Cómo no lidiar con el calor | IchiKuu
Género: G.
Tema: Besar.
Resumen: Ichiro le ofrece beber de su botella a Kuukou cuando se queja del calor que hace en el templo, y bromear puede llevar a cualquiera a volver lo dicho en realidad.
Notas: Esto es una versión muy alternativa de una escena que irá en otro fic IchiKuu que aún no subo acá, así que cuando lo haga (y si lo leen), no esperen algo similar a esto allá.
Siempre que va a un lugar donde sabe que se acalorará, Ichiro toma precauciones para no sucumbir a la temperatura. Puede que su ropa se vea enorme y que lo cubra casi por completo la mayor parte del tiempo, pero lo que tiene en cantidad de tela no le falta en frescura. Eso no es todo lo que hace. Intenta siempre llevar consigo alguna botella de cola o, como mínimo, el dinero para comprarla.
Hoy está de visita en el templo. Es verano, así que no le extraña que, a los pocos minutos de su llegada, Kuukou se quite su sukajan en cuanto entran a su habitación. Por su parte, Ichiro toma un sorbo más de la bebida que adquirió en el camino.
—¡Ese viejo debería aceptar que la tecnología existe y comprar una aspiradora robot! —Se queja mientras se deja caer en su cama—. ¡¿Cómo pretende que limpie todo el suelo del templo así?! ¡Hace demasiado calor!
—¿Quieres? Sigue fría. —Lleva la botella a tocar un costado del rostro de Kuukou para demostrarlo.
—Hm... —Se aparta ligeramente. La mira con los ojos entrecerrados, aunque los termina de cerrar cuando parece haberse decidido—. Bueno, apunta bien. —Abre la boca.
—¿Ah? —Arquea una ceja.
—¿Qué esperas? ¡También muero de sed!
—¡No voy a dártela así!
—¿Qué tiene? —Uno de sus ojos se abre—. ¿O es que quieres un beso indirecto conmigo?
—¡Un-...! ¡Hey! —Percibe el calor concentrándose en su cara—. ¡Esa no era la idea!
Kuukou ríe y se incorpora. Ichiro se siente más allá de observado con su afilada mirada ahora fija en él, por lo que deja la botella a un lado de la cama en un intento por distraerse.
—Seguro que no, pero no estabas rojo del calor hace un minuto.
—Hace más calor aquí. —Desvía su vista a un costado.
—No trates de engañarme, Ichiro, nunca te ha salido. ¿Es que sería tu primer beso? —pregunta con un tono que suena burlón.
—¿No sería penoso que nuestro primer beso fuera indirecto? —habla un poco más bajo que antes, sus manos escondidas en los bolsillos de su pantalón.
—¿Nuestro? —La repetición instantánea de esa palabra lo hace voltear a verlo.
Una ceja arqueada, la otra fruncida, forman un gesto habitual en él, pero la cabeza inclinada a un lado le da un toque de curiosidad que Ichiro no desea enfrentar ahora mismo, no está preparado.
—Ah, b-bueno, no sé si tú ya...
—No, no. —Y, como el mal mentiroso que ambos saben que es, no tiene que terminar su excusa para ser capturado—. Estaba hablando solo de ti. Tú me incluiste.
A diferencia de Kuukou, cubierto en una fina capa de sudor por el esfuerzo hecho antes de su llegada, Ichiro comienza a sentir que sus palmas se humedecen y no es por estar cálidas en sus bolsillos.
—Porque estarías involucrado. —De todos modos, sigue intentándolo, aunque sea revelando la mitad de lo cierto. Es posible que solo esté provocándolo porque es bastante fácil ponerlo nervioso si se trata de romance, pero aún existe la posibilidad de que esto vaya en serio, y si eso lo hace sentir arrinconado, el que Kuukou se levante lo empeora.
—Porque quieres que esté involucrado.
—Kuukou... —Resiste las ganas de retroceder, o puede que las de permanecer a un paso de él estén ganando.
—Eres tan ciego. Te salva que yo no lo sea. ¿Quieres que el primer beso sea directo? —Ichiro asiente con la cabeza, un solo movimiento. Ya no sabe a cuántas personas incluye ahí—. También yo.
El momento en el que comprende coincide con el choque de sus labios. Cierra los ojos, sus manos salen del escondite y se posan ligeras contra la cintura ajena. Apenas ahí se percata de que las de Kuukou se aferran al frente de su sudadera. Cree que la fuerza del agarre es una invitación a que toque con más confianza, así que eso hace.
Cuando se separan, trata de alcanzarlo nuevamente, lo que le provoca un asomo de risa a su... supone que aclararán eso luego, porque incluso se ha olvidado de su sed —o ha cambiado de qué es—, si el que repitan el beso una y otra vez durante los siguientes minutos es alguna indicación de eso. Es probable que se detengan cuando el calor se lo recuerde, entonces se darán la versión indirecta también.
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