'Si tienes más de un hijo, procura que se lleven bien entre ellos...'

Eso fue lo que me susurró la santa antes de marcharse. A priori, no parecía nada especial. Cualquiera que tuviera varios hijos querría que se llevaran bien. Seguramente lo dijo como una bendición.

Si es así, ¿por qué me lo susurró? Esas palabras me inquietaron.

"¿Qué le dijo la santa, Su Majestad?"

"Obviamente debe haber sido algo muy bueno. ¿Cierto?"

"¿Dijo que su bebé se convertirá en un destacado emperador?"

"No, debió decir que Su Majestad se convertiría en un mago asombroso. ¿No les parece?"

Les había dicho a mis damas de compañía que iría a ver a la santa, así que me acribillaron a preguntas una vez que volví. No podía responder con total sinceridad. Intenté pasar de ellas.

"Me dijo que era una suerte que YoonGi me hubiera conocido."

"De hecho, dijo que el pueblo del Imperio Occidental debería estar agradecido de que Su Majestad conociera al Emperador Consorte JiMin."

Respondió el Vizconde Kim.

Mis damas de compañía, complacidas, gritaron de acuerdo,

"¡Así es!"

Las damas se alegraron al oírlo porque ayudaría a cambiar la opinión de la gente. Habían oído que algunas personas creían que YoonGi se había vuelto cruel por mi culpa, tras el exterminio de la Familia Jong.

"Como los Guardias Imperiales también lo han oído, pronto se extenderá la noticia. Tal vez por eso lo dijo la santa."

El Vizconde mostró una amable sonrisa. Todavía no le había dicho que la santa también había dicho cosas raras sobre él. Sólo murmuré un gracias.

No obstante, le conté todo a YoonGi una vez que regresó un par de días después.

"¿Dijo que nos aseguráramos de que nuestros hijos se llevaran bien? ¿Crees que no se le ocurrió nada más que decir?"

Puede que no fuera sincero, pero aún así era una extraña profecía. En cuanto le dije que le había chasqueado la lengua a HoSeok, se echó a reír. Sin embargo, se tomó en serio lo que dije sobre el Vizconde Kim.

"Sabes, también había caballeros de la 4ª División en el lugar donde fui a recuperar esta piedra de maná."

"¿Crees que están tramando algo?"

"No. Al igual que la última vez, estaban buscando pruebas. Deben haber oído que alguien en las cercanías perdió su maná."

"¿Te metiste en otra pelea?"

YoonGi me dijo la última vez que no había tenido otra opción que luchar contra algunos caballeros. Recuperar las piedras de maná ya era bastante difícil. Me preocupaba que se hubiera encontrado con más caballeros. El Cuarto Comandante empezaría a sospechar si sus caballeros eran atacados cada vez que iban en busca de pistas. Se daría cuenta de que, efectivamente, había pruebas en la zona.

"Desvié su atención antes de recuperar la piedra. Pero no puedo seguir haciendo eso."

¿Cuáles eran algunas estrategias para evitar que el Cuarto Comandante fuera avisado mientras recogía las piedras de maná?

Uno: Eliminar a los adversarios para recuperar la piedra.

Dos: Esperar a que los adversarios no estén atentos para recuperar la piedra.

Tres: Distraer a los adversarios para recuperar la piedra.

YoonGi ya había utilizado las estrategias uno y tres. Eran métodos eficaces, pero su uso repetido despertaría sospechas. En cuanto a la número dos... si los adversarios no bajaban la guardia, era inútil.

Necesitaba encontrar otra estrategia para YoonGi. Ahora que lo pienso, ¿no usaba el Marqués Youngjae magia ilusoria?

Si le pedía ayuda, sería estupendo, pero... no podía. El Marqués Youngjae no sabía de la implicación de YoonGi en el fenómeno de la disminución del maná. Además, aunque ahora estaba de nuestro lado, YoonGi todavía era precavido.

¿Y si el Marqués Youngjae ayudara a YoonGi sin saber lo que estaba pasando? Eso probablemente sólo funcionaría una o dos veces... pero incluso una breve ayuda podría ser útil. Mientras no hubiera cientos de piedras de maná esparcidas por ahí.... No, era preferible no recurrir a él. Al menos hasta que hubiera explorado otras alternativas.

A decir verdad, había estado tentada de pedirle ayuda a SuRan. Él estaba consiguiendo muchas joyas por ayudarme con mi magia. ¿Qué tal si le pedía ayuda para recuperar las piedras de maná?

¿Debería preguntarle y ver? Pero, ¿cómo reaccionará ante las piedras de maná...? Estaba reflexionando sobre esto a solas mientras mojaba mis manos en una palangana grande de agua tibia, cuando oí a SuRan no muy lejos.

"Joven de nombre extraño, ¿seguramente no considera eso entrenamiento?"

Cuando lo miré, sobresaltado, se dirigió directamente hacia mí. El Gran Duque TaeMin caminaba a su lado, con una expresión de dolor. No retiré las manos del agua.

SuRan se aclaró la garganta mientras evitaba hacer contacto visual. Debió recordar cómo salió corriendo de repente detrás de un pájaro azul mientras me enseñaba la última vez.

"Es una buena forma de entrenar."

SuRan cambió de opinión un momento después. Hizo un gesto con la mano para que continuara.

Como sólo había estado jugando con el agua, saqué las manos y me las sequé. SuRan me observó y pidió a los demás que se apartaran. Pedí a mis damas de compañía y al Vizconde Kim que nos dejaran un poco de espacio. Esperé hasta que retrocedieron. Sin embargo, no se alejaron demasiado.

Aún así, SuRan parecía satisfecho.

"Joven de nombre extraño. Ese pájaro azul de la última vez... ¿fue criado aquí?"

Mantuve la boca cerrada. No tenía ni idea de qué decir.

"Definitivamente vi un pájaro azul revoloteando. Lo seguí, pero desapareció. Cuando volví en mí, no había ningún pájaro."

No había un pájaro, pero sí un hombre con el cabello azul.

"TaeMin, ¿también experimentaste alucinaciones cuando tomaste la poción?"

El Gran Duque negó con la cabeza.

"Joven de nombre extraño, ¿crían pájaros en el Palacio Imperial? ¿Hay azules?"

No me atreví a decirle que no. Si descubría a HoSeok convertido en pájaro, me preocupaba que el dragón causara una conmoción. Me aclaré la garganta,

"Sí tenemos pájaros, pero... ¿por qué lo preguntas?"

"¿Cómo que por qué? Porque son lindos."

"¿No crees que fue un efecto secundario de la poción? Ya debería haber desaparecido. ¿Por qué buscar a ese pájaro?"

Fue extraño que hubiera visto la versión humana de HoSeok como un pájaro mientras estaba bajo la influencia de la poción. No podía entenderlo.

"Supongo que tienes razón. Aún así, me hizo sentir bien, ¿sabes? Es sólo un pájaro. Tal vez debería criar uno."

Justo cuando terminó de hablar, oí una voz familiar gritar,

"¡Su Majestad!"

HoSeok corrió hacia mí, con algo presionado contra su costado. Pero cuando se dio cuenta de la presencia de SuRan, se detuvo y se quedó inmóvil. Sus ojos se desorbitaron. Cerró la boca de golpe, como si tuviera miedo ahora que sabía que este 'hombre' era un dragón.

Pero SuRan, que antes le había llamado 'pájaro azul, pájaro azul' en tono melodioso, no estaba bajo los efectos de la poción. Ya no veía a HoSeok como un pájaro. Ni siquiera le dirigió una mirada, como la primera vez que me lo presentó el Gran Duque TaeMin.

Observé a HoSeok y luego sonreí a SuRan.

"Te enviaré uno de los pájaros azules criados en el palacio como regalo."

"Oh, ¿de verdad?"

"Sí."

"Lo espero con ansia."

Volví a mirar a HoSeok. Tenía los hombros tensos mientras esperaba a que el Gran Duque se marchara con SuRan. Mientras lo observaba, pensé de repente,

'Quizá éste sea el camino.'

HoSeok, como pájaro azul, podría pedirle a SuRan que recolectara las piedras de maná para nosotros. Entonces SuRan podría dar un paso adelante...

"Su Majestad, ¿por qué me mira así?"

"¿Cómo?"

"Hace un momento, me estaba mirando con una mirada muy calculadora."

"No es cierto, HoSeok."

El Duque Kyuhyun continuó la historia hasta que su madre se durmió. No se levantó hasta pasadas cinco horas. Antes de abandonar el templo, la arropó y le dio un beso en la frente.

Volvió a pasar por el estrecho sendero cubierto de maleza, atravesó el jardín trasero, entró en el edificio principal y, finalmente, subió las escaleras hasta su habitación. Nada más abrir la puerta, descubrió a su padre esperando, rígido como un muñeco de piedra.

El Duque suspiró, irritado.

"¿Qué haces en mi habitación?"

"Ten en cuenta que esta habitación formaba parte de esta casa antes de ser tuya."

El Duque Kyuhyun enarcó las cejas. No se quedaba aquí porque le faltara dinero, lo cual su padre sabía. No tenía sentido decir tal cosa. Mientras el Duque Kyuhyun pensaba en su padre, que no le caía nada bien, levantó la gran bolsa que le había traído el mayordomo. La colocó sobre la cama.

"¿Otra vez vas por ahí causando problemas? ¿No sabes que cada vez que oigo algo nuevo sobre ti, me siento tan avergonzado que es insoportable?"

Su padre le fulminó con la mirada.

"¿Cómo podría no hacerlo?"

"¿No te importa?"

"¿Es peor que te avergüence sin darme cuenta, o que te avergüence a propósito? ¿Pensabas que estaba haciendo lo primero, padre? ¿O eso es lo que querías creer?"

Su padre se quedó boquiabierto.

Kyuhyun se desabrochó el chaleco y lo tiró sobre la cama. Pero sus dedos dejaron de desabrocharse la camisa cuando oyó las siguientes palabras del Gran Duque Claude.

"Su Majestad te ha convocado."

Kyuhyun bajó las manos.

"El Emperador del Imperio Oriental envió un emisario. Está increíblemente enfadado. Esta vez has cruzado una línea que no deberías. La Familia Imperial del Imperio Oriental está en un nivel diferente de las familias con las que te has metido hasta ahora."

Kyuhyun se dirigió a la puerta sin contestar. Si su padre no se marchaba, lo haría él.

Justo antes de que se cerrara la puerta, el Gran Duque habló en un tono alto, con voz fría e impotente.

"¿Cuánto tardarás en perdonar a Alessia? Arriesgó su vida para salvarte, lo sabes. Tú más que nadie no deberías actuar así."

En vez de dar una respuesta, el Duque Kyuhyun cerró la puerta de un portazo.

La puerta de la oficina se abrió. HoSeok entró. Al ver su expresión vacía y desalmada, YoonGi preguntó,

"¿Por qué luces tan miserable?"

HoSeok suspiró e inclinó la cabeza.

"Estaba pensando que ojalá fuera un pájaro azul menos encantador."

"Humph. Así que quieres hablar tonterías, ¿no?"

"Es inevitable que sientas celos de mí. Un gran ser se ha fijado en mí... como el adorable pájaro azul que soy. Pero no quiero eso, ojalá mis plumas azules estuvieran un poco más desteñidas."

YoonGi lo miró como si hubiera perdido la cabeza. Durante un rato, HoSeok continuó, absorto en sus hermosas plumas y su elegante cola.

Eventualmente, preguntó a YoonGi,

"¿Qué está haciendo ahora, Su Majestad?"

YoonGi estaba apoyado en el escritorio, anotando algo. Si estuviera trabajando, se habría sentado correctamente. Sin embargo, garabateaba con una pluma, sonriendo.

"Es una carta de amor."

"Oh... ¿Por qué no la escribes en algún sitio donde no pueda verte?"

"¿Por qué no cierras los ojos?"

No tardó en terminar la carta con una mirada de satisfacción. HoSeok se estremeció, pero no pudo contener su curiosidad.

"¿Se la enviarás al Consorte JiMin? ¿Qué dice?"

"Ya que debo marcharme otra vez, por culpa de las piedras de maná, esconderé una carta que le traerá viejos recuerdos. Espero que se sorprenda cuando la encuentre."

Llamarlo carta podría ser una exageración, era más bien una nota corta.

'No es en absoluto porque me moleste que el Emperador JungKook le haya enviado una carta.'

Una vez terminada la carta, la dobló cuatro veces y besó cuidadosamente la parte superior. Se la guardó en el bolsillo y luego fue a buscar a JiMin. Mientras se abrazaban, sacó la carta y se la metió en el bolsillo.

"¿Por qué me abrazas de repente?"

YoonGi me dijo con ternura que era porque me echaba de menos. Después de darme una sucesión de besos en la mejilla, se marchó. ¿Es porque se va otra vez a recuperar más piedras de maná?

El lugar donde me había besado comenzó a sentirse cálido. Acaricié la piel donde su mano me había tocado mientras me preguntaba si el bebé que llevaba en mi vientre lo había visto.

"Cuando padre y papi se besan, tienes que cerrar los ojos."

Para cuando acabé mi trabajo, eran las cinco de la tarde. Como pensaba cenar con mi familia, me puse ropa cómoda. La cena de esta noche era una despedida para mi padre. Llevaba demasiado tiempo fuera de la mansión y de nuestro territorio. Hizo planes para regresar al Imperio Oriental mañana. Si quería estar aquí antes de que naciera el bebé dentro de pocos meses, tenía que volver a casa ahora.

Pero justo después de cambiarme de ropa, volví a ponerme la capa que había llevado antes. En ese momento, Lisa vino corriendo hacia mí con la cara enrojecida.

"Su Majestad, tengo... tengo un favor que pedirle."

Me pregunté qué podría ser. Dudó un momento. Al final, me entregó una pequeña nota.

"¿Qué es?"

Las orejas de Lisa se pusieron rojas.

"¿Podrías darle esto a Lord Jungwon? ¿Por favor?"

¿A mi hermano?

"¿Esto es una confesión?"

Exclamó JiSoo, cubriéndose la cara con una mano y golpeando la espalda de Lisa con la otra.

"¡N-No!"

Luego me suplicó,

"¿Estaría bien...?"

"Por supuesto."

Tenía curiosidad por saber qué decía la nota, pero en vez de preguntar, me la guardé en el bolsillo. Pero de camino a la cena, mi curiosidad era casi insoportable. ¿Qué decía? Ya había sospechado un par de veces que a Lisa le gustaba Jungwon. ¿Era cierto después de todo?

Lisa era una joven buena y fuerte además de un verdadero caballero. No me importaría que mi hermano terminara con ella. Pero... el Príncipe Minho ya había propuesto oficialmente matrimonio. Jungwon lo estaba considerando seriamente. Si le gustaba a Lisa, ¿no saldría herido al menos uno de los tres?

En medio de mis preocupaciones, me encontré a Jungwon solo en la entrada del comedor.

"¿Qué haces aquí?"

"Quería que entráramos juntos."

Respondió con una sonrisa y me acercó su brazo. Al tomarlo, pensé que ahora sería el mejor momento para darle la carta. Dársela delante de papá y mamá podría parecer extraño.

"Espera."

"¿Qué pasa?"

Saqué la nota del bolsillo y se la extendí.

"La Señorita Lisa quería que te diera esto."

"¿No es tu dama de compañía?"

"Mhm."

Supuse que querría leerla enseguida, así que me excusé y entré sola en el comedor.

Mientras Jungwon miraba la carta rosa claro, se rió confundido. Lisa era la dama de compañía que lo trataba como al ser más delicado del mundo. De vez en cuando se paseaba con una lanza a la espalda mientras llevaba un vestido...

'¿Qué clase de carta ha escrito? ¿Algo sobre la bebida de leche mezclada con miel que mencionó la última vez?'

Inconscientemente, Jungwon desdobló la nota.

— ¿Recuerdas la primera vez que me diste una palmada en el trasero? Desde ese día quedé enamorado de ti.

Jungwon jadeó y dejó caer la carta, conmocionado.

Diosito, apiadate de mi, lo único que quiero hacer hoy es ver caso cerrado y andamos en clases virtuales.

Disculpas de todo corazón, he sido muy irresponsable, pero no tenía tiempo ni de respirar, hasta hay veces donde me duermo en el transporte.

Realmente el ritmo de vida que llevo ahora creo que va a seguir, voy a tratar de terminar eso lo más rápido posible.

Espero su comprensión y estén atentxs