JAKE

En toda mi vida he tenido la oportunidad de rodearme de muchas personas, desde clichés andantes hasta gente realmente sorprendente, y nunca había conocido a alguien tan obsesionado con el significado de las palabras como Maddison O'Brien, decía que enriquecer el lenguaje ayudaba a enriquecer el espíritu. Me reprendo mentalmente al pensar en ella en tiempo pasado, como si se hubiese marchado para no volver, pero tiene que regresar porque haré de nosotros un lugar seguro en el cual siempre encontrará la paz sin importar lo que pase.

Como decía, un día mientras la empujaba en los columpios de un parque para niños pequeños me contó sobre la armonía:

"— En la música puede ser conjunto de acordes que se tocan como acompañamiento de una melodía, pero prefiero su significado para la vida: equilibrio, concordia y entendimiento entre dos o más personas, proporción y correspondencia adecuada entre las diferentes cosas de un conjunto."

Una vez dicho eso sus ojos se clavaron directamente en los míos para luego besarme con una sonrisa en los labios y comprendí que ambos vivíamos en armonía, sabíamos complementarnos, no teníamos un título pero éramos completamente conscientes de que no necesitábamos un nombre porque estábamos marcados en el corazón del otro.

Hace muchos años, cuando vi a Astrid desvanecerse en aquella camilla de hospital entre mis brazos, me prometí que no me acercaría a una mujer de manera romántica a menos que lo que sintiera fuera realmente amor, con tan solo once años descubrí que no quería hacerle daño a ninguna persona porque quien había sido la dueña de cada uno de mis latidos se había marchado sufriendo y llevándose una parte de mi alma consigo.

Acaricio el marco de la foto que permanece junto a mi cama viendo a la pequeña con el pelo suelto encaramada en mi espalda y sus brazos envolviendo mi cuello. Sus ojos, de un gris más claro que los míos, brillaban con tanta  felicidad que hasta una cámara fue capaz de captarlo.

Nadie estaba preparado para ver a alguien tan lleno de vida como Astrid siendo arrastrada por la muerte. A sus cortos seis años le descubrieron leucemia linfocítica aguda, resulta que es el tipo de cancer muy común en la niñez y ocurre cuando una célula de la médula ósea presenta errores en el ADN.

¿Cuál fue el verdadero problema? Que nuestros padres viajaban demasiado como para notar como un pequeño cuerpo lleno de recientes hematomas, dificultad para respirar, sangrado de las encías y pérdida constante de peso estaba muriendo frente a nuestros ojos.

Así es, Astrid Morton era mi hermana y murió a los seis años porque en nuestra casa sobró dinero pero escaseaba la atención, para cuando pudimos darnos cuenta era demasiado tarde, las quimioterapias eran las encargadas de alargarte un poco la vida pero se perdían completamente las esperanzas de curarla.

Aún puedo visualizarla calvita, demasiado delgada, con manchas rojas en la piel y sin perder la sonrisa. Estaba muriendo, ella sabía que estaba muriendo y no dejó de decirme nunca que tenía que sonreír, que no podía estar tranquila sabiendo que yo estaba triste.

Solía hacerme chantajes para que la llevara al parque a comer helado y jugar a las escondidas, tocábamos timbres y corríamos a toda velocidad, la enseñé a montar bicicleta, patinar, nadar y ella a mi a combinar los vestidos de sus barbies, hacíamos fiestas del té con todos sus peluches y siempre le cantaba para que se durmiera, por eso me mantuve sin cantarle a nadie más, porque el día que su vida se detuvo en mis brazos yo le cantaba una canción de cuna.

Los ojos me pican de recordar como su manita se apretaba en la mía por las pesadillas que le causaban los sudores nocturnos ligados a la fuerte medicación, ella se merecía vivir pero también se merecía paz, su enfermo organismo había lidiado con mucho y al menos abandonó este mundo sintiendo la presencia de su familia cerca, es triste que su hija más pequeña haya tenido que morir para que apreciaran las vidas que habían concebido.

El día en que mi Astrid se marchó sentí como una herida recorría todo mi pecho, aún lo recuerdo y me derrumbo sintiendo como lágrimas gruesas recorren mis mejillas dejando rastro del ardor tan fuerte que me causa no haberla podido salvar. Sin dudarlo hubiese preferido irme yo si eso significaba que su sonrisa seguiría alumbrando el mundo, pero la vida es jodida y siempre se lleva a los más fuertes.

Perdí a mi hermana, no puedo perder a Maddie, no pude hacer nada por proteger a la niña de mis ojos así que me encargaré de ser el escudo que libra de todo lo malo para a la mujer de mi vida.

Me sorprendo a mi mismo pensando en Mad de esa manera, quizás estoy siendo intenso pero cuando recuerdo su sonrisa, sus besos, sus datos interesantes sobre la historia, la profundidad de sus pensamientos y sus sonrojadas mejillas siento que es todo lo que está bien, que después de tanto tiempo al fin encontré la armonía, que ella llegó para traer consigo la paz que me habían arrebatado hace años.

Antes de que pueda notarlo ya voy camino a casa de Maddison para sumergirme en el olor de su cuarto tratando de encontrar nuevas pistas, los policías ya revisaron y hallaron varias huellas dactilares que mandaron a escanear para dar con el dueño de ellas.

He desarrollado cierta confianza con los padres de mi coyote, ambos trabajan por lo que me ofrecieron una llave de la casa para que pueda venir a meterme en su habitación siempre que lo desee, supongo que son conscientes de lo mucho que la necesito justo ahora.

Ha pasado un mes, un mes sin sentir sus labios, un mes sin recorrer su cuerpo con mis manos, un mes sin hacerla reír, un mes sin tratar de hacerle ver que es la única persona capaz de aportarle luz a mi vida luego de vivir siete años de ella en una profunda oscuridad.

Reproduzco "Can't Help Falling in Love" de Elvis Presley en los altavoces de su cuarto porque oírla me recuerda a todo lo que siento y no he podido expresar.

🎶 Take my hand
Take my whole life too
For I can't help falling in love with you
For I can't help falling in love with you🎶

La canción llega a su final y es cuando me percato de unos pasos en el pasillo, supongo que los señores O'Brien acaban de llegar pero quedo petrificado en el umbral de la puerta  en cuanto veo a un hombre, alto, de unos cincuenta años apuntándome con una pistola.

— ¿Con que tú eres el noviecito que insistía por conocer mi existencia?— ríe sarcásticamente—. Pues parece que seguirá siendo nuestro secreto.

Y dispara.

La bala impacta contra mi estómago, obligándome a caer de rodillas contra el suelo, el dolor es tan insoportable que me marea, la sangre mancha mis dedos, mi vista se nubla lentamente y lo único en lo que puedo pensar es en que no le dije a Mad que la quería, ni a Kol que ha sido el mayor apoyo todos estos años, ni le he puesto flores a Astrid. Al menos toda la armonía que he perdido no se siente tan ausente porque todo en este momento se va desapareciendo con la llegada de pesadez a mis ojos.

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SI TE HE FALLADO TE PIDO PERDÓN DE LA ÚNICA FORMA QUE SÉ: actualizando iwsjksjsk.

No me hago responsable de lo que puedan sentir hacia mí en este capítulo, yo siempre los querré.