-Tocas muy bonito y a tu edad eso es increíble ¿Por qué le tienes miedo? Es una gran oportunidad, amiga.

-No es por temor. Es algo más triste. No sé bien cómo explicarlo, pero es parecido a la soledad. Camino por los pasillos del colegio y nadie me mira. Te amo por ser siempre tan buena conmigo, pero entiendo que muchas veces prefieras estar con otros. Solo soy una chica que se refugia en un instrumento que nunca pidió, pero que ahora tiene un gran valor para mí. Mi abuelo era muy duro conmigo desde que era una niña. De tener una madre, ahora estaba sentada frente a un piano. Tengo una imagen borrosa de mi mamá y tengo miedo que esa imagen sea algo diferente a la realidad. A veces me hago a la idea de que tocar, me acerca más a ella. Que por más que la muerte me la haya arrebatado, ella escucha lo que toco y que también ella está presente en esas melodías ¿Te imaginas que me pudiera hablar desde la música? Intentó creer que es verdad y que ella debía irse, pero con algo bueno en donde la pudiera encontrar cuando me sintiera sola. Porque desde que ella se fue, me siento así. A mi papá no le importo y nunca me dejaron tener amigos. Veía a los niños en el parque y mi abuelo me jalaba con fuerza para que continuáramos nuestro camino. Al crecer solo tenía una burda idea de cómo comportarme con otros. Algunos niños eran crueles conmigo. Me hacían llorar y me alejaban de sus grupos. Regresaba a mi cuarto y tocaba otra vez. Como si el sonido fuera un consuelo lejano de mi mamá diciéndome que todo estaba bien y que me amaba mucho. Crecí con esa idea. Me sentía segura y valorada. Los niños no fingen cuando les desagradas y mi abuelo tampoco. Ahora veo las cosas de manera distinta. Sé que mi madre no está en esas partituras y sé que jamás la volveré a ver. Nunca se sentirá orgullosa de mí y nunca más me abrazará con fuerza. Nunca me dará un beso de buenas noches y nunca me hará sentirme sola. Solo tengo a un señor que quiere que cumpla su sueño frustrado y solo tengo a un hombre que odia su propia vida. Te tengo a ti, pero yo sé que no soy la mejor amiga para ti. Me di cuenta cuando te reías con Stefanny. Te veías tan sonriente, tan liberada y tan feliz. No te culpo. Sé mirar a los ojos. De cualquier forma mi piano sigue siendo mi única forma de hablarles. Es la prueba viviente de que no importa que tan mal te veas por fuera, si toco bien ¿valgo la pena para los demás? ¿Podría creer que aunque no sea agradable, pueda ser escuchada y querida? Es una contradicción, porque si eres una mala persona, te juzgan en todos los aspectos, pero creo que no soy mala. Solo no que no me puedo comunicar como ustedes lo hacen. No sé hacerlo. Tengo miedo a no poder crear una conexión. No quiero solo ser una pianista que interpreta a músicos reconocidos. Las personas te pueden querer, pero no simpatizas. No te quieren conocer. Te hacen invisible. Tengo miedo a tocar frente a todas esas personas y no me escuchen bien. Solo quiero que dejar de pensar que el piano no sea suficiente.