Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15

Punto de vista de Anna.

¿Qué me había pasado en mi vida pasada? Era la pregunta que rondaba por mi mente una y otra vez, el frágil recuerdo de esa violación había llenado aún más mi cabeza de dudas. Me entraron ganas de pedirle a Naim, que era la persona que tenía enfrente, que me agitara la cabeza con fuerza a ver si así conseguía que los recuerdos cayeran en picado.

Pero no lo hice.
Por dos motivos:

No serviría de nada.
Creerán que estoy loca.

Como decía, estaba en la cocina con Naim recogiendo un poco el desorden que habían creado los demás, convivir tantas personas en una casa era un caos total y ahora encima habían llegado tres más: Joel, Richard y Zabdiel.

—Yo antes de llegar a México no limpiaba y no cocinaba. —me dijo mientras secaba los platos que yo había estado fregando.

—¿Y por qué ahora sí?

—Porque vino Jean a amenazarme con una chancla, es muy ordenado y muy limpio. — hizo un gesto con la cabeza. —Cuando Gia llegó a Privé ya no solo teníamos a un maniático del orden sino dos.

Sonreí por la sonrisa que le salió al recordar a su amiga.

—Se llevabais muy bien por lo que veo.

—Gia y yo no fuimos de los que más unidos estábamos precisamente, ella siempre estuvo más unida a Darían y Ralf bueno, Jean también. Pero no había un solo día que no me abrazara o me molestara o me dijera que me quería, que grabáramos un TikTok juntos. Eso era lo que la hacía especial, que a pesar de lo jodida que siempre estuvo por dentro nos sonreía y nos tomaba la mano fuerte para decirnos que todo iba a salir bien. Aunque hasta ella supiera que eso era imposible. — solté los platos y lo abracé cuando vi su lágrima asomar por el lagrimal del ojo.

—La vamos a encontrar, ya verás. —froto su espalda.

—Bueno, Anna. Separémonos porque me estás mojando un poco la camiseta blanca con líquido friegaplatos. — nos separamos riéndonos y continuamos fregando los platos.

Hasta que mi vista perdida se fue al frente.

Yo estaba subida a un potro empujando, rodeada de médicos y dos personas sin rostro me sujetaban las manos y me alentaban a que siguiera empujando.

Los platos se resbalaron de mis manos y cayeron al suelo convirtiéndose en añicos, yo volví en sí y Naim me miró desconcertado. Comencé a perder un poco el equilibrio y casi me caigo para atrás.

—Anna ¿estás bien? —me pregunta el chico que tengo frente a mí sujetándome los brazos.

—Sí. — miro hacia otro lado. —Es el olor de la marca de lavaplatos este.

—Huele a menta.

—No me gusta.

—Bueno, está bien como digas. — me suelta los brazos pero me deja apoyarme en él.

Mientras Naim me acompañaba a mi habitación, que aunque ya no me pasara nada insistió en acompañarme, pensaba en qué cojones fue eso. ¿Un recuerdo de mi pasado? Es decir, ¿tengo un hijo?

Ay Dios mío.

¿Y si ese bebé era fruto de la violación? Todavía no le había contado a nadie sobre ella pero sí que quisiera encontrar a mi bebé. Lo necesitaba.

—Anna. — una voz dulce y pequeña suena desde la puerta. Yo observo a esa niña tan parecida a Jean como a su madre, realmente es hermosa. —Papi me dijo que estás enferma y quise venir a ver cómo estás.

—estoy bien, cielo. —le muestro una sonrisa mientras Naim nos mira enternecido.

—Bueno, yo te dejo en las manos de la súper doctora Halsey. —el hispanoargentino nos sonríe y deja un beso en la frente de cada una, después se marchó.

—Tú novio me agrada, es muy guapo. —no puedo evitar reírme ante la ternura de esa niña. Ella, su ternura y mi conexión especial con ella, despertaban toda mis instintos maternales más ahora que sé que tengo un hijo. —Pero le dije a papá que harías buena pareja con él, porque se nota que le gustas. Dice que te pareces mucho a mi mamá.

Acaricio su largo y negro pelo liso.—Pero tu papá está enamorado de tu mamá.

—Pero tú también le gustas.

Sonrío.

—No, no es así.

—Sí, que lo es. Le conozco y se le ponen los ojitos brillantes cuando habla de ti tal y como se le ponen cuando habla de mamá.

Tocan a la puerta y en la entrada vemos a un chico con sudadera rosa y un gorrito gris.

—Siento interrumpir. —Dijo Jean entrando en la habitación posicionándose al lado de su hija. —mi amor, ¿te gustaría visitar conmigo y el tío Chris a mamá?

—¿puedo?

—Claro, nunca lo hiciste así que va siendo hora. —le acaricia la mejilla. —Ve a buscar al tío.

Halsey me abraza antes de salir de la habitación.

—Anna.

—Jean, no digas nada. —me levanto y me pongo a su frente tomando sus mejillas. —No me beses si después te vas a sentir culpable.

—Por ahí hay un dicho que dice quédate con la culpa no con las ganas. —su boca estaba a escasos centímetros de la Mía y no mentiré, tenía demasiadas ganas de besarle.

—Lo sabía. —La voz de Erick estropeó nuestro casi beso. Él se acercó a paso rápido y se interpuso entre Jean y yo y lo miró acusatorio. —¿cuál es tu afán de robarme todo lo que amo?

El colombiano bufa.

—¿en qué idioma te explico que yo no te robé nada? Gia sola se enamoró de mí.

—¡Hasta que tú llegaste a su vida ella me amaba!

—¡lo sé y no quise que dejara de hacerlo! Pero yo no controlo al de aquí adentro. —dice señalando su corazón.

—Por tu culpa se suicidó. —dice mirándole despectivamente.

—No tuve la culpa.

—Tú no la acompañaste ese día y por eso la secuestraron.

—Fue más feliz a mi lado que al tuyo.

—Claro. Por eso a los dos meses lloraba porque no querías estar con ella, por la edad.

—¡Era ilegal! Y me salté todas las leyes del mundo para poder estar con ella. ¡Pude acabar en la cárcel!

—¡cobarde! No supiste valorarla, a mi me dio igual todo. Solo quería estar con ella. —No sabía que era lo peor de todo, que se estuvieran peleando por el amor de la vida de ambos que eran los chicos por los que yo tenía sentimientos o que todo de lo que hablaban parecía que yo lo hubiese vivido.

—Bueno, ¡Ya basta! —dije a los dos mirándoles incrédula. —Se acabó.

Erick se acerca a mí y pasa su brazo por alrededor de mi hombro.

—No quiero que te acerques más a Anna, ni tú, ni tu estúpida mocosa. —Ni siquiera me dio tiempo a mirar a Erick enojada cuando Jean ya había estampado su puño contra la cara de mi novio y le miró tan feo, que si las miradas mataran, estaría viuda sin casarme.

—No vuelvas a decir eso de mi hija, porque la próxima vez te mato ¿oíste? Te mato.

El pelinegro me mostró una mirada sin ningún tipo de expresión y se marchó, no dijo nada y eso me dolió.

Solo le dirigí una mirada enojada a Erick y seguí los pasos de Jean, pero él ya estaba lejos de mi.

Bien analicemos mi día.

Sigo sin saber quién es la persona asquerosa que me ha marcado de por vida, no obstante recuerdo dar a luz un bebé que ni siquiera sé quién es y con quien puede estar porque claro, como soy un cerebro a medias no me entero de nada.

Desesperada buscando alguien con quien desahogarme encuentro a Darían sola en el comedor. No iba a encontrar a nadie mejor que ella para descargar todo lo que llevo dentro y me diera el abrazo que necesito.

—Hola, Fer. —le dije sentándome a su lado, ella me sonríe simpáticamente.

—Huy, algo me dice que tuviste un día horrible.

—Pues, algo así.

—Cuéntame, sabes que puedes confiar en mi. —Su sonrisa me dijo que con ella podría ir hasta el fin del mundo que nunca me abandonaría.

—Creo que tengo un hijo. —la cara de Darían empalidece un poco. Digo un poco porque ella ya era bastante pálida antes.

—¿me estás queriendo decir que crees estar embarazada de Erick?

—no. —negué con la cabeza y eso la desconcertó por completo. —Creo que tengo un hijo que ya ha nacido.

—¿crees?

—Es difícil de contar, pero no recuerdo gran parte de mi vida. —la mexicana frunce el ceño.

—¿como así?

—No recuerdo nada de mi vida anterior a nueve años.

—¿cómo?

—Tuve un accidente que me mantuvo dos meses en coma y al despertarme solo estaban mis padres adoptivos. Mi verdadero nombre no es Anna Suárez, no sé cuál es, solo sé que acababa en Anna y por eso decidimos llamarme así. —Darían me observó detenidamente, como si estuviera descubriendo. —El caso es que, he recordado... una...violación. —su boca se tuerce en tristeza. —y un parto, mi parto. Estaba subida al potro y tenía a dos personas alentándome a que empujaran. —Ella parecía haberse quedado sin palabras y su rostro pálido lo estaba aún más por cada Segundo que pasaba.

—Yo...Yo, tengo... que... hablar con Ralf... —después de decir eso salió disparada en otra dirección fuera del comedor dejándome sola.

Por cosas como esta es que nunca confío en nadie.

Punto de vista de Darían.

No, eso no era posible, todo era casualidad una mera casualidad. Anna no podía ser Gia.
Que todo lo que me contase encajaba a la perfección con todo lo que le había ocurrido a Gia no significaba que fuera ella, estaba comenzando a desvariar.

Pero qué estaba diciendo, claro que era ella, la miré a los ojos y la vi, vi a Gia, vi a mi mejor amiga.

—¡Marco, abre! —grité aporreando la puerta de la habitación de Ralf con Maf.

—¿Qué te pasa, Darían Fernanda? —abre la puerta y yo entro sin siquiera pedir permiso y me siento en la cama, él me mira con desconcierto y yo a él con angustia.

—Creo que Anna es Gia.

—No desvaríes.

—Joder Ralf, que va enserio. —me puse de pie frente a él hecha un manojo de nervios. —Acabo de hablar con ella y me ha contado su vida.

—¿y ya por eso tiene que ser Gia?

—No, Ralf. Tiene una laguna mental de nueve años hacia atrás, tuvo un accidente que la dejó en coma durante dos meses, y al despertarse solo recordaba que su nombre acababa en Anna.

¿Y qué con eso?

—Que el nombre completo de Gia es Gianna. —Ralf me miraba aún si creerlo. —Ha comenzado a tener recuerdos y recuerda que ha dado a luz un bebé con dos personas a su lado que la alentaban a empujar, Ralf, esas dos personas son Jean y Christopher y ese bebé es Halsey.

—Darían, ese alumbramiento pudo ser otro cualquiera.

—recuerda que la han violado, Marco. —Marco me mira incrédulo. —¿y si Anna es Gia y Erick lo sabe y por eso quiere alejarla de nosotros? Porque como ya la perdió como Gia está evitando que recupere la memoria y vuelva con Jean.

—Fer, eso que dices es muy grave.

—Tú y yo sabemos que Erick podría cometer cualquier locura por Gia, incluso si es alejarla de las personas que más la aman.

—Está bien, y si Anna es Gia, dime, ¿que hacemos, le decimos a la gente y le gritamos a Erick que es un mentiroso?

—No, primero vamos a asegurarnos que Gia no ardió en ese coche. —Los ojos de mi amigo se cristalizaron. —Vamos a por nuestra amiga, Ralfi. Vamos a rescatarla de este infierno.

_______
HOLAAAAAAAAAAA aquí os dejo este capítulo.
POR FIN DOS PERSONAS QUE ABREN LOS OJOS Y VEN MÁS ALLÁ DE ANNA.

Estaré por instagram poniendo cositas de la novela. ♥️♥️

@maariasanchezz19

O el link en mi perfil💗

LECTORAS FANTASMA NO 👎
VOTEN Y COMENTEN 💫

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro