ʚ Capítulo 219. TaeMin y YoonGi (2) ɞ
Jeon sólo regresó a su lugar después de patear la carta unas cuantas veces más. Sin embargo, seguía de mal humor.
Cuando veía la carta de YoonGi, recordaba a JiMin sosteniendo su mano con fuerza.
Se sentó y se recostó en su sillón.
Cuando cerró los ojos y comenzó a masajearse las sienes, escuchó la voz de JiMin.
- No.
Una voz firme y fría.
- No.
No, no, no, no, no, no.
La incesante repetición de su voz hizo que le doliera aún más la cabeza.
Jeon abrió sus ojos de nuevo. Sólo entonces la voz desapareció.
"¿Su Majestad?"
El Marqués Jaehyun llamó preocupado a Jeon.
Pero Jeon no respondió, simplemente suspiró pesadamente.
En el último día de las celebraciones de su boda fue a visitar impulsivamente a JiMin. Cuando lo vio parado frente a la puerta del Rey YoonGi, de repente se arrepintió de todo.
Sentía que todo estaba mal. Una sensación de temor surgió en su interior como si el mundo fuera a derrumbarse si no hacía nada por arreglar las cosas.
No sabía por qué. Incluso ahora.
Pero en ese momento, esa sensación de temor era tan intensa que e no pudo evitar acercarse a JiMin y decir,
- Vuelve. No quiero que seas el esposo de otro hombre. Somos esposos, JiMin.
¿Qué cara puso JiMin? Era como si estuviera un poco sorprendido.
Sus ojos se abrieron ampliamente y lo miró como diciendo, '¿De qué estás hablando?'
Luego, levantó las cejas y dijo con una sonrisa, luciendo triste.
- No.
En ese momento, esa simple respuesta lo hizo enfurecer.
El temor desconocido fue reemplazado por la ira. Así que en vez de insistir, se dio la vuelta y se fue.
Pero, ¿por qué lo recuerdo ahora con tanta tristeza?
Porque el sentimiento de vacío era mayor que el de ira.
"¿Su Majestad?"
El Marqués Jaehyun llamó a Jeon de nuevo. Sólo entonces, Jeon dejó a un lado sus pensamientos y dijo, mirando fijamente la carta.
"JiMin parece querer provocarme."
"¿Sí?"
"Es obvio que aparenta tener una buena relación con el Rey YoonGi delante de mí."
"..."
"Conservemos la invitación por ahora."
Jeon cerró los ojos de nuevo después de indicarle que podía retirarse. Sin embargo, el Marqués Jaehyun sólo tomó la carta arrugada y dudó en salir.
Jeon abrió los ojos y lo miró.
¿Qué le sucede?
Cuando sus ojos se encontraron con los de Jeon, el Marqués Jaehyun expresó cuidadosamente,
"Su Majestad, quisiera comentarle algo a propósito de la donación del Consorte."
"¿JiMin?"
"... TaeHyung."
"Ah. TaeHyung."
Jeon frunció el ceño.
"TaeHyung, ¿qué sucedió?"
"Él dijo en la recepción de boda que donaría 20 millones de krangs, ¿cierto?"
"Sí, así es."
"¿Es posible esa cantidad?"
"Ya confirmé esa parte con el Barón Lyan. Es un pagaré imperial."
"¿Pagaré Imperial?"
El Marqués Jaehyun preguntó desconcertado, y Jeon respondió como si fuera normal.
"Debe tratarse de dinero dejado por JiMin."
"¿El Rey Consorte JiMin?"
Los ojos del Marqués Jaehyun se abrieron completamente, conmocionado.
¡Entonces el Emperador Consorte TaeHyung actuó como una persona bondadosa con el dinero del Rey Consorte JiMin!
"Si eso es cierto, ¿no tendría que recuperarlo, Su Majestad?"
Pero Jeon respondió con calma.
"Ya está hecho. De todas formas, no habrá ningún problema a menos que yo lo reporte. Olvidémoslo."
"Pero..."
"Eso también contribuirá a mejorar la imagen de TaeHyung."
¿Eso estaría bien? El Marqués Jaehyun estaba preocupado.
No por este asunto, sino por Jeon.
Aunque parecía extrañar a JiMin, seguía protegiendo a TaeHyung.
¿Y si sus acciones actuales lo conducen a un arrepentimiento mayor en el futuro? Eso era lo que realmente le preocupaba.
Mientras tanto, TaeHyung ahora estaba saboreando la mayor felicidad.
Él miró lentamente alrededor del Palacio del Oeste, sintiéndose orgulloso.
Elegantes escaleras arqueadas, habitaciones para sus guardias, un amplio vestíbulo, un espléndido salón y un magnífico dormitorio...
Todo esto era suyo.
En el palacio imperial, este edificio era exclusivamente para el Consorte Imperial.
Aquí tendría a su hijo y viviría cómodamente. Después de mucho tiempo, ese niño ascendería al trono.
Cuando su hijo se convirtiera en el nuevo emperador, él sería el padre del emperador.
¡Él daría a luz y criaría al gobernante de este vasto imperio!
TaeHyung se estremeció mientras estaba de pie en la ventana, abrumado por sus emociones.
Subió desde el fondo por sí mismo. Era diferente de aquellos que tuvieron la suerte de nacer en familias ricas y poderosas.
Ellos seguían perezosamente un camino trazado durante toda su vida, pero él no.
Salió del precipicio y subió el terreno escarpado hasta llegar a la cima.
TaeHyung sonrió.
Ahora era el Emperador Consorte, todo había terminado.
Fue su victoria, el final feliz.
¿Un Emperador Consorte para los plebeyos? Nunca quiso ser tal cosa en primer lugar.
¿Qué hacían los plebeyos por sí mismos? Él odiaba a los nobles, pero también odiaba a los plebeyos.
Si tuviera que elegir alguno... elegiría a los esclavos.
'¡Ahora todo depende de mí!'
El poder del Consorte es inmenso.
TaeHyung presionó su puño contra su pecho. De lo contrario, sentía que su corazón se saldría de inmediato.
La escena de la recepción de boda.
Sólo pensar en ese momento le puso la piel de gallina.
Los gritos de alegría de los nobles...
"Todos aman a Tae."
Una vez que se extendieran los rumores de que había donado 20 millones de krangs, su popularidad aumentaría aún más.
Le depararía un futuro rodeado de flores, seda y joyas.
TaeHyung se dio la vuelta, complacido. Sin embargo, su única dama de compañía, la Vizcondesa Yewon, no tenía una expresión de alegría,
"¿Qué ocurre?"
TaeHyung se acercó a ella en silencio, y le preguntó,
"¿Por qué no sonríes?"
La Vizcondesa Yewon respondió desconcertada, "¿Perdón?"
TaeHyung la miró detenidamente, inclinando un poco la cabeza.
"¿Por qué no estás sonriendo? ¿Es porque no te gusta que Tae esté aquí?"
La Vizcondesa Yewon se sorprendió y rápidamente lo negó,
"No, por supuesto que no."
"¿Es porque recuerdas al Consorte despuesto? ¿Venir aquí hizo que lo extrañaras?"
"No, en absoluto."
La Vizcondesa lo negó apresuradamente. TaeHyung la miró suspicazmente de brazos cruzados.
Cuando era un concubino, tenía que ser cauteloso con los demás.
Un concubino no tenía poder. Incluso, legalmente no habría ningún problema si alguien lo intimidara.
Sólo habían sido amables con él por el Emperador.
Pero ahora era el Consorte. Si alguien lo molestara, estaría yendo en contra de la ley.
Él quería probar esto lo antes posible.
"Realmente no es así, Su Majestad."
"Entonces quiero una explicación."
TaeHyung sonrió y levantó la barbilla de la Vizcondesa Yewon.
"¿Por qué te ves apagada en un día tan feliz?"
"¡!"
La Vizcondesa Yewon dudó, pero el estado de ánimo de TaeHyung era tal que si no decía la verdad, estaría en verdaderos problemas, así que finalmente confesó,
"Se supone que el salón debería estar lleno de regalos de la nobleza."
TaeHyung entró en pánico y respondió, "¿Qué?"
¿Regalos?
Ahora estaba en su dormitorio, pero acababa de pasar por el salón.
El salón estaba limpio y amueblado, pero no había visto ningún regalo.
TaeHyung fue de nuevo al salón para comprobarlo.
Como esperaba. No había ningún regalo.
"¿En serio?"
Cuando TaeHyung preguntó suspicazmente, la Vizcondesa Yewon respondió.
"Sólo he experimentado esto una vez en el pasado, pero estoy segura de que la mitad del salón estaba lleno de regalos cuando el Emperador Consorte JiMin vino aquí por primera vez."
"¡!"
"Le tomó varios días revisar los regalos y escribir cartas de agradecimiento... Lo recuerdo claramente."
TaeHyung se congeló por completo ante las palabras de la Vizcondesa Yewon.
Sintió como si la sangre estuviera siendo drenada de su cara, volviéndose fría de repente.
¿Qué significa esto?
Durante la recepción de boda, todos los hombres quisieron bailar con él, y todas las mujeres le hablaron amablemente.
Todos, sin importar la edad o el sexo, lo elogiaron.
Pero, ¿por qué?
¿Por qué nadie envió un regalo?
Eventualmente su cara se retorció bruscamente.
La respuesta era obvia para él.
JiMin.
¿Qué hizo el Consorte depuesto cuando estuvo en el Imperio Occidental?
Se enojó porque los ciudadanos lo ignoraron y los nobles eran amables con TaeHyung. Es obvio que por eso esparció malos rumores sobre mí por todas partes. Además, es lo suficientemente inteligente para hacer eso.
"Es despreciable..."
TaeHyung murmuró, rechinando los dientes.
Al ver su reacción, la Vizcondesa Yewon dio un paso atrás desconcertada.
"Haré lo mismo."
"¡!"
"Iré a su boda y haré lo mismo."
Un pequeño regalo apareció ante sus ojos mientras hablaba a través de sus dientes apretados. Era un regalo difícil de distinguir porque estaba sobre las suaves alfombras.
TaeHyung corrió rápidamente hacia allí y recogió el regalo.
Entonces juró.
No importa quién haya enviado este regalo, le ofreceré mi más sincera amistad a esta persona.
Al desenvolver el papel de regalo, encontró un anillo pequeño pero con una gran joya.
En el interior del anillo estaba escrito el nombre del Duque Kyuhyun.
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