"¿Cuántas lágrimas necesito

 para curar mis memorias tristes?"

Me escondo bajo la piel, para arder en la desesperación

y evitar morir con el rechazo de tu injusto amor.

Rozando la locura al ver tus labios

          y saber, que jamás podré besarlos.

Porque yo no soy él y

                               jamás podré serlo. 

Te veo alejándote de mis suplicas y esperanzas,

Mientras yo desciendo por un acantilado de promesas rotas,

miradas pérdidas y una sensación de frío.

      La agonía sube hasta mi garganta,

provocando una aridez que me impide respirar

  y una tristeza que llega hasta mis ojos,

     convertida en un adiós.

Eres el bello retrato de mi soledad,

la fuente de los sueños cristalinos,

y la melodía de otra autoría.

               Los roces con tus manos

se entrelazan con mi esperanza,

mientras miro fijamente tus ojos invernales

                              y con lluvia en los míos,

que reniego de mi cordura.

Eres horizonte, eres siempre lejana.

Recojo pedazos desvalidos

sobre  la fatalidad,

                 silencios que ensordecen mi luz.

Solo una vida y diez muertes,

bastarán para finalizar con este amor,

          que desde el inicio,

y hasta mis últimos segundos,

fue tuyo.