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III. Estaciones del año


Memorable Spring

Mi cabello corto y castaño era movido por la leve brisa, sentía el ligero y casi imperceptible calor de la primavera en Frigoram chocando con mi pálida piel.

Incluso sentada en éste hermoso parque, con la primavera recién llegada, me siento abrumada. Tanto tiempo con esa máscara de felicidad, cansa, fingir que estoy bien, mientras me siento tan sola por dentro. ¿Por qué no puedo sentir esa felicidad que la primavera se supone que trae? Me siento desubicada, como una sensación triste en día hermoso, como una canción triste de melodía feliz, una historia triste con toques de comedia, una chica triste que sonríe alegremente...

Preferí levantarme de ese asiento y empezar a caminar, vine a despejarme, no a crear poesía barata. Las jacarandas pintadas de azul se veían hermosas aunque estaban tan desubicadas como yo. Ese triste morado que al mismo tiempo denotaba felicidad me gustaba tanto como el también bipolar azul del cielo, aunque eso nadie lo supiera, si me preguntaban porque me gustaban seguro respondería que eran lindos y se complementaban, otra máscara más.

Los niños jugaban en el área de juegos, me gustaría poder volver en el tiempo a cuando era más pequeña y nada me preocupaba, cada vez me preocupan más cosas. Seguí caminando, verlos me ponía nostálgica y en serio lo único que quería era despejarme, encontrar esa felicidad.

—Una pregunta, ¿Sabe dónde esta el conservatorio? —Un chico de unos 10 años estaba parado junto a mí, se le notaba emocionado, tenía colgado en la espalda un estuche de violín, sonreí no quería que notara mi tristeza.

—¡Claro! Está por el kiosko, pero si vas a tomar clases lo más seguro es que estén del lado de la cafetería.

El niño agradeció y corrió hacía donde estaba el que supuse era su padre, el parecido era innegable. Me grabé las indicaciones hacía varios años, cuándo tocaba el violín. Siempre íbamos a la cafetería para que al terminar nos compraran algún dulce, fue así hasta que ya no pude seguir yendo a tomar clases ahí, no es que con 11 años tuviera demasiados para seguir aprendiendo, solo que el programa era para principiantes y para ese punto yo ya no era principiante. Fue duro dejar la música, era algo que me mantenía feliz y ocupada.

¿En que momento deje de ser así de despreocupada? Escuchando música, tocando recitales sin pena a equivocarme, leyendo libros de fantasía sin parar, haciendo referencias que nadie entendía sin miedo a tensar el ambiente... Creo que todo empezó a los 12 años, hubo muchos cambios en mi vida, deje mi pequeña escuela primaria, llegando a una secundaria gigante, dejé a mis pocos compañeros que ya eran como mis hermanos, obteniendo unos cuantos amigos que apenas y conocía, me dolía ver a mis antiguos compañeros, perdiendo esa complicidad que compartíamos, esa hermandad, todos esos años juntos se perdían, cambiaron tanto... y yo me forcé a hacerlo. Mis nuevos compañeros eran diferentes, más críticos, menos amistosos, se separaban en grupos y se clasificaban con estándares extraños, pensaban en cosas que para mí eran irrelevantes y se divertían molestando, yo era demasiado inocente y no entendía, prefería mil veces estar sola en la biblioteca a hablar con ellos, y hubiera seguido así de no ser por mi mamá que me obligó a conocer gente y aunque ahora se lo agradezco, en ese momento me dañó forzarme a conocer gente, fuí demasiado crédula...

Sentí algo pasar junto a mí, voltee a ver que era descubriendo el una réplica del balón del campeonato de Castledom, levanté la mirada viendo a un grupo de amigos que al parecer jugaban fútbol, con señas pedían que les regresará su balón. Le di una pequeña patada pero con la suficiente fuerza para que llegará rápido con ellos, agradecieron con las manos antes de seguir jugando.

También extrañaba eso, jugar fútbol, amaba hacerlo tanto que a pesar de mis pocas habilidades me inscribí en el equipo de la escuela durante mis últimos años de primaria. Cuando llegábamos a tener partido nunca jugaba más de 15 minutos, pero esos eran suficientes para disfrutar al máximo. Ahora era necesario ser bueno para quedarse en el equipo y no tenía manera de dirigirme todos los días a los entrenamientos.

Ni siquiera caminando dejaba de pensar, me hubiera gustado poner música pero olvidé mis audífonos en casa y no quería volver, no había razón para hacerlo... al menos no por ahora. Mejor fui a buscar algún lugar para poder sentarme a escuchar sin molestar a nadie, al final ellos no tenían la culpa de todo lo que había pasado, nadie la tenía. Encontré una linda jacaranda que daba sombra a una zona tranquila y vacía, me senté recargándome en el árbol y coloqué mi playlist favorita, en la que estaban muchas de mis canciones favoritas. Empezó a sonar la tranquila y divertida melodía de "Death of a Hero", cerré los ojos y escuché la tranquila voz de Alec saliendo del altavoz de mi celular. 

Sin quererlo volví a pensar, recordé los momentos más tristes que sorpresivamente también ocurrieron durante esa etapa; la muerte de mi tío abuelo continuando mi tía abuela para que después llegara la de mi otro tío y a los tres días la de su esposa, en 9 meses hubo cuatro perdidas que dejaron devastada a mi familia, me sentía mal pero incapaz de llorar frente a ellos, sentía que debía ser fuerte y lo lograba, mantenía una máscara de firmeza para derrumbarme por dentro. Todo esto dejó heridas en mi familia que se abrían constantemente y me sentía con la necesidad de curarlas aunque las mías siguieran abiertas y sin cuidados. 

La música fue mi salvavidas, me expresaba sin palabras y lloraba sin sollozar. Pero no era suficiente, considero que fui lo suficientemente madura para no cometer una tontería. Por eso mi amor incondicional a la música y la idea de estudiar algo relacionado a ella, quería ayudar a mucha más gente a sobrellevar sus problemas. 

Recuerdo a mi mamá diciendo que estaba enojada todo el tiempo, en parte fue mi culpa pues realmente nunca le conté como me sentía y mostrar mis emociones nunca se me dió bien, recuerdo llorar en silencio hasta que mi garganta doliera y excusarme con una gripe para que no notaran como me sentía, no quería que se preocuparan por mí, ya tenían demasiados problemas como para yo darles más. Incluso cuando me regañaban por mi mala actitud hacia ellos y mi constante enojo (Que en realidad era tristeza) no me sentía con la fuerza para contarles todo lo que sentía.

Y a pesar de todo había tenido una vida hermosa, solo que en este momento veo todo azul y triste, me es imposible pensar en algo alegre aunque estoy segura de que siempre he sido muy feliz.

Sentí a alguien tocar mi hombro con delicadeza, abrí los ojos viendo a una chica que me llevaba como mínimo 5 años, con rasgos ligeramente finos que le daban un aire elegante y una penetrante y fuerte mirada azul que contrastaba con mis siempre pensativos ojos cafés, notaba que no era muy alta, yo le ganaba por mínimo 19 cm...

—¿Estás bien? —Preguntó interrumpiendo mis pensamientos.

—Se supone que sí. —Dije sin pensar y soltando una risa irónica, un segundo después me arrepentí e intente arreglarlo —Estoy bien. —Forcé una sonrisa intentando que fuera lo más natural posible.

—Mientes. —Dijo sentándose junto a mí.

No respondí, tomé mi celular subiendo el volumen de la música intentando ignorarla. Parece que lo notó pues empezó a hablarme.

—Me acerqué porque escuché la música y conocía la canción, quería conocer a la persona que escucha canciones a todo volumen en vez de con audífonos y que además tiene un excelente gusto musical —Paró un momento para verme y siguió. —Resultó que esa chica además estaba llorando debajo de un árbol y tiene la manía de subir al volumen para ignorar a las personas que se le acercan. 

Reí, pero ésta vez de verdad, no me había dado cuenta de las lágrimas que rodaban por mi cara, al parecer era tan silenciosa que ni siquiera yo me había dado cuenta de que lloraba.

—Perdón, no me siento bien y... no lo sé... solo no me gusta sentirme mal. 

—¿Quieres contarme que te preocupa?

La miré indecisa, ¿Debía contar mi vida a una completa desconocida? Normalmente no lo haría, pero me sentía tan mal que necesitaba hablar con alguien, incluso si no conocía de la existencia de esa persona hasta hace menos de 5 minutos. 

Así que empecé a hablar, al inicio fue complicado, no sabía que decir o como decirlo y me sentía intimidada al sentir su mirada en mi todo el tiempo, narré todo lo que pensé durante mi tiempo en el parque hasta que poco a poco las palabras empezaron a fluir y hablé sin parar por al menos 45 minutos, me preocupaba aburrirla pero ella siempre se mantenía atenta a todo lo que decía.

—... Y aquí estoy, lamentando los momentos más tristes de mi vida y siendo deprimente en plena primavera.

—La primavera en Frigoram nunca ha sido cálida, así como el invierno en Eltiom nunca ha sido frío. —Me vió por un segundo y sonrió. —Eres fuerte, debes aprender a cuidar tus emociones pero sin duda eres fuerte y hasta cierto punto, estable. 

—¿Es eso bueno?

—Yo diría que sí, además... ¿Cuántos años tienes? 

—Catorce, casi quince. —Me miró ligeramente sorprendida —Y no, no es peligroso que este sola aquí, estamos en Frigoram no en Castledom City.

—Lo sé, solo que no pareces de catorce años... —Me miró rápidamente antes de seguir —O tal vez sí, tu altura es lo único que no aparenta tu edad. 

—No soy alta, la mayoría de los habitantes de Frigoram miden más de 1.75, yo apenas llego al 1.70.

—Claro que eres alta, en general en Frigoram son altos. 

No supe que responder, así que me quedé callada esperando a que ella dijera algo, pasaron como 2 minutos hasta que ella habló de nuevo.

—Pero a lo que iba. Es normal que te sientas así, y mucho más ahora, con la edad que tienes es normal que te sientas así y resientas todo un poco más de lo normal, y sé que suena como si solo lo dijera para ayudar pero creeme que es cierto, yo misma pasé por eso hace no tanto tiempo. —Paró un momento a pensar para después seguir —"Puedes decir que la adolescencia es un hoyo universalmente presente en las vidas de todos. Grande o pequeña, experimentamos hambre y vacío en nuestras almas durante ese periodo. Sin embargo, para algunas personas éste hoyo invade sus vidas con excesiva frecuencia y en formas demasiado complejas" Kang Yu-jeong 'Manhole, the Exqusite Metaphor for the Hole in Life'. —Volvió a hacer una pausa para tomar su mochila y sacar de ella lo que parecía una tarjeta, me la entregó para luego seguir. —Mírala en cuanto me vaya y tómala en cuenta... ¿Cómo te llamas?

—Dartic, ¿Y tú eres?

—Lo sabrás si tomas la decisión correcta. Espero elijas sabiamente, serías de gran ayuda, Dartic. —Se levantó para luego caminar hacía la salida del parque.

Me quedé helada, ¿En qué momento pasamos de una charla deprimente a una...? Realmente no sabía que fue eso, miré la tarjeta que me entregó, solo decía "FEC" en grandes letras blancas y un ID que no parecía de Frigoram.

Vaya, seguro que por ahora no me sentiría triste, este suceso no me permitiría pensar en algo más por mucho tiempo...

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Woah! Justo a tiempo, este relato me hizo llorar haha, creo que se entiende porque. La canción "Don't know what to do", habla acerca de la perdida de alguien (ya sea muerte, separación, etc.) Y como te sientes incompleto y triste constantemente después de esa perdida (Letra en español en multimedia), plasmé ese sentimiento de perdida pero en vez de una persona fueron muchas cosas que fuí perdiendo y que aún ahora, siguen doliendo. El final deja que pensar pues se trata de la introducción a la historia de Dartic. Intenté seguir el consejo de describir más a la protagonista dejando datos acerca de su aspecto por todo el relato. EditorialReign espero le guste a quien lo lea!!

Palabras: 1935

Misión completada.

Dartic, se retira.

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