Punto de vista de Jean.

Sabía que el amor te hacía sentir perdido y adolorido, pero no recordaba cuánto.

Mi corazón dejó de doler cuando llegó Anna a mi vida, que sin darme cuenta había llenado el hueco vacío que Gia había dejado, lo llenó de besos y las heridas fueron cicatrizando cada día más cuando la veía sonreír por las mañanas.

Soy un estúpido, lo sé. Tenía que haberla valorado más, también lo sé. Pero llevo años temiendo dejar de querer a Gia porque pienso que ella y yo nacimos para estar juntos, pero ahora pensándolo mejor, el destino nos había separado por algo y en mi camino había llegado una mujer exacta a ella y con la misma intensidad para amar, quizá no tan loca como aquella chica de diecisiete años que se metió en mi ducha y me mantuvo esposado a ella un día entero, pero sí tan dulce y frágil.

Cada cuál llegó a mi vida con problemas del pasado, la primera con un padre psicópata que abusaba de ella, el culpable de su intento de suicidio. La segunda llegó con una memoria borrada a todo lo que había vivido con anterioridad, con un hijo del cual no sabe nada y la mantiene en una angustia constante, porque aunque quiera aparentar que no, el recuerdo de ese hijo que no encuentra la carcome por dentro. Lo veo en sus ojos.

A las dos las quiero. A una por lo que fue y a otra por lo que es. Y no está mal, amar no es ningún delito.

«te amo tanto, Gianna. Que una vida no sería suficiente para amarte»

«lo he intentado evitar por todos los métodos posibles y me he engañado demasiado. A ti, Anna, te quiero a ti.»

Lo peor de todo esto, es que ahora tengo a dos personas que he amado y amo con todas mis fuerzas pero ninguna está mi lado.

El ambiente estaba enrarecido, Darían, Ralf y Naim se comportaban de forma extraña. Es como si estuvieran esperando de forma impacientada algo que no terminaba de llegar. Los secretos de estos ya me los conozco yo y algo ocultaban, pero mi mente ahora no estaba para los jeroglíficos de ellos, las verdades tarde o temprano salen a La Luz.

—Te noto un poquito preocupado, hermanito. —dijo Mae sentándose a mi lado en el sofá. Su enorme panza no le dejaba apenas moverse y le costaba la misma vida sentarse.

—A ti no te puedo engañar, bueno, a nadie que haya convivido conmigo puedo engañar. Hasta Halsey me tiene el truco pillado. —dije. Nosotros sonreímos de lado. —Lo cierto es Mae, que me he vuelto a enamorar como un idiota.

—Hasta que por fin te das cuenta —dijo abriendo sus brazos como alabando a Dios, aunque no es creyente. Ninguno lo somos. Enarqué a una ceja mirando a mi hermana. —Desde la primera vez que miraste a Anna, supe que te ibas a enamorar de ella. La mirabas con un brillo en los ojos que parecía una calle iluminada por farolas en la noche.

—Que bonita comparación. —dije desviando mi mirada hacia el frente, al jardín concretamente, donde estaba Halsey grabando un TikTok con Maf.

—No sabía de qué manera explicártelo para que entendieras que se te nota a kilómetros que estás enamorado de Anna y que ella también de ti. Creo que por eso Erick se desaparece tanto, porque ve que aquí ya no tiene nada que hacer.

—En realidad sí que tiene que hacer. En cuanto Gia vuelva, Anna se volverá a Vancouver con Erick. Se casarán y ella y yo nos olvidaremos de esto. —dije, luego solté un bufido fastidiado.

—Tiene miedo, lo sabes ¿no? —dijo mi hermana. Giré mi rostro hacia el de ella. Tiene unos ojos preciosos, son marrones como los míos.

—Yo también lo tengo. Yo solo sé que la quiero, y no soy un cobarde y lo digo. —dije humedeciendo mis labios.

—Todos alguna vez lo somos.

El ruido proveniente de la puerta y el sonido de dos personas llegar a la sala, fue lo que interrumpió la conversación entre los hermanos León.

Erick venia sujetando por los hombros a Anna con una sonrisa de oreja a oreja en cambio ella parecía que venía de un funeral porque su cara le llegaba hasta los tobillos.

Anna me miró y vi en su boca un atisbo de tristeza, intentó torcer su sonrisa pero no lo hizo porque Erick estaba mirándola.

--Amor, tu hablas con ellos. Te espero arriba. --dijo el ojiverde, después dejó un beso sobre sus labios lo que causó bastante que un fuego irritante me recorriera por las venas pero lo dejara pasar porque Mae estaba sujetando mi pierna, sé que ella esperaba ser reconfortante pero no me estaba sirviendo de mucho.

--Por favor. --dijo Anna captando la atención de todos los demás. --¿pueden venir? tengo algo que decirles.

Por el gesto que hizo después y la forma que tuvo de mirarme, algo me dijo que lo que ella nos iba a comunicar no era para nada idea de mi agrado, y eso desembocó en que los nervios que se estaban conteniendo en mi pecho fueran con total libertad por todo mi cuerpo.

Las personas que no estaban en la sala vinieron hacia aquí para atender con todos los sentidos a la chica de la cual yo me había enamorado de la forma más extraña del universo.

--Me alegro mucho de que confirmáramos que Gia está viva. De veras sé cuánto querían eso. --comenzó diciendo. Tanto rodeo lo único que estaba consiguiendo es que mis nervios se convirtieran en desesperación, y no me gusta estar desesperado.

--Anna, al grano por favor.--dijo Christopher. Gracias a dios que lo dijo alguien porque si no me iba a acabar desmayando de la desesperación.

--Mi trabajo aquí ha terminado. --dijo firmemente. Aunque ya me esperaba una noticia así cuando la vi llegar, no negaré que el oírlo de sus labios me había sentado como un jarro de agua fría en pleno diciembre.

--¿Cómo así? --dijo Maf mirándola con bastante incredulidad.

--Eso, si aún Gia no ha aparecido. Esto no acaba aquí. --replicó Libardo, ella le mostró una sonrisa torcida.

--Mi vida está en Vancouver. --respondió. Su mirada amarronada mezclada con verde agua conectó con la mía. --En una semana me caso, con Erick.

Eso se sintió como si hubieran metido la mano en el pecho y me hubieran arrancado el corazón de cuajo. Mi lengua se posó sobre el piercing de mi labio inferior mientras trataba de contener el impulso de patear algo y romperlo.

apuesto mi vida a que eso no había sido idea de ella, porque estaba claro que Anna no quería casarse se le notaba en la cara. Pero claro, siempre se deja llevar por el muy capullo de Erick. Dios santo, como le odio.

--Nos casaremos aquí en Miami para que ambas familias puedan venir, y ustedes también me haría ilusión que viniesen. Después de eso nos regresaremos a Vancouver.

O sea que ya no solo es que se van a casar aquí para joder, sino que además ya no regresaran a México para continuar con el trabajo que Anna tenía por allá. Es que está más que confirmado que esto es una maldita idea de Erick.

Sin más me levanté de mi asiento y me dirigí hacia ella para envolverla entre mis brazos. Luego aparté su mechón de pelo de la oreja y acerqué mi boca hasta ella.

--Ojalá tengas éxito en tu plan de olvidarte de mí, pero te advertiré algo. Dejo huella. --susurré en su oído cerciorándome de que nadie me había escuchado.

Giré sobre mi mismo eje y me fui de la sala con un dolor profundo en el pecho.

El amor puede ser el sentimiento más bonito que puedas experimentar, pero también puede ser el más doloroso.

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HOLAAAAAA YA CASI CASI CASI CASI CASI QUE LLEGAMOS AL FINAL ESTOY EMOCIONADAAA.

6 capítulos para el final.

@maariasanchezz19

MAÑANA EMPIEZO EL INSTITUTO, HELP ME.

LECTORAS FANTASMA NO.

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