10. El Ponente
Pareja: Saori x Freyr
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Oslo, Noruega
Saori se encontraba asistiendo a una serie de importantes ponencias relativas a diversos temas que le ocupaban como empresaria. Serían en total tres días de conferencias magistrales y ella tomaría el podium esa tarde del segundo día luego de la presentación hecha por otro conferencista aun por confirmar. La joven abrió el programa de esa tarde y no estaba especificado quien daría la charla, solo se leía el título "Conferencia magistral sobre los pueblos autóctonos del norte". Saori lo leyó sin saber de qué trataría pero interesada por conocer más sobre esas poblaciones.
Tras reacomodarse en su silla fue que el presentador anunció que acaba de llegar el ponente de los "pueblos autóctonos", en este caso sería un representante de la lejana tierra de Asgard, la comunidad aislada y cerrada ubicada en las altas montañas al sureste de Tromsø. La joven japonesa abrió mucho los ojos al escuchar el mensaje ya que, bien recordaba, la población mencionada. La hermosa Asgard con su gran palacio Valhalla ubicada al extremo norte de Noruega con sus bellas vistas aunque sumidos en una noche perpetua.
—Me pregunto quien será el enviado de Asgard a este evento —pensó con curiosidad mientras que sus ojos no se movían del escenario y el podium.
Su sorpresa fue en aumento al divisar a un joven rubio muy alto y bien vestido aparecer por un costado saludando cortésmente al presentador y otras personas que estuvieran ahí. Saori no pudo quitarle los ojos de encima ya que, en su momento, este le dedicó una mirada muy particular en aquella ocasión en que tuvo que visitar aquellas tierras por motivo de la desaparición de Hyoga. El joven en cuestión se llama Freyr y, lo único que sabía de él, es que era un noble acomodado de esas tierras cuya hermana, Freja, lo había acompañado al Valhalla esa tarde, cuando se vieron por primera vez hacía ya varios años.
Fue así que aquella conferencia dio inicio mientras la joven empresaria japonesa no quitaba la vista ni distraía su atención de toda la charla. Freyr era un ponente excepcional ya que hablaba con elocuencia sobre su tierra, su gente y sus costumbres. El cómo Asgard se había mantenido como una comunidad aislada del resto del país debido a su ubicación y clima precarios, les había brindado una excelente oportunidad de conservar las antiguas costumbres de los pueblos fundadores de la nación.
Saori escuchó aquellos hechos históricos con el mayor interés ya que, si bien había recorrido la ciudad y sus alrededores, nunca estaba demás conocer más información dedicando una ovación al magnífico conferencista preparándose ya que sería su turno de hablar dentro de pocos minutos. Al ponerse de pie fue que se cruzó con Freyr al pie de las escaleras del podium quien observó a la joven sorprendido e ignorando, sin desearlo, a otras personas que se acercaban a él deseosas por más información interesante.
—Señorita Saori —le dijo cortés tomando su mano para dejar un beso—. Es una sorpresa encontrarla aquí, jamás imaginé que Usted sería ponente en este ciclo de conferencias.
—Si, de hecho es mi turno para hablar. Ojalá podamos ponernos al día en cuanto termine el evento de hoy.
—Por supuesto, será un gran honor.
Saori tomó su lugar frente al micrófono respirando profundo ya que, por lo general, hablar delante de tantas personas le agradaba más bien poco, no obstante el ver a Freyr entre el quorum esperando que ella comenzara con su exposición, la lleno de valor, como si, por alguna razón aun desconocida, estuviera orando solo para él llenándola de confianza para dar a conocer a la Fundación Graude delante de todos esos filántropos y personas importantes venidas de todas partes del mundo.
Apenas terminó el ciclo de conferencias de esa tarde fue que Saori busco al ponente asgardiano para compartir una breve plática sobre lo último acontecido en su tierra. Así que decidieron ir a uno de los tantos restaurantes del famoso y lujoso hotel donde estaban hospedados y donde se llevaba a cabo el evento al que asistían.
—No imaginé que Asgard fuese una comunidad tan cerrada a toda influencia exterior —decía la joven observando como su acompañante servía un poco de té para ambos—. Recuerdo que, mientras la visité, me pareció un sitio aislado pero no a ese nivel. Espero no ofenderte con mis comentarios.
—No es ninguna ofensa, es una realidad —respondio él acercando un platito con galletas y demás—. Si, somos una ciudad alejada de todos y de todo. Eso nos ha permitido conservar todo aquello que nos ha dado nuestra identidad, pero a veces es bueno que alguien sea el portavoz y salga al mundo a decirle a los demás que existimos. Asistir a esta clase de exposiciones, me ha abierto mucho las perspectivas y más cuando la vida me sorprende con esta clase de encuentros tan inesperados.
—¿De verdad? —respondió Saori sonriente y ligeramente sonrojada— Bueno, he de reconocer que jamás me habría esperado verte aquí.
—Me alegra mucho que nos hayamos encontrado. Ya había sido invitado en otras ocasiones sin tener el gusto de coincidir contigo.
—Es la primera vez que aceptó la invitación. Me invitan a estas ponencias año con año, pero dada la distancia y el tiempo de traslado no había podido coordinar esta visita.
Ambos rieron un poco mientras Saori observaba a Freyr discretamente. Lo recordaba usando su túnica ceremonial y, aun con ese atuendo, se apreciaba claramente su porte y rango. En cambio ahora iba de traje y corbata elegantes resaltando aún más su persona, eso sumado a sus excelentes modales y elocuente forma de hablar, además de sus increíbles ojos, hacían que fuera una visión para la joven empresaria que comenzaba a disfrutar cada vez más su compañía.
—El día de mañana será el cierre de este ciclo de conferencias con un gran baile en el salón más elegante del Hotel —comenzó a decir observando a Saori muy interesado— ¿asistirás al baile y la cena de gala?
—Pues... no lo había considerado —dijo ella con timidez bebiendo un poco más de té sin poder evitar sonrojarse nuevamente—. Creo que sería interesante, me gustan las cenas y los bailes de gala.
—Vayamos entonces, ¿qué opinas?
—Si, me parece muy bien —respondió sin pensarlo dos veces.
Saori estaba muy cómoda en presencia del joven asgardiano tanto así que no sintió el paso del tiempo y de la hora del té pasando a la hora de la cena en lo que pareció un abrir y cerrar de ojos. La charla amena e inigualable compañía hicieron que cayera la noche antes de lo que ambos creyeron.
—Me temo que ya es muy tarde —dijo Freyr de pronto señalando discretamente la ventana más cercana—. No quisiera ser descortés haciendo que te desveles ya que mañana temprano nos espera otra ola de conferencias magistrales —indicó suavemente sin apartar la mirada de su compañera.
—No creo que sea tan tarde —Saori observó su reloj de pulsera por lo bajo notando que eran más de las diez de la noche—. Oh dioses. Creo que soy yo quien te ha quitado el tiempo, prácticamente abuse de tu disponibilidad toda la tarde.
—En absoluto. Creo que esta ha sido la velada más encantadora que he tenido en mucho tiempo —Freyr dejo un prolongado beso en la mano de la joven japonesa tras decir esto haciendo que ella se sonrojara sin poderlo evitar.
Haciendo que su corazón latiera con rapidez y algo dentro de ella anhelara un segundo encuentro.
—¿Podríamos compartir el desayuno por la mañana? —pregunto ella de pronto sin analizarlo una segunda vez— ¿podría ser aqui mismo? Si estás disponible claro.
—Por supuesto —respondió el joven sonriente como esperando una invitación por el estilo—. Suelo desayunar en la habitación ya que nunca tengo compañía tan agradable así que, serás la primera persona con quien beba el primer café de la mañana.
Aquel comentario la hizo feliz alegrándole el resto de su noche afinando la hora del encuentro.
Amablemente la acompañó a su habitación mientras Saori sonreía ampliamente al cerrar la puerta, al mismo tiempo, Tatsumi la observaba sin poder creer lo feliz que se veía. Como pocas veces realmente.
—Mi Señora, ¿esta bien? No la encontré por ninguna parte luego de su ponencia.
—Si, no te preocupes. Por cierto, dado que mañana estaré muy ocupada, puedes tomarte todo el día libre —dijo de pronto observándolo seriamente.
—¿Qué dice, está segura de eso? —preguntó contrariado el mayordomo.
—Si, tomaré el desayuno en compañía de otro huésped, luego de eso tengo otra sesión de conferencias y la gran cena de gala por la noche. No es necesario que te quedes aburrido en la habitación, así que puedes salir a pasear.
—Pero, Señora... —Tatsumi la observó sin saber qué decir, estaba claro que ella no lo quería en la cercanía en lo absoluto—De... de acuerdo, mañana me ausentaré la mayor parte del día.
—Excelente, solo despiertame a eso de las seis treinta y yo me haré cargo de lo demás.
—Por supuesto.
Saori se fue a la cama sintiendose excelente y deseosa porque ya llegara el siguiente día.
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El Grand Hotel Oslo era la sede del ciclo de conferencias a los que asistieron tanto Saori como Freyr, sitio que era conocido por su excelente ubicación en el centro de la ciudad así como por el lujo con el que estaba construido contando con excelentes amenidades y salones de baile y cena francamente ostentosos, dignos de un rey. Según se leía en la invitación, la cena de gala con la que cerraría el evento se llevaría a cabo en el salón de recepciones más grande del Hotel: "el gran salón Rococó" de tapicería azul oscuro con acentos dorados y decorados del siglo 18 que incluían dos grandes arañas blancas, un techo pintado y decorado magníficamente así como mesas redondas y sillas cómodas.
—El baile suena prometedor —comentó Saori entusiasmada—. Estoy segura de que lo pasaremos muy bien.
—Solo he asistido en un par de ocasiones, es demasiada opulencia pero la cena siempre es deliciosa.
Ambos rieron un poco antes de dirigirse a las salas de conferencias para todas las ponencias del día, del último día del ciclo de charlas de ese periodo. Saori tomo asiento al lado de Freyr mientras este le sonreía acomodando la silla para ella. Se podría decir que ese último día estaba siendo el mejor ya que, por lo general, las pocas veces que Saori asistía a esos eventos solo esperaba a que terminara la última conferencia para salir aprisa del hotel dirigiéndose al aeropuerto, pero aquel evento era la excepción.
Tatsumi no consiguió boletos de regreso ese día sino al siguiente a eso de las doce o una de la tarde. Saori había pensado en salir a recorrer las calles de la ciudad aunque fuera, sin embargo la presencia y compañía de Freyr eran un giro inesperado de los dados.
Al terminar el ciclo de charlas, y luego de un brindis, varios ponentes se acercaron a Freyr con intenciones de charlar un poco ya que estaban interesados en ciertas actividades relacionadas con Asgard. Saori permaneció en su silla esperando a que esas personas molestas se retirarán de ahí ya que, no por nada, había procurado deshacerse de Tatsumi como para que estos amables señores le quitaran la atención del joven asgardiano.
—Señorita Kido, no habíamos tenido el placer de saludarla —Saori no supo como reaccionar levantándose para saludarlos amablemente—. Es un honor tenerla aqui.
No hubo más remedio que compartir el almuerzo con los otros empresarios.
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Tatsumi se dejo ver por la elegante suite casi al caer la noche notando como la Señorita Saori terminaba de arreglarse usando un bello y amplio vestido rosa pálido adornando sus lóbulos con un par de aretes de perlas. El mayordomo observó a su joven ama quien dejaba su recato de lado así como su habitual timidez notando como esta hacía un esfuerzo por verse más "llamativa".
—¿No quiere que la acompañe, Señora? —pregunto tímidamente.
—No es necesario —respondió ella revisando uno a uno sus pares de zapatos—. Te doy permiso de que te quedes en aquí descansando luego de tu largo día. Puedes irte a la cama temprano y tienes mi autorización para pedir servicio a la habitación.
—¿Qué?
—Esta noche solo quiero divertirme y bailar —indicó colocándose unos finos zapatos bajos a fin de evitar cualquier futuro dolor de pies—. Volveré muy tarde así que me llevaré la tarjeta de acceso —Tatsumi le entregó la tarjeta plástica que ella se guardo en un bolsillo secreto del vestido pues no llevaba bolso de mano.
De verdad que no quería ser molestada ni por su mayordomo ni por otra persona.
Al llegar al salón Rococó, Saori noto que Freyr la esperaba en la entrada luciendo mucho más apuesto y elegante vistiendo un traje azul oscuro, camisa y corbata. Estaba de pie varios pasos al frente de la puerta sonriendo ampliamente mientras su compañera se aproximaba.
—Luces muy bella esta noche —le dijo dejando un beso en su mano.
—Gracias, vamos —la joven le dedicó su mejor sonrisa y sus ojos más risueños aceptando que este la llevara de la mano hasta la mesa que ambos compartirían.
Mesa que debían compartir con otros filántropos que le robarían la atención del joven apenas tomaron asiento. Saori trataba de ser diplomática y educada, sin embargo algo dentro de ella quería gritarle a todos esos sujetos que hicieran el favor de dejar de importunar y buscaran asiento en otra mesa, pero no podía hacer eso así que no hubo más remedio que sonreír y unirse a la charla.
La cena fue el momento que ella aprovechó para conocer un poco más a Freyr, en especial, su desenvolvimiento con las otras personas ya que hacía gala de unos modales excepcionales y, a pesar de vivir en un lugar apartado, era conocedor de varios temas, siempre se expresaba con propiedad y educación además de que era todo un caballero. Su forma de hablar y elocuencia hacían que Saori no pudiera quitarle los ojos de encima.
—Que te parece si vamos a la terraza —sugirió Freyr apenas los otros hombres se levantaron para fumar un rato antes de que el baile diera inicio.
—Me encantaría.
Salieron sintiendo el frescor de la noche observando la costa más allá y los bellos e iluminados jardines que los rodeaban. Desde esa vista se apreciaba un poco de la capital noruega de noche. Ambos tomaron asiento uno al lado del otro en las amplias sillas sin dejar de observarse. Saori quería hablar, no obstante prefirió no romper el encanto del momento; solo fue un intercambio de miradas mientras se tomaban de la mano, durante esos largos minutos no dijeron palabra ni desviaron su atención uno del otro.
Como si se estuviesen sumergiendo en el alma del otro.
—Así que está por aquí Freyr —otro hombre apareció de la nada rompiendo el momento entre ambos.
Saori se giró ya que no quería que su respiración agitada ocasionara preguntas. Su corazón latía con intensidad sintiéndose excelente sonriendo ampliamente. No hubo necesidad de tocarse pues el juego de miradas fue tan intenso como si ella y Freyr hubiesen hecho el amor apasionadamente por horas. Se toco el pecho sintiendo los latidos furiosos de su corazon poniendose de pie por un momento.
No pretendía ser grosera, solo necesitaba unos minutos para sí misma. Se aparto un poco dejándose embriagar por ese sentimiento de felicidad. Experiencia y emociones que no había compartido con nadie más hasta ese momento, al menos no de esa forma.
—¿Estas bien? —Freyr apareció detrás de ella un momento más tarde— Tus brazos estan frios, ¿por qué no vamos adentro y abrimos la pista de baile?
—Si —respondio sonriente dejándose conducir.
La pista de baile les pertenecía siendo "Tempo di Valse" del compositor checo Antonin Dovrak la pieza que abriera la sesión más importante del baile de gala.
—Me gustaría que pudiéramos seguir en contacto —dijo Freyr de pronto sin apartar la mirada de su bella acompañante.
—Por supuesto.
—No tenemos teléfonos en Asgard pero nuestro servicio de mensajería es de primera. ¿Te molestaría si nuestra comunicación es a base de cartas?
—Amaría recibir una carta tuya. Escríbeme cuando puedas y responderé enseguida.
—Gracias.
En ese instante, Saori habría deseado contar con la tecnología suficiente como para clonar a Freyr, mandar la copia de regreso a Asgard para quedarse así con el original por siempre. La joven lo rodeo con sus brazos intercambiando con él una mirada amorosa y de complicidad sin separarse ni un momento por el resto de la noche.
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FIN
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*Notas: Este ship salio de la nada pero me gusto mucho y quizás desarrolle esta idea más adelante. Freyr es un personaje exclusivo del OVA "La gran batalla de los dioses".
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