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Capítulo 7

Ya hace un mes desde que llegué a este set, desde que conocí a estas personas tan divertidas que he comenzado a ver como una familia por haber convivido con ellos día a día. Nos restan sólo dos meses antes de que debamos separarnos de nuevo. Dylan y yo regresamos al hotel juntos a diario, debo admitir que es a quien más le he tomado cariño, si paso un día sin Dylan, entonces ese será un día aburrido. Mientras jugueteo con mi teléfono en el mueble, siento a alguien colocarse a mi lado, sonrío al ver que se trata de Will, quien ha pasado un par de semanas aquí con nosotros.

—¿Aburrida? —él pregunta con una leve sonrisa, yo asiento.

—Debo admitir que un poco.

Él sonríe. Will es una persona increíblemente educada, y muy graciosa. No es tan payaso como lo es Dylan, pero no teme ser él mismo, y la mayoría del tiempo que paso con él tampoco paro de reír.

—Bueno, quería hacerte una pregunta.

Ladeo la cabeza, confundida.

—¿Cuál?

Él se rasca la parte posterior de la cabeza antes de aclararse la garganta, probablemente esté nervioso.

—Me gustaría que hoy comiéramos juntos, no importa si es en el hotel, sólo nosotros dos.

Su invitación resulta inesperada para mí, lo cual me hace pensarlo por unos segundos. No he salido con un chico desde hace bastante tiempo, no a solas, pero él es increíblemente agradable, asi que considero que tal vez debería intentarlo.

—Claro, por mí está bien —le contesto, sonriéndole levemente.

Sus ojos verdes se iluminan de inmediato, luce sorprendido y probablemente pensó que le diría que no, no veo por qué estaría mal intentar conocer a alguien.

—¿En serio? Bueno, creo que entonces te esperaré en el restaurante del hotel más tarde —él dice antes de levantarse, se estira la tela de su sweater mientras me sonríe.

—Seguro, Will. Nos vemos en un rato.

Ambos nos sonreímos, y entonces él se aleja. Ha sido un largo día, y finalmente el sol ha comenzado a descender. Me levanto del mueble y comienzo a colocarme el abrigo y tomar mi bolso, Dylan se acerca a mí sonriendo, levantando su cabello con sus dedos en un tupé.

—Hey Kat, ¿nos vamos? —él pregunta, yo le sonrío en respuesta.

—Sí, debo llegar a cambiarme y luego ir al restaurante del hotel.

Él frunce el ceño sonriendo.

—¿Vas a ir a ese restaurante sola? Iba a decirte que fuéramos a McDonald's si quieres.

—Oh no, es que Will me invitó a comer, nos reuniremos ahí en un rato.

Dylan frunce el ceño un par de segundos, y luego se pasa la mano por el cabello de nuevo.

—Ah, está bien. Vamos entonces.

Él comienza a caminar hacia su auto seguido por mi. Ambos nos subimos y lo pone en marcha, iniciando el trayecto bastante callado.

—¿Pasa algo? —pregunto, extrañada por su actitud.

—¿Qué? No, sólo estoy cansado.

Su respuesta suena apagada, yo asiento y él luego me observa de nuevo.

—Ya sabes que correr y ser atractivo para la cámara todo el día es agotador —él bromea, y yo río suavemente.

—Puedo apostar a que sí.

Él sonríe.

—¿Qué prefieres? ¿Pasar una semana encerrada en un sótano con Thomas, o una semana en un pantano con Ki-Hong?

Abro los ojos de par en par, haciéndolo reír mientras pienso.

—Qué intensa situación, optaré por Thomas. Probablemente Ki no resistiría y terminaría comiéndome —respondo, sonriendo.

—Eso sonó bastante sexual, Kat.

Ambos soltamos una carcajada, y le doy un leve empujón.

—Eres un morboso.

—¡Hey! estoy conduciendo, no me empujes a menos de que quieras dar un paseo fuera del auto a alta velocidad —él contesta riendo levemente.

Yo río.

—No tienes remedio.

(...)

Salgo del baño y me coloco un vestido ceñido y blanco. Me peino el cabello y me maquillo un poco nada más. Reviso el reloj de mi muñeca, son las ocho y Will ya debe estarme esperando. Me apresuro y me coloco los zapatos antes de tomar mi bolso y bajar por el ascensor, salgo de él y camino en línea recta hasta el restaurante. Las luces son tenues, es elegante y está mayormente iluminado por las velas sobre las mesas.

Avanzo, consigo una mesa para dos en la que Will se encuentra con un sweater no muy elegante, pero perfecto para la ocasión. Él me ve y sonríe antes de levantarse.

—Hey Kat, estás preciosa —él dice rodeándome con sus brazos en un cálido abrazo.

Se separa de mí, le sonrío y ambos tomamos asiento sin que él me suelte la mano.

—Gracias, Will. Tú también te ves muy bien.

El mesero se acerca, nos muestra la carta y hacemos nuestros pedidos. Mientras esperamos, Will me observa con una leve sonrisa, la cual le devuelvo.

—Debo admitir que me sorprende que hayas aceptado mi invitación, pero me sorprende aún más el hecho de que estés soltera.

Río suavemente, coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja y me encojo levemente de hombros.

—Supongo que puede pasarle a cualquiera —contesto, sonriendo.

Él ríe.

—No debería pasarte a ti, Kat. Eres una de las mujeres más hermosas que he visto, con todo respeto.

Le sonrío con los labios juntos, me siento apenada por sus palabras.

—Gracias, Will. Supongo que algo faltará.

Él sonríe.

—Tal vez a los demás, a ti no, tú pareces ser especial.

Sus palabras me recuerdan a un par de semanas atrás, cuando Dylan me dijo las mismas palabras, las cuales no sé qué significaron viniendo de alguien como él, sin embargo, fueron dulces aquella vez, y siguen siéndolo ahora que Will las repite. Le sonrío.

—Es la segunda vez que alguien me dice eso.

Él sonríe, colocando su mano sobre la mía encima de la mesa.

—Esa otra persona que te lo dijo está totalmente en lo cierto.

El silencio nos acompaña por un par de segundos, sólo sonreímos levemente. Pero entonces el camarero viene con nuestros pedidos, obligándonos a comenzar a comer. Luego de un par de risas, salimos del restaurante hacia el área de las piscinas, la cual está completamente vacía. Me siento en una de las sillas reclinables, y él se sienta en la que está al lado, pero frente a mí, quedando cara a cara.

—¿La pasaste bien? —él pregunta, yo asiento.

—Si, la pasé muy bien. Gracias por la invitación, Will.

Le sonrío, él me sonríe de vuelta y me toma de la mano nuevamente.

—Gracias a ti por aceptar.

Él baja la mirada hacia nuestras manos, mientras acaricia con su pulgar el dorso de la mía.

—Tus manos son increíblemente suaves, santo Dios. ¿Qué haces con ellas? —él pregunta exagerando su reacción, haciéndome reír.

—Supongo que aplicarme crema puede ayudar a eso.

Él ríe levemente, antes de mirarme a los ojos de nuevo. Se inclina levemente hacia mí, acaricia suavemente mi mejilla y en pocos segundos sus labios se conectan con los míos. Me besa de una manera realmente delicada, asi que no me cuesta seguirle el paso. Se siente bien, pero no como realmente quisiera. Mientras Will roza sus labios sobre los míos con dulzura, siento a alguien caminando en la zona. Will y yo nos separamos, pero en cuanto busco, no hay nadie. Lo miro unos segundos, pero bajo la mirada intentando sonreír.

—Oye, Kat.

Él me llama casi en un susurro, levanto la mirada y él acaricia mi mejilla.

—Realmente me gustas, pero puedo notar que tú no sientes lo mismo.

Sus palabras me hacen reaccionar, y sentirme realmente mal.

—No, No. ¿Por qué dices eso? —pregunto con preocupación.

Él sigue observándome con dulzura, sonriendo con los labios juntos, una reacción que realmente no esperaría de alguien que se siente rechazado.

—La forma en la que tus ojos no brillan me lo dijo todo —él murmura, aún con mi mano entre la suya.

—No es eso Will, es qu-

—Es que yo no soy Dylan —él dice, interrumpiéndome.

Frunzo el ceño, negando rápidamente con la cabeza.

—¿Qué? ¿de qué hablas? No tiene nada que ver con Dylan.

Él sonríe.

—He visto como lo miras, Kat, a nadie más lo has mirado así.

—No, Will. Estás cometiendo un error.

Will ríe suavemente.

—Kat, eres una persona increíblemente inteligente, simplemente necesitas aprender a darte cuenta de tus propios sentimientos.

No digo nada, mi mente queda en blanco ante sus palabras. Will finalmente besa mi mano y se levanta.

—¿A dónde vas, Will? —le pregunto, levantándome de la silla.

—Iré a mi habitación, Kat. Fue un placer haber cenado contigo —él dice, sonriendo levemente.

Él está a punto de atravesar la puerta, asi que camino y lo tomo del brazo, haciéndolo voltear.

—Will... Lo siento.

Él sonríe y me besa la frente.

—Tranquila, Kat. Todo está bien entre nosotros, y no le diré a nadie acerca de lo que pasó.

Después de sus últimas palabras, se marcha por el elevador, dejándome sola y sintiendo culpabilidad y confusión. Suspiro y subo en el elevador hasta mi propia habitación, me quito el vestido y me pongo un short y una camiseta, en cuanto alguien llama a la puerta. Camino hasta ella y la abro, encontrándome con Dylan.

Frunzo el ceño en confusión, incluso temiendo que Will haya dicho algo, pero Dylan me sonríe antes de entrar.

—Hola Kat —él dice, adentrándose a mi habitación.

—Hola Dylan, ¿no puedes dormir? —pregunto, cerrando la puerta.

Dylan parece un poco inquieto, bueno, más que de costumbre.

—Algo así —él contesta, volteando a mirarme.

—¿Pasa algo? —pregunto frunciendo el ceño, y cruzándome de brazos.

Él niega con la cabeza.

—No, no te preocupes. ¿Qué tal la cena con Will?

Sonrío.

—Oh, bueno, estuvo bien. Él es muy agradable, aunque eso ya lo sabes.

—Sí, sé que la debes haber pasado bien.

—¿Por qué? —pregunto confundida, Dylan camina de un lado a otro.

—Los vi besándose en las piscinas.

Lo que dice me congela en tan solo un segundo.

—¿Me estabas espiando?

Él niega con la cabeza.

—Claro que no, Kat. Fue un accidente.

Doy un paso más, pero él me da la espalda.

—¿Te gusta?

—¿Qué? —pregunto de nuevo, confundida por su actitud.

—Will, ¿te gusta? ¿Es por eso que no quisiste aceptar mi invitación? —él repite, entonces comienzo a molestarme.

—Dylan, ¿Por qué preguntas eso? Vienes a mi habitación en la noche sin aparente razón, no dejas de caminar y además de eso me interrogas. ¿Qué te pasa? ¡Estás actuando como una persona celosa! —escupo, pero Dylan no dice nada.

Él voltea y me mira a los ojos, pero antes de que pueda reaccionar avanza hacia mi, me toma del rostro y me besa. Quedo fría ante la sensación de sus labios sobre los míos, y no puedo evitar corresponderle, su mano baja hasta mi espalda baja mientras sus labios se mueven a la par de los míos, y lo peor, es que con él se siente completamente diferente a lo que sentí con Will. Él se separa un par de milímetros de mis labios, estoy estática, pero no puedo evitar hablar.

—Dylan, ¿qué haces? esto no está bien —susurro, él aún tiene su mano en mi cuello, pero entonces se separa por completo.

En cuanto reacciona, se pasa una mano por el cabello, antes de comenzar a caminar hasta la puerta.

—No lo sé, no sé qué diablos es lo que estoy haciendo —él espeta, antes de abrir la puerta.

—¡Dylan! —grito, pero él no se detiene, y se va.



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