— ¿Nada? — pregunta cruzado de brazos — ¿Ni un triste pez? Se pasaron la tarde allí y JungKook no pescó ni un pez.

Niega y y me da unas cuantas palmaditas en el hombro.

— Estás igual que Jin Hyung.

Río y me dispongo a subir a mi habitación para luego ducharme. Minutos después salgo del baño y bajo hasta la cocina.

— ¿Salimos a comer? — les pregunto a los dos quienes no tienen intención de cocinar nada.

— Claro, te estábamos esperando para salir.

Se levantan y van hasta la puerta saliendo por esta. Niego repetidas veces y los sigo hasta llegar a los pequeños puestos de comida que hay.

— Quiero pizza — SoRa muerde su labio y se engancha de nuestros brazos llevándonos hasta el local donde vendían pizzas.

Compramos una para cada uno y nos sentamos en una mesa frente al mar mientras comemos y bebemos en paz.

— ¿Creen que estaremos juntos para siempre? — pregunta ella y ambos la miramos pensativos.

— No quiero decir sí y hacer una promesa que tal vez no pueda cumplir _ responde Tae y suspiro.

— Creo que Tae tiene razón, no deberíamos decirte que sí. Ninguno debería decirlo porque no sabemos que puede pasar en un futuro — sonrío y los observo a los dos — Pero hay algo que sí puedo prometer, siempre estarán en mi corazón chicos. Cada persona que estuvo a mi lado nunca será olvidada, son parte de mi vida.

Estuvimos ahí por un largo rato, me di cuenta de que TaeHyung había desaparecido de nuestro lado cuando observé su silla y no estaba allí.

— ¿Y Tae? — le pregunto a SoRa.

— Vio a dos chicas pasar y fue tras ellas.

Reí y me levanté estirando mi mano para que se levantara también. Se levantó y no solté su mano, sólo comencé a caminar por la orilla de la playa.

— JungKook...

— ¿Si?

— Me gustas, mucho.

Sonrío y la miro. Sus ojos brillan y no puedo evitar sentirme feliz de estar a su lado esta noche.

Y por primera vez luego de haber sufrido tanto por amor, mi corazón late sin miedo a volver a intentar amar y ser amado.