Amor entre dioses
Personajes:
Historia:
Miles de años atrás en el tiempo, cuando la esclavitud era aprobada en los pueblos por aquellos reyes gobernantes de grandes terrenos de tierra, existían varios mitos y leyendas de dioses, o seres sobre naturales los cuales gobernaban el mundo con sus leyes y sus poderes. Cualquiera que fuera, justicia, karma, o simple gusto, sus reglas eran globales en todo el mundo. Aquellos seres nos veían desde sus palacios en los cielos, colocando atención a lo que hacemos, y juzgandonos en todo momento.
O bueno, en casi todo momento.
En uno de los palacios donde vivían estas deidades, dos seres sobrenaturales comían en su enorme comedor hecho de mármol, un enorme banquete con toda la comida que fue dada como ofrenda de los mortales.
—Sabe muy bien la cosecha de esta temporada —comentaba una gata de pelaje completamente blanco, vestida con una túnica color celeste, la cual tenía detalles hechos en oro, como lo era su sostén, algunas cadenas que salían en su cadera, y otros pequeños detalles. Pero no era lo único, ya que en su muñeca brillaban brazaletes hechos en oro puro, como también algunos anillos, sus aretes, un collar en su cuello, y en sus tobillos otro brazalete. Su vestimenta era la de una reina, y no era para menos al ser la deidad que le daba a aquellos desafortunados la suerte que tanto desean.
—Hay que agradecer a Harvts por ayudar al pueblo en su cosecha —respondió un gran chacal de pelaje completamente negro al otro lado de la mesa. Tapando únicamente su tren inferior con tela color verde, y está sostenida por una correa hecha en oro, aquel chacal sonríe levemente agradecido y satisfecho por el gran banquete que acababan de comer. Se puede notar reluciente en su cuello un collar de gran tamaño hecho en oro, con detalles de joyas de color azul celeste, los cuales brillaban por lo relucientes que eran. Aquel chacal era otra deidad, esta destinada al poder y lucha de los guerreros más fuertes, cosa que por su musculatura no era para menos.
Ambos seres de gran supremacía se levantaban de la mesa con una sonrisa tranquila. El chacal da dos aplausos fuertes, indicándole a los pequeños seres que vivían para servir a los dioses se hicieran presentes y rápidamente empezaran a limpiar todo el lugar, llevándose las sobras y los platos.
La gata se acerca al macho, mostrando una leve sonrisa un tanto coqueta dándole un suave beso en el cuello, justo sobre el collar que tenía.
—¿Quieres ir a la habitación? —preguntó ella en un tono suave y un tanto coqueto.
—No podría negarme a estar contigo —respondió el chacal en un mismo tono, pero mucho más grueso mostrándose dominante.
Al llegar a la habitación el gran chacal, el cual le llevaba casi veinte centímetros de diferencia en altura a su amada, le abraza por la cadera y la carga, tomándola ahora de sus muslos y tenerla a su altura para besarla con pasión en los labios.
La gran habitación real era una hermosa pieza de gran tamaño, con una gran cama donde ambos cabían perfectamente y lujos como adornos. Hermosos cuadros en las paredes, en las mesas jarrones o esculturas hechas de oro puro, grandes muebles donde ambos guardaban sus prendas y todo completamente limpio, brillando y pulido.
La enorme puerta hecha de madera oscura se cierra para darle privacidad a la pareja de deidades, o dioses, como eran llamados.
Ahora, ellos dos solos se siguen besando en los labios mientras poco a poco caminaban hasta la cama, donde el chacal acuesta a su amada, disfrutando de la hermosa vista de aquella gata de pelaje blanco, la más bella de las deidades.
El hombre al dejar a su mujer sobre la cama, se separa un poco para acercarse hasta el ventanal que tenía la habitación con vista a uno de los pueblos y cerrar la puerta, una puerta hecha en cristal, y luego cerrar las cortinas para así no ser vistos por nadie.
Al volver la mirada hacia la hermosa diosa en su cama, se da cuenta que ella no estaba allí. Pero sus ojos fueron cubiertos por unas suaves manos con delicadeza, por lo que supo de inmediato que se trataba de ella. Al ser un felino, le era muy fácil moverse sin hacer ruido, y le encantaba molestar a su amado con eso.
—Vamos a la cama~ —le pidió la gata caminando con rumbo a la cama sin dejar de tapar los ojos del dios.
El chacal no la hace esperar, y dando suaves pasos llega a la cama, donde se sienta. Al hacerlo pudo voltear y así que la gata no tapara más sus ojos. Estos se deleitaron con la figura tan bella de la diosa de la fortuna frente a él. Sus ojos y sonrisa brillantes, su pelaje completamente al descubierto, suave y limpio, y sobre todo esas finas curvas que tenía aquel cuerpo femenino que enamoraban a cualquier hombre o mujer que gustaran de un ser femenino.
La diosa se sube a la cama, colocando sus rodillas al lado de los muslos del hombre, y así quedar cara a cara a unos pocos centímetros y poderse ver directamente a los ojos. Este contacto visual duró unos pocos segundos antes de que un beso muy apasionado hiciera que los ojos de ambos se cerraran disfrutando del toque entre sus labios y un baile lento y sensual entre sus lenguas.
Unos segundos pasaron, y el chacal se separa un poco rompiendo el beso y dejando también que se rompa un hilo de saliva que unía ambos labios. Al hacerlo, este mostró una sonrisa coqueta, y tomando suavemente la cadera de la gata, la puso contra el colchón colocándose sobre ella.
La gata no puso resistencia. Al contrario, ayudó con aquel movimiento al chacal para ahora poder ver al gran hombre sobre ella. No podía negar que le gustaba verlo de esa manera.
De su boca se empezaron a escuchar leves gemidos de placer al sentir los labios de su amado sobre su cuello, besando y marcando su piel en aquella sensible zona.
Sus manos no se quedaron quietas, y lentamente acariciaban la nuca del macho. Poco a poco le ayudaba a quitar el collar de oro que colgaba en el cuello el dios, para luego dejarlo a un lado y poder acariciar el pecho fuerte y duro del chacal. Una sonrisa coqueta se formó en sus labios al poder sentir el cuerpo bien ejercitado, fuerte y duro del chacal.
Esa sonrisa se desvaneció pasando a estar entreabierta dejando escapar jadeos llenos de placer sintiendo la fría lengua del chacal pasar sobre sus pechos, en especial sobre sus pezones los cuales poco a poco se ponen duros por la excitación. Esto también conlleva a que su entrada poco a poco se ponga húmeda, necesitando de un poco de placer en aquella zona, por lo que toma con suavidad la mano del chacal y la guía contra su intimidad, buscando que su amado dios le dé más placer.
El chacal entiende perfectamente, y con dos de sus dedos acaricia los labios vaginales de la diosa. Segundos después sus dedos entran poco a poco en la vagina de la gata, ocasionando que un gemido más fuerte se escucha salir de sus labios. Sus dedos se mueven de arriba a abajo dentro de la vagina de ella, como también empieza a moverse de un lado a otro en estilo tijera para darle mucho placer a la hermosa mujer bajo su cuerpo.
Al sacar los dedos de la entrada de la gata, se lleva estos a la boca para degustar del sabor tan dulce y delicioso que tenía la hermosa diosa. El chacal no puede evitar halagar el sabor de esta, para luego bajar un poco agachando su cuerpo y dar una larga y profunda lamida a los labios vaginales de la gata logrando así saborear directamente los fluidos que salían de esta.
La gata suelta un maullido lleno de satisfacción por la lamida, y después no puede contener sus gemidos sintiendo como la lengua de su amado entra en ella, tocando con su fría y áspera lengua lugares muy sensibles, además de darle mucho placer. Sus manos bajan para acariciar la cabeza del dios que amaba, tomándole suavemente del pelaje y cabello aguantando como se acercaba a su orgasmo, uno de tantos que tendría hoy.
Los minutos pasaron, y al fin el chacal logró su cometido, hacer correr a la diosa de la fortuna y poder degustar mejor que nadie de su delicioso sabor.
El chacal entonces se pone sobre la chica, colocando sus manos a los costados de ella. Pero, la gata tenía un plan un poco diferente, pues se dio la vuelta para tener al chacal respirandole en la nuca, un fetiche que le encantaba a ella.
El hombre no pone ninguna oposición, y al contrario, le da espacio para que pudiera cumplir su misión. Baja un poco, colocando ahora sus codos contra el colchón y así poder besar la nuca y cuello de la hermosa gata.
Se venía el plato principal y más importante para la pareja, pues la túnica que cubría la cadera del chacal, cae al suelo dejando ver ahora su masculinidad, la cual no era pequeña, correspondiente a su gran tamaño. Con su pene ya duro como roca, primero lo frota contra la entrada de la gata para lubricarlo con sus propios fluidos naturales, y así entrar con facilidad y sin dolor. Al estar seguro al completo, el chacal entra poco a poco dentro de la vagina de su amada, llegando lentamente hasta chocar contra su útero.
La gata gime al sentirlo entrar en su apretado y caliente interior, levantando un poco más su cadera permitiéndole entrar así más profundo y poder también sentir como su gran y carnoso trasero chocaba contra su pelvis. Lo cual sabía que lo excitaría más.
Un leve jadeo se le escapa al chacal al entrar por completo. Se acomoda de una mejor forma al bajar sus pies al suelo y así poder apoyarse sobre estos y sobre sus codos. Así su cadera no iba a tener tanta presión, y más libertad de movimiento. Lo cual empieza a mostrarse al moverse de adelante a atrás entrando y saliendo de la gata con firmeza pero lentitud.
Los movimientos del chacal eran fuertes, pero sobre todo lentos. Sus labios no paraban de besar el cuello de su hermosa mujer, y sus manos se meten bajo el cuerpo de ella para así masajear los pechos suaves y grandes de su amada.
Los gemidos por parte de ella se escuchan bajos, pero llenos de satisfacción y placer. Esto solo era posible por los movimientos tan precisos que hacía el chacal con su cadera.
Los minutos van pasando, y con ello también el movimiento de cadera del chacal, pasando a ser más rápidos y profundos. La gata no paraba de gemir, y su cadera se sincroniza con la de su amado, moviéndose al mismo ritmo pero en sentidos contrarios. Es decir, si el chacal iba adelante, ella iba a atrás, y también al contrario. Logrando así un choque entre ambos cuerpos más fuertes, y darse más placer mutuamente.
—Amor, estoy cerca~ —le aseguró el chacal entre bajos jadeos y gruñidos llenos de placer sin detener sus movimientos.
—Llename de tu caliente semen~ —pidió con lujuria la diosa de la fortuna aumentando el ritmo de sus movimientos. Quería sentir la esencia del dios que amaba dentro de ella y al fin ser embarazada y tener una familia.
El chacal no iba a negarle tal deseo, el cual él también quería cumplir. Su cadera empieza a moverse con más fuerza, y una cuantas embestidas después da una muy fuerte, metiendo su nudo dentro de ella asegurando que ella sintiera todo el semen del chacal llenar su útero con fuerza. El líquido espeso y blanco es tanto que un poco de este se desborda, cayendo entre los bordes de su nudo al buscar una salida.
Ambos dioses jadeaban un poco cansados, y después de un beso muy apasionado entre ambos se acurrucan suavemente arropándose con las sábanas. Dormirían abrazados, y aún unidos cuerpo a cuerpo al no haber sacado el miembro del chacal del útero de la gata. Pero sobre todo, ahora había una unión más poderoso que la física, pues ambas almas se mezclaron haciendo una misma llena de amor y pasión. Haciendo de esa hermosa pareja unirse por el camino espiritual y pasional.
Fin
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