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17-seventeen

SeokJin había luchado sobre si responder ese dulce y precipitado beso, pero no pudo. Sus labios no se movieron. Así que suavemente empujaba a Jungkook lejos de él, conectaba sus ojos a los bonitos brillantes del menor y su mano subía para acariciar su mejilla. Los ojos de SeokJin ardían y le costaba pasar el nudo en su garganta.

—Eres precioso —susurraba a Jungkook—, pero no debiste hacer eso

—Lo lamento, Hyung... —exclamaba sin fuerza—, yo solo quería besarte una última vez. Lo siento

—No digas eso, y no necesitas disculparte —respondía. SeokJin seguía cerca, acariciando aquel bonito rostro y repasando la palabras recientemente mencionadas por el menor—, gracias —soltaba.

Jungkook arrugaba su ceño—. ¿Por qué me agradeces?

—Mi amigo me dijo que ambos estaban preocupados y que lo pusiste en su lugar —reía divertido.

Brindaba a Jungkook el vaso de agua que le había pedido segundos antes de ser besado. Se sentaba más cómodo y le sonreía.

— ¿Te duele algo? —preguntaba con inocencia el pelinegro.

SeokJin suspiraba.

—Creo que me duele el corazón, pero por haber recordado —respondía.

—Lo extrañas mucho ¿cierto? —mencionaba con voz afligida.

—Cada jodido día desde su partida —SeokJin agachaba el rostro y sorbia su nariz.

No quería llorar frente a Jungkook.

El pelinegro frente a él se sentía con tantas ganas de abrazarlo y consolarlo. De borrar los malos recuerdos para que Seokjin dejara de verse tan frágil como en ese momento.

—No necesitas irte... —susurraba, volviendo nuevamente al tema.

—Lo necesito

— ¿Para qué? —cuestionaba Jungkook—. ¿Para seguir revolcándote en tu soledad? No tienes que seguir así...

—Tú no entiendes —susurraba Seokjin.

—No, no lo hago. No tengo ni mierda de idea lo que debe ser perder a alguien que amas, pero la forma en la que te ves ahora no creo que tampoco sea sano —mencionaba—. Y no estoy haciendo alusión a tu pre infarto

— ¿Eres jodidamente directo, no?

—Mucha gente me detesta por eso, Taehyung te lo dijo la primera noche con nosotros. No tengo filtro —exclamaba—, aunque... —su voz vacilaba.

— ¿Aunque? —replicaba Seokjin, buscando la mirada de un jungkook que tenía la cabeza agacha.

—No quiero que te enojes conmigo por lo que dije —un bonito puchero se hacía presente y Jungkook se veía tan dulce. Posiblemente la primera vez que lo veía tan apacible y dócil.

—No podría hacer eso —sonreía en dirección al menor.

—Ahora entiendo cuánto lo extrañabas —mencionaba Jungkook y sonreía—. La forma en la que su nombre brotó de tus labios aquella noche...

—Tienes esta cosa-... —respondía Seokjin de inmediato—, Jimin solía no tener filtro en muchas ocasiones, pero siempre era de forma sorpresiva. No esperaba que fuera a hacer o decir algo de forma descarada y luego... —SeokJin suspiraba—. ¿Puedes entender que está mal? compararte con él, no es bueno ni para ti ni para mí. Tengo que irme de su apartamento

—Intentaré no provocarte —se apresuraba a responder—, no soy estúpido. Tú debilidad es TaeHyung, siempre es Tae por encima de mi...

SeokJin fruncía el ceño y recordaba cuando TaeHyung le había dicho algo similar con respecto a él.

"—Jungkook, siempre obtiene lo que quiere"

Se preguntaba si había pasado otro triángulo amoroso o simplemente era normal para ellos sentirse inferior al otro.

—No digas eso... —pedía Seokjin, sintiéndose una verdadera mierda—. No creo que nada de lo que me esté pasando a mi con ustedes sea bueno, Jungkook.

El pelinegro suspiraba—. Tampoco creo que abrazarte a tu dolor y tu perdida sea algo saludable

—Me acostumbré

—Está mal —sentenciaba.

Si, Jungkook tenía ese mismo fuego, tan parecido a los arrebatos de Jimin que Seokjin necesitaba sacudir su cabeza para dejar de compararlos.

—Lo está, pero quizás por algo me tocó estar solo y vivir con este dolor constante en el pecho

—Oh, vamos. Deja de compadecerte... —soltaba Jungkook severamente.

Sin darse cuenta, aquello había transportado a Seokjin a un recuerdo doloroso.

「— ¡Deja de compadecerte de mi! —gritaba Jimin con furia—. ¡No vas a ganarte el cielo por quedarte con un enfermo como yo, maldito estúpido! Deberías irte y dejarme. Vete para vivir una vida plena y no estar muriendo a cada segundo por quedarte a mi lado.

— ¡Yo no muero por quedarme a tu lado! —gritaba Seokjin en respuesta. La frágil imagen de Jimin frente a él con una extrema perdida de peso y palidez, lo hacía retorcerse de dolor. Su cabello ya no estaba allí y solo un gorro de lana cubría su cabeza—. Muero si me voy de tu lado, no me obligues a dejarte. No me digas cosas hirientes para alejarme porque no me iré. ¡No me iré, maldita sea! ¡En la salud y en la enfermedad! —gritaba quebrado—. Y vas a tener que aguantarme porque esto no es compasión... Es amor, te amo y tú, maldito engreído, vas a tener que lidiar con este maldito imbécil, porque te voy a amar hasta el último segundo que te quede... —Seokjin se quebraba—, hasta el último segundo que te quede de v-vida —con ojos rojos por culpa del llanto, Jimin se apresuraba a tomarlo de la cintura y abrazarlo fuertemente para esconderse entre sus brazos mientras rompían en llanto una vez más.

Agotados, con ganas de maldecir al destino por haberles hecho aquella sucia jugada.」

— ¿Jin Hyung? —Jungkook tocaba su pierna y lo traía nuevamente a la realidad.

SeokJin alzaba la vista y se ojos estaban llorosos.

—No es tan fácil dejarlo ir... —murmuraba SeokJin.

—Nadie te está pidiendo que lo dejes ir, solo se te pide que no te estanques... Y lo lamento, pero mientras estés aquí voy hacerte vivir cada maldito segundo. Así me empujes lejos y me digas que soy insoportable como lo hace Tae seis veces a la semana te irás de Corea siendo un hombre nuevo.

SeokJin esbozaba una sonrisa cansina.

—No voy a quedarme con ustedes, Bambi...

—Ya dije lo que tenía que decir, Taehyung hará el resto —Jungkook se ponía de pie y se inclinaba para besar la frente de SeokJin—. No te vuelvas gris, no te queda bonito...

SeokJin fruncía el celo y sonreía—. Eres imposible

—Es uno de mis talentos —miraba a Seokjin y paseaba sus ojos por sus ojos y labios, se recomponía antes de flaquear otra vez y exclamaba—, buscaré a Tae para que entre ¿de acuerdo?

SeokJin soltaba todo el aire que había retenido, había vacilado unos segundos cuando jungkook se abia inclinado esa última vez. Tan cerca... Miraba al pelinegro y asentía, su cabeza estaba jodidamente revuelta.

Jungkook sonreía y salía de prisa, al estar fuera no había nadie. No estaba el sargento mandón y tampoco Taehyung. Dejándose caer sobre esta, suspiraba y cerraba sus ojos, llevaba una mano a su pecho y pedía a su estúpido corazón que dejara de precipitarse o se lo arrancaría del pecho por encenderse con alguien tan imposible como era ahora el apuesto arquitecto.

Apretaba sus ojos y la voz de Tae llamaba su atención.

— ¿Kook?.

Jungkook se tensionaba y lo miraba atentamente, aunque algo sorprendido.

—Tae...

— ¿Todo está bien? —TaeHyung había vuelto solo. Tenía sus manos en sus bolsillos y lo miraba preocupado.

—Jin Hyung quiere verte, cosita —fingía una sonrisa—, iré a comprar unos snacks.

Pasaba por al lado de TaeHyung y palmeaba amigablemente su pecho, pero era detenido por su amigo.

— ¿Quieres hablar de algo? —insistía TaeHyung.

Jungkook volvía a sentir su cuerpo tenso y obligándose a relajar sus rasgos negaba—. Solo te advierto que el cabeza dura quiere irse de casa para estar solo. Intenté convercerlo, pero es duro —respondía, intentando sonreír—. Suerte con él.

Palmeaba la espalda de TaeHyung y salía de enfrente de éste, posiblemente era la primera vez que Jungkook no era completamente honesto. Primera vez que Jungkook estaba omitiendo información y eso no era algo que solía ocurrir entre ellos antes de SeokJin. TaeHyung lo dejaba irse, tenía cierto temor de seguir preguntando más a fondo que le estaba ocurriendo, asi que suspiraba y se dirigía a la puerta. Acomodaba su cabello y su ropa, luego golpeaba y pegaba su oreja a ésta.

—Adelante —mencionaba la voz suave de SeokJin.

TaeHyung apretaba sus ojos y entraba. Al instante veía al arquitecto sobre la cama con algunos cables, los labios secos y le faltaba un poco de color. Su cabello parecía mucho más negro que en otras ocasiones. Entraba y quedaba en pausa, mirándolo atentamente y en detalles. SeokJin lo veía y tenía su pelo un poco revuelto, llevaba un saco beige grande que, lo hacía parecer más pequeño y sus bonitos lentes no podían faltar.

—Estoy bien —susurraba, para sacar a TaeHyung de su letargo.

Finalmente sus ojos conectaban, TaeHyung mordía su labio y Seokjin sentía sus mejillas arder. Un bonito calor que le rodeaba al ver al muchacho y éste no estaba tan diferente.

—Hyung... —susurraba.

—Cierra la puerta, boxy... —pedía con una sonrisa—, entra de una vez.

TaeHyung pasaba saliva y parpadeaba, se giraba y cerraba la puerta. Apretando sus ojos, recordaba el beso que Seokjin le había dado cuando el nombre Park JiMin le sonaba familiar, pero no podía ubicarlo entre sus recuerdos. Ahora se sentía un poco mierda en aquel instante por seguir deseándolo fuertemente. Suspiraba y necesitaba controlarse.

Control, control. Es algo que no tienes desde que Seokjin apareció.

Giraba y forzaba apenas una sonrisa y levantaba sus lentes por el puente de su nariz, se sentaba directamente en la silla y miraba a Seokjin con mirada afligida.

—Estás muy lejos, boxy —susurraba éste mirándolo.

TaeHyung sentía todo un escalofríos por su espina dorsal ante su bonito apodo.

—No quiero molestarte sentado en la cama —resondía.

—Por favor, ven aquí —palmeaba el lugar a su lado. Justo donde jungkook y JinYoung se habían sentado.

TaeHyung dudaba, pero la mirada suplicante de SeokJin aparecía en sus ojos amielados, TaeHyung no podía resistirse. Se levantaba y se sentaba al lado de SeokJin, veía su mano sobre la cama y mantenía su cabeza mirando hacia abajo. Lentamente acariciaba los dedos de SeokJin con los suyos y lo sentía suspirar, el estaba igual de tenso que el hombre en la cama.

—Me asusté... —susurraba, jugando con los dedos Seokjin tímidamente.

—Lo lamento, boxy —replicaba Seokjin.

TaeHyung tenía ese puchero que le provocaba al castaño querer morderlo, no levantaba la cabeza y seguía jugando con sus dedos hasta que, Seokjin entrelazaban sus dedos a los del joven. Lo veía suspirar y pasar saliva, relamía sus labios y lo miraba con ojos preocupados.

El agarre en sus manos se había intensificado al verse más de cerca.

—Lo lamento tanto, Seokjin —susurraba—, no quiero ni imaginar cómo te sentiste cuando recordaste lo que perdiste —su voz era suave y a punto de quebrarse.

SeokJin había derramado pocas lágrimas con JinYoung, y había contenido otras con Jungkook. Pero ver los ojitos lastimosos de TaeHyung en ese momento lo hacían sentirse tan vulnerable y él necesitaba...

—Fue tan doloroso verte recordarlo de tal forma, Jin... Lo lam-... —TaeHyung era jalado hacía SeokJin con firmeza y sentía los brazos de éste enroscarse por su espalda.

SeokJin comenzaba a derramar gruesas lágrimas, mientras enterraba su nariz en el pelo de Tae. El azabache había sido tomado por sorpresa, pero cuando escuchaba los sollozos del arquitecto, sentía los temblores de su cuerpo y la fuerza con la que lo estrechaba, Taehyung había respondido de inmediato. Apretaba la estrecha cintura de SeokJin y ponía su cabeza en su pecho, escuchaba lo sollozos fuertes y su corazón latiendo acelerado. Las lágrimas de TaeHyung no habían tardado en derramarse en silencio.

No quería decir nada que no fuera necesario, solo dejaba que Seokjin lo apretara fuertemente y aspirará su aroma, como de costumbre. Más que nunca TaeHyung entendía aquel ademán y una punzada era la que atravesaba su pecho. Lo apretaba con sus manos y se escondía en su pecho, dejando que este lo oliera y calmara sus sollozos de a poco.

Saber a quién le recordaba con exactitud ahora, lo hacía removerse incómodo. Se sentía inseguro, se sentía confundido y le dolía no saber si SeokJin estaba en ese momento con él o su mente estaba divagando junto con su dolor y su aroma. Estaba triste por el dolor del castaño, pero también estaba triste por no saber si SeokJin era consciente de lo que le quería de él.

TaeHyung había quedado hechizado desde el primer momento en el que había abierto la puerta para recibir a Seokjin. Tanto tiempo sin sentir ese tipo de atracción, esa deliciosa tensión... La adrenalina y lujuria que recorría su cuerpo ante el más mínimo roce de éste. ¿Pero que había desarrollado Jin por él? ¿Siquiera le gustaba algo? ¿O solo era esa extraña familiaridad? que, tenía un completo y total doloroso sentido ahora.

😭😭😭😭😭😭

Alguien necesita sanar...
Los retazos de Jimin y Jin me dieron lagrimitas 😭

¿A poco me extrañaron o no? UwU

Con amor Niñita Nany 💜

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