Su voz era suave y dulce, pero había un toque de orgullo auto-importante en ella.

Y me había llamado Reina. La palabra se sintió extraña porque había estado enviando mensajes con Reina, el pájaro.

¿Eso significaba que... el príncipe YoonGi era el dueño de Reina? ¿Creía que yo era la que escribía las cartas? Tuve un momento de sospecha, pero pronto lo descarté. No importaba si era él. No tenía intención de conocer al dueño de Reina en la vida real.

El caballero que estaba de pie junto a mí frunció el ceño como si estuviera ofendido. Parecía pensar que era grosero que el príncipe me pidiera que lo guiara por el palacio.

"Está bien."

Sin embargo, no se sabía cuándo su país superaría al Imperio Oriental. No crearía problemas innecesarios con un príncipe que podría suceder al trono en el futuro.

Después de pensarlo un momento, la actitud orgullosa en el rostro del príncipe YoonGi se desvaneció, reemplazada por una sonrisa inocente mientras me ofrecía su brazo. Lo tomé, y contrariamente a su aspecto hermoso y fino, su brazo se sentía densamente musculoso. Lo solté en sorpresa, y él me miró con curiosidad.

"¿Qué pasa?"

"Nada."

No podía decir que era más macizo de lo que esperaba, así que rápidamente aparté la vista.

"¿Alguna vez has estado en el Jardín de Plata? Es el jardín más cercano al palacio del sur. Es muy hermoso."

"He estado alrededor del palacio del sur, naturalmente."

Reflexioné un momento mientras caminábamos por el corredor saliendo del palacio central. El palacio central se usaba principalmente para el trabajo, con muchas áreas prohibidas para los forasteros, así que era inapropiado que le mostrara el lugar. El palacio del sur se usaba para albergar a los invitados extranjeros, y él debe haber recorrido la zona.

Luego pensé en el palacio del oeste... podríamos compartir una taza de té, así que el palacio del oeste debería ser lo último.

Podría escoltarlo al palacio del este del Emperador, pero no quería cruzarme con TaeHyung. Podríamos saltarnos eso fácilmente e ir al palacio del norte...

"¿Su Majestad?"

Estaba caminando hacia delante sin decir una palabra, y el príncipe YoonGi me llamó. Algo en su voz causó un cosquilleo en mis oídos.

"Estaba pensando en qué mostrarte primero."

"Ah. Entonces quiero ir..."

Antes de que el príncipe YoonGi terminara de hablar, una persona familiar corrió hacia nosotros desde los arbustos del jardín.

"¡Su Majestad!"

TaeHyung. A pesar de mis esfuerzos por evitarlo, él todavía apareció delante de mí. Suspiré, manteniendo mi máscara mientras asentía.

"Su Majestad, ¿estás dando un paseo? Tae también está paseando."

"Sí."

No tenía ni idea de dónde venía su inagotable energía. La última vez que lo vi, no nos separamos en los mejores términos.

"Yo vengo de allá."

Señaló con el dedo el camino que había seguido, luego sonrió y se inclinó ante el príncipe.

"Hola, soy Tae."

Pensé que el príncipe se ofendería por este saludo innoble, pero inesperadamente sonrió y copió el estilo de TaeHyung.

"Hola, soy YoonGi."

La risita de TaeHyung era como una campana de plata.

"¡Eres gracioso! Su Majestad, ¿quién es? Nunca antes lo había visto."

YoonGi se presentó antes de que yo pudiera.

"Soy el príncipe YoonGi del Reino Occidental."

"¡Guau! ¡¿Príncipe?!"

TaeHyung se tapó la boca con las manos, luego gritó de emoción.

"¡Tae nunca ha visto a un príncipe!"

"Jaja, ¿es cierto?"

"Realmente pareces un príncipe de un libro de cuentos de hadas."

"Dios. Me halagas, Tae."

Un rubor rosa se levantó en las mejillas de TaeHyung.

"¿Están dando un paseo juntos?"

"Le pedí al Consorte que me mostrara el lugar."

"Este lugar es maravilloso, ¿no? Hay muchos lugares para ver."

"No lo he visto todo, pero hasta ahora, ha sido increíble."

A diferencia de los nobles que se sentían incómodos por el discurso o el comportamiento de TaeHyung al conocerlo, el Príncipe YoonGi lo sobrellevó con facilidad. TaeHyung preguntó si el príncipe YoonGi se sentía a gusto, y luego le hizo otra pregunta con una sonrisa radiante.

"Bueno, príncipe YoonGi, ¿quieres que te guíe?"

Las cejas del príncipe YoonGi se levantaron.

"¿Joven TaeHyung?"

"Tae ha estado explorando el palacio entero últimamente. ¡No hay ningún lugar que no conozca!"

TaeHyung me miró de reojo y añadió amablemente,

"Su Majestad está ocupado, así que Tae lo hará."

"Ah. Gracias, Joven TaeHyung, pero no hay problema. El Consorte es un gran guía."

Ni siquiera le había mostrado nada todavía. El príncipe YoonGi me miró a modo de disculpa.

"¡Ah! Entonces Tae irá con ustedes. ¡Será más divertido si los tres damos un paseo juntos!"

TaeHyung se pegó a un costado del príncipe YoonGi y él le devolvió una suave sonrisa.

Si él permitiera que TaeHyung nos acompañara, simplemente me iría. Pensé sobre lo que podría decir como excusa razonable.

¿Ocupado? No, dije que no estaba ocupado.

¿Acabo de recordar que estaba ocupado? No, eso era demasiado apresurado.

Tal vez tenía que salir corriendo al baño... No, absolutamente no.

En cualquier caso, no quería crear una escena del Consorte y el amante del Emperador dando un paseo con el príncipe del país vecino. No podría haber tal cosa ridícula. Pero antes incluso de elegir una excusa...

"Lo siento, Joven TaeHyung."

El príncipe YoonGi rechazó a TaeHyung con una voz suave pero firme.

"Tres son demasiados."

TaeHyung pareció sorprendido, y el Príncipe YoonGi lo dejó con un "Disfruta tu paseo," y luego se alejó tranquilamente. Fue educado, pero sorprendentemente frío. Por lo general, cuando alguien ofrece su compañía, lo más cortés es aceptar.

Lo miré de reojo con sorpresa. Antes de que me diera cuenta, regresó con la actitud orgullosa cuando me pidió que lo guiara. Fruncí el ceño pensando... ciertamente tenía una personalidad ruda. Realmente era un hombre que dependía de su buena apariencia. ¿Era esa la razón del zumbido en los círculos sociales?

El Príncipe YoonGi me miró fijamente mientras yo pensaba. Evité su mirada por miedo a ser demasiado obvio, cuando de repente me hizo una pregunta inesperada.

"¿No te parezco guapo?"

¿De qué estaba hablando? Fruncí un poco el ceño y el Príncipe YoonGi continuó.

"Es extraño. La gente suele interesarse por mí en este punto. ¿Por qué el Consorte es tan frío? ¿Está mi cara hinchada hoy? Me aseguré de vestirme bien."

Debo haber oído mal. Lo miré fijamente y el príncipe YoonGi se echó a reír de repente.

... ¿era una broma?

"Mis disculpas, Su Majestad. Estaba muy rígido hace un rato."

"!"

"El hombre de antes, ¿es el amante del Emperador?"

El príncipe YoonGi usó el término "amante" en lugar de "concubino". Esto tampoco era típico de la nobleza, y me produjo una sonrisa.

"El Emperador es un hombre extraño. ¿Cómo podría mirar a otro lado con el Consorte delante de él?"

"Gracias por sus amables palabras, pero..."

"No hay necesidad de agradecerme. Si no puede apreciarte, es su pérdida."

Tal vez por eso lo llamaron casanova. Por un momento me sorprendió gratamente. Sabía que sus palabras estaban destinadas a ser agradables para mis oídos, pero su cara altiva me hizo incapaz de aceptar sus halagos. Parecía del tipo de persona que no estaría dispuesta a dar cumplidos, incluso si se le agarraba por la garganta y se le ordenaba hacerlo.

Forcé una sonrisa, y él me dio una sonrisa infantil a cambio.

"Entonces, si no le importa, Su Majestad, ¿me invitaría al banquete especial del último día de las celebraciones de Año Nuevo?"

Los presentes en el último banquete de Año Nuevo eran invitados muy distinguidos de alto estatus, o que alcanzaron grandes logros, o que se esperaba que los alcanzaran. Sin embargo, el Emperador y el Consorte solo invitaron a diez personas. Naturalmente, la mayoría de las invitaciones ya fueron enviadas antes del Año Nuevo, y el Príncipe YoonGi fue naturalmente el primero en esa lista.

"¿No recibió ya la invitación? No puede ser..."

"La recibí. Pero fue una invitación del Emperador del Imperio Oriental."

Cuando me miró de nuevo, sus cejas se levantaron.

"Preferiría ser el invitado del Consorte."

"Lo aprecio, pero ya he enviado todas las invitaciones."

"¿Por qué no tachas el nombre del Emperador y escribes el tuyo abajo?"

Estaba diciendo tonterías, se rió de sus propias palabras y volvió a levantar el brazo.

"¿Seguimos caminando?"