Cambio
La gente cambia.
El mundo cambia.
Las mentalidades cambian.
Todo lo hace, pero, ¿por qué?
¿Qué necesidad había de que, de repente, un día alguien se levantara y decidiera que ya no volviera a ser el mismo?
Personalmente, odio los cambios.
Y odio aún más cuando me obligan a cambiar.
Cuando cambia la gente de mi entorno.
La gente piensa que ya ha crecido, que ya se conoce, que tienen la vida hecha, que ya han conocido a la persona que estará con ellos para siempre.
Creen que lo tienen todo controlado y no es así.
El mundo es cruel, rápido y simple, pero a la vez amable, lento y complicado.
Es comprensible y a la vez increíble.
No hay palabras para describirlo.
La gente cambia, si, y en algún momento quieren pensar que ya están formados.
Y no pueden estar más equivocados.
Niños pequeños que creen saberlo todo, algo normalizado, algo que odio.
¿Por qué dejarse engañar por uno mismo si al final solo nos estamos haciendo más daño?
Y lo peor de todo: hay gente que no cambia como el resto, no.
Hay personas que se mantienen fieles a sí mismos, que no se dejan influenciar a pesar del grupo, pero hay otras personas que lo fuerzan.
Se fuerzan a sí mismos a cambiar, lo fingen.
Si, fingen cambiar para sentirse aceptados.
Que triste y desgarrador es pensar que alguien es capaz de traicionarse a sí mismo de esa manera.
¿Cómo puede alguien enterrar tan en el fondo su verdadero yo solo para gustar más a los demás, si el protagonista siempre has sido tú mismo, y no el resto?
¿Para qué ser fiel a los demás si no somos capaces de serlo a nosotros mismos?
Que tragedia, de drama, que tristeza.
¿Encajar? ¿Para qué?
Es una pérdida de tiempo.
Nadie en este mundo debería pensar que es mejor ser todos iguales.
Es decir, ¿todos tenemos que cambiarnos a nosotros mismos solo por los demás?
No te sentirás más aceptado por hacerte eso, solo sentirás dolor.
Dolor, si, es algo crudamente tortuoso lo de esconderse de quienes somos.
Y me produce arcadas ver cómo la gente finge que realmente es así, que es como todos los demás, que encajan a la perfección como la maldita pieza de un puzzle.
Nadie encaja realmente, todos los que parecen hacerlo han tenido que hacer pequeños ajustes en sus personalidades para no salirse del patrón.
Solo los que han sido capaces de ser fieles a sí mismos son realmente puros, pero ojalá no fuera así.
Ojalá nadie sintiera nunca la necesidad de aferrarse a una plantilla para sentirse amado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro