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21 | Encrucijada

Dan Reinsd

     En compañia de Aristell continúe con mi misión. Nos encontrabamos sobre una gran meseta; la vista era realmente impresionante, los escasos rayos del sol poniente en el cielo naranja en el horizonte aún iluminaban la gran ciudad a pocos kilómetros de donde nos enctrabamos. 

     Me preguntaba como habían sobrevivientes del Frío Eterno aquí, al parecer ellos llegaron de Fhensel el día en el que comenzó el ataque Reapers, pero esa solo era una suposición mía. 

     —¿Esa muchacha... Daewinm, crees que la encontraras si la buscas aquí? —Aristell, no parecía muy entusiasmada. 

     —Dudo que haya otro lugar en todo el planeta en el cual buscar. 

     Volamos hacia la ciudad, y desde lo alto de un edificio, alcanzamos ver las concurridas calles, personas viviendo sus vida de tal modo que en sus sonrisas era evidente su desconocimiento sobre la crueldad de este mundo. 

     Muchas de ellas estaban siendo acompañadas por hadas, así que al andar con una no sería muy excéntrico si quisiera pasar inadvertido. 

     Volé hacia un callejón, parte de mi armadura se cubrió con una capa de tela blanca que generó gracias a su capacidad de camuflaje. 

     Pasaba entre la multitud, evadiendo a veces para no chocar de hombros con las demás personas. 

     —¡Fruta madura, producida desde la tierra, 100 % natural, nada de fabricación por impresión cuántica! —Un vendedor al lado de su puesto de frutas pregonaba su mercancía. Parecía joven, todos a mi paso aparentemente eran jóvenes. 

     —¿Dan, no tienes hambre? —Escuché a Aristell preguntar mientras volaba a mi lado. 

     —No.

     —¿Por qué eres tan seco, y frío?

     No necesitaba distracciones, aún no entendía por qué esta pequeña criatura me seguía. No me molestaba su estancia a mi lado, me sentía agradecido por su ayuda y seña de constante preocupación hacia mí. 

     —Necesito preguntarte algo Aristell. 

     —Pues... dime —respondió con una voz notablemente dulce. 

     —¿Te sientes segura al acompañarme a todas partes? 

     —Si, "eres la persona más fuerte que he visto". —Sin percatarme sus palabras evocaron en mi un triste recuerdo, un recuerdo decepcionante—. Aún no sé el motivo, pero tengo el presentimiento de que debo permacer contigo. 

     —Quizás ese presentimiento te termine matando. No se hacia dónde estoy caminando pero te puedo asegurar que es hacia el fondo de un abismo —sentía ser repetitivo en cada una de mis palabras pero no quería ver el escenario en el que alguien sercano a mi terminaría muriendo como sucedió la última vez—. Cuando mi batalla comience, peleare sin la idea de que devo cuidar la espalda a alguien, así que...

     —Si quieres que me vaya solo dilo —Aristell protestó con tristeza. 

     —Gracias por hacerme compañía, —la miré y ella se detuvo, supo que ya no podía acompañarme. 

     —¡Fue un placer Dan Reinsd! —Sus pequeños y bellos ojos color esmeralda resplandecieron, mientras que el brilló que expulsaba desde sus cristalinas alas desaparecian. Supe que disimulaba su tristeza con una sonrisa—. Ten un bonito día, Soñador #2311.

     Di la espalda y continúe con mi camino. Me encontraba al frente de la terraza de una gran casa. Habían muchos jóvenes, al parecer celebrando algún tipo de conmemoración. 

     —Nunca te había visto por aquí. —Un caballero que se encontraba a un lado se acercó a mi—. ¿De qué distrito eres? 

     Lo miré imponiendo toda mi fuerza en su mirada, no pudo hacer nada más que dar un paso hacia atrás mientras dejaba escapar sudor frío por los poros de su rostro. 

     —Simplemente no arruines la celebracion —dijo, con su amilanada voz. 

     —Solo voy de paso.

     Me acerqué a un extraño árbol frutal, gigantesco, sus ojas eran blancas y pequeñas. 

     —Han pasado 20 años desde que dejamos nuestro planeta origen en decadencia y llegamos a este nuestro nuevo hogar lleno de calidez —dijo una chica sobre el tronco del gran árbol mientras sostenia una fruta blanca similar a una manzana. Delante de los demas jovenes. 

     Daewinm, no la lograba ver por todo el lugar, caminé por el tronco del árbol intentando alcanzarla con la vista, sabía que se encontraba serca.

     "¿Cuánto cambiaste durante este tiempo?" Sentí curiosidad. 

     Miré al frente la mano de una chica extendiéndose una manzana en un gesto amigable. Tras pensarlo un momento tome la manzana, y la mordí solo por curiosidad al querer conocer su sabor. 

     Miré a la chica con detenimiento, vestía unas ropas de color blanco muy finas, sus orejas al igual que las mías eran alargadas. 

     Era realmente hermosa, una belleza sin igual. Sin darme cuenta la tenía al frente la había encontrado. 

     —Daewinm. —Ella dejo escapar una nostálgica sonriza. 

     —No tendrías por qué haber venido —dijo aunque alegré, lamentándose de mi presencia. 

     —Nunca me dijiste tu nombre. 

     Escuche una voz familiar, que reencarnó en mi un resentimiento de ira y sed de venganza. 

     A mi derecha se encontraba Azasell, mi intención asesina movió cada célula de mi cuerpo. Por si sola mi mano dominante agarró a una velocidad abrumadora la espada verde en mi espalda, una vez desconectada del sistema de anclaje que la armadura le deje caer el peso completo de ella encima suyo; empleando una fuerza de tal magnitud que expandí gran parte del tronco del árbol debajo de nosotros, de donde se levantó una cortina de vapor.

     —Cometes un error —El vapor se disipó, Azasell detenía mi espada con la suya—. ¿Vienes a destruir todo lo que construí? —Preguntó mientras observaba el pánico de los jóvenes espectadores que miraban con atención y asombro lo que sucedía. Muchos de ellos solo se alejaban.

     Yo continuaba ejerciendo una exorbitante fuerza con mi espada sobre la suya, si el no hubiera opuesto resistencia a mi ataque todo este lugar en este momento fuera un punto negro en el mapa. 

     Miré Daewinm ella se encontraba a decenas de metros tirada contra un trozo astillado que se desprendió del tronco cuando lancé mi ataque. Parecia herida al agarrase con fuerza su brazo izquierdo mientras mostraba una expresión de sufrimiento. 

     "¿Qué estoy haciendo?" Me estoy dejando llevar por mis emociones, esas emociones, le hicieron daño a quien vine a rescatar... Viéndola a ella no pareciera como si necesitara ser rescatada de nadie, fuy un estúpido" Dudé en mis pensamientos, miré a Azasell aún enfurecido—. ¡¡¡Pasé lo que pasé te mataré!!! 

     —1260 hojivas nucleares están apuntando cielo en este momento —aclaró Azasell al contraatacar mi espada, expulsandome a varios metros—. El crucero terrícola que se aproxima a este planeta puede desaparecer en un par de segundos, eres tu quién lo decide. 

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