Arlong mira a Nami, a esa niña insignificante que le mira ahogada en lágrimas, con esos grandes ojos marrones teñidos de odio, puro y oscuro.
Y sólo siente arcadas. Le repugna, y su timbre se graba en sus oídos:
Arlong, Arlong, Arlong.
Le repugna su voz, su llanto, su olor y, sobre todo, le repugna aquel horroroso vestido amarillo, inocente, infantil. Le repugna todo de Nami, porque todo en ella es como Koala. La aborrece, a Nami, a Koala, a ambas. No como humanas, sino como su castigo: personal, ardiente, clavado debajo de su propia piel; rojo como el fuego, como el sol, como la sangre: la suya propia, la de su raza, la de su pueblo.
La sangre de Fisher Tiger. La sangre de los Piratas del Sol. La misma sangre de Koala.
Y una vez más, la aborrece, a Nami, a Koala, a ambas: a Nami, que permanece junto a él, a Koala, que se resquebrajaba en sus recuerdos (su risa, su llanto, su torpeza y su miedo; su voz, siempre su voz repitiendo su nombre).
Arlong, Arlong, Arlong.
Aborrece la debilidad de quien fue su capitán, de quienes fueron su tripulación, sucumbiendo sin remedio ante una miserable humana, frágil, pequeña e ingenua.
Se aborrece a él mismo, que vive acunado en el pasado, que tuvo razón: los humanos nunca aprenden.
Pero Arlong no sería tan débil como Tiger; pues a él solo lo mueve su sed: de venganza, de poder, de alzarse sobre quienes se han apropiado de una corona que les pesa demasiado. Por eso Arlong es azul, su marca, su bandera, su ideal, lejos del rojo del sol, que ya no representa más de la nada misma.
Por eso, la historia se repite, y al frente hay una pequeña niña rodeada de monstruos. Pero a esas alturas, Arlong ya lo sabe:
Nami se parece a Koala, pero no es, no será jamás Koala.
Porque Arlong ha aprendido de sus errores. El sol rojo es libertad, el tiburón azul son cadenas. Fisher Tiger liberó a Koala, Arlong solo quiere apresar a Nami.
Apresarla, encerrarla y encadenarla hasta que de ella no queden más que huesos roídos, sucios e inservibles, y entonces ya no quede nada. Nada de Nami, nada de de Koala, nada de sus recuerdos.
Apresarla, encerrarla y encadenarla hasta que su odio se sacie y entonces, Arlong pueda dejar de escucharla.
Arlong, Arlong, Arlong.
Para que pueda dejarlos ir: a Tiger, a Koala, a aquellos remordimientos a medias.
Para poder odiar sin más.
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HEADCANON
En el arco de la Isla Gyojin, Jimbei nos cuenta su pasado en común con Arlong, y cómo ambos estuvieron en la tripulación de lo Piratas del Sol, bajo el mando de Fisher Tiger, quienes acogieron a una pequeña niña humana. Esa niña humana es Koala.
Tras la llegada de Koala a la tripulación de los piratas gyojin, Arlong se niega rotundamente a aceptarla, mostrando un rechazo directo y verbalizado hacia ella. Sin embargo, conforme pasa el tiempo, parece mostrarse más indiferente hacia Koala (sigue rechazándola, pero al parecer prefiere quedarse al margen en vez de hostigarla como al principio).
Además, podemos notar que el diseño infantil de Koala mantiene cierto parecido al diseño de Nami (aun si son claras las diferencias entre una y otra).
Y, aunque ya sabemos que, desde cierto punto en adelante, casi todas las féminas de One Piece resultan ser un diseño calcado de Nami con diferentes rasgos, me ha resultado curioso que ambas tengan un diseño tan similar en su niñez, además de compartir rasgos parecidos(que no iguales) como el color de pelo (y no es hasta su versión adulta cuando se diferencia su color de ojos).
Para mi, el motivo del cambio de actitud de Arlong hacia Koala no pasa por el cariño ni mucho menos, pero creo que llega, en parte, a la aceptación de Koala gracias a la relación que ella mantiene con el resto de la tripulación. Así pues, puedo imaginar como el resto de los gyojin han animado a Koala en más de una ocasión para intentar acercarse a Arlong y establecer, al menos, una relación cordial entre ambos. Sin embargo, tras lo ocurrido en la isla natal de Koala con Fisher Tiger, el odio de Arlong solo se disparó nuevamente, tachando a los humanos de traidores, pero, por encima de todo, a Koala, dado que su capitán y tripulación habían confiado en ella.
Finalmente, al conocer a Nami, reconoció el cierto parecido que esta mantenía con su recuerdo de Koala, lo cual le causaba sentimientos contradictorios a Arlong:
Por un lado, el odio absoluto a los humanos, revivido e intensificado. Por el otro, los recuerdos del tiempo que compartió con Koala en el barco de los Piratas del Sol. Es decir: Arlong odiaba y "añoraba" a Koala por igual, porque el recuerdo de Koala también es el recuerdo de los momentos que pasó con la tripulación de Fisher Tiger.
Por eso es que, además de por su increíble talento para la cartografía, Arlong aceptó a una niña humana en su tripulación, tal y como Fisher Tiger hizo con Koala, y a pesar de todo no la mataba o la maltrataba físicamente tanto como cabría esperar por su gigantesco odio (si bien sí que se nos mostró como Nami había sido herida, encadenada y recibido un trato vejatorio).
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