🏐Cap. 33🏐
La tarde académica comienza para cierto grupo que está disfrutando del almuerzo con el resto de sus compañeros de equipo. Y dado que no todos comparten carreras bien podrían separarse, pero son tantas las horas extracurriculares de masivo entrenamiento que por instinto buscan juntarse.
Entre medio de ellos, un rubio y un castaño que no pueden dejar de mirarse compartiendo risillas a escondidas que no pasan desapercibidas para más de uno a su costado. Porque si la idea era ocultarse, alguien debería advertirles que el esfuerzo es lo suficientemente en vano como para lograrse.
Por otro lado, un alborotado grupo de chicas se acerca a la mesa que encabeza el capitán a medida que discuten cual de ellas se animará a encarar para lograr un lugar en el famoso baile anual. Dejando al equipo de voley en completo silencio cuando una de ellas carraspea.
—Yo... —comienza la nerviosa muchacha a medida que sus dedos chasquean — Quería saber si... —agacha su cabeza escondiendo detrás de su oreja un mechón de cabello que -rebelde- se suelta — ¿Me harías el honor de asistir al baile conmigo?
Silencio... Absoluto silencio se sucede ya que ninguno de ellos sabe bien para quién es la pregunta. Pero el punta, dispuesto a poner freno a su corazón dubitativo ante el profundo miedo de que su capitán conceda el pedido, consulta: —¿Es para mí, la propuesta?
Dejando al rubio con la boca abierta y los nervios consumidos, ya que nunca pasó por su cabeza la posibilidad de que Joaco quiera asistir a una de esas ridículas fiestas y mucho menos, en compañía de una fémina.
En ese momento, la joven levanta la mirada afirmando entre medio de sonrojos y risas provenientes de sus amigas. Y el argentino, conmocionado porque nunca se hubiera imaginado que era para él la propuesta, sacude su cabeza conteniendo una ligera risa.
—Lo siento bonita —se escucha enseguida una voz ya conocida —, nuestro jugador estrella no acepta salidas porque su contrato es exclusivo —faltando el "mío" que queda flotando entre las líneas de la intensa mirada del castaño hacia su compañero de cuarto.
De esa manera, Eren frena todo intento de avance sobre Joaco sin dejar al descubierto su preferencia sexual, pero es acallado cuando quiere meter más bocado en cuanto suenan las resueltas palabras del punta: —Lo siento linda, me hubiera gustado aceptar pero prefiero la compañía de un esbelto caballero a mi lado.
—¿Acaso... Eres..? —cuestiona la joven sonrojada hasta no dar más.
—Sí, soy gay.
—Pero el resto de nosotros estamos dispuestos —comenta Will siendo pateado por el opuesto que lo mira enfadado.
—Lo siento, no quise incomodar, tal vez ¿Eren?
Como si los ojos pudieran ser rayos láser, las miradas de varios del equipo recaen en dirección hacia el punta, escuchando de fondo algún sorbete que se succiona como a la espera de la continuación de la novela.
—Yo...
El incremento de la ansiedad que se genera en el rubio al querer rechazar y no poder hablar, alertan al castaño de inmediato. Pero dándole lugar a que actúe como más le parezca, espera paciente sabiendo que lo único que importa es cómo en la intimidad se sienten... Porque ahí, las miradas y las caricias no mienten.
Un par de expectantes segundos se suceden hasta que Will interviene largando un mal chiste sobre los dos pies izquierdos de su amigo, a lo que Eren reacciona con un nauseabundo revoltijo sobre la base de su garganta que se transforma en una inminente carrera hacia los sanitarios en donde devuelve hasta la última porción del almuerzo. Seguido, por supuesto, de aquel que se dispuso a cuidarlo a costa de salir dañado.
—Tranquilo bonito... Estoy aquí contigo.
Las continuas caricias del punta sobre su espalda, incrementan sus ganas de llorar ante el fracaso de no poder elaborar un "no" en forma de vocablos.
Se siente un engaño, un vil mentiroso que no es capaz de respetar ni sus propios sentimientos cuando luchó y lucha contra ellos. Pero, sobre todo, un traidor hacia aquella persona que le mostró un universo multicolor.
—Lo siento... Realmente lo siento...
El imparable llanto del rubio toma desprevenido al contrario... Castaño que no puede resguardar sus ganas de abrazar y consolar. Y dejándose llevar por lo que dicta el corazón más que la razón, lo atrae y envuelve entre sus firmes brazos.
Pasando de las lágrimas a un sonoro ronroneo que es producto de la inmensa calma que le transmite su compañero de cuarto. Calma que es interpretada como un "me importas" y un "me gustas, de verdad".
Porque en ciertos momentos, las palabras sobran cuando es necesario accionar. Estar para aquella persona a quién decimos amar aún en la inmensidad de las sombras.
Que no solo sean palabras vacías aquellas que podemos expresar. El afecto, se transmite en sentimientos, preocupación y apoyo emocional.
Gracias por estar♥️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro