El Vizconde Daesung también estaba en la fiesta, así que no fue difícil llamarlo.

TaeHyung ordenó al Vizconde Daesung que lo visitara antes de salir del palacio imperial.

El Vizconde fue a verlo alrededor de las nueve de la noche. TaeHyung lo dejó pasar al salón y mandó salir a todas sus criadas.

Al quedarse solos, los ojos del Vizconde brillaron con intriga, pensando que hablaría de un secreto.

TaeHyung abrió la boca, ocultando la oscuridad en su interior.

"¿Puedes conseguir un mercenario hábil y discreto?"

El Vizconde Daesung sonrió con orgullo,

"No es difícil para mí conseguir un mercenario."

"Un mercenario que mate por dinero."

El Vizconde Daesung se sorprendió un poco, pero esta vez respondió con una sonrisa siniestra.

"Por supuesto."

Después de que el Vizconde se fuera, TaeHyung se llenó de alegría. ¡No puedo creer que pueda usar las manos del propio Vizconde Daesung para matar al despreciable Beomgyu!

Si todo saliera bien, Beomgyu moriría, y el Vizconde Daesung estaría feliz sin saber lo que había hecho. ¿Y si luego le confieso la verdad? ¿No se volvería loco?

Pero al despertarse después de una buena noche de sueño, la inquietud se apoderó de él. ¿Y si el Vizconde Daesung hiciera de esto otra debilidad? Ya tenía una relación con él que no podía soportar, ¿estaría bien añadir otra debilidad a la lista?

Después de mucho pensarlo, TaeHyung decidió acudir al Duque Kyuhyun. De todos modos, quería contarle sobre la ofensa a su amistad por parte de Jeon y el Barón Lyan.

Cuando TaeHyung le contó sobre las preocupaciones de Jeon y el Barón Lyan, el Duque Kyuhyun sonrió despreocupadamente.

"Es TaeHyung quien debe decidir si creer o no en los rumores. Lo importante no son los rumores, sino la verdad."

"El Duque Kyuhyun es un hombre maravilloso, no entiendo por qué circulan malos rumores."

"Envidia."

"Sí. El Duque es uno de los hombres más apuestos que he visto. Tiene un fuerte encanto que está por encima de los demás."

TaeHyung confesó, mirando fijamente al Duque Kyuhyun, que estaba relajado a pesar de los malos rumores.

Sin embargo, cuando le contó que le pidió al Vizconde Daesung conseguir un mercenario, la expresión del Duque Kyuhyun se volvió sumamente seria.

Al ver esa expresión, TaeHyung se preocupó aún más y preguntó.

"¿No crees que es una petición adecuada para el Vizconde Daesung?"

"Depende de lo que quieres que haga el mercenario. ¿Que le ordenarás hacer?"

TaeHyung vaciló, incapaz de decir, 'Haré que mate al hijo menor del Vizconde.'

Ante la vacilación de TaeHyung, el Duque continuó como si no le molestara,

"Independientemente de lo que quieres que haga, debes asegurarte de que ese mercenario traído por el Vizconde Daesung no sea uno de sus hombres."

TaeHyung se preocupó. El Vizconde Daesung tenía una mente malvada, y estaba impaciente por encontrar otro punto débil.

El mercenario que traería el Vizconde Daesung probablemente sería uno de sus hombres.

"Sería difícil creer en un mercenario traído por el Vizconde Daesung. Entonces, ¿qué debo hacer?"

"No lo sé."

"Y si el Duque consigue a alguien..."

"No es un problema conseguirlo."

"¡Genial!"

TaeHyung estaba encantado, pero el Duque Kyuhyun negó con la cabeza.

"Puedo conseguir a alguien, pero el problema es el mismo. Primero deberás asegurarte de que no sea uno de mis hombres."

"Pero el Duque es diferente a ese malvado Vizconde, ¿verdad?"

"Así es."

El Duque Kyuhyun sonrió sutilmente.

"Pero TaeHyung, ¿no estás buscando a alguien para hacer algo que ni siquiera puedes decirme?"

Tenía razón.

TaeHyung volvió a su habitación y reflexionó mientras tomaba una taza de té.

Sin importar a través de quién consiguiera a un mercenario, debía tener extrema precaución.

Por supuesto, no podía ser del Vizconde Daesung. Y si se equivocaba, podría tener a un segundo o tercer Daesung.

'Tae debe conseguirlo por sí mismo.'

Después de mucho pensarlo, TaeHyung se decidió.

'De lo contrario, no podré estar tranquilo.'

Aunque podía ser un poco peligroso, TaeHyung decidió ir personalmente al lugar en el que había vivido como esclavo.

Mientras tanto, en ese momento.

Jungwoo, que había dirigido a la caballería y asaltado el cuartel temporal de los bandidos Mil Eternos, se encontraba en pleno enfrentamiento contra el Señor Celestial de los bandidos Mil Eternos, Jiyong.

El Señor Celestial de los bandidos Mil Eternos ya se había retirado a la retaguardia con sus camaradas heridos a toda prisa, y toda la caballería que Jungwoo había traído estaba alineada en tres filas.

Jiyong se estaba limpiando el sudor que le corría por la frente, pero al darse cuenta que no era sudor sino sangre, maldijo furioso.

"¡¿Por qué estás aquí?! ¡¿No puedes vivir sin ver nuestras caras?! ¡¿Huh?!"

"¿No estás siendo demasiado grosero con un amigo que no has visto en un tiempo?"

"¡¿Por qué serías mi amigo, bastardo?!"

"Incluso vine hasta aquí, porque te echaba de menos."

"¡Lárgate! Por favor, lárgate de mi vida."

Los caballeros del Imperio Occidental que seguían a Jungwoo intercambiaron miradas entre sí. Fue asombroso ver al líder de los temibles bandidos de los rumores hacer un rabieta frente a Jungwoo como un niño de siete años.

También fue refrescante ver a Jungwoo burlase sarcásticamente de este despreciable bandido.

"¿Tu afecto ya no es el mismo? Me quedaré aquí a ver tu cara."

"¡Bastardo asqueroso!"

Jiyong resopló mientras se limpiaba la sangre. Pero Jungwoo seguía sonriendo y no mostraba signos de retroceder.

Parecía un caballero bondadoso debido a su apuesta apariencia, pero Jiyong sabía mejor que nadie lo loco que estaba Jungwoo.

Durante su estancia en la frontera del Imperio Oriental. Al principio, pensaba que se trataba de un joven noble desafortunado con un ardiente sentido de la justicia.

Pero cuando vio a Jungwoo aparecer de vez en cuando agitando su espada, y pidiéndole que jugara con él porque estaba aburrido, Jiyong se dio cuenta. ¡Ah, era un verdadero loco!

Jiyong también se dio cuenta de esto en una ocasión en la que se infiltró en la ciudad y vio a Jungwoo con su atuendo de noble. ¡Ah. No era un noble con un ardiente sentido de la justicia, sino un loco que había aprendido modales y controlaba su locura!

Frente a otros nobles, se hacía pasar muy bien como, 'un joven caballero que no podía adaptarse bien a la nobleza'.

"¡Bastardo abominable!"

Jiyong escupió, maldiciendo de nuevo, e indicó a sus hombres que se retiraran.

"¿Se van?"

Preguntó Jungwoo, levantando las cejas con decepción.

Entonces tiró de las riendas del caballo y éste relinchó. El bandido, montado en el caballo, gritó furioso.

"¡Me iré a otro lugar. Me iré a otro lugar donde no estés tú!"