Sábado, día libre para todo el elenco. Nos encontramos todos en un salón del hotel, excepto Thomas, que fue a buscar a su amigo al aeropuerto. Sentada en medio de Ki-Hong y Kaya, y frente a Dylan y Britt, todos bromeamos, o como es usual, reímos de las bromas de Dylan.

—No, Dylan, si te lanzas desnudo a la piscina nos vas a meter en problemas —Kaya dice, todos reímos excepto Dylan, que simplemente rueda los ojos.

—Para algo pagamos estadía aquí, lo mínimo que podrían hacer es dejarnos expresar.

Britt le golpea el brazo.

—Tal vez si fueras la única persona en el hotel, pero hay niños.

—Britt tienes razón, aunque honestamente creo que simplemente reirían de él —añade Ki, Dylan lo fulmina con la mirada.

—Espero que no te estés refiriendo a mis GRANDES virtudes masculinas.

—No, esas no existen —contesta Ki, todos reímos.

—Oh, ¿bromas sexuales? Bien, estoy seguro de que Britt no opina lo mismo —Dylan dice mirándola, quien simplemente se pone roja como un tomate.

Todos nos sentimos incómodos, e intentamos no reír de esa broma bastante fuera de lugar. Finalmente, Thomas llega junto a un chico alto, cejas extrañas y ojos claros. Todos se levantan a abrazarlo, excepto yo.

—¡Amigo, tiempo sin verte! —dice Ki, abrazándolo y dándole palmadas en la espalda.

Él sonríe, Thomas se sienta a mi lado quitándole el puesto a Ki, quien lo fulmina con la mirada.

—Muévete —se queja, Thomas niega con la cabeza.

—Nope, yo lo traje, merezco un asiento.

Ki rueda los ojos y se sienta en otro lugar. Luego de que Dylan termina de abrazar al chico, me señala con una sonrisa.

—Ella es una amiga nueva, se llama Katherine.

Me levanto y me acerco al chico, quien sonríe con los labios juntos.

—Tú debes ser Gally, es un placer conocerte —le digo estrechando amistosamente su mano, él frunce el ceño.

—¿Gally?

Lo observo confundida, y todos sueltan carcajadas.

—¿Qué? —pregunto, aún más confundida.

—Ja, ja, muy gracioso chicos —él dice, todos continúan riendo.

Siento mis mejillas calientes, probablemente por la vergüenza.

—Ese no es tu nombre, ¿verdad? —pregunto, él sonríe y niega con la cabeza.

—Soy Will, Gally es mi personaje en la película —él responde amablemente, y de pronto siento la urgencia de golpearlos a todos.

Él me suelta la mano y yo me cubro la cara.

—¡Thomas! —chillo, él sigue riendo.

—¡Yo no dije que ese fuera su nombre, fue Ki! —él dice, con las manos al aire.

—Voy a patearles el trasero —aseguro, finalmente descubriéndome la cara.

Will rie, pasando su mano por mi brazo.

—Tranquila, no pasa nada. Considéralo una bienvenida —él dice, yo le sonrío y suspiro antes de sentarme junto a Thomas.

—Debo admitir que esa broma fue realmente buena, me sorprende que no haya sido mi idea —Dylan dice, intentando calmar su risa. Britt le da un manotazo en el brazo nuevamente.

—No seas así, debe estar avergonzada.

Thomas ríe suavemente antes de rodearme con su brazo, yo bufo.

—A veces pueden ser bastante pesados —les digo, riendo.

—Te acostumbrarás —dice Kaya.

(...)

Sentada en el área de las piscinas, observo la luna a través del techo de cristal en vista de que no logro conciliar el sueño. Todos se fueron a sus habitaciones luego de cenar, pero yo preferí venir aquí y pensar un rato.

Hace al menos tres semanas que esto empezó, y me alegro de que de a poco he hecho buenos amigos. Todos únicos en su forma. Thomas siendo siempre educado, Ki-Hong siempre me hace reír, a pesar de su broma pesada con lo de "Gally", y Dylan... Bueno, Dylan ha sido con quien mejor me he llevado, difícilmente puedo estar con él sin reír. Siento a alguien acercarse y colocarse frente a mí, al ver que es Dylan me sorprendo, como si me hubiese leído el pensamiento.

—Hola, Kat —él dice, sentándose en la silla vacía junto a mí.

Apoyo mi cara sobre mi mano en cuanto volteo a verlo, y le sonrío.

—Hola, Dylan. ¿Qué haces aquí?

—Venía a meterme desnudo en la piscina, pero aborté la misión en cuanto te encontré aquí.

Río ante su comentario.

—Eres demasiado extraño a veces.

Él sonríe, recostándose en la silla.

—Lo sé.

Suspiro y me coloco boca arriba, mirando nuevamente el cielo.

—¿Y Britt? —pregunto, él voltea a mirarme.

—Está dormida, mañana regresará a casa.

—Oh, lo siento.

Él sonríe.

—Está bien, ya estamos acostumbrados.

—Debe ser difícil para ambos de todos modos —digo mirándolo de nuevo.

—Supongo, tal vez por eso suelo perderme tanto cuando ella viene. Lo siento si sentiste que te dejaba a un lado.

Sus palabras me toman por sorpresa, sin embargo le regalo una cálida sonrisa.

—No te preocupes por mí, ella es tu novia y es importante.

Él me sonríe de vuelta.

—¿Tú no tienes novio?

Yo suspiro, negando con la cabeza.

—La verdad no.

—¿Por qué no? —él pregunta, dándose la vuelta para verme mejor.

—No lo sé, supongo que el hecho de haberme mudado de ciudad y no conocer a muchas personas tiene algo que ver.

Dylan asiente, pero luego sonríe.

—Ellos se lo pierden.

Él se incorpora y se sienta poyando sus brazos sobre sus piernas antes de mirar al cielo. La luz de la luna ilumina su rostro, sus ojos cafés lucen más claros y puedo ver a la perfección cada uno de sus lunares. Siento que me pierdo por unos instantes, porque probablemente él no sepa lo atractivo que es, y la mejor parte es que puede ser un tonto y hacerte reír, pero también puede ser una grata compañía. Sonrío, aunque él no me vea.

—¿Por qué lo crees? —pregunto, él me devuelve la mirada.

—¿Qué?

—Qué alguien se lo perdería, ¿por qué lo crees? —pregunto de nuevo, entonces él sonríe.

—Porque eres especial, Kat.

Sonrío, no sé realmente a qué se refiera con decir que soy especial, pero prefiero quedarme con la duda, porque suena realmente bien.

—Gracias, Dylan.

Él me sonríe, el silencio nos invade por un par de segundos, pero entonces él se aclara la garganta.

—Bien, ¿te molestaría si me lanzo desnudo a la piscina ahora? —él pregunta, yo niego rápidamente con la cabeza.

—Por favor, no lo hagas o tendré que huír.

Él ríe.

—¿Qué prefieres? ¿Tener que huír del hotel porque está en llamas, o ver cómo me lanzo desnudo a la piscina en alta definición?

Suelto una carcajada.

—No pienso elegir entre esas dos.

Él ríe.

—¡Tienes qué!

Chillo entre risas cubriéndome la cara.

—Prefiero que nades desnudo en la piscina, o no tendré donde dormir.

Él se levanta tan rápido de la silla que me asusta, se coloca una mano en los pantalones y yo lo observo con los ojos abiertos de par en par.

—¡Buena elección! —él dice, moviendo la elástica de sus pantalones.

Yo chillo y alzo las manos, negando con ellas.

—¡No, Dylan, por favor!

Él suelta una carcajada.

—Sólo bromeo, Kat, ¡Pero debiste ver tu cara!

Ambos reímos.

—Debo admitir que extrañaba tus bromas.

Él sonríe con los labios juntos.

—Creo que ya es hora de que subamos, ¿vienes? —él dice, extendiendo su mano para que yo la tome.

Sonrío.

—Está bien, vamos.

Él me ayuda a levantarme, entramos hasta el elevador y él me despeina con la mano, luego ambos nos vamos a nuestras respectivas habitaciones.

Realmente echaba de menos pasar un buen rato con Dylan.