El tiempo quiso que nuestros besos se quedaran escritos en el pasado, que las palabras se convirtieran en nuestro silencio perpetuo que nos acompañaría hasta el final. Tu amor me quemó y mutiló. Me mostraste con destrucción lo que te hizo a ti. Me amaste tanto que perdiste el rumbo y yo te seguí hasta perder mi belleza. Incluso más. Ambos nos hicimos daño. Yo debí ser la mujer que merecías. Aquella mujer que te amara. Aquella mujer que te perdonara.

Si borraran mi memoria, no importaría. Los daños que dejaste dentro de mí, serán la constancia de nuestra historia. El amor me hizo daño, creó lo que soy ahora y demostró mi miseria, mi nada y mi simpleza. Cada camino que tomé con mi dudosa voluntad, terminaba en una encrucijada que me perdía aún más, y me daba cuenta que no importaba la dirección que fuera, siempre terminaría en el mismo vacío. La misma oscuridad de la que nací. Si entendieras esa desoladora y trágica realidad, te darías cuenta de la hermosa luz que representas para mí. Aunque no fuese comparado por nadie, tú entenderías que tiene algún tipo de sentido para nosotros. Diferentes universos, con diferentes leyes, comportándose igual, porque mientras ustedes sufren de la monotonía en sus vidas, yo soy gris por siempre. Ahí entran tus palabras, tus risas y frustraciones, ahí es donde le doy sentido a mis actos. Acciones, que siempre conducen a la misma encrucijada. Un punto que me aleja de ti, donde estoy consciente de mis límites. Donde la realidad te sacude como el viento a una hoja de otoño. Entiendes que sí existe el nunca, y que la voluntad no es suficiente para hacer feliz a quien quieres. Entre más cerca, más te aleja. Hay quienes no pueden estar juntos, no por falta de intención, simplemente porque no se puede y es una verdad que es dura de afrontar para ustedes. Te das cuenta de tu insignificancia ante el inmenso muro de la realidad. Podríamos pensar que soy como Sarah y que tú eres mi piano, o que yo sea Rose para convertirme en la mujer que tú piensas que es perfecta, pero ninguna es la correcta para ti. Sarah es música y la perfección de Rose no es lo que buscas. La única que se adapta en tu corazón, es Marilyn, y ni siquiera ella existe.

Ahora debo dejarte ir. Decirte adiós y esperar que no haya sido tan malo mi trabajo contigo. Darnos cuenta que podemos seguir viviendo sin el otro y que por más injusto que parezca, todo debe seguir su curso. Nuestras vidas no se detienen. A veces creemos que sería mejor, pero realmente no lo es ¿no es muy insustancial eso? Realmente no necesitamos de nadie. Somos soledades que se convertirán en polvo, o sobrevivientes que no declinan en la derrota. Ahora que me dijeron que fuiste en busca de Rose, sé que eres fuerte. Era necesario que me apagaras y ahora a despedirnos de nuevo. Eso no significa que volteamos la página con indiferencia. Tal vez la Marilyn nueva lo haga, pero para la que creaste, valió la pena y fuiste su todo. Nuestra historia termina sin vernos a los ojos, sin un beso de despedida y sin palabras de consuelo. Solo queda un pasado intocable y cada día más difuso para ti. Para mí, un adiós. Nuestro adiós.

Michael y Marilyn, poseen algo que no es para todos. Lo nuestro es devoción y fidelidad. Tú eres el pintor y yo el mural, tú eres el músico y yo la sinfonía, aquella que creaste para reflejar tu mundo. Eres el director y yo la actriz que interpreta tus deseos. Tú serás siempre mi poeta inconforme, que le escribe a la vida con tinta de lágrimas. Discúlpame por no haber sido suficiente para ti. Por no ser. Pero puedes estar seguro, que aunque no sea humana, siempre seré tu amiga. Desde la primera mirada, hasta el último suspiro.

Siempre seré tu Marilyn.