Jeon me miró fijamente por un momento, luego soltó una carcajada.

"¿Qué quieres decir? ¿El Emperador Consorte difundirá malos rumores sobre TaeHyung a menos que cambie el castigo del Vizconde Kim al exilio?"

"No. Solo estoy tratando de preparar un informe. Oh, ¿sabes que hay un informe?"

"¿Crees que caeré en eso?"

"Caer en ello o no, no importa. Manejarás al Vizconde Kim de acuerdo con la ley, y yo pretendo tratar al Joven TaeHyung de la misma forma."

"¿Y cómo lo harás?"

"El Joven TaeHyung difundió información falsa para desacreditar al Duque Seok, alentó al duque a divorciarse de él y dañó la reputación del Duque en la sociedad. Él es lo suficientemente agresivo como para comprar personas. Por esto, debe ser encerrado en la cárcel y azotado."

"!"

"Lo haré."

La mirada de Jeon podía picar la piel. Parecía encontrar mi sugerencia realmente absurda.

"No importa cuánto odies a TaeHyung, ¿cómo puedes defender a alguien que intentó matarlo?"

Jeon me miró con una cara atronadora.

"Lo hago como tú si estuvieras defendiendo a alguien cuyo honor fue destruido intencionalmente."

"¿Es igual? Lo que TaeHyung hizo es común en la sociedad."

"Entonces todos entenderán si esto sucede. Es común en la sociedad."

"Para que digas esto..."

Jeon se volvió, respirando profundamente. Se calmó un poco y luego se volvió bruscamente hacia mí.

"¿El Consorte JiMin no tiene compasión?"

"Sí tengo. Por eso estoy tratando de salvar al Vizconde Kim."

"..."

"¿Puedo hacerte una pregunta?"

Jeon me fulminó con la mirada en lugar de responder, y levanté las cejas inquisitivamente.

"¿El Emperador tiene compasión solo por TaeHyung?"

"¿Qué?"

"Siempre me preguntas, '¿No sientes pena por TaeHyung?'"

Estaba destinado a ser una respuesta mordaz, pero Jeon no respondió de inmediato. No era solo compasión lo que sentía por él.

Por un momento nos miramos en silencio. Jeon parecía estar en un conflicto interno consigo mismo. Estaba enojado conmigo, y no quería que TaeHyung fuera azotado, pero tampoco quería dejar ir al Vizconde Kim...

"Muy bien."

Después de una larga pausa, Jeon finalmente se rindió. Sin embargo, de alguna manera no me sentía feliz con mi victoria.

"Hay una condición."

"Dime."

"El informe. Dámelo."

"Te lo daré después de que el Vizconde Kim se marche."

Respondí con la mayor calma posible. La mandíbula de Jeon se tensó, luego tocó una campana en su escritorio. La puerta se abrió y entró un secretario.

"Cambiaré el castigo al Vizconde Kim. Será exiliado, no ejecutado."

Jeon me levantó las cejas expectante. En lugar de responder, me incliné cortésmente y salí de la oficina.

Había completado un montón de trabajo, y aún no era de noche. El cielo aún brillaba y la gente andaba ajetreada. El mundo estaba en paz en las horas en que se decidió la vida de un hombre. Durante este tiempo, todos estaban ocupados hablando del primer bebé del Emperador.

Mi corazón se llenó de emociones inexplicables, y miré hacia el palacio del este. En algún lugar de ahí estaba TaeHyung. Aunque todavía no se había despertado, su mundo había cambiado. Un concubino sin hijos podría ser fácilmente abandonado por el emperador. Sin embargo, un concubino con niños le quedaba un vínculo, incluso si el corazón del emperador se enfría y él abandona la vida de concubino.

"..."

Gané la batalla contra Jeon y logré salvar al Vizconde Kim. Pero ¿por qué no me sentí aliviado? Suspire y me di la vuelta.

"¿Reina?"

Tan pronto como me di la vuelta, vi que Reina estaba sentada en una roca, sosteniendo un sobre de carta con su pico. Unas cuantas personas pasaron y se agachó detrás de los arbustos. Cuando se fueron, salió de nuevo y yo estaba tan confundido que me reí. Me acerqué, y Reina colocó el sobre en mi mano y se fue volando.

'Iba a abrazarlo.'

Después de bajar mis brazos extendidos, me senté en un banco y abrí el sobre. A diferencia de las notas cortas anteriores, esta vez contenía una carta apropiada.

- Mi hermano mayor no se siente bien. Me preocupa.

- ¿Recuerdas al caballero de cabello azul? Es mi caballero, secretario y primo, y parece que quiere ser mi enemigo estos días.

- Como vengarse de los que te han hecho daño:

- 1) ¿Qué tal hacer de un hombre hermoso, conocido y respetado tu amante?

- 2) Pregúntale al Príncipe YoonGi.

Quizás porque no era una nota, el contenido era más largo de lo habitual, aunque estaba escrito en fragmentos. Tampoco estaba claro si debía reírme o no. La historia de venganza y el caballero de cabello azul eran interesantes, pero su hermano estaba enfermo...

El hermano mayor del Príncipe YoonGi era el rey del Reino Occidental, y aparentemente no se sentía bien. Si empeoraba, el Príncipe YoonGi podría tener que volver a casa y quedarse como el sucesor.

La idea de que el Príncipe y Reina se fueran me hizo sentir mal. Aunque nos conocíamos recientemente, me sentía más cómodo con ellos.

"¿Por qué esa cara larga?"

Una voz habló desde mi lado. Asustado, me di la vuelta y vi al Príncipe YoonGi con una sonrisa maliciosa en su rostro, y detrás suyo estaba el caballero de cabello azul. El caballero se inclinó cuando nuestros ojos se encontraron, y el Príncipe se acercó y me ofreció su brazo.

"¿Le importa si camino con usted un rato, Consorte?"

Pensé que me ayudaría a relajarme. Me levanté del banco y tomé su brazo, sintiendo sus músculos flexionarse debajo de mi mano. Mis ojos sin saberlo miraron hacia abajo. Todo lo que vi fue ropa. He sido escoltado por otros varias veces, pero... el Príncipe YoonGi tenía músculos increíbles. Si bien se veía bastante delgado en la superficie, era sorprendentemente macizo debajo.

'¡Estás loco, JiMin! ¿Cómo puedes pensar eso de una persona que te escolta?'

Mi cara estaba sonrojada por la vergüenza, y el Príncipe YoonGi se giró hacia mí con curiosidad.

"¿Tienes calor, Consorte?"     

"¿Qué?"

"Tu cara está roja."

"Ah sí... hace un poco de calor."

Tan pronto como terminé de hablar, hubo una brisa fría y la piel se me puso de gallina. El caballero del Príncipe YoonGi estornudó detrás de nosotros, y me mordí el labio avergonzado. Mi cara estaba ardiente a causa del sonido del Príncipe YoonGi conteniendo su risa.