Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✩ 06

Noviembre, 2020.

Podía sonar quizás un poco cursi y, si supieras lo que estaba haciendo en ese preciso momento, seguramente te estarías preguntando que si estaba mal de la cabeza por ser tan masoquista pero, era lo único que me apetecía mientras celebraba solo nuestro aniversario. Justamente, ese día, aunque nosotros hubiéramos quedado en que dejaríamos la relación durante estos años, no dudé en mandarte un mensaje felicitándote por nuestro aniversario.

Me encontraba metido en la cama con el portátil encima imaginando que estabas a mi lado observando cómo hacía cosas mientras las películas que queríamos ver se descargaban. Normalmente te ponías a molestarme parándome los vídeos, cerrándome las ventanas y escribiendo cosas en el teclado para que te prestará atención, cosa que en parte me molestaba y en parte me hacía pensar que eras la persona más adorable del universo, eso, era el mejor regalo de aniversario que podía tener.

Nuestros aniversarios solían ser así, ambos éramos amantes de cama y manta, por lo que no solíamos querer salir a celebrar nuestro aniversario a menos que fuera ir al McDonald o al cine. Solíamos meternos en la cama tapándonos por completo agradeciendo habernos conocido en noviembre para poder realizarlo, eligiendo una película que ver entre ambos y, aunque nos costaba decidir porque siempre teníamos gustos diferentes en ese sentido, siempre acabábamos viendo alguna de Disney que nos gustara a ambos; Mulan, Frozen, Toy Story, Big Hero 6... Entre otras, solía ser nuestro repertorio de todos los años.

—¿Queda mucho? —Preguntaste por décima vez como si de una niña pequeña pesada te trataras. Rodé los ojos porque, ¿qué querías que hiciera? No podía decirle al internet que se andara.

—No empieces Haneul —añadí haciéndome el enfadado pero a la vez bromeando causando que hicieras un puchero que me derritió el corazón. Intentaste levantarte de la cama pero tiré de ti dejándote acostada de nuevo a mi lado.

—Bobo —me insultaste provocando que me riera ante tus palabras. Me hacía mucha gracia cuando me insultabas sin sentido.

—Es que eres una pesadita a veces —conseguí un golpe de tu parte en mi pecho provocando que me quejara pero, para salirme con la mía, me quejé haciendo que pareciera que me habías hecho más daño de lo que realmente era.

—Lo siento —susurraste mostrando en tu cara un gran susto por el golpe que me habías dado. Acariciaste la zona en la que me habías golpeado para después rodearme con los brazos para seguir acariciando esa parte y sin querer acelerar mi corazón de un momento a otro.

Ahora mismo necesitaba sentirte en mis brazos como aquella vez volver a tener cerca el calor débil que emanabas pero que me recordaba que aún seguías ahí. Pasé mi brazo por tu hombro acariciándote la espalda mientras buscaba otras cosas que hacer disfrutando de tu tacto aunque te hubiera mentido sobre mi dolor, quedaban a penas diez minutos para que terminara de descargarse la película. Sentí como te revolviste encima de mí tapándonos más a ambos logrando que mi cuerpo recuperara un poco de calor que había perdido. Quise llorar al recordar que podría estar así pero en realidad estaba totalmente solo porque ni siquiera Jimin iba a volver ese día a casa.

Pegué sobre mano ya que comenzaste a molestarme como siempre—. Oye —subí el tono de voz provocando que rieras mientras te levantabas de encima de mí para mirarme a los ojos. Sonreías de manera maligna y, sentía que eras un reflejo de mí en ese momento, muchas cosas se nos habían pegado de todo el tiempo que pasábamos juntos.

Apartaste el ordenador de mi regazo levantándote para dejarlo sobre el escritorio sacando la película para introducirla en el televisor de mi habitación. Lo hiciste mientras yo me colocaba bien en la cama y traías aquellos aperitivos que habíamos comprado como solíamos hacer todos los años en la tienda de comestibles de la tía de Jimin que se encontraba cerca de nuestro barrio. Dejaste todo sobre la mesa extensible que tenía y la mejor cosa en la que pude gastarme el dinero para meterte al instante en la cama tendiéndome el mando de la televisión. Te volviste a acurrucar en mi pecho pero, antes de que pudiera encender el televisor me robaste el mando dejándolo fuera de mi alcance para colocarte sobre mi pecho observándome con intensidad y una sonrisa dibujada en tus labios.

—¿Pasa algo? —Pregunté algo confuso ante tus acciones pero, esa confusión abandonó mi mente en cuanto pasaste tus dedos por mi pelo jugueteando con él. No me acuerdo de en qué momento había cerrado mis ojos pero, me encontraba disfrutando de tu dulce tacto escuchando tu tranquila respiración.

—Solo que... Me apetece más que ver una película, estar contigo —añadió respondiendo a mi pregunta haciendo que mis ojos se abrieran buscando tu mirada. Estabas realmente preciosa con el pelo alborotado mirándome con una sonrisa dibujada en tus labios.

Bajaste tus manos hasta depositarlas sobre mis mejillas y con los dedos las acariciaste. Yo rodeé con mis brazos tu cintura y me encargué de taparte un poco para que no te diera frío. Después de los exámenes y tiempo sin apenas vernos, también me apetecía lo mismo que a ti, estar juntos y romper el hábito de los aniversarios. Acercaste tu rostro al mío rompiendo la distancia dándome un pequeño beso en los labios haciéndome sonreír de nuevo. Tu nariz acarició la mía para después volver a colocarte de manera que pudieras verme a los ojos.

Eras realmente bonita, me encanta apreciarte, amarte, y estaba seguro de que toda la vida podría hacerlo. Sin quererlo, me habías robado el corazón y me habías hecho ver las cosas de otra manera; me habías enseñado a amar y eso jamás en la vida lo olvidaría. Pasaran los años que pasaran y, aunque estaba seguro de que jamás podría enamorarme de otra chica que no fueras tú, siempre te recordaría como aquella que fue la primera que pudo conseguir que un chico como yo dejara de ser tímido con las chicas y, mostrara sus sentimientos. Jamás olvidaría al amor de mi vida.

Quería que los días y las horas pasasen para poder admirarte en persona, poder verificar que seguías siendo igual de bonita cuando te levantabas con el pelo alborotado y los ojos medios cerrados, quería ver lo preciosa que eras sin maquillaje y lo bonita que te volvías con él, comprobar que no habías perdido tanto peso como el que parecía y que seguías siendo tan glotona como lo eras normalmente, quería sentir de nuevo el calor que emanabas, cómo conseguías que mi corazón latiera con rapidez y como la respiración se me cortaba con tus palabras. Quería sentirte cerca, quería volver a sentir que no estaba solo y perdido en este mundo porque te tenía a ti.

—¿Sabes cuánto te amo? —Preguntaste manteniendo mi sonrisa mientras esa pregunta salía de tus la labios. Negué con la cabeza para que ella misma me diera la respuesta aunque ya la supiera—. Un infinito más que la comida y, eso ya es complicado —no pude evitar reírme ante tu manera de exagerar las palabras pero, aún de esa manera, comprendí lo que querías decir y mi corazón comenzó a latir por ello.

—Eso es muchísimo —sonreí mientras afirmabas con la cabeza y la colocabas sobre mi pecho. Tapé del todo tu cuerpo con la manta para a continuación aferrar nuestro agarre.

—Tú me amas igual, lo sé.

—Me conoces demasiado —añadí provocando que te levantaras de nuevo mientras yo rodaba los ojos ya que ni un segundo te quedabas quieta y me estabas poniendo ya algo nervioso.

Tomaste de nuevo mi cara entre tus manos para juntar nuestros labios en un dulce y tranquilo beso. Tus labios sabían a algún tipo de golosina que habías tomado hace un rato que se movían con suavidad sobre los míos disfrutando de cada momento en el que se rozaban dejando un rastro de tu sabor en mí que, a pesar de los años jamás olvidaría. Cuando el beso estaba a punto de intensificarse casi nuestras lenguas a punto de mezclarse te separaste dejándome con ganas de más. Con una sonrisa acariciaste mis labios mientras te colocabas mejor sobre mi cuerpo.

—Algo me dice que a alguien se le está encendiendo el cuerpo —y de mala manera. Solo de pensar lo mucho que me apetecía besarte me estaba volviendo loco.

—No seas así, Hannie —supliqué imitando uno de tus pucheros mientras reías con algo de maldad cerrando ambos ojos, cosa que te hacía ver más preciosa de lo habitual. Estabas intentando salirte de encima de mí para hacerme sufrir.

En un momento de despiste conseguí quedar encima de ti colocando ambos brazos a ambos lados de tu cabeza dejándote sin escapatoria. Tu rostro tomó un tono serio al momento y, sin pensarlo ya estaba besándote de nuevo obligándote a realizar aquello que mi cuerpo te dictaba sin que pudieras oponerte y dejando atrás todo el orgullo que tenías intentando dejarme con las ganas. Dejé tus labios después de un momento para desplazarme a tu cuello observando como tu vello se erizaba al tacto.

Y bueno, el final ya lo sabes, ¿cierto? Recordar con todos los detalles sería duro para mí y para ti, ¿no quieres que esto se vuelva demasiado caliente? Solamente era una broma pero, quizás algo cierta.

Suspiré tapándome totalmente con la manta pensando en lo genial que sería que tú te mantuvieras aquí a mi lado para toda la vida, ¿no crees que es la mejor opción?


Hola pequeñxs!! ¿Cómo están? Espero que bien. Les explico un poquito porque puede que sea uno de los pocos capítulos que no sea en febrero, quería decirles que bueno, esta es una narración de esa época, ahí lo de que ponga de noviembre, simplemente, quería que no lo confundieran. Ay, cómo amo a este bebo lindo porque, a pesar de que se hace el dulce, por dentro es un pervertido, ¡¿cómo no amarlo?! Ah.

¡Muchas gracias por leer enserio!

Dejo en el reparto a Nam, ya veréis que lindo ah.

· Aquí dejo el capítulo desde la perspectiva de Haneul, amadlo también.

· Recuerdo que la es el símbolo de Haneul así no habrá pérdida con los capítulos y que el de nuestro Jungkook es ☆.

¡Nos vemos en el próximo capítulo bebus!♡

Me hallo muerta con las fotos, no sé ustedes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro