Capítulo 31
Conduzco en mi auto rumbo al set de grabación. Tengo cierta cantidad de nervios al respecto, pero voy con la mayor disposición para trabajar.
Mi celular vibra, lo tomo y lo reviso cuando el semáforo está en rojo.
Jace: Hola, bonita :) Lamento no poder estar allá para tu primer día, espero que te vaya muy bien (2:30 pm)
Kat: Gracias, cariño. Vuelve pronto :( (2:32 pm)
Jace: En un par de días me tendrás de vuelta. Te llamo luego. (2:33 pm)
Sonrío levemente para mí misma y continúo mi camino hasta el lugar. Al llegar, aparco el auto y me bajo para caminar hasta la puerta, no sin antes respirar profundo varias veces.
Camino por los pasillos color blanco, hasta encontrarme con el director, quien me saluda amablemente.
—Por fin llegas, Katherine. Al fin podremos comenzar con los ensayos.
Le sonrío.
—Disculpe la demora.
Él ríe suavemente.
—Nada de eso, estás a tiempo. Ven conmigo, quiero presentarte a alguien que nos va a ayudar.
Asiento y lo sigo, levemente confundida.
El hombre camina un par de metros hasta un lugar justo en frente del lugar de grabación, se detiene frente a alguien, y una vez más me pregunto qué hice mal para que la vida juegue conmigo de esta manera.
—Él es Dylan, es un actor bastante profesional y estará ayudándolos un par de semanas a prepararse.
Tenso la mandíbula, intentando disimular el hecho de lo que me está pasando. Extiendo la mano para estrechársela, no sé si sea buena idea que sepan lo bien que nos conocemos.
Él observa mi acción antes de enarcar una ceja y no hacer nada por unos instantes, pero luego extiende la suya y la estrecha con la mía.
—Es un placer, soy Katherine —digo, fingiendo una sonrisa.
—Dylan.
—¡Bueno! ya que todos nos conocemos creo que podemos empezar, vamos justo allá con tus compañeros, Katherine.
Asiento y mis ojos tardan de desligarse de los de Dylan por unos segundos, pero sigo al hombre y froto mi cara intentando no querer que la tierra me trague.
—Aquí tienes tu libreto, recuerda relajarte. Dylan y yo estaremos justo al frente mirándolos —el hombre me entrega varias hojas de papel, le agradezco con una sonrisa y asiento.
Una chica se coloca justo a mi lado, ya que estamos a punto de hacer un diálogo. Ella comienza a hablar, pero no puedo concentrarme teniendo a Dylan observando todo lo que hago.
Aclaro mi garganta cuando me toca hablar, pero a pesar de que estoy leyendo confundo las líneas, y se me enredan las palabras.
—Si pudiésemos tener una idea de cómo ir al lugar de aquella noche, digo, tarde —corrijo.
—¡Tranquila, Katherine! —grita el hombre del otro lado, intentando calmarme.
—Hay ciertos cartuchos de balas de aquél lado, tal vez debamos ir a inspeccionar —dice la chica en una de sus líneas, antes de caminar a otro extremo y dramatizar la situación.
No puedo evitar darle un vistazo a Dylan mientras camino, él está estudiando cada cosa que hacemos y justo por eso ahora me tiemblan las manos.
Intento agacharme y recoger las supuestas balas que están en el libreto, pero mi nerviosismo se hace tan evidente que no hago más que bufar y cubrirme la mano con la cara.
Dylan se levanta y se acerca a nosotras, lo cual incrementa mis nervios. Se coloca frente a mí, y me mira a los ojos
—A ver, tranquila. En esta clase de escenas tienes que parecer lo más relajada y concentrada posible, nadie puede percibir ningún tipo de emoción —explica, me coloca las manos sobre los hombros y me endereza —Mantén la postura, pero no demasiado rígida, y levanta a mirada —añade, levantándome el mentón con el dedo índice.
Trago en seco mientras asiento, sintiéndome tonta por estar así mientras lo tengo cerca. Respiro hondo y exhalo.
—Luego te agachas para recoger las balas que deberían estar allí, hazlo siempre con la rodilla derecha porque la cámara grabará desde aquél ángulo.
Asiento y sigo sus indicaciones. Él me regala una leve sonrisa y se aleja hasta el lugar en el que estaba.
—Ahora hazlo tú sola, con tranquilidad.
(...)
Luego de varios intentos, logré mejorar. Me molesta increíblemente el hecho de que esté perdiendo parte de mi profesionalismo por el hecho de tener a Dylan observándome.
Recojo mis cosas y camino por los pasillos para volver a mi auto, pero al cruzar en una esquina, choco con Dylan.
Bufo, él se coloca las manos en la cintura.
—¿Ahora qué, Dylan?
—¿Alguien está molesta?
Ruedo los ojos.
—Dime qué quieres.
—Nada, tal parece que ahora no me conoces.
Suspiro y lo paso de largo.
—Nos vemos mañana, Kat. Intenta calmar tus nervios, tal vez Jacob pueda ayudarte con eso. —él grita detrás de mí, haciéndome cubrirme la cara con ambas manos.
Me subo de vuelta a mi auto y gruño mientras me apoyo contra el volante.
La vida está jugándome sucio, demasiado sucio para mi gusto.
Suspiro una vez más y lo pongo en marcha, deseando más que nunca volver a mi casa y a mi paz, lejos de Dylan.
Al llegar, me bajo del auto y abro la puerta de la entrada, quitándome los zapatos y dejando mi bolso sobre la mesa. Camino hasta la cocina y me sirvo un vaso de agua, dándole un trago mientras pienso nuevamente en la razón por la cual está sucediendo todo esto de la nada.
Siento unas manos en la cintura y me sobresalto antes de voltear, encontrándome con los ojos azules que me han servido de compañía todo este tiempo.
—¡Jace! —exclamo, envolviéndolo en un fuerte abrazo.
Nos separamos, él sonríe y me besa en los labios.
—¿Qué haces aquí? Creí que volverías en un par de días —pregunto, aún con mis brazos alrededor de su cuello.
—Sí, pero me desocupé antes y vine a estar contigo de nuevo —sonríe —¿Cómo te fue hoy?
Suspiro, él se sienta en la silla del comedor.
—Si supieras.
Él frunce el ceño confundido.
—¿Qué?
—Tendré que ver a Dylan por un par de días.
Sus facciones se endurecen de inmediato, haciéndome dudar de si fue una buena idea decirle.
—¿Qué? ¿El tipo con el que estabas?
Suspiro.
—Sí, pero tranquilo, Jace. No pasa nada.
Pasa todo.
—No me gusta saber eso, Kat.
Sonrío, tomándolo de la mano.
—No te enojes, no vale la pena —le digo, dejando una leve caricia en su mejilla.
Él cierra los ojos y suspira.
—Está bien.
Sonrío.
—Iré un segundo a la habitación.
Él asiente, yo salgo de la cocina y subo.
Recojo mi cabello en una cola de caballo, sin poder evitar soltar un suspiro. Esto es demasiado para lidiar con ello.
Jace aparece luego de unos minutos, y me sonríe con los labios juntos haciéndome devolverle el gesto.
Jace se acerca, posa sus manos en mi cintura y me besa en la mejilla antes de besarme en los labios.
Mientras sus labios carnosos rozan los míos sin descanso, las yemas de sus dedos se pasean sobre mi cintura antes de guiarme hasta la cama.
Me recuesta sobre ella sin deshacer el beso, mientras yo enredo mis dedos en su cabello. Sus labios pasan de los míos hasta mi cuello, levantando suavemente mi top hasta quitármelo y dejarme en brasier.
Le quito la camiseta a él también, y así de a poco nos quedamos sin ninguna prenda de ropa. Él me besa de manera hambrienta, y puedo sentir a la perfección lo mucho que él me echó de menos.
Sus manos se pasean por mi cuerpo de manera sigilosa, prácticamente sin dejar ningún rincón de mi cuerpo libre de sus besos húmedos.
Y estando con él me pregunto si hay algo que realmente necesite más. Si tengo a Jace, ¿Por qué Dylan tuvo que volver a aparecer?
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