Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6. Las tres citas, P2

Cita 2.

.

Tal y como lo había profetizado, el joven la llamada cada tercer día para charlar; al principio Saori hacía caso omiso del teléfono, al ver su nombre en display lo guardaba en un cajón y se olvidaba del dispositivo tratando de encenderlo solo para llamadas de emergencia. No obstante, llego un punto en que se cansó de huir de comenzando a responder el teléfono dándose cuenta de que, en realidad, el molesto Señor Solo tenía una plática entretenida: le hablaba sobre su día, los negocios que atendía, los lugares a donde iba y siempre hacía las mismas preguntas a su interlocutora quien, a veces, escuchaba con interés y otras ni siquiera prestaba atención.

—Creo que no conozco tantos lugares ni a personas tan interesantes como Usted —estaba en la terraza tomando su té, ya llevaba como dos horas hablando con él sin haber sentido el paso de los minutos—. Debo de reconocer que viajo muy poco y, por lo general, es a los mismos lugares.

—Quizá debería tomarse unas vacaciones —le decía cariñosamente al otro lado de la línea—, Santorini es un lugar bellísimo para pasear, pero también otras ciudades de Europa lo son. Por cierto, dígame una cosa ¿le gusta bailar?

—¿Bailar? Bueno, alguna vez tomé un par de clases, sin embargo siempre he sido torpe y anticuada para eso —respondió con timidez—. No soy buena para los bailes de moda.

—No se preocupe por eso, sé de un lugar donde interpretan música un poco vieja para bailar, olvida que yo también soy anticuado —Saori rió al comentario—. ¿Qué le parece el sábado? Ese día hay recitales magníficos para bailar.

—Pues... —ella pensaba en alguna excusa que dar revisando en su mente si tenía algún otro compromiso agendando ya que su planificador semanal estaba en la gaveta del escritorio ubicado en su despacho— Déjeme revisar si no tengo algo pendiente para ese día, le confirmo el miércoles ¿está bien?

—Seguro.

Cortó la llamada sintiéndose de buen humor, le había venido bien hablar con él ya que se sentía algo sola desde que había tanta paz a su alrededor. No había batallas, ni dioses malignos que enfrentar puesto que, el último fue Hades y tras la recuperación de Seiya, inició un periodo de paz que ya llevaba varios años. Sea como fuere aquel joven empresario se había esmerado la otra noche en complacerla y eso no podía negarlo.

¿Sería apropiado salir con él de nuevo? Trataba de encontrar la respuesta en el fondo de la taza vacía pues, todos a su alrededor vivían al máximo ese periodo, y ella lo había intentado pero tal parecía que necesitaba problemas para sentirse útil, de lo contrario, ni siquiera salía de casa.

Tatsumi llegó a la terraza para cambiar la tetera por otra humeante mientras Saori lo observaba fijamente por unos segundos.

— ¿Tengo agendado algo para este sábado?

—Estoy seguro que no Señora, pero déjeme corroborarlo —muy servicial fue a verificar su agenda mientras se llevaba a tetera vacía. La joven lo escuchó ir a pasos veloces por los pasillos de la silenciosa mansión y regresar en menos de cinco minutos—. Nada pendiente para el sábado.

—Muy bien, saldré el sábado por la noche.

—¿De nuevo? Pero... ¿saldrá con ese hombre otra vez?

—No entiendo porque lo odias tanto —esbozó una sonrisa mientras decía esas palabras—, creo que es mejor ir con él a distraerme un rato porque estoy cansada de pasar mis días encerrada sin hacer otras cosas, ¿entiendes?

—Claro que si, pero...

—No te preocupes, nada me pasara. Ya no es un dios maligno solo es un joven muy insistente.

Saori percibió que su guardián no quedó muy convencido con esa respuesta, entendía porque se preocupaba pues ella había sido su responsabilidad desde hacía muchos años, pero no podía quedarse encerrada; ya lo había estado por mucho tiempo. En ese momento tenía ganas de divertirse un poco, después de todo no sabía cuánto duraría ese periodo de paz.

Tomó el teléfono y rápidamente texteó:

"Lo veo el sábado a la misma hora. Un saludo y que esté bien, Saori Kido".

Con eso bastaba para confirmar la cita y el mensaje de respuesta le llegó enseguida haciéndola sonreír.

.

Al llegar el sábado eligió un vestido de cocktel strapless blanco, le gustaba mucho ese color y los vestidos con ese diseño. Al observarse en el espejo por un momento largo, noto que estaba alegre y de buen humor como pocas veces, aunque en el fondo se sentía algo culpable por querer un momento de egoísmo para ella. ¿Habría algún problema en el mundo si ella se tomaba otra noche para salir con alguien? Esperaba que no.

Julián llegó muy puntual en el auto privado que había contratado con todo y chofer deteniéndose justo frente a la puerta para recibirla y ayudarla a subirse. Saori notaba como no le quitaba los ojos de encima agradándole esa sensación.

—Está muy bella esta noche —le dijo mientras besaba su mano educadamente.

—Gracias por el comentario —la joven no pudo más que sonreír al halago espontáneo.

Subieron al auto emprendiendo el viaje por las calles de la ciudad. Así fue como la llevo a un sitio que ella no conocía pues el interesante edificio delante de ellos se trataba de la réplica de una casa antigua estilo europeo. Al aproximarse a la entrada, Saori que se trataba de un restaurante más exclusivo que el anterior ubicado muy al sur de la ciudad, en las afueras.

—¡Qué lugar tan hermoso! —comentó la joven maravillada observando a su alrededor mientras subían por la escalera hasta la entrada principal.

—Sabía que le gustaría y espere a ver el interior.

El interior era como estar en un lujoso palacio del siglo XVIII ya que el establecimiento estaba ricamente decorado estilo barroco, había amplios candelabros en los techos y personas que usaban elegantes vestidos de noche. Una vez más la dejó gratamente sorprendida porque él conociera ese lugar y por haber hecho una reservación ahí. Les asignaron una de las mejores mesas cerca de la pista de baile y en ese instante un alegre vals sonó por todo el lugar hábilmente interpretado por la orquesta que tocaba en vivo.

—¿Cómo supo que me gustaría esa música? —preguntó Saori sorprendida y fascinada por los acordes y los sonidos que aderezaban el ambiente maravillosamente.

—Las fiestas que organizaba mi padre eran amenizadas por este tipo de orquestas y si mal no recuerdo mencionó un par de veces que su abuelo había sido invitado en varias ocasiones, supongo que Usted escuchaba en casa música como esta.

—Sí, le gustaban los valses de Strauss y a mí también me gustan —afirmó ella sonriente, el que tuvieran gustos en común comenzaba a resultar interesante.

—Vamos a bailar.

La llevó a la pista mientras el "Vals Fascinación" sonaba por todo el lugar. Saori estaba nerviosa porque no había bailado en años pero, él la guiaba hábilmente demostrando lo bien bailaba, mucho mejor de lo que ella hubiera esperado o imaginado si quiera.

—Si alguna vez tiene ganas de conocer Viena, yo puedo llevarla a bailar todos los valses que quiera, sé de muy buenos lugares donde podríamos bailar un día completo.

—Debo admitir que me sorprenden todas las cosas que Usted conoce.

—Son las cosas que uno aprende en viajes de negocios. Por cierto, no me hable de "Usted", realmente nos conocemos desde hace mucho, ¿me permitiría hablarle de una forma más allegada?

—Por supuesto, hablemos más allegados —Saori lo permitió sonriente porque aquello era un sueño y no estaba arrepentida de haberse tomado esa noche para disfrutar un poco después de todo el mundo no se estaba destruyendo mientras ella bailaba vals.

Bailaron por horas al ritmo de la orquesta y la música de Johann Strauss, que era el evento principal de la noche, además de la cena y el champagne que lo servían en todo momento.

—Ves que los anticuados sabemos cómo divertirnos —comentó Julián discretamente.

—En eso tienes razón, cuando mencionaste al teléfono que fuéramos a bailar creí que sería a uno de esos sitios de moda.

—No, no me agradan esos lugares ni la música espantosa que suena toda la noche sin parar. ¿Vamos a la terraza?

—De acuerdo —el le ofreció su mano que fue aceptada gustosamente por la sonriente joven.

En la terraza se apreciaban las luces de la ciudad y la bahía, además del cielo nocturno salpicado de estrellas que hacía juego perfectamente con el ambiente.

—Me alegra que hayas aceptado mi invitación de nuevo, tenía muchas ganas de verte.

—¿De verdad? —respondió observándolo por unos instantes— ¿No lo dices solo por quedar bien conmigo?

—Desde luego que no, es la verdad. Además, no dejo de pensar que luces hermosa esta noche, te queda muy bien el color blanco.

—Gracias —los halagos no le pasaban desapercibidos sintiéndose apenada. Al observar su reflejo en la copa que sostenía notó un ligero tono rosado en sus mejillas, trató de no mirarlo de frente para que no se notara ese rubor que no tendría por qué estar ahí—, aunque seguro lo dices a todas las chicas con quienes sales.

—Desde luego que no. No salgo con nadie sabes —se paró justo a su lado reclinándose en el barandal del balcón— bueno, confieso que lo he intentado pero nunca resulta, a las chicas les gusta mi dinero únicamente.

—Es porque te consideran anticuado —respondió honestamente tratando de parecer graciosa—. He visto en la televisión que las jóvenes de hoy día prefieren a alguien más moderno, por así decirlo.

—Creo que jamás seré ese tipo de persona además me siento muy a gusto contigo Saori, me da la impresión de que hemos vivido las mismas cosas.

—Bueno... hasta cierto punto eso parece.

Se acercó a ella aún más sujetando su rostro con ambas manos para besarla profundamente, eso la pilló desprevenida porque no se lo esperaba; se sentía rígida como una tabla y no hallaba la manera de zafarse de él.

—Escucha Julián, esto es... es inapropiado —ella lo miró fijamente con una mezcla de molestia y duda.

— ¿Por qué inapropiado? —respondió el joven sin entender observándola con tristeza— ¿Sales con alguien más acaso?

—No, nada de eso pero... no deberíamos —tomo sus manos para retirarlas de su rostro y en ese momento Julián la rodeó con sus brazos.

—No le veo el lado malo, tú me gustas mucho y lo sabes bien —ella podía sentir como el corazón de Julián latía a mil por hora, estaba nervioso por aquella declaración y por haberla besado repentinamente—. No veo que estemos haciendo nada malo —podía percibir el nerviosismo en sus palabras atropelladas.

Saori no tenía idea de que responder, sabía que no estaba bien porque ella no debía amar a ningún hombre más que a los ochenta y ocho caballeros que la protegían, aunque nadie decía que ellos debían amarla por igual únicamente protegerla y velar por su seguridad. La joven solo era su responsabilidad sintiéndose muy triste al respecto, recargó su cabeza sobre el pecho de su acompañante quien la estrechó a un más fuerte levantando su rostro para besarla de nuevo. Esta vez ella trato de corresponderle y así se quedaron un buen rato.

—Me siento culpable por estar aquí —dijo ella al fin.

—No estamos haciendo nada malo o ¿prefieres que te lleve a casa?

—Creo que será lo mejor. Perdoname, no quise estropear la noche.

—No te preocupes, nada se ha estropeado. Al contrario —la miraba con intensidad y una tierna sonrisa.

La llevó a su casa de nuevo, le había prestado su chaqueta para que ella se cubriera del frío y la mantuvo entre sus brazos todo el camino hasta que llegaron a la puerta principal de la gran residencia, entonces dejo un beso en su mano antes de que la joven saliera del auto.

—Te llamaré de nuevo para saludarte, me gustaría que nos viéramos otra vez —le dijo cariñosamente—, si no te molesta...

—De acuerdo, me parece bien —respondió dibujando una sonrisa tierna acompañada por una mirada afectuosa—. No me molestaría que volvieras a llamarme.

Salió del auto y caminó a la puerta donde Tatsumi la esperaba, en ese momento el mundo le daba vueltas sintiendose extrañamente feliz.

—Se encuentra bien, ¿la veo muy sonriente? —pregunto el mayordomo preocupado.

—Si, todo está en orden. Me retiro a descansar, que me lleven el desayuno mañana a la misma hora.

Solo eso le dijo antes de subir a su habitación, se sentó en la cama por un momento para tratar de reponerse de todas esas emociones que sentía; felicidad y alegría que se vio interrumpido por un mensaje entrante en el celular.

"Espero que te hayas divertido esta noche, estoy planeando algo muy especial para la tercera vez que nos veamos, descansa. Te mando un beso, Julián"

Aquel mensaje le sacó una sonrisa de la nada.

.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro