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Capítulo 2

Luego de haberme despertado más tarde de lo que debería, me doy una ducha rápida y salgo del hotel para ir hasta el set de filmación.

"Será mejor que esto no pase todos los días, porque si así estoy iniciando, no me irá nada bien."

El trayecto resulta ser largo para lo que me esperaba, pero me despreocupa tener que ver tanta belleza natural a mi alrededor.

El auto se estaciona en un amplio lugar, me bajo de él antes de sentir una corriente de frío que enseguida me hace temblar, haciéndome saber que fue mala idea no abrigarme aún más, pero lo único que puedo hacer al respecto es: respirar hondo y mantener la calma.

Agradezco al chofer con una sonrisa antes de seguir mi camino. Abro la puerta, y enseguida observo el lugar lleno de cámaras, luces y personas que supongo serán más actores. Un hombre castaño con ojos claros y barba se acerca a mí con una leve sonrisa.

—Tú debes ser Katherine, ¿no es así? ¡Creí que no llegarías! Mi nombre es Frank, soy el supervisor y ayudante del director —él dice levantando su mano, para que yo pueda estrecharla.

Sonrío amablemente antes de corresponderle el gesto.

—Sí, soy Katherine. Es un placer, lamento la demora.

—No hay problema, después de todo es el primer día, simplemente no lo vuelvas costumbre.

El hombre sonríe y me guiña el ojo, yo sonrío de vuelta.

—No lo haré.

—Bien, será mejor que te lleve a maquillarte, sígueme.

Frank se pone en marcha y lo sigo sin reprochar. Examino el lugar mientras camino, y durante un par de segundos mi mirada se cruza con la de un chico alto, cabello castaño y ojos oscuros. Sé que lo he visto en algunas películas y series, pero honestamente no recuerdo su nombre. Devuelvo la mirada hacia el camino, y finalmente entro en una pequeña habitación con un gran espejo y sillas frente a un mesón lleno de maquillaje.

—Aquí estamos —Frank dice aún en la puerta luego de haberme dejado pasar.

Una mujer elegante y de piel oscura se levanta y me sonríe amablemente.

—¡Hola! Tú debes ser la nueva extra, mi nombre es Sharon.

El tono de su voz es amable, me toma la mano y me da un leve y amistoso apretón.

—Es un placer, Sharon. Mi nombre es Katherine, pero puedes llamarme Kat —contesto con una amplia sonrisa.

—Bueno, Sharon, te la encargo. Seguramente se harán muy buenas amigas. ¡Nos vemos, Katherine, y bienvenida! —el hombre se despide animadamente antes de abandonar la habitación y cerrar la puerta.

—Vamos a comenzar, cariño. Siéntate donde gustes.

Sonrío y avanzo hasta una de las sillas de cuero en la que me siento segundos después. Ella humedece mi rostro con una pequeña toalla y luego sacude su cabeza con una gran sonrisa.

—¿Sucede algo? —pregunto con confusión.

—¡Eres hermosa! Será un placer trabajar contigo —ella contesta, su sonrisa es amplia y el blanco de sus dientes es realmente intenso.

—Oh, gracias.

Su comentario me causa un poco de vergüenza, pero en el buen sentido de la palabra. Ella comienza a maquillarme mientras me cuenta como supo que esto era lo suyo, habla mucho, pero es bastante graciosa y ya puedo decir que me agrada.

Luego de más o menos media hora, me levanto y me observo en el espejo.

—Ya estás lista -ella dice sonriente mientras coloca una mano sobre mi hombro.

La verdad es que ella hace un trabajo estupendo, el maquillaje luce perfectamente fresco y natural

—Muchas gracias, Sharon. Iré ahora de vuelta al set, pero nos veremos después.

Sonrío y ella hace lo mismo, asintiendo con entusiasmo.

—¡Mucha suerte, querida!

Sonrío y me acerco a la puerta para salir, pero en ese preciso momento entra otra chica, sorprendiéndome. Cabello castaño con ondas, ojos grandes color azul y tez blanca. Ella me observa sorprendida por un segundo, pero luego una cálida sonrisa aparece en su rostro.

—Hola, tú debes ser Katherine. Mi nombre es Kaya, es un placer conocerte.

Sonrío de vuelta y estrecho su mano.

—Es un placer, Kaya. Seguramente nos veremos mucho por aquí.

Ella ríe suavemente.

—Eso no lo dudes, pero estoy segura de que harás un buen trabajo.

—Si bueno, no creo que ser extra implique mucho esfuerzo...

Ella sonríe y niega con la cabeza.

—Oye, todos empezamos con algo así, simplemente da lo mejor de ti sea lo que sea.

Sonrío ante su recomendación y asiento.

—Bueno, te veré más tarde. Deben estarme esperando afuera.

Ella asiente y me da espacio para salir, puedo escuchar a Sharon saludarla con emoción mientras me alejo del lugar.

Al notar mi presencia, el director se presenta rápidamente y comienza a darme las instrucciones que debo memorizar: Nunca llegar después de las nueve de la mañana, uno o dos días libres en la semana, y estar de vuelta justo en el momento que él indique que el descanso terminó. Asiento y grabo todo en mi memoria antes de comenzar a grabar una de las pequeñas escenas en las que aparezco.

(...)

Luego de cumplir con mi trabajo, pude comer algo finalmente. Mientras otros de los actores filman parte de sus escenas, camino hasta un pequeño poof color verde y me siento sobre él con mi celular en las manos, entonces recuerdo que debo colocarle un chip de línea internacional. Lo apago e intento colocárselo, pero para mi mala suerte no tengo idea de cómo hacerlo. Mientras me concentro intentando solventar mi pequeño problema, siento que alguien se sienta en el poof que está justo a mi lado, puedo observar por la esquina de mi ojo que se trata del mismo chico con el que crucé miradas al llegar.

—Luces estresada —él dice inesperadamente, levanto la mirada le sonrío.

—Oh, bueno, podría decirse que ha sido un largo día —contesto antes de seguir con mi celular.

—Está bien, es normal al principio —él responde, haciendo una pausa —¿Tienes problemas con eso? '

El tono de su voz es jocoso, y me avergüenza el hecho de que puedo lucir como una tonta.

—Sí, es que no sé cómo colocarle la tarjeta de roaming —contesto finalmente, riendo de mí misma.

—Déjame ayudarte con eso.

Él extiende su mano, lo observo por unos segundos y le entrego mi teléfono. Él enfoca su mirada en él, y en cuestión de segundos coloca la tarjeta, y le coloca nuevamente la tapa. Me observa con una sonrisa, y me lo devuelve.

—Listo, aquí tienes.

Su sonrisa es bastante cálida y contagiosa. Es una persona bastante atractiva.

—Gracias.

Una sonrisa cubre mi rostro, pero él extiende su mano nuevamente.

—Soy Dylan.

—Oh, Tú eres el protagonista, ¿no es así?

Él asiente, yo levanto mi mano y la estrecho con la suya. Ahora recuerdo, Dylan O'Brien. He visto varias de sus actuaciones, es bastante bueno, pero nunca le había prestado demasiada atención.

—Soy Katherine, pero puedes llamarme Kat.

Él sonríe ampliamente.

—¿Kat? No hay problema, me gustan los gatos.

Él rie levemente y yo no puedo evitar hacer lo mismo.

—Es un chiste bastante malo.

Él sonríe.

—Te acostumbrarás a ellos.

Sonrío enseguida, está anocheciendo y el frío aumenta, lo cual hace que no pueda evitar temblar.

—¡Dylan, el descanso terminó! —grita el director desde lo lejos.

Dylan me sonríe con los labios juntos, excusándose de tener que marcharse antes de levantarse. En cuanto lo hace, se quita la chaqueta que lleva puesta y me la extiende, haciéndome mirarlo confundida

—Debo irme por un rato, puedes usarla mientras, la necesitas más que yo.

La tomo y le sonrío.

—Gracias.

Él asiente, hace un ademán de despedida con la mano y trota de vuelta al set. Me coloco la chaqueta, sintiendo el alivio y la calidez de inmediato, el perfume que la impregna me hipnotiza por unos segundos, antes de que decida volver a la tierra y darle uso al roaming que le coloqué a mi celular.

Bianca: ¿Cómo va la película? (6:37 pm)

Kat: Oh bien, ya he conocido a dos de los protagonistas. ¿Qué tal tú? (6:40 pm) Leído

Bianca: Oh, bastante tranquilo todo, pero lamento tener que dejarte ahora, tengo una emergencia. Nos vemos! (6:44 pm)

Suspiro y recuesto mi cabeza en el espaldar del poof, Bianca es médico y eso tiende a darnos bastantes problemas de comunicación. El aburrimiento en el tiempo restante me inunda, haciéndome quedar dormida por un rato, pero la calma termina en cuanto alguien me despierta abruptamente.

—¡Kat, un penitente!

El susto me hace brincar y gritar antes de intentar recuperar el aliento, entonces veo a Dylan riendo fuertemente, junto a un chico asiático.

—¿Es en serio? —pregunto fulminándolos con la mirada, pero al verlos reír de esa forma, comienzo a reír de nuevo.

—Lo siento, no pude evitarlo. Ya ya, te ayudo —Dylan dice mientras calma su risa, me toma de la mano y me ayuda a levantarme.

—Muy gracioso, muy gracioso.

Ambos ríen.

—Soy Ki-Hong Lee. Puedes llamarme Ki —dice el chico, estrechándome la mano amistosamente.

—Kat -Sonrío.

—Bueno, ya es hora de que volvamos al hotel. ¿Te damos un aventón? —Ofrece Dylan, y la verdad es que no tengo forma de volver, asi que acepto.

—Está bien.

Ambos sonríen y los sigo hasta la salida, subiendo a un BMW color rojo. Ki se sienta en el copiloto, Dylan conduce y yo me siento atrás.

—Juguemos a algo, o Kat se quedará dormida de nuevo —Ki propone, mientras se pasea las manos por el cabello.

—¡Ya sé! Juguemos a qué prefieres —Dylan contesta sonriente.

—Bien, comienza tú —añade Ki.

—Bien Ki, ¿Qué prefieres? ¿Perderte en el bosque durante un mes pero sólo poder comer insectos?, ¿o perderte en el mar una semana comiendo algas?

—El bosque, prefiero los insectos —él contesta con seguridad.

—Qué asco, hermano —añade Dylan mientras suelta una carcajada.

—A ver, Kat, ¿Qué prefieres? ¿Comerte tu propio vómito o beber tu propia orina? —Ki pregunta, soltando una risilla.

—¡Ew! —contesto soltando una carcajada —Ninguna de las dos.

—Nope, debes elegir una —dice Dylan.

—Bien, creo que beber mi propia orina. Al menos no tendrá textura.

Ambos ríen.

—¡Tiene un buen punto! —dice Ki.

Al llegar al hotel, los tres bajamos y subimos al elevador. Ki es el primero en bajar.

—¡Nos vemos mañana! —él dice sonriente y se despide con la mano antes de salir.

Observo a Dylan mientras sonríe por unos instantes, y entonces recuerdo que llevo puesta su chaqueta. Me la quito casi de un movimiento y se la entrego.

—Lo había olvidado, gracias —él sonríe.

—No, gracias a ti —Sonrío.

Llegamos a mi piso, y me doy cuenta de que es el mismo que el de Dylan. Él me da paso para caminar y me sigue.

—Bueno, te veré mañana, fue un placer conocerte —digo sonriéndole mientras avanzo.

—Lo mismo digo, pero hey, Kat —él dice, volteo y lo miro.

—¿Si?

—No me preguntaste qué prefiero.

Río levemente.

—¿Debo hacerlo ahora?

—Sí.

—Bien, ¿Qué prefieres? ¿No poder dormir o no poder comer?

Él frunce el ceño.

—¡¿Qué clase de monstruo eres?! ¿Cómo puedes ponerme a elegir entre cosas tan VITALES?

Río ante su reacción.

—Debes elegir una.

Él suspira.

—Bien, prefiero no poder dormir. O comer, ¡no lo sé! —él dice colocándose las manos sobre la cabeza.

—Morirías de cualquier forma, elige la que más te haga feliz.

—Bien, prefiero no poder comer, así moriré durmiendo.

Río levemente.

—Buena elección, buenas noches.

Él sonríe y yo me marcho hasta mi habitación. Qué gente tan interesante conocí hoy.





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