Género: M (contenido sexual implícito).

Serie: Kinktober 2019 (Día 10).

Tema: Hate fucking, angst ligero.

Notas: Siendo breve, incluso con la tesis ya entregada, aún estaré algo ocupada hasta que la presente el 29, así que se me atrasaron varios temas ;-;)9 De paso se me ha ido el internet otra vez, así que solo iré subiendo los más cortitos mientras.

No hay sentimientos en esto o, al menos, no los que recuerda. No es que importe mucho, de hecho, da igual. Así es como debería ser ahora. Miedo debería darle si algo más profundo se colara en su interior, aparte de los dedos y más de Samatoki.

No hay sentimientos en esto, solo egoísmo compartido y mutuo. El cerebro primitivo es el que domina durante esos encuentros. Un par de emociones básicas. La ira los lleva a una frustración que deben liberar de algún modo, haciendo del otro responsable de lo que ha originado. No importa, es correspondido.

¿Cómo podría haber verdaderos sentimientos en esto? Los besos que conocía a veces incluían dientes, pero nunca llegaron a abrirle el labio y forzarle a inventar una excusa para la herida. Lo compensa bien; algún trazo de uñas en extensiones de piel normalmente visibles le hace el trabajo. ¿Un gato problemático? Ja, claro.

Si hay algún sentimiento en esto, tiene que ser el odio que declaran tenerse; de otra manera, no se explica la brusquedad de las manos que antes se detenían en lo firme. Se siente bien, no buscaría repeticiones si así no fuera, aun si es vacío. No hay significado. Gruñen y gimotean cual pelea, como si batallaran con los puños o con sus micrófonos; pero no hay ropa que amortigüe los daños en lo más mínimo ni la consciencia suficiente para dar con buenas rimas.

No hay sentimientos en esto o, al menos, de eso quiere convencerse Ichiro. No le puede dar tan igual si cada vez se llena de más nostalgia. Así no debería ser ahora. Miedo le da que, en la profundidad, halle lo que ya creía superado.

No hay sentimientos en esto, se repite. Las emociones no deberían existir en lo que hace solo por satisfacer a su cuerpo, pero ahí están, extrañando al tiempo en que lo correspondido era causa de sonrisas bobas y miradas capaces de derretir cualquier barrera.

¿Cómo no habría sentimientos en esto? Con cada beso sin cuidado, compara cómo solía robarle el aliento sin que la sangre fuera directamente visible. Los pretextos iban por las marcas de labios posesivos o firmeza prolongada en piel sencilla de amoratar. ¿Caídas, pleitos? Hm, por supuesto.

Si hay algún sentimiento en esto, quizás sea la negación de un par de tercos. Si caen en la repetición, es porque algo les gusta de jugar a este cascarón de lo que fue. Se siente bien, pero ¿no sería lindo rellenarlo de a poco hasta que sea jugoso nuevamente? Que recupere el significado. Que las palabras afectivas, a veces sucias, regresen a la escena donde terminan agotados y que, aun desvestidos, vuelva el momento en el que con solo los brazos del otro a su alrededor se sintiesen con la más formidable armadura.

No hay sentimientos en esto y —tal vez solo sea él— desea que no fuera así, pero no es capaz de detenerlo por una emoción que, para las hormonas conformistas, es indiferente.