Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✩ 09

Febrero, 2021.

Me encontraba en uno de esos días en los que nada me apetecía hacer. Llevaba toda la semana ensayando sin descanso y quería descansar la voz ya que era mi principal herramienta para la actuación por lo que, tuve que renunciar a salir con mis amigos para pasarlo bien. No me apetecía jugar a la consola o estar en el ordenador porque, realmente me dolía la cabeza y me sentía algo extraño por lo que, no era una gran opción lo de entretenerme con algo digital. Por lo que, la mejor opción era acostarme en la cama hasta que fuera la hora de la cena y Jimin llegara.

Comencé a observar cada una de las cosas que tenía en mi habitación llenando mi mente de recuerdos que, aunque allí nunca hubieran pasado, las fotos me llevaban hasta ellos; me trasladaba desde esa foto que tenía colgada en uno de mis cumpleaños cuando era pequeño hasta aquella foto en la que salíamos ambos justo delante de un árbol de Navidad lleno de luces bastante preciosas que iluminaban toda la zona de la ciudad. Sonreí al ver ese bonito cuadro que me habías dado como regalo unos días después de esa fecha.

¿Sabes una de las cosas que más echaba de menos y más dolorosas me parecían porque tú no estabas? Las Navidades, esas Navidades que pasábamos juntos, que desde siempre habíamos disfrutado y que jamás nos perdíamos. Era típico en nosotros salir vestidos de rojo —o cómo tú solías salir, con los suéteres que tu abuela tejía con temática navideña— al centro de la ciudad para admirar como cada una de las personas celebraba la Navidad. Después de eso, tomábamos un rico chocolate que hacía aquella cafetería en la que nos conocíamos junto a unas galletitas de jengibre que ellos también solían preparar.

Recuerdo justamente ese día, aquel día en el que verdaderamente la decoración de las calles y de la ciudad era realmente hermosa. Un gran árbol decoraba el centro de la plaza como todos los años pero, aquel, estaba decorado con un gran recorrido de luces de todos los colores además de unas grandes bolas rojas y doradas que le daban un aspecto navideño a la vez que colorido. A parte de eso, ese año decidieron poner un lugar en el que los niños pudieran hablar con Papá Noel y que este pudiera cederle a esos niños y a los más pobres lo que ellos deseaban junto a un abrazo y una bolsa de golosinas que les hacía muy felices. Todas las tiendas estaban decoradas con una gran iluminación un poco distinta a la de otros años.

—Vaya —comentaste impresionada observando el lugar pero, realmente era para estarlo. Los ojos te brillaban al verlo y, sentía, lo muy emocionada que estabas, al fin y al cabo, la Navidad era tu época preferida.

—Este año realmente es impresionante —añadí también sorprendido. Me miraste haciendo que yo también te mirara y nuestras miradas estuvieran conectadas.

—¿Será que Busan sabe lo mucho que la voy a echar de menos? ¡Busan te amo! —Exclamaste provocando que algunas personas de alrededor te miraran. Rodeé tu cuello con mi brazo alejándote del tumulto de gente.

—Tranquila Hannie...

—No seas amargado como ellos, hay que ponerle alegría a la vida, ¡y más cuándo es Navidad! —comentaste con una sonrisa de oreja a oreja realmente brillante. Te colocaste en frente de mí saltando como si fueras una pequeña niña emocionada—. ¿Y si vamos a hablar con Papá Noel? —Saltaste emocionada y no pude evitar sonreír tomándote por los hombros para evitar que saltaras. Parecías mi hija, y eso era realmente extraño.

—¿Para qué quieres ver a Papá Noel?

—¿Cómo que para qué? —Preguntaste con obviedad mientras colocabas tus brazos en jarras mirándome con intensidad—. Para decirle lo muy buena niña que he sido y los regalos que quiero —sonreí ante tu actitud, realmente amaba que actuaras como una niña pequeña porque sabías lo mucho que me gustaba que hicieras eso.

—¿Buena? ¿Acaso quieres que le cuenta a Papá Noel todo los secretos malos que has hecho? —Levantaste la ceja dándome el paso para que continuara hablando y contara todos esos secretos que al parecer tu ignorabas—. Por ejemplo, ayer estábamos los dos muy... —llevaste tu mano para tapar mi boca obligándome a callar.

—Vale lo pillo, no hace falta que cuentes esas cosas donde todo el mundo puede oírlas —apartaste la mano provocando que riera. Sabía lo mucho que eso iba a molestarte y que provocaría que pusieras los ojos en blanco por un rato—. Igualmente he sido buena, no me vengas a decir que eso no te gustó...

—¿Quién ha dicho que no me gustara? Si es lo mejor que has hecho desde que estamos juntos —interrumpiste mis palabras pegándome en el estómago. Eras realmente mona cuándo te lo proponías.

—Te quedarás sin regalo de Papá Noel —canturreaste girándote a verle y saludarle con la mano. El señor disfrazado de Papá Noel te devolvió el saludo provocando que sonrieras al verle.

—¿Cómo sabe él lo que quiero sin que yo se lo haya dicho? —Pregunté con inocencia provocando que volvieras a mirarme dedicándome una pequeña sonrisa de lado. Colocaste tu dedo sobre mi pecho dando toquecitos en él.

—Es que Papá Noel es realmente listo.

Caminamos dados de la mano por todo el mercado observando la decoración de Navidad, los pequeños árboles, la comida navideña además de las tiendas y sus luces que tanto llamaban la atención. Se respiraba en aquel lugar un ambiente tranquilo y sereno, lleno de paz, amor y compañía que no en todo el año se podía respirar, esta época según tú, era la única dónde todo el mundo era feliz y todo el mundo podía disfrutar con sus seres queridos también velando por los que ya habían desaparecido.

Tenía que reconocer que, sin ti, la Navidad había perdido la magia que tenía, había perdido sentido celebrarla sin ti. Desde que te fuiste, aunque las Navidades han sido divertidas con mis amigos, nada se podrá comparar a lo feliz que era estando contigo, disfrutando de aquella bonita ciudad que Busan tenía, de lo maravillosa que eras y de lo feliz que eras esos días.

—Dime, ¿cuándo quieres que te de el regalo? Ay, estoy más emocionada yo que tú —quise responder que, durante todas las Navidades que habíamos pasado juntos, tú siempre habías sido la única que siempre estaba tan emocionada.

—Sabes que cuándo quieras puedes dármelo...

Estábamos sentados junto a la ventana en el interior de la cafetería como cada año disfrutando desde ahí el desfile que solían hacer, un desfile, que realmente emocionaba a los niños ya que siempre habían cosas que llamaban su atención. Estábamos ya con nuestro pedido y, después del frío que hacía en la ciudad, un chocolate caliente junto a galletas de jengibre se agradecía bastante. Me mirabas con una gran sonrisa en tus labios y, debo de admitir, que realmente notaba el peso de tu mirada en mí.

—Entonces voy a sacarlo —anunciaste tomando la bolsa que llevabas trayendo por todo el trayecto. La dejaste sobre la mesa y me sentí un poco mal al ver lo grande que era comparado con mi regalo—. Espero que te guste, a penas es gran cosa pero, lo hice con todo el cariño del mundo...

Saqué el paquete de la bolsa apartándola a un lado para que dejara de molestar, rasgué el papel con cuidado ya que, al no saber que contenía, tenía miedo de poder romperlo. Sonreí al ver de qué se trataba. Era un gran marco de fotos que tenía pequeños de estos, eran como unos diez rellenos de fotos desde que nos conocimos hasta las más recientes incluyendo las de las Navidades pasadas que nos hicimos junto al árbol, esa foto que me trajo hasta este recuerdo. Te miré con una gran sonrisa en mis labios mostrando todos los dientes. Quería llorar porque realmente era bonito y era algo que me haría siempre recordarte.

—¿Esto no es gran cosa? Dios Haneul tú quieres que llore viendo esto... —dije con un nudo en la garganta haciendo que rieras. Tomaste mi mano por encima de la mesa para apretarla dedicándome la sonrisa que traías en tus labios después de reír.

—Es para que nunca me olvides todos estos años, aunque sé que no lo harás pero prefiero asegurarme —bromeaste y ambos reímos.

Después de admirar cada una de las fotos, guardé el marco armándome de valor para darte aquel pequeño regalo que había estado pensando durante meses. Me tenía loco pensar en algo que; pudieras llevar y que te recordara a mí porque tampoco quería ser el típico novio obsesivo que le regala algo a su novia para que nadie la toque porque ya tiene pertenencia, para mí nunca has sido algo material y nunca he pretendido que lo fueras.

—Estuve por mucho tiempo pensando que es lo que podría gustarte —comencé diciendo mientras sacaba la pequeña caja envuelta que había mantenido escondida en mi chaqueta—, solo espero que te guste.

Abriste el envoltorio rojo de la caja y sentía como las piernas me temblaban debajo de la mesa indicándome que nunca había estado tan nervioso como esa vez, ni siquiera en las actuaciones había estado tan nervioso. Te sorprendiste al ver la caja ya que seguramente te preguntabas por qué me había gastado tanto el dinero en ti y que no te lo merecías pero, perdona que te lo diga, tú has hecho más cosas por mí que valen más que el dinero que pudiera haberme gastado en el regalo. Abriste la caja sintiéndome el hombre más feliz y aliviado del mundo, llevaste ambas manos a tu boca y me miraste sin poderte creer que realmente ese era tu regalo.

—¿Por qué eres tan bonito? —Preguntaste con una gran sonrisa en tus labios y con los ojos brillantes como si quisieras llorar. Te levantaste sin pensarlo para abrazarme con fuerza y besar mi mejilla—. ¿Me lo pones?

Apartaste tu pelo para que pudiera colocar en tu cuello aquel bonito collar que había conseguido para ti después de mucho buscarlo. Cuando te giraste para mirarme, tu sonrisa brillante hacía juego con el collar que llevabas provocando en mí una gran sonrisa al ver lo bien que te quedaba y lo mucho que significaba para mí que lo llevaras. Volviste a abrazarme para después volver a tu sitio y sentarte con una gran sonrisa.

—Pensé que iba a ser pequeño comparado con lo que tú me has dado... —admití provocando que negaras con la cabeza mientras esbozabas aún esa brillante sonrisa.

—El collar tiene mucho significado para mí, ¡lo llevaré siempre! —Aseguraste haciéndome sonreír sin más, como siempre hacías.

Suspiré viendo como aquel recuerdo se iba con el sueño atacando a mis ojos. El recuerdo de tu sonrisa y aquel collar atado a tu cuello se mantenía en mi mente mientras mi vista se descansaba y el sueño llegaba a mí. Me pregunto si, después de tanto tiempo, este año podríamos pasar unas Navidades tan buenas como esas, disfrutar como aquella vez que tanto añoro.

Me pregunto si todavía llevarás el collar.


✩ Hola pequeñxs!! ¿Cómo están? Espero que bien. Mmm, pronto me encargaré de poner una fotito del collar ay, ya veréis. Y pensar que esto lo escribí en Navidad... me trae muchos recuerdos. En la línea temporal, nos estamos acercando mucho al momento en el que ellos vana reencontrarse, ¿no estáis tan nerviosas como yo? Ay, me muero de ganas por saber qué pensáis que va a pasar.

· Aquí dejo el capítulo desde la perspectiva de Haneul, amadlo también.

· Recuerdo que la es el símbolo de Haneul así no habrá pérdida con los capítulos y que el de nuestro Jungkook es ☆.

¡Nos vemos en el próximo capítulo bebus!♡

23M DE VISUALIZACIONES.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro