirada hacia la pared—. Por supuesto que no entenderías el sentimiento de un fan.
—Puedo entender que te duela, no que llores por una muerte ficticia.
—Se siente real. —Hace puchero, todavía sin verlo.
—Ah —suelta un pesado suspiro—. No te estoy consolando ni nada, pero se supone que solo debes llorar por la muerte de un amigo o un familiar porque eso es irremediable. Si es un personaje, simplemente puedes reiniciar la historia una y otra vez y ahí seguirá muy vivo y muy presente.
Voltea a verlo, apenas.
—¿Eso no es como si revisaras un álbum de fotos o vieras videos de alguien que falleció? No va a ser lo mismo.
«Lo intenté». Por lo menos, su discusión parece haberlo distraido lo suficiente como para atenuar su tristeza, porque ahora solo está limpiando el exceso de lágrimas y tratando de controlar su nariz.
—¿Para qué te encariñas con un personaje que todos saben que va a morir?
—Si siguiéramos esa lógica, ni siquiera deberíamos amarnos porque a alguno de los dos le va a tocar morir primero.
—¡Podríamos morir al mismo tiempo!
—¡Eso no lo sabemos! Solo es seguro que tarde o temprano nos tocará.
La sonrisa satisfecha de Ichiro cuando de su boca abierta no termina de salir ningún sonido le da ganas de golpearle. Maldita sea.
—¡No trates de verte tan altanero cuando todavía estás lagrimeando y tienes la nariz roja, imbécil! —¿Acaba de dejarse guiar por un deseo mundano al lanzarse sobre él? Probablemente. Lo bueno es que hace reír al otro.
—¿Quién dijo que un hombre que llora no puede ganar?
—Ajá, sigue excusándote. —Hala una de sus manos hacia él para morderle el antebrazo. No aplica mucha presión, sus colmillos bastan para que se sienta.
—¡Ah! ¡¿Por qué fue eso?! —Aprieta el agarre en la mano que tomó para que lo suelte. Solo lo hace con los dientes.
—Para que recuerdes bien que no me gusta verte llorar ni quiero que lo hagas... a menos que estés picando cebollas. —Ichiro ahoga una risa—. Mucho mejor así. —Le da una palmadita suave en la mejilla con la mano libre y la deja reposar ahí. Sigue húmeda, pero ya no hay más lágrimas nuevas que continúen cruzándola.
—Creo que será más fácil no leer capítulos que me hagan llorar si estás cerca.
—¡Sin trampa, Ichiro! —Vuelve a tirar de su mano.
—¡No! —Siempre ha reconocido su fuerza, por lo que no le sorprende que logre zafarse sin forcejear mucho. Lo deja así por esta vez.
—Poco después se moría otro personaje, ¿no?
—¡Ah, pero la suya es de las muertes más épicas que he visto! ¡No voy a llorar cuando es así! Me pregunto cómo se verá en el manga...
Que sus ojos brillen por su emoción de fanático es muchísimo mejor.
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