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ʚ Capítulo 404. Anhelo Oscuro ɞ

El Príncipe Minho se levantó primero y se marchó. En cuanto nos quedamos solos, el Gran Duque TaeMin dijo con gravedad,

"Ese príncipe acaba de tener unos pensamientos extraños."

"¿Pensamientos extraños?"

"Puede que no signifique nada, pero... el Rey de Whitemond le envió una carta a través de una paloma mensajera. El mensaje decía que si el príncipe no se casa, la paz del mundo se verá amenazada."

"¿La paz del mundo?"

Una cosa sería que amenazara la paz de Whitemond. ¿Pero del mundo? Suena exagerado.

"El príncipe parecía pensar que su padre estaba inventando excusas."

"Gracias por avisarme."

Era una cuestión que merecía la pena analizar. Recientemente, YoonGi había mencionado que la Alianza del Continente Wol envió al Imperio Occidental una invitación para la Ceremonia de Año Nuevo. Pero envió cartas diferentes disimuladas como invitaciones a las demás naciones. Todas esas naciones celebraron reuniones de emergencia tras recibir las cartas. Sea lo que sea que dijeran, no debía ser un asunto menor. Tal vez las preocupaciones de Whitemond tenían algo que ver con eso.

"Te lo agradezco mucho. De hecho, hay algo que me inquieta al respecto."

Dado que el Gran Duque TaeMin sabía a qué se debía porque podía leer mis pensamientos, asintió,

"Si descubro más información, te lo comunicaré inmediatamente."

"Siempre me ayudas."

"Lo hago para compensar mis errores anteriores. Así que no tienes que sentirte mal."

Tan pronto como el Gran Duque se marchó, pedí a un guardia que buscara a YoonGi o a HoSeok. No mucho después, YoonGi apareció.

"¿Qué pasa, mi consorte?"

Le expliqué lo que el Gran Duque había descubierto, omitiendo únicamente la parte sobre que el Gran Duque TaeMin había leído la mente del Príncipe Minho.

"Si a Whitemond le preocupa que la paz mundial se vea alterada, entonces la Alianza del Continente Wol debe de haber sugerido todo lo contrario a la paz."

Murmuró YoonGi con una expresión seria. Sus ojos púrpuras parecían más oscuros que de costumbre.

"Como no recibimos la misma carta, debe de ser a nosotros a quienes apuntan."

"Así es, Mi Consorte. Necesito recuperar las piedras de maná más rápido."

El suave sonido del tintineo de un cuchillo y un plato resonaba en la habitación, junto con la sutil fragancia a pino. Eso, sumado al delicado revestimiento verde de la habitación, le daba un aire elegante.

Sin embargo, el hombre en el centro de la habitación parecía cualquier cosa menos elegante.

"Ya deben tener una idea de nuestras intenciones, por lo que estarán nerviosos... lo que significa que se esforzarán por borrar las pruebas."

El hombre sonrió maliciosamente, como si esto le encantara.

"¿Es posible que aún no se hayan dado cuenta?"

Preguntó su subordinado.

"Si carecen de información, no pasa nada. Sólo los convierte en blancos fáciles."

Respondió Ángel mientras masticaba una rodaja de pescado.

"Pero señor, ¿no está apuntando tanto al Imperio Oriental como al Imperio Occidental? Si las cosas siguen así—"

"Que apunte a ambos no significa que lo haga al mismo tiempo."

"Aun así..."

Su subordinado se detuvo, tragando saliva. ¿Y si enfadamos a dos grandes potencias para nada? Quiso preguntar.

"Si voy a por los dos y unen sus fuerzas, ¿entonces qué? Será difícil tener éxito, incluso con todo el apoyo de la Alianza. Por eso la mejor táctica es acabar con ellos por separado."

Ángel sonrió plácidamente y volvió a cortar su pescado. El Imperio Occidental y el Imperio Oriental no sabrían que iba a por los dos. Supondrían que sólo quería un país.

Pensaba mantener esto en secreto.

"¿Qué hay de los países que recibieron la carta? ¿Cómo reaccionaron? Ya deberíamos tener sus respuestas."

El subordinado apretó las manos. Ángel asintió,

"Hasta ahora sólo hemos recibido respuesta de Bohean Azul."

"¿De Bohean Azul? ¿No es allí donde está el Duque Kyuhyun?"

Por primera vez en toda la comida, el cuchillo dejó de chirriar contra el plato. Ángel enarcó las cejas y se echó a reír, sacudiendo la cabeza.

"Oh, no. El Duque Kyuhyun es un mero peón."

Hilos amarillos y rosados en la punta de unas largas agujas se balanceaban de un lado a otro. El Duque Kyuhyun y su madre tejían sin prisa.

"¿Cómo me quedó?"

Kyuhyun le mostró una bufanda torpemente tejida. Su madre rió animadamente. Todo parecía más pacífico que nunca.

Cuando se durmió, el Duque Kyuhyun la cubrió con una manta y salió. Sus emociones de satisfacción se tornaron repentinamente en frialdad. Intentaba controlar su enfado con su padre, sin dejar que se le notara. Pero hoy, ya no pudo reprimirlo más.

Su padre, el Gran Duque Claude, estaba fuera del edificio principal. Kyuhyun pasó a su lado bruscamente, sin saludarle.

"¿Te das cuenta de lo que pasó por culpa de esa imprudente aventura amorosa tuya?"

Exclamó su padre, a lo que el Duque Kyuhyun se dio la vuelta inexpresivamente.

"¿Qué quieres decir con eso?"

"Te hiciste enemigo del Imperio Oriental. Luego hiciste lo mismo con el Imperio Occidental. Ahora estamos jugando con dados amañados. Sólo podemos elegir uno o seis— nos has borrado los otros números."

Esa noche, Kyuhyun escribió una carta apresurada. Tras investigar el molesto comentario de su padre, descubrió que la alianza había hecho una extraña sugerencia y el Rey de Bohean Azul la había aceptado.

El Rey solía apoyar la paz, pero había cambiado de postura a raíz de la disputa de Kyuhyun con el Imperio Oriental. Preocupado porque su país se convirtiera en enemigo de una poderosa nación, el Rey decidió que lo mejor para Bohean Azul sería erradicar el Imperio Oriental.

Una vez terminada la carta, Kyuhyun la ató a la pata de una paloma mensajera, que emprendió el vuelo. Mientras observaba a la paloma alejarse por la ventana, pudo ver la pequeña casa de su madre, normalmente oculta a la vista desde el edificio principal, al girar la mirada. Dejó escapar un suspiro.

Un niño pequeño que buscaba venganza por su madre casi mata a una mujer. Esa mujer robó el nombre de la madre, llevándola a la desesperación. Un acto llevó a otro, y la venganza del joven casi causó la muerte de una mujer conocida como...

JungKook miró a Eunwoo con apatía. Aunque tenía una sonrisa en los labios y su voz sonaba amable y suave, una persona perspicaz se daría cuenta de que sus ojos permanecían fríos.

Eunwoo se sentía temeroso e indeciso. Era sensible a la hostilidad de los demás como si fuera un herbívoro. Instintivamente, percibió el desagrado de JungKook hacia él. Puede que por eso su mirada hiciera estremecer a Eunwoo. Este comportamiento débil molestó aún más a JungKook, y al hacerlo, Eunwoo se encogió aún más. Era un círculo vicioso.

"Bueno, Eunwoo. ¿Así que deseas volver a casa?"

Los ojos de JungKook se entrecerraron.

La niñera, que lo había acompañado a ver al emperador, apenas resistió el impulso de golpearse el pecho de frustración. Examinó a Eunwoo con preocupación. Había acompañado al niño en el calor del momento, cuando él dijo que necesitaba decirle una cosa al emperador. Pero no se imaginaba que le diría,

"Por favor, envíeme a casa."

Eunwoo había reunido mucho valor para venir al palacio. Sin embargo, aquí estaba, rindiéndose a los pocos días. Su posición como futuro emperador estaba en juego. Era el trono del país más grande y poderoso del mundo. ¿Cómo podía renunciar a una oportunidad así tan fácilmente? Otros se dejarían la piel por ello.

Intimidado, Eunwoo no pudo responder.

JungKook se inclinó hacia delante.

"¿Adónde irás? ¿A casa del Gran Duque Daehwi? Su estado de salud aún es delicado. ¿Qué quieres hacer, Eunwoo? ¿Piensas cuidarlo tú mismo hasta que se mejore?"

Incluso JungKook se sobresaltó. Sus palabras salieron más duras de lo que pretendía. Cerró la boca con fuerza.

Había visto una extraña ilusión recientemente, pero el recuerdo se desvaneció durante el día. De acuerdo con Beomgyu, cuando perdió el conocimiento, el Marqués Jaehyun le dirigió una mirada increíblemente extraña.

Tenía tantas cosas de las que preocuparse que le enfurecía ver al siguiente en la línea de sucesión al trono comportarse así.

"S-Sí, Su Majestad."

Eunwoo tartamudeó como una cabra. Estaba aún más asustado. En realidad no quería cuidar a su padre, pero pensó que sería mejor seguir la corriente al emperador.

"Quiero ver a Padre... y a Madre."

"Si eso es todo, entonces tómate un día— o dos, si uno no es suficiente— para visitarlos, Eunwoo. Tu casa no está lejos, ¿cierto?"

"E-Eso es cierto, pero..."

Los ojos del niño recorrieron la habitación, incapaz de idear una excusa ingeniosa.

La razón por la que JungKook había ordenado a sus secretarios y nobles que trajeran a Eunwoo al palacio imperial era porque quería evitar que el niño fuera educado por el Gran Duque y la Gran Duquesa Daehwi. Dada la oportunidad, la ambiciosa pareja moldearía a su indeciso hijo para convertirlo en un instrumento al servicio de su voluntad.

Por supuesto, JungKook no tenía planes de enviar a Eunwoo con el Gran Duque y la Gran Duquesa. Sólo era un farol. Pero Eunwoo no necesitaba saber eso todavía.

A pesar de su generosa oferta, Eunwoo puso una expresión de incomodidad. Aunque JungKook ya no podía soportarlo más, lo volvió a intentar con un tono amable.

"Quisiera enviarte a casa, Eunwoo. Pero los nobles y los funcionarios armarían un escándalo. Ahora mismo, eres el siguiente en la línea de sucesión al trono. No podemos permitir que te asesinen, ¿lo entiendes?"

"En-Entonces... ya no quiero ser el sucesor."

Eunwoo sollozó. Este inesperado bombazo silenció a todos en la oficina, incluido JungKook.

"¿Lo dices en serio?"

"Sí, Su Majestad."

Eunwoo no era inteligente, pero incluso él se dio cuenta de lo que esto significaba. Como había crecido viendo cómo a su padre no le importaba nada el trono, él tampoco lo deseaba. Eunwoo sentía lo mismo por sus estudios. En vez de trabajar duro como el próximo emperador, quería pasar su vida en la comodidad de los lujos. Disfrutando de su inmensa fortuna y del honor de ser de la familia imperial.

Incluso este emperador, reconocido por su inteligencia, se había encontrado ya con muchos problemas, a pesar de llevar sólo unos pocos años en el trono. Si Eunwoo ocupara el lugar de JungKook, el niño sabía que le explotaría la cabeza. El Emperador JungKook ya parecía todo menos estable. Eunwoo no quería acabar como él.

Ya entrada la noche, el Marqués Jaehyun informó de los acontecimientos del día al JungKook de la noche.

"Su Alteza el Príncipe Eunwoo pidió volver a casa, porque renuncia a su derecho al trono. Oficialmente."

Dado que renunciar permanentemente al propio derecho de uno era una decisión absolutamente personal, JungKook no tenía nada que aceptar o hacer. Envió a Eunwoo a casa, pidiéndole que lo reconsiderara debido a su corta edad. Pero si el niño volvía a hacer la solicitud, JungKook no podía hacer otra cosa que concedérselo.

JungKook frunció el ceño.

"Eso es sorprendente. Puede que el Gran Duque Daehwi no quisiera ser emperador él mismo, pero estoy seguro de que quería que su hijo lo fuera algún día."

JungKook no sabía que Eunwoo había tomado la decisión aterrorizado tras conocer a su yo del día.

"Ha sufrido mucho desde que el Gran Duque volvió del Imperio Occidental. Como un niño delicado, debe haberse asustado al verse de repente arrojado solo en el palacio imperial."

"Ya veo..."

JungKook reflexionó. ¿Era esa la única razón? Mientras JungKook pensaba, el Marqués Jaehyun dejó escapar un suspiro.

Cuando JungKook lo miró, el Marqués tomó la palabra.

"Su Majestad, sin Eunwoo como su sucesor, no tendrá otra opción que volver a casarse."

JungKook cerró los ojos. En contraste con el enérgico JungKook del día, no tenía esperanzas de que JiMin volviera algún día. Aun así, no deseaba casarse con nadie más aparte de él.

"Su Majestad, aunque sólo sea por el bien de nuestro pueblo y el bienestar de nuestro país, debería encontrar un nuevo consorte."

"No lo sé."

Si lo hiciera, esta vez sería un matrimonio de conveniencia. ¿Cómo funcionaría? ¿Podría la mujer o doncel con el que se casara soportar tanto su versión del día como la de la noche? En el mejor de los casos, lo encontraría extraño y lo evitaría. ¿Y si, en vez de eso, se aprovechara de él? Incluso si el propio consorte no lo hiciera, su familia podría tener malas intenciones.

"Um... otra cosa, Su Majestad."

El Marqués Jaehyun se aclaró la garganta. Esta vez, sonó vacilante.

"¿Qué pasa?"

"Es un asunto incómodo, así que preferí no decírselo a su yo del día, pero..."

El Marqués Jaehyun volvió a cerrar la boca.

'¿Qué es?'

JungKook se sintió frustrado.

"Habla. No pasa nada."

El Marqués finalmente asintió.

"Lord JiMin ha dado a luz gemelos."

La expresión de JungKook se endureció. El Marqués Jaehyun juntó las manos, lamentando tener que dar esta noticia. Pero había que decirlo.

"La Alianza viene a por nosotros, así que no hay razón para que ataquen al Imperio Occidental. Y el Imperio Occidental tampoco querrá provocarnos, ya que la Alianza anda buscando puntos débiles. Además, Lord JiMin puede abogar por nosotros ya que está allí."

El ceño fruncido de JungKook se acentuó.

"Su Majestad, sé que no estamos en buenos términos con el Imperio Occidental debido al fenómeno de la disminución del maná, pero ¿no sería mejor enviar un regalo de felicitaciones, como muestra de amistad?"

JungKook fue incapaz de darle una respuesta adecuada.

"Gemelos... JiMin tuvo gemelos."

Su mirada se hundió sombríamente. Emociones oscuras, demasiado difíciles de expresar, surgieron en su interior. Demasiado pesadas para llamarlas celos, demasiado turbias para considerarlas anhelo y demasiado deprimentes para llamarlas rabia.

Dado que parecía demasiado ido para hablar de un regalo, el Marqués Jaehyun se marchó. Ahora completamente solo, JungKook se tumbó sobre el respaldo de la silla como si fuera ropa sucia.

JiMin...

Le vinieron a la mente las comidas semanales que solían tener juntos. Extrañaba esos ojos mirándole. Incluso extrañaba su cara de enfado.

¿Cómo serán sus bebés recién nacidos? ¿Se parecerán a él? Si bien tenía curiosidad, al mismo tiempo no quería saberlo. Una parte de su corazón no quería verlos, pero otra, ansiaba conocerlos. Y verlo a él también...

"Marqués Jaehyun."

Salió del salón y se apresuró hacia donde esperaba el Marqués.

"Sí, Su Majestad."

"Reúne todo lo que un padre primerizo pueda desear y envía los regalos a la Duquesa Park. Pero no menciones que los regalos son de mi parte."

Dicho esto, JungKook volvió a la cama y enterró la cabeza entre sus rodillas.

Asuu, volví de nuevo, ando atracada porque a mi mamá se le ocurrió hace una revisión de teléfono todos los días (la profe lo sugirió a todos los padres) y ya pues, no se puede actualizar de esta forma, cada día tengo miedo q encuentre algo malo en mi cel😔

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