Lavo los trastos mientras las lágrimas corren por mis mejillas de manera descontrolada tal y como ha sucedido a diario la última semana.

—Oye, Kat. Estuve pensando en que tal vez... —escucho la voz de Bianca acercarse hasta que frena la oración cuando me encuentra.

La observo y limpio mis lágrimas lo más rápido que puedo, en un inútil intento por fingir que no ha sucedido. Sin embargo, la mirada en sus ojos me hace saber que he fallado terriblemente.

No digo nada.

—¿Otra vez estás llorando, Katherine? —ella pregunta, cruzándose de brazos.

Llamé a Bianca el día que Dylan y yo nos separamos, al estar de vacaciones, no duró en venir a mi casa a quedarse conmigo.

—Lo siento —contesto absorbiendo por la nariz antes de apagar el flujo de agua.

Ella suspira, siguiéndome mientras camino hasta el comedor y me siento. Ella se sienta frente a mí.

—Kat, debes parar, en serio, nunca te había visto así.

Suspiro, limpiándome nuevamente la cara.

—No sé cómo fue que sucedió.

Ella hace una pequeña mueca y suspira.

—Pues yo sí.

La miro a los ojos.

—No, Bianca. No lo digas siquiera.

Ella niega con la cabeza antes de tomar mi mano por encima de la mesa.

—Ambas sabemos que te enamoraste de verdad esta vez.

—Sí, y fue un error.

—Sea o no un error, lo importante es qué harás con eso ahora.

Guardo silencio unos segundos, antes de suspirar y colocar un mechón de cabeza detrás de mi oreja.

—No lo sé, Bianca. Él me dijo que siguiera adelante, pero, ¿a dónde debo ir?

—Cualquier lugar es mejor que aquí encerrada, eso puedes tenerlo por seguro.

—No quiero correr el riesgo de encontrarlo por ahí.

Bianca se cruza de brazos nuevamente.

—Pues si no lo haces, entonces nunca lo vas a superar. Esta no eres tú, Kat.

—¿Y qué planeas?

—En este momento vamos a ir a arreglarte para el estreno de la filmación.

Niego con la cabeza, con la esperanza de que entienda mi posición.

He estado teniendo en mente no ir esta noche, pero también sé que por una parte eso sería absurdo, para algo estuve tres meses trabajando.

—Sí, y vamos a ir en este momento. Si ese Dylan no se sintió mal al romper contigo el otro día, hoy te prometo que lo hará.

Sin darme oportunidad de decir una sola palabra, Bianca se levanta de la silla y me toma del brazo, arrastrándome fuera de la cocina.

(...)

Las palabras de Bianca retumban en mi cabeza en cuanto la limosina se detiene. Sin importar lo mal que me sienta, demostraré todo lo contrario.

Con un nudo gigante en el estómago, abro la puerta y me bajo de ella. Mi vestido es pesado, pero lo ignoro en cuanto siento los flashes de las cámaras sobre mí además de los cientos de miradas.

Camino por la alfombra con un poco de inseguridad en cuanto observo a Dylan más adelante, le están tomando fotos.

Mi corazón se congela al observarlo, pero decido aprovechar su distracción y avanzar. Alguien me toma por el brazo y me voltea antes de envolverme en un abrazo, me sobresalto hasta que al separarme me doy cuenta de que se trata de Thomas.

Sonrío ampliamente y lo abrazo nuevamente.

—¡Tommy!

Él me sonríe, se ve feliz.

—Qué gusto verte de nuevo, Kat. Te ves preciosa.

—¡Gracias! —sonrío.

—Ven, Ki-Hong estará feliz de verte —él dice, tomándome de la mano y llevándome con él.

Observo a Ki, sonriendo para una de las fotos, antes de que voltee y se acerque a nosotros.

Él sonríe de nuevo ampliamente antes de abrazarme con fuerza.

—Kat, qué bueno verte. Ya sé que vives aquí, iremos todos a tu casa para que nos alimentes —él susurra en mi oído, haciéndome reír.

—Seguro que sí —río.

Thomas se dispone a hablar, pero alguien le hace señas al otro lado.

—Tenemos que irnos un segundo, nos van a entrevistar.

Asiento y les sonrío antes de que se alejen. Ambos se sientan junto a Dylan y Kaya, me mantengo a la distancia por los momentos.

Alguien toca mi hombro, y me hace voltear. Sonrío al ver a Will y lo abrazo.

—¿No te cansas de verte bonita siempre? —él pregunta, antes de separarse de mí.

Río.

—No es para tanto.

Él ríe también.

—Eso es porque no te has visto en un espejo. Sin embargo, puedo notar que no estás tan feliz como siempre.

Sonrío con tristeza, antes de suspirar.

—Es una larga historia.

Él sonríe.

—Si se trata de Dylan, te aseguro que en cuanto te vea se arrepentirá de lo que sea que haya hecho.

Sonrío ante la idea.

—Qué tonto, Will —bromeo.

Él sonríe.

—Iré con los demás, ¿vienes?

—Iré en un segundo.

Will asiente con una sonrisa, y se aleja.

Pienso en lo que él dice, y decido sentir un poco de seguridad en mí misma por primera vez en esta semana. Decido caminar en los alrededores, y en poco tiempo siento la mirada de Dylan sobre mí. Hago lo posible por no darle importancia y prosigo, sin que él deje de mirarme.

https://youtu.be/EAol6Ej07X4

Sonrío para mí misma, y por un segundo me siento triunfadora. La entrevista termina poco después, y mientras hablo con Ki-Hong y Thomas, puedo observar al otro lado a Dylan mirándome nuevamente. Pero luego, Britt se acerca y lo toma de la mano, obligándolo a mirarla y sonreír, y haciéndome sentir un puñal en el corazón.

Will lo nota y se acerca.

—Siéntate conmigo. Intenta ignorar lo que acabas de ver —él dice suavemente, ofreciéndome su brazo.

Le sonrío y enredo mi brazo con el suyo.

—Gracias —susurro, él simplemente asiente y sonríe.

Pasamos junto a Britt y a Dylan, él me observa, pero el corazón se me detiene en cuanto ella me habla.

—¿Kat?

Trago en seco y volteo a verla, regalándome mi mejor sonrisa.

—Britt, qué gusto verte.

Ella sonríe.

—¡Te ves bellísima! Me gusta mucho tu vestido.

Sonrío, y observo la cara de Dylan, que al igual que yo, no sabe qué hacer.

—Gracias, Britt. Tú también te ves muy linda —contesto sonriente, con Will aún a mi lado.

—Kat, ¿Nos vamos? La sala se está llenando —Will interviene una vez más, y agradezco profundamente que él sea tan buen amigo.

—Sí, vamos. Nos vemos luego, Britt —me despido, con una sonrisa a pesar de la culpabilidad que siento.

La película comienza, quedo satisfecha con lo que veo, pero Britt está a mi lado y no puedo evitar sentirme incómoda. Me levanto y salgo un segundo a respirar algo de aire fresco. Mientras camino, me encuentro con Dylan, cruzando miradas por un par de segundos. Él no deja de mirarme de arriba a abajo, sonrío y le doy la espalda antes de volver a la sala, pero él me toma por el brazo y me detiene, haciéndome voltear.

—¿Por qué lo haces tan difícil, Kat?

Enarco una ceja ante su comentario.

—¿De qué hablas?

—¿Cómo puedo olvidarte si te ves así?

Río con ironía.

—Haberlo pensado antes, Dylan.

Me zafo de su agarre, y vuelvo a mi lugar, dejándolo con la palabra en la boca.