Reto día 22: Algunas cosas jamás cambian
Título: Algunas cosas jamás cambian
Max
Tengo una fascinación por las navajas y los cuchillos. Es fascinante como un objeto tan pequeño puede provocar que una persona pierda la vida. Te da poder sobre los demás.
Yo los colecciono, tal vez por eso mis padres adoptivos prefieren irse de vacaciones para las fiestas dejándonos a cargo a mí y a Mason de la casa.
Es mucho mejor así, me canso de fingir que somos una familia normal, cuando está claro que nos tienen miedo. Tal vez la única persona que no nos teme es el pequeño Justin, pero eso es porque aún no ve maldad en nadie.
Me parece lejano el tiempo en que fui así de inocente, pero recuerdo a la perfección todo lo que nos hicieron y la decisión que me llevó a matar a alguien.
Estábamos en una casa de acogida y está más que claro que ese hombre solo nos tenía ahí por el dinero que le daba el estado, no porque quisiera que fuéramos sus hijos.
Aun puedo sentir sus manos tocándome, los ruegos y llantos que tanto Mason como yo hacíamos para que nos dejara en paz. Nunca sabíamos a quién iban a castigar, por eso evitábamos hablar y supongo que por eso Mason es tan introvertido.
Él coleccionaba armas y un día yo tomé una y la guardé, no notó que yo la tenía hasta que fue muy tarde. Hasta el día de no hoy no me arrepiento de haber salvado la vida de mi gemelo y la mía.
Si tuviera que volver a hacerlo para salir con vida, lo haría de nuevo. No murió en el momento, sino que empezó a sangrar y como no recibió ayuda, terminó falleciendo frente a nosotros.
Nuestros padres adoptivos han intentado hablarnos, creen que necesitamos ayuda, pero jamás podrán darme de vuelta la niñez e inocencia que perdimos. El miedo al cerrar los ojos y saber que no estábamos protegidos...
Nadie puede hacer nada por nosotros, pero se me da genial mentir y fingir que estoy bien.
–Supongo que esta será otra navidad siendo nosotros dos. –Dice Mason al ver la mesa puesta.
–Como siempre, de todas maneras no necesitamos a nadie. ¿Quieres ver alguna película?
–Me da igual. –Dice sentándose en el sillón.
Yo tomo el control y me pongo a buscar algún canal que de alguna película que nos haga sentir menos solos. Finalmente encuentro una y ambos quedamos en silencio.
Pasamos más de una hora viendo la película y cuando escuchamos las campanadas es cuando nos damos cuenta del tiempo que ha pasado.
–Feliz navidad Mason. –Le digo a mi gemelo, pero cuando lo volteo a ver me doy cuenta de que ya está dormido.
"Feliz navidad Max". Me felicito a mí mismo.
Sí, sin duda son unas fiestas muy familiares.
Siento una fuerte opresión en el pecho que intento ignorar al igual que la tristeza y vuelvo mi vista a la televisión.
No importa que toda la casa esté decorada con adornos navideños, me sigo sintiendo igual de solo que cuando era un niño.
Supongo que algunas cosas jamás cambian.
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