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Las reglas del juego

Pareja: Saori x Freyr x Julian

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Las reglas del juego

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En algún aeropuerto del mundo

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Saori estaba sentada en aquella elegante sala de espera ejecutiva de un importante aeropuerto totalmente absorta en sus pensamientos. La joven llevaba puesto un atuendo tal que la haría pasar desapercibida delante de cualquier persona aún conocida para ella; su abrigo largo, sus lentes oscuros, su pantalón vaquero azul oscuro, una blusa que jamás habría vestido en un día normal. Todo lo que debía hacer para que nadie la reconociera, para que nadie preguntara donde estaba su esposo y su hijo.

Para que nadie preguntara por el marido infiel que debía mantener a su lado aunque ella no lo deseara.

—Julian... ¿por qué has hecho todo esto tan difícil? —se dijo pensativa aceptando el martini ofrecido por el mesero de la sala VIP.

¿Cuánto tiempo llevaban casados? Alrededor de unos diez años si la memoria no le fallaba. ¿Cuánto tiempo llevaba Julian siendo infiel? Unos tres o cuatro, tal vez más. La pasión se apagó muy pronto luego del nacimiento de su único hijo, evento que Saori creyó los uniría aún más como pareja, como matrimonio, los iba alejando conforme pasaban los días, las semanas, los meses y, finalmente, los años.

Aún recordaba la expresión en el rostro de su esposo al recibir al niño en brazos: confusión, extrañeza, desagrado y, quizás, decepción. Saori quiso preguntar algo, pero hizo de la vista gorda autoconvenciendose de que el padre primerizo estaba más bien aterrado por la nueva responsabilidad que se les avecinaba. Nada más lejos de la realidad.

—Apenas nació el niño, él empezó a comportarse como un cretino negligente. No jugaba nunca con él, apenas si lo abraza y en las fiestas de cumpleaños con suerte está un par de horas...Y luego está lo de sus amantes...

Julian tuvo un descuido en una llamada. Saori algo presentía desde hacia un tiempo en que su esposo no la abrazaba rehusandose a tener intimidad con ella dejándola sin entender el motivo de esas actitudes repelentes. Aquella tarde, él se excusó del almuerzo diciendo que debía atender una llamada urgente, la joven esposa se puso de pie siguiendolo con sigilo: Julián salio a la terraza dibujando una amplia sonrisa en sus labios mientras hablaba alegremente con la persona al otro lado de la línea.

Saori no podía quitar la mirada de encima, era presa de un extraño hechizo que la obligaba a quedarse, a mirar la escena de primera mano esperando que él mencionara el nombre de algún subordinado, de su abogado, de algún colega, pero no fue así un "Te veo después, linda" se escapó de sus labios mientras ella retrocedía lentamente sintiendo una fuerte opresión en el pecho mientras su corazón se hacía pedazos.

—¿Quién es esa persona? —se repetía violentamente una y otra vez al percatarse como Julían la evadía, como era capaz de mantener el secreto de esa infidelidad tantos meses después; los viajes de negocios eran momentos para reunirse con esa "linda persona" con ese joven sin nombre quien tal vez rebosaba de lozanía y juventud.

Y Saori, por más que trataba de verse hermosa para aquel hombre, menos lo conseguía. Mejores vestidos, mejores zapatos, maquillaje experto para verse como toda una hermosa revelación que pasaba desapercibida a los ojos del hombre que le interesaba.

El día que, nuevamente, intentó confrontarlo dijo algo que a este le molestó demasiado logrando que Julián la mirara con ojos llenos de irá y reproche.

—¿Divorcio? —repitió Julian haciendo una mueca de sarcasmo y desagrado— No, no es necesario. ¿Sabes qué dirían todos si tú y yo nos separamos? Sería un escándalo que daría la vuelta al mundo.

—¿Y que te vean con tus amantes en restaurantes costosos y fiestas de gala está bien? No crees que esa misma sociedad ha sacado conclusiones al respecto.

—No querida, soy muy cuidadoso con eso. No deseo que nada altere esta buena imagen que tenemos como pareja "estable y sólida".

—Eres un cretino... —masculló ella entre dientes— Esto es una farsa. No es sano para ninguno de los dos ni para el niño.

—Ya se acostumbrará así que el divorcio es impensable. Además llevas una buena vida como para quejarte: ropa de marcas prestigiosas, una casa de miles de metros cuadrados, tienes servidumbre, niñeras y todo lo que quieras a tu disposición.

—¿Y qué ocurrió con el esposo que solía tener?

—Oh vamos... ahí vas de nuevo. No me fastidies con eso, ¿quieres? Me quedaré con el niño si algo asi llega a ocurrir.

—¿Qué dijiste?

—Lo que oíste. Si entablas un divorcio, te quitaré al niño y jamás volverás a verlo. Piensa en quién tiene más que perder.

Salió del salón dejándola furiosa y con el rostro encendido. Ni siquiera compartían ya la misma habitación como para continuar la discusión. Ella vivía en medio del infierno y nadie había a quien pudiera acudir.

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Tiempo más tarde, Saori fue invitada a un ciclo de seminarios para dar charlas sobre la fundación Graad y otros temas de interés. Ella acudió dejando al niño al cuidado de sus tantas niñeras mientras Julían llevaba días desaparecido. No se sentía particularmente de ánimo, sin embargo considero que una buena charla con otras personas podría distraerla de sus propios fantasmas. Fue así que uno de los ponentes, venido del norte de Europa, se presentó hablando con elocuencia sobre el pueblo al que representaba captando la atención de Saori quien permanencia muy atenta a sus palabras, sus movimientos, las expresiones de su rostro; además de que sus cabellos rubios y cortos, sus ojos expresivos y voz varonil lograron cautivarla más allá de lo que ella deseaba reconocer.

Al terminar las ponencias ella se aproximó a él con intenciones de felicitarle por su estupenda charla no obstante, un extraño choque eléctrico se dejó correr por su espalda al estrechar la mano del apuesto joven así como su corazón diera un agradable respingo difícil de explicar.

—Me alegro mucho de conocerla en persona —dijo él muy formal—, me llamo Freyr y, desde hace algún tiempo, sigo de cerca las actividades de la fundación Graad.

—¿De verdad?

Charlaron toda la noche sobre temas importantes quedando al día siguiente para compartir el desayuno. Saori mencionó la cena de gala por el cierre de los seminarios acudiendo del brazo de Freyr de quien no se despegó en toda la noche compartiendo, no una, sino varias piezas de baile, ambos quedaron en no perder el contacto charlando por mensaje de texto con regularidad de ahí en adelante.

—Ojalá esta noche no terminara nunca —pensó alegremente dejándose conducir del brazo de su atractivo acompañante olvidándose de lo demás.

La parte mala de todo, fueron las recriminaciones de Julian al respecto varios días después pues, Saori no se percató de que fue fotografiada mientras bailaba con Freyr, apareciendo en las secciones de sociales de diferentes diarios. Las noticias llegaron hasta Julian quien no dudo en hacerle ver la humillación que sufría su matrimonio gracias a la actitud de ella para con un desconocido.

—¡Todas las sociedades respetables del mundo hablarán de esto! —decía molesto yendo de un lado al otro apretando los puños y los dientes— Te había dicho lo importante que es la imagen para mi, para ambos, y mira esta primera plana.

—No veo nada malo en esas fotos. Yo...

—¡No me interesa si te estas tirando al sujeto ese! —Julían azotó la mano sobre la mesa de té fulminando a su mujer con la mirada— ¡Solo te pido que mantengamos las apariencias, ¿es eso mucho pedir?!

Lo era porque ambos vivían en una bonita farsa que cubría un matrimonio hecho pedazos. Saori se quedó llorando amargamente luego de que Julían saliera de la habitación hecho una furia. No le importaba que ella tuviera un amante mientras nadie se enterara y se mantuviera en la oscuridad. Ella pensó que quizás podría darle celos y, siendo honestos, esperaba una reacción muy diferente. Le era duro reconocer que ya no la amaba y poco le importaba lo que ella hiciera.

—Bien... —se dijo Saori tomando aire— Si quiere que juguemos con sus reglas, eso haré.

Poco a poco lo que aún sentía por su marido iba muriendo conforme pasaban los días.

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Freyr fue ponente en otro ciclo de seminarios, meses más adelante, él y Saori habían desarrollado una fuerte cercanía por teléfono comportándose como allegados apenas se reencontraron en Boston aquel día. Saori se cuidó de ser discreta conviviendo con otros invitados, charlando con más mujeres y demás manteniendo a Freyr cercano a ella.

Freyr conocía su situación tratando él también de mantenerse al margen pues, lo que menos deseaba era causar un escándalo y terminar por humillarla y así mismo. Ambos acordaron mantener su relación tan secreta como fuera posible sin embargo, no siempre era posible pues Saori no podía evitar buscar sus ojos, el tacto de su piel, tocar su mano aunque fuera un leve roce era más que suficiente para hacerla enloquecer y viceversa.

Ella lo deseaba con toda la culpa que aún sentía. Estaba casada y no deseaba ser infiel aunque su propio esposo poco la respetara, la infidelidad se le antojaba terrible aunque irresistible e inevitable. Ambos se alejaron del resto de los invitados dirigiéndose a un pasillo desolado de la casa donde se encontraban.

—Deseaba pasar un rato a solas contigo —susurró el joven al oído de Saori quien se dejó llevar por lo que sentía plantando un prolongado beso en los labios del hombre a su lado— ¿Tu esposo aun no consciente el divorcio, verdad?

—No hablemos de él, ¿quieres? No lo consentirá en ningún momento. Detesto ser tu amante y que debamos vernos en secreto, pero asi debe ser por ahora.

Freyr quería objetar algo, pero se vio poseído por la magia que emanaba de la mujer frente a él.

Ambos buscaron alguna habitación aún más apartada refugiándose ahí por varios minutos que pasaban lentos. En la habitación había un grupo de sillas donde Freyr tomó asiento mientras la joven se sentaba encima de él besándole con pasión revolviendo sus cabellos; él correspondió todos y cada uno de sus besos pasando los dedos por el sedoso cabello de su amante compañera mientras sus manos recorrían la espalda, los hombros y los pechos de la mujer.

Saori dejo salir un par de gemidos leves pues Freyr la besaba por todo su cuerpo levantando un poco su vestido por la parte de atrás acariciando esa parte oculta en el cuerpo de su amante. La joven llevaba puesto un atuendo rojo que dejaba una pierna al descubierto, abertura de la que Freyr tomó ventaja recorriendo la pierna lentamente sintiendo bajo sus dedos la suave piel de su pareja yendo hacia arriba descubriendo aún más la piel topándose con su lencería.

—Oh Freyr... hazme tuya aquí y ahora.

—Nos meteremos en problemas pues estamos en la casa del anfitrión.

—Seamos discretos entonces.

Y haciendo el menor ruido posible, ambos se entregaron esa noche a su amor ilícito sentados en esa cómoda silla intercambiando miradas, palabras dulces y promesas a futuro. No querían separarse a pesar de que su tiempo era limitado y tenían toda una sociedad en contra, seguirán juntos no importando las circunstancias.

Aquel era el primer encuentro de muchos que vendrían más adelante sin importar si Julían estaba o no de viaje de "negocios".

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Saori, aún en la sala de espera del aeropuerto, aguardaba su vuelo pacientemente. Por esos días es que ella y Freyr decidieron darse a la fuga como los amantes desesperados que eran. Ella dejó todo listo asegurando el traslado seguro de su hijo, a quien extrañaría horriblemente, los primeros días que estuviera lejos de él.

—Julián, quise jugar con tus reglas, pero ya me canse de las falsedades. Que seas feliz con alguna de tus muchas amantes, que yo he decidido vivir mi verdad y el resto de mi vida al lado de un hombre a quien amo y quien me corresponde.

Sin mirar atrás, se levantó de su silla apenas escuchó el llamado a abordar.

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FIN

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Solo es una idea random que se me ocurrió, es incierto si la desarrollare posteriormente. Gracias por leer.

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