✩ 024 (2/2)
—Bueno, yo... Creo que irme a Seúl no fue la decisión más lúcida que tuve en toda mi vida.
—¿Por qué? —Pregunté sorprendido abriendo los ojos. La verdad es que, en cierto modo, me esperaba eso. Nunca me llamó alegre por sus logros. Nunca le dijo nada a Jimin sobre ellos. Y, cuando la vi, nunca percibí que su ida hubiera sido buena.
—Porque creo que nunca disfruté de la oportunidad que me brindó el destino porque no podía dejar de pensar que ya ese sueño era cosa nada más del pasado. Sentía que mi sitio estaba aquí, contigo, con mi familia, con mis amigos. Y supe eso desde que pisé el aeropuerto. Cuando sentí que me faltaba aire y, me arrepiento de no haberme echado para detrás en ese instante porque, sinceramente, fueron cuatro años de sufrimiento en los que contaba los días para volver —su sinceridad me dejó helado. Y más cuando el brillo de sus ojos se intensificó—. ¿Sabes lo mal que me siento ahora de no haberlo hecho sabiendo que tú me necesitabas tanto aquí? —Preguntó con la voz entrecortada. Se me encogió el corazón.
—No es tu culpa Haneul, eso lo sabes.
—Lo sé pero, ¡podría haber estado aquí apoyándote y jamás te hubiera pasado eso! Al menos no todo —rectificó después de exclamar esas palabras. Observé su expresión—. Ahora me arrepiento más de haber seguido un sueño que no debía de haber seguido. Yo ya no quería eso, estaba segura de ello. Yo sabía lo que quería de verdad y estaba aquí en Busan.
—Pero tú siempre quisiste eso...
—Y eso fue lo que pensé. Pero desde el primer momento que comencé a dar clases supe que nunca me dedicaría a ello y mi peor decisión fue quedarme. Porque, aunque todo mi esfuerzo desde joven hubiera quedado en vano por dejar atrás mi sueño y no supiera qué hacer, era peor pasar por la misma tristeza todos los días —dijo sorbiendo los mocos de su nariz—. Y me di cuenta de que mi vida sin ti no era nada. De que los días cada vez eran más grises, que la vida no tenía sentido sin ti. Me di cuenta de que estaba tan enamorada... Joder —dijo llevándose la mano a su pecho, justo en su corazón. Dejó sobre la encimera su taza—. Me duele el pecho al decirlo.
—Lo sé —dije realizando la misma acción de ella de deshacerme de la taza—. Pero tienes que decirlo para que deje de doler —alzó la mirada para conectarla con la mía. Asintió retirando su mano de su pecho. Respiró hondo.
—A veces sentía que mi vida no tenía sentido en Seúl. Muchas veces pensé en volver, dejar todo atrás y empezar algo nuevo a pesar de haber perdido el tiempo, de que fuera difícil una nueva elección. Pero, no tenía la valentía de volver y encarar la realidad de que nunca tuve que haberme ido y, al saber que tú estabas así, hubiera sido peor que no volver hasta ahora.
—Te hubiera hecho sentir culpable...
—Exactamente, aunque bueno, hubiera sentido que era mi culpa yo sola —rectificó. Sonrió de lado antes de volver a mirarme—. Me volví una llorona, todo eran lágrimas, incluso lloraba cuando no había nada rico que comer, era horrible —solté una pequeña carcajada ante eso. Ella sonrió con más profundidad y brillo—. Nada tenía sentido y, me sentía realmente perdida. Nunca me pasó como a ti de resolver mis problemas con algo como el alcohol pero, sí que fueron tiempos muy difíciles. No conocía a nadie, no conocía el lugar, estaba estudiando algo que no me hacía ilusión... Lo único bueno es que conocí a Youngmi, Sunmi, mi pequeña maknae y Namjoon, quienes fueron los únicos que me hicieron la vida un poco más feliz durante ese tiempo. Quienes me apoyaron cuando no les tenía a ustedes.
—Y eso es bueno.
—Pero igualmente, sentía que nada me llenaba realmente —admitió apartando la mirada—. No podía dejar de preguntarme cómo estaría mi madre, si estaría teniendo dificultades para cuidar y educar a Daehyun con el poco tiempo que disponía. También me preguntaba si mi padre estaría bien trabajando, si estaría cansado. No dejaba de preguntarme si Jimin y Taehyung estaban bien, si estaban cuidando de ti. Incluso no podía dejar de pensar si Minhyung estaba bien. Pero, a quien no podía quitarme de la mente durante todo el día era a ti. Me atormentabas, y eso me hacía sentir mal.
—¿Te atormentaba? —Comenté divertido.
—En el sentido de que empecé a replantearme todo. Un día tomé un álbum de fotos en una de las tiendas más grandes de Seúl, era un álbum decorable, de esos en los que podías dibujar, poner notas, pintar... —comentó con sus orbes oscuros brillantes—. Recopilé todas aquellas fotos que me había llevado en las que salíamos juntos y empecé a decorarlo. Incluso recuerdo haber revelado algunas que tenía en la memoria de mi móvil. Cuando terminé con aquel álbum, me dediqué a admirar cada una de las fotos, recordando aquella pequeña historia que había detrás de cada una de ellas, ¿y a que no sabes algo? Paper Hearts era la canción que escuchaba mientras las observaba —abrí los ojos como platos sin poder evitarlo. Sentí mi corazón pararse por un instante—. Por eso lloré tanto cuando la cantaste ayer en la actuación, porque recordé lo mucho que lloré aquel día que miré el álbum en el que estuve trabajando durante tantos meses. Porque recordé todo lo que mi corazón sintió.
Sentí mi vista nublarse ante esa confesión. Siempre pensé que la música era capaz de unir a las personas que tenían un mismo sentimiento. Pero nunca llegué a pensar que una canción pudiera unirnos tanto, pudiera representarnos, pudiera hacernos sentir tan miserables. Esa canción recuerdo escogerla pensando en lo mucho que nos pegaría, en lo mucho que a ambos nos haría sentir. Y, fue de la misma manera que ella lo había hecho. Cuando elegí esa canción, estaba admirando nuestras fotografías, recordando nuestro pasado.
—¿Sabes? Esa canción la escogí mientras Jimin estaba poniendo una de sus playlist maravillosas de Spotify. Sonaba mientras estaba mirando una de nuestras miles de fotos juntos. Aquella que nos hicimos después de nuestra cita en el paseo marítimo.
—¿La del helado? —Preguntó ella y asentí respondiendo a su pregunta. Soltó una carcajada antes de limpiar una de las salvajes lágrimas que se deslizaban por sus mejillas—. Esa foto es tan bonita... —nos miramos dedicándonos una bonita sonrisa.
—Jo, esto es tan guay —admití sintiendo grandes ganas de llorar. Me miró confusa, sin entender—. Es tan guay que sin querer nos hayamos aferrado tanto a esa canción —ella soltó de nuevo una carcajada. Alargué el brazo para limpiar una de sus lágrimas. Tenía la cara fría como un cubo de hielo.
—¿Lo es? —Asentí. Sabía que ella nunca comprendería ese sentimiento. Sonrió antes de volver a respirar con fuerza—. Ese día lloré porque comprendí algo maravilloso. Comprendí que más allá de que fueras guapo, tuvieras buen cuerpo y te hubieras fijado en mí, no era eso lo que me gustaba de ti. Me gustabas tú, tu alma es lo que realmente me gusta. Eres una de las personas más puras que he conocido en la vida, con un interior precioso y blanco. Eras tímido y callado pero tan lleno de dulzura cuando entrabas en confianza que te hacía ser una persona realmente bella —sonreí de lado—. Que, por mucho que te costara decir una palabra tan simple como "te quiero", sabía que me querías. Nunca antes nadie se había preocupado de preguntarme algo tan simple como, "¿dormiste bien? Tienes ojeras". Siempre me dabas tú comida si veías que no había traído mucho desayuno, me tomabas la mano cuando estaba preocupada por algo, me abrazabas cuando suspendía o, me invitabas a algo rico para combatir con ello —sonreí por sus palabras—. No hacía falta que me dijeras esas palabras cuando yo sabía que me querías. Comprendí que tú eras esa persona especial por la que merecía renunciar a mí.
—Creo que jamás me habían dicho algo así —indiqué sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas. Ni siquiera supe cuando había empezado a llorar. Haneul se acercó rompiendo la distancia.
—¿Recuerdas cuando antes dijiste que no entendías por qué permanecía a tu lado a pesar de cómo eras? —Asentí respondiendo sin palabras—. No permanecí a tu lado porque fueras guapo. No permanecí a tu lado simplemente porque te preocuparas por mí. Permanecí a tu lado porque cuando tú me mirabas sentía que yo era la única persona importante en tu vida. Me hacías sentir especial, alguien que era clave para tu vida.Porque para mí tú también eres una persona especial, Jungkook. Fuiste el primero en hacerme querer a alguien con tanta fuerza, porque, incluso podría decirte que lo que siento por ti es más grande que lo que siento por Danbi y, eso ya es decir.
—Me siento afortunado de tenerte. Muy afortunado —ella sonrió antes de rodear mi cintura brindándome un cálido abrazo. La rodeé juntando mi cabeza con la suya.
—Y yo a ti, Kookie —ambos llorábamos. Pero me sentía tranquilo de todas maneras. Sentía que todo estaba bien—. Tú me diste la vida que necesitaba y, es grande decirlo cuando todo lo que vivimos fue siendo unos adolescentes sin experiencia en la vida —levantó la cabeza para mirarme. Sus preciosos ojos se encontraban rojos—. Pero, sé que tú fuiste lo que necesitaba para ser feliz. Y por eso me siento afortunada de tenerte. Porque aunque la felicidad no dependa de otra persona, sé que tú eres un punto clave para que yo sea feliz. Y necesito que sepas que para mí eres especial, algo irremplazable, algo de lo que no me arrepiento. Jamás me arrepentiré de haberme cruzado contigo accidentalmente en esa cafetería.
—Ahora mismo me siento vivo de nuevo...
—Y yo —sonrió mostrando sus dientes—. La vida empieza a tener color de nuevo.
Volvimos a abrazarnos con fuerza. Las piezas de mi corazón se habían recompuesto. Ya sentía que ninguno de nosotros nos ocultábamos nada. Sentía que todo había salido a la luz y que, estas heridas del pasado, serían sanadas por el presente y el futuro y que, de alguna manera, quedarán nada más y nada menos que en el pasado. Acaricié su pelo. Tenía que sentirme feliz de tener a alguien que me entendiera tanto como ella, que hubiera aceptado mis errores y que, ahora, me iba a ayudar a arreglarlos. Debía de entenderla también.
—Por último quiero que sepas que, al igual que tú, nadie podía remplazarte y que, nunca fui capaz de salir con otro chico que no fueras tú.
—Gracias por ser tan sincera, necesitaba que me recordaras que mi amor por ti siempre fue un acto recíproco —acarició mi mejilla apreciando cada lugar de mi rostro—. Me siento liberado gracias a ti.
—Yo también lo siento, mi corazón se ha recompuesto —indicó sonriendo de nuevo—. Ahora quiero que aprendamos del pasado y que escribamos nuestro futuro, ¿no? Ambos estamos de acuerdo en que tenemos continuar juntos para siempre.
—Ya lo creo —volví a abrazarla—. Y ahora que me has dicho todo eso, no pienso dejarte escapar —rió ante mis palabras.
—Yo tampoco pienso irme, no sin ti —añadió separándose para apoyar ambas manos en mis mejillas—. Quiero que seamos felices, quiero que dejes de atormentarte. Te apoyaré en todo lo que ahora venga, sabes que será duro si algo pasa con tu abuela y, debes de saber que seré fuerte por ti —asentí—. Cuanto antes quiero verla.
—Le diré que iremos mañana, con tu vuelta no he podido visitarla, además, no quería preocuparte, quería que supieras todo antes de verla, puede que no te recuerde aunque, en el pasado era una de las pocas personas que siempre recordaba —sonrió con fuerza—. Ella creo que te quiere más que a mí.
—No digas eso bobo —dijo entre risas—, ella me tiene aprecio por ti. ¿Se puso mal por mi ida? —Aparté la mirada.
—No quise decirlo porque sabía que te sentirías culpable...
—No, lo veo normal —admitió—. No dejo de sentirme culpable pero, quizás ella pensó que eso haría que nos separamos. Además, por un lado siento que fue lo mejor para ella, al menos pudieron diagnosticarle la enfermedad.
—No quiero que te culpes, ¿eh? Ella ya estaba mal.
—No lo haré, no quiero seguir haciéndome tanto daño —agregó mirándome a los ojos—. Por una vez seré egoísta.
—Así me gusta —la halagué. Me separé de ella buscando mi chocolate y el de ella—. ¿Qué tal si vamos a mi habitación y buscamos qué hacer con tu futuro? —Tomé su mano colocando sobre mi taza el plato de pastas.
—Eres un pequeño cacho de pan... —agregó esbozando un puchero. Sonreí ante su acto tierno.
—Estoy seguro de que encontraremos algo que te devuelva las ganas de vivir completamente.
—Tenerte a mi lado es suficiente —agregó. Besé su cabeza rápidamente por su acto tierno.
—Pero es lo único que haremos, ¿eh? Esto no consiste en sinceridad total y acabar haciendo cosas indebidas.
Vi cómo estuvo apunto de pegarme pero, ante todo lo que llevaba en las manos paró su impulso. Reí sin dudarlo. Sabía que aún le molestaban esas bromas en la que la dejaba como una pervertida, después de todo, yo era el único que hacía esas cosas de hablarle de manera sucia. Pero siempre me había gustado darle la vuelta a la tortilla y hacerla rabiar. Llegamos a la habitación dejando sobre mi mesa de escritorio las tazas y el plato de pastas. Tomé de la habitación de Jimin una de las sillas de más que él tenía y la coloqué junto a la mía. Me senté.
—¿No te sientas? —Pregunté.
—No, quería que me enseñaras esas fotos de las que hablabas, me apetece verlas contigo y borrar la sensación amarga del pasado de verlas sola.
Sonreí ante eso. Me levanté en busca de aquel cajón donde guardaba todos aquellos regalos y fotos que tenía de Haneul. La dejé sobre el escritorio volviendo a tomar asiento. Ella también tomó asiento a mi lado. Abrió la caja soltando un ruidito al ver que realmente guardaba todo lo que ella me había dado en el pasado. Tomó una de las cosas de la caja mostrándomela sorprendida. Reí ante sus ojos como platos y su sonrisa divertida. Aparté la mirada para encender mi ordenador.
—¿Aún lo tienes? —Preguntó asombrada.
—Claro, gracias a ese bolígrafo fui capaz de sobrevivir al profesor que más odio me tenía.
—Gracias a mí no tuviste un parte por olvidar de nuevo tu material, la verdad es que tienes un pequeño ángel sin alas como novia —bromeó y no dudó en reír. En realidad llevaba razón, a veces yo era un poco desastre.
Nos quedamos en silencio. Haneul a veces hacía algún tipo de comentario respecto a lo que encontraba, o simplemente comentaba sobre la historia que había detrás de cada objeto. A mí me gustaba escucharla, como siempre que ella lo hacía. No me cansaba de oírla hablar. Por eso me mantuve callado mientras buscaba las páginas necesarias para ayudarla a encontrar su próximo destino. Además, también abrí otra página para confirmar el pago del piso nuevo al que iría, ya que ella me pidió que lo hiciera. Por fin habían encontrado ella y Youngmi un lugar perfecto al que irse a vivir juntas y, de alguna manera, me alegraba muchísimo por ella. Yo tampoco quería dejar a Jimin solo. Además, sentía que aún quedaba mucho tiempo antes de vivir juntos.
—¿Sabes una de las cosas que más añoro hacer contigo? —Hice un ruido con mi garganta indicándole que continuara. De pronto sentí cómo se sentaba sobre mi regazo antes de besar con intensidad mis labios. Sonreí a mitad del beso—. Hacer esto para distraerte de lo que haces, aunque te molestaras, terminabas cayendo ante mis encantos.
—Tienes razón —admití dejando mis manos sobre su cintura—, ¿te importa molestarme de nuevo?
—Claro que no me importa señor Jeon.
Volvió a juntar sus labios con los míos. Sonreí de nuevo recordando lo mucho que conseguía sacarme de quicio cuando se ponía así de boba. Aunque amaba que se pusiera boba. Pero eso siempre conseguía que terminara dejando a medias los trabajos, las tareas y los exámenes. Aunque tampoco era malo. Conseguía mimos gratis. Y me gustaba perder todo por ella. Juntó su frente con la mía sonriendo para después separarse y mirarme fijamente a los ojos. Tocó con suavidad mi nariz.
—¿Nos ponemos al lío?
Sonreí con fuerza durante toda la tarde en la que nos mantuvimos haciendo todo aquello que hacíamos en el pasado. Hablar, reír, bromear, tontear... Todo aquello que deseaba hacer. Sentía que ya nada estaba mal. Que por fin empezábamos a mirar hacia delante. Y, sentí por fin, que ahora estábamos ambos donde teníamos que estar. Estaba feliz de tenerte a mi lado y sabía que ahora jamás te perdería.
✩ Hola pequeñxs!! ¿Cómo están? ¡Cómo echaba de menos publicar aquí! Por fin, después de todo el ajetreo que he tenido estas semanas disfrutando de mi tiempo libre después del difícil curso que he tenido, por fin puedo dedicarle mi tiempo completamente a Wattpad y a mis historias. Lo siento por la espera y, de ahora en adelante, mi menta será subir esta historia y terminarla. ¡Muchas gracias por esperar enserio! ♡
He dividido este capítulo en dos partes porque lo veía demasiado largo como para dejarlo en una completa, habían muchas cosas que ambos tenían que decirse, así que era obvio que iba a alargarse, espero que lo entiendan.
· Aquí dejo el capítulo desde la perspectiva de Haneul, amadlo también.
· Recuerdo que la ❀ es el símbolo de Haneul así no habrá pérdida con los capítulos y que el de nuestro Jungkook es ☆.
· Dejo el tablón de pinterest con las de ideas de los lugares, momentos, personajes de esta historia aquí.
¡Nos vemos en el próximo capítulo bebus!♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro