☆ 02
Enero, 2021.
—Kookie... —medio susurraste y pude notar que era una de las pocas palabras que podían salir de su boca. Un año desde la última vez que oí tu voz y no la había olvidado para nada. Los mensajes que de vez en cuando nos enviábamos no eran tan sentimentales como oír tu voz en vivo.
—¿Qué pasa? —Pregunté preocupado e impresionado ante la situación de la llamada. Estaba intentando mantener la calma a pesar de lo rápido que latía mi corazón ante esta repentina situación—. ¿Estás bien? —Me preocupaba un poco su llamada a estas horas de la noche porque, quién sabe, quizás algo le había pasado (aunque esperaba que no).
—Sí, eso creo, solamente quería hablar contigo —respondiste con sinceridad en tu voz. El hecho de que hubiera soltado con tanta tranquilidad que quería hablar conmigo causó que latiera aún más el corazón—. ¿Cómo estás? Jungkook te he echado mucho de menos —Tenía que controlarse o sus palabras me matarían, ¿acaso no sabía lo que provocaba en mí?
—Y yo a ti Haneul, realmente no sabes cuanto, no sabía cuál era el momento adecuado para hablarte —comenté con sinceridad ignorando la mirada que me había dedicado Jimin, sonreía orgulloso y me estaban dando ganas de golpearle—. Estoy bien cenando pizza con Jimin —solté sin más provocando que pusiera los ojos en blanco porque con esas palabras intentaba molestarle.
—Mierda...
—¿Mierda...? —Pregunté confuso intentando entender esas palabras, ¿quizás es que quería pasar el tiempo con nosotros? Ella rió con esa risa que tanto echaba de menos, que agitaba mi corazón.
—Había olvidado mi día favorito, ¿cómo me pudo pasar? —Admitió provocando que saliera de mí una risa malvada. Obviamente era imposible que Kim Haneul aka mister olvidadiza (apodo que yo mismo le había dado) se olvidara de su día favorito.
—Me extraña en Kim Haneul —comenté con sinceridad y a la vez con ironía, ya que, era totalmente imposible olvidar el día de la pizza y porque era muy olvidadiza. Quería oírla rabiar, era lo que más deseaba en ese momento.
—Te la estás ganando, solo te digo eso —me amenazó provocando que volviera a reír. Sentía como, a pesar del tiempo, seguíamos tratándonos de la misma manera.
—Que miedo... —añadí con ironía para volver a molestarla. Suspiró molesta provocando que volviera a reír con maldad—. Perdón por no haberte llamado, ya sabes cómo soy para cuidar de otras personas... —comenté cambiando drásticamente de conversación tornándola a algo un poco más serio.
—Yo nunca he pensado que cuides mal de los demás —añadió a mis palabras con molestia. Muchas veces me había olvidado de hacer cosas por Haneul y aún así me defendía—. Simplemente no hemos tenido tiempo de hablarnos, no seas así contigo mismo, por favor —me pidió con una especie de cariño y preocupación en su voz.
—Lo sé pero debía haberte llamado.
—Y yo a ti, ¿eso nos hace ser peores personas? —Preguntó abriéndome los ojos como siempre que hablábamos.
—No —ella tenía razón y no podía decir que no—. Seguro que incluso Jimin te ha llamado más que yo, eso no tiene perdón —añadí formando un pequeño puchero con mis labios que funcionaría perfectamente con ella delante. Jimin me dio la razón para molestarme.
—Ahora quiero más a Jimin, dile que ahora es mi novio—bromeaste para molestarme y no pude evitar sentirme celoso.
—Jungkook me da que todo ya está dicho —continuó la broma mi hyung para aumentar mis celos pero fui inteligente e hice aquello que a mi Hannie le rompería el corazón.
—Bueno adiós entonces, te lo paso —me despedí poniéndole dramatismo a mis palabras. Era una táctica que solía usar para que ella dejara de molestarme.
—¡No seas bobo! —Exclamaste entre risas provocando también la mía. Reímos por un rato mientras recordaba momentos como esos en los que también me ponía a sobreactuar—. ¿Y qué tal te va? —Preguntaste curiosa ya que no sabías mucho sobre mis estudios.
Estaba apunto de acabar mi carrera completa, aún me quedaban unas cuántas clases de canto y producción musical que había decidido tomar como extra ya que —aparte de que quería subir la nota— tenía claro que me gustaba más cantar que el arte. Además, Jimin estaba como profesor y coreógrafo en una academia a la que había empezado a ir porque me estaba interesando bastante el tema del baile a pesar de que en un principio no se me daba nada bien. Decidí contarle todo eso para después preguntarle como le iban sus estudios en Seúl.
—Bueno, se supone que ya terminé todas las asignaturas, solo me queda entregar el trabajo de fin de curso y terminar mis últimos días de prácticas —me informaste y me te imaginé sonriendo ante sus logros, cosa que me pareció extremadamente bonito. Me alegraba demasiado por ti y no podía evitar sentirme emocionado.
—¿Cuándo acabas? —Pregunté con curiosidad, no podía aguantar más las ganas de verla, poder abrazarla y no separarnos jamás porque, realmente era mucho tiempo en el que había deseado que eso sucediera.
—En un mes y medio, luego me quedaría entregar el trabajo así que en dos meses volvería Busan —Suspiré al saber esa información, quedaba mucho tiempo para vernos...
Noté cómo hablaba con una de sus compañeras sobre algo mientras Jimin me hacía señas para que terminara la conversación para ayudarle a recoger y ver la película que llevaba pausada todo este tiempo que habíamos estado hablando. Te informé sobre ello para despedirme y dejar la conversación que por nada del mundo quería cortar pero que debía hacer. Estaba esperando tu respuesta, ¿que me dirías a modo de despedida? Yo por lo menos, tenía muchas ganas de decirte cuando la amaba pero eso, no sería bueno para ninguno de los dos.
—Vale cariño —«Cariño» Joder, dolía oír eso y no tenerla a mi lado para poder responderle igual—. Espero que duermas bien, ¡deséale a Jimin un buen sueño de mi parte también! —Exclamó provocando una pequeña risa burlona por mi parte ya que estaba ideando la manera de molestar a mi hyung.
—Buenas noches a ti también.
Decidí colgar sin añadir nada más ya que no quería provocar más dolor que el que ya teníamos estando a kilómetros uno del otro. Recogí lo que quedaba sobre la mesita de café para llevarla a la cocina donde se encontraba Jimin haciendo unas palomitas para acompañar la peli. Tiré el cartón de la pizza mientras ideaba la manera de decirle tu mensaje a la vez que conseguía molestarle. Llené la jarra de plástico de agua para llevarla al salón haciendo tiempo para que las palomitas se terminaran de hacer y acabar con mi sufrimiento de que en cualquier momento explotaría el microondas.
Eso me recordó a aquella vez que tanto te reíste por mi miedo a los microondas. Desde que tenía dos años empecé a cogerle miedo a aquel sonido insufrible que producía ese aparato electrónico, sumado a todas las vueltas que daba la comida dentro de él. Aquel sonido me hacía imaginar que en cualquier momento explotaría, por lo que siempre que utilizábamos el microondas tú lo usabas por mí e intentabas hablar conmigo para que no me centrara en ese maldito sonido. Nunca te imaginaste que una persona como yo le tuviera miedo a una cosa tan absurda como esa pero, aún así lo aceptabas.
—¿Ves? Se te ve más feliz después de haber hablado con ella —admitió Jimin intentando hacer que me concentrara en su voz y no en el sonido del dichoso aparato como tú solías hacer. Por lógica debería mantenerme fuera de allí pero, si estaba solo me ponía peor y sabía que Toki estaba durmiendo, la única opción que tenía era Jimin.
—Estos dos meses se me van a hacer eternos... —añadí a lo que había dicho y él me dedicó una pequeña sonrisa para después tomarme por los hombros. Siempre había sentido que Jimin me tenía mucho cariño y siempre le había considerado como un hermano mayor.
—Ya verás que no, ¿por qué no piensas en hacerle algo como sorpresa? Seguro que le gustaría —me aconsejó provocando que saliera de mí una bombilla encendida como los dibujos animados. Sonreí ante la idea que tenía pensada y asentí dandole a entender que era una gran idea.
—Creo que tengo el regalo perfecto.
—Ya me contarás —me guiñó el ojo.
El horrible sonido de aquel aparato terminó sin explotar —cosa que indirectamente agradecí, «menos mal que no vivo solo» pensé— y Jimin sacó el sobre de las palomitas para meterlas en un cuenco de plástico. Después volvimos al salón saliendo Toki corriendo hacia mí por lo que no pude evitar acariciarlo durante un rato mientras Jimin ponía la película. Desde pequeño siempre habíamos querido un perro pero nunca nuestros padres nos habían dejado por lo que, en cuanto decidimos ir a vivir juntos, fuimos a un centro de adopción para acoger un perrito. Desde que vi a Toki, sentí una extraña sensación, realmente es indescriptible, lo vi y supe que tenía que ser él. Es un cachorro Korean Jindo marrón a la vez que blanco. Sabía lo mucho que a ti te gustaban los animales así que seguramente Toki te encantaría.
Me senté en el sofá seguido de Toki que se sentó en el hueco que quedaba entre mis piernas para recostarse ahí. Jimin le acarició la cabeza antes de sentarse en el otro lado del sofá en forma de L para luego recostarse y poner en marcha la película desde el principio.
—Por cierto, Haneul te mandó buenas noches pero, primero me las dio a mí —comenté antes de que empezaran a hablar dejándole sin poder responderme, simplemente me miró dedicándome una mala mirada que me hizo reír.
En realidad le quería mucho pero, nunca lo iba a admitir.
☆ ¡Hola pequeñxs! ¿Les está gustando la historia? Espero que sí la verdad. I know, por ahora es normal que no tengan una idea clara porque no ha avanzado mucho pero, como yo me siento muy emocionada es imposible evitar preguntar ah. Sé que es un poco parecida la narración telefónica de ambos pero, no puedo cambiar nada ya que dijeron lo mismo, idk, espero que me entendáis jajaja, igual seguro es lo único que será igual. Os asmo<3
· Aquí dejo el capítulo desde la perspectiva de Haneul, amadlo también.
· Recuerdo que la estrellita es el símbolo de Jungkook así no habrá pérdida con los capítulos.
¡Nos vemos en el próximo capítulo bebus!♡
¡Me di cuenta de que el reparto no se publicó así que intentaré tenerlo para el próximo capítulo!
¿Qué esperáis que pase de ahora en adelante entre ellos?
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