Habitantes de la oscuridad
Relato creado por: Hanna_SAO y MauUchiha
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Cayó la noche en el Ciudad x la cual se encontraba dividida en dos partes, la sociedad noble y los barrios pobres. Las calles se encontraban desoladas pues hace varios días habían comenzado a suceder ciertos incidentes, se encontraban de varios tipos, desde desapariciones de personas hasta cadáveres carcomidos. La gente estaba aterrada, y fue en ese entonces donde apareció cierta persona, capaz de eliminar el problema de raíz, contaba con habilidades sobrehumanas, un nuevo ser, que cambiaría todo.
Llega el atardecer en el pueblo x, la hija del alcalde se encontraba rondando por el pueblo realizando las compras para la cena, sin darse cuenta llega al límite de los barrios pobres, en el cual habían sucedido los acontecimientos. Entró por la curiosidad sin saber que era absoluto secreto de la policía que ahí habían ocurrido tales incidentes.
Mientras que iba caminando por el barrio, se percató que los residentes la miraban con recelo, ella seguía caminando nerviosa queriendo salir de ese lugar lo más rápido, hasta que ve una figura encapuchada acercarse apresurado hacia ella.
-Vaya, vaya, vaya- le pregunta el encapuchado- ¿Qué haría una chica tan voluptuosa como usted por estas calles? A menos que ofrezca su cuerpo, usted no es de por aquí.
-No, solo ando de paseo-
¿Y porque no vienes de paseo a mi habitación, nena?-
-No, no iré.
-Vamos, no seas amargada-dijo el encapuchado jalándole el brazo a la chica.
-¡No!-
La chica jaló su brazo con fuerza de la mano del encapuchado y se alejo con furia.
-Nadie le dice que no al gran Grom-inquirió el encapuchado con furia.
-¿Grom?-
-Así que no sabes quién soy, bueno, pues será el ultimo nombre que escucharas-dijo Grom a la vez que se quitaba la capucha.
El rostro de Grom era de un verde pastoso con varios granos en la cara, algunos pequeños y otros enormes, unas orejas afiladas y una nariz aguileña le daban un aspecto de elfo con maquillaje, sino fueran por esos ojos, en esos ojos se reflejaba el infierno, la maldad y la furia, unos ojos que se clavarían en el corazón de la chica.
-Er-Er-Eres u- ¡Un demonio!-gritó la chica asustada.
Grom se corrió hacia la chica agarrándole sus rubios cabellos y colocando sus ojos azules con los del demonio.
-Al parecer ya tengo cena para hoy-dijo el demonio pasando su dedo por los pechos de la chica.
La chica empezó a gimotear mientras que el demonio seguía manoseándola.
-No le desgracies la vida a una mujer con tus asquerosas manos frente a mí-
El demonio se volteó, enojado, por su repentino ofensor. El hombre deslizaba su espada en la pared, provocando que algunas chispas salgan y que en los pilares de madera se rasguen. Un sombrero le cubría la cara y una bata de color rojo le cubría del cuello hasta los pies, solo su mano derecha se podía ver, que era tenía unos tatuajes de líneas curvas rojas cubriendo la mano.
-¿Cómo te osas a hablarme de esa manera?-dijo Grom furioso- ¿Acaso no sabes quién soy?
-Eres Grom, el demonio que anda violando y matando a mujeres de estos lares, un pobre demonio que ni siquiera puede combatir contra el más débil duende, y por eso se desquita con indefensas mujeres, ¿O me equivocó?-
Grom estaba hecho una furia, estaba a punto de atacar al hombre pero, sangre, sangre y más sangre fue lo que se vio cuando el hombre le había cortado el brazo que sostenía a la chica y le había despedazado, convirtiendo en un montón de carne y huesos. El rubio cabello de la chica se tiño de rojo por la sangre del demonio, al igual que su cara y sus manos que quitaban la mano que sostenía su cabello.
-¿Quién eres?-pregunto a chica mientras que finalmente se quita la mano del cabello.
-No hay tiempo para nombres, necesito que me sigas hacia una taberna-
-Con tal de que sea para salir de estos barrios, no importa-dijo la chica aliviada.
El hombre recogió a la chica en sus brazos y empezó a correr, en menos de unos minutos estuvieron otra vez en la zona de la nobleza.
La dejó en el suelo y los dos se quedaron quietos sin saber que hacer.
-¿Quién eres?- Preguntó ella alejándose poco a poco.
-Soy el que te acaba de salvar, deberías estarme agradecida.
-De acuerdo, pues sea cual sea el motivo por el que me habéis salvado, gracias y hasta otra.
La chica hizo ademán de irse pero él la sujetó del brazo.
-¿Qué crees que haces?
-¿Y tu quién te crees que eres, señorita?
-Yo soy la hija del alcalde,Anna.-Dijo la chica sintiéndose superior a él, aunque le duró poco.
-No deberías de ser tan egocéntrica delante de alguien de un rango superior al tuyo.- Dijo sonriendo de medio lado.
-¿A qué te refieres?-Sorprendida por lo que acababa de decir su salvador se echó para atrás .
-Como has escuchado, querida.
-Y si es verdad lo que dices ¿quién eres? y ¿quién te ha enviado a salvarme?
-Soy el príncipe Stewart y nadie me envió a buscarte, simplemente vi que estabas en peligro y te salvé.
-Yo creo que pasó así: me reconociste y pensaste, que si me salvabas ibas a recibir algo a cambio de mi padre, entonces no lo dudaste ni un segundo y fuiste a salvarme para recibir tu premio por tu heroicidad. Y ahora dime si me equivoco .
-Es cierto que podía haber pensado así y me habría ahorrado muchos problemas...-Dijo mirándola pervertidamente, cambió la cara rápidamente y continuó-Pero eso no es lo que quiero o quería al menos. Tendrás hambre, así que vamos a la taberna...
-¿A qué te refieres con ahorrarte muchos problemas?, y no, no tengo hambre.
-Estoy en edad de que me busquen esposa, a eso me refiero y de acuerdo, lo que prefieras.
La cara de Anna cambió a una de asco cuando comprendió a los que se refería.
-Ni en broma.
-Eso a ti no te incumbiría, estaría entre tu padre y yo y dado que soy un príncipe no creo que tuviera nada que objetar.
Hubo un silencio incómodo que alguien gritando rompió.
-¡Ha venido de la calle de ahí delante!.
Los dos llegaron a dicha calle pero no encontraron nada sospechoso, simplemente un anciano andaba con paso lento y ni siquiera se dió cuenta de que estaban allí, o eso pensaban.
-¿Podríais ayudar a un pobre viejo que ya no puede casi caminar, a llegar a su casa?
Anna no se lo pensó y avanzó hasta quedar en la posición del viejo, éste la cogió del brazo y ambos empezaron a andar.
Mientras tanto Stewart se quedó observando los movimientos del anciano sin creerse lo que estaba viendo, el hombre estaba engañando a Anna haciéndola ver algo que no era real.
Lo que en realidad el príncipe veía era a un demonio llevándose a su próxima víctima.
-Creía que había matado a todos los que habitaban en esta ciudad, creo que me equivoqué.-Pensó en alto mientras desenvainaba la espada e iba directo hacia ese ser.
Anna estaba viendo como Stewart se acercaba cada vez más y se disponía a pararle cuando el hombre que la sujetaba por el brazo la empujó hacia uno de los lados de la calle y se giró para parar el golpe de su atacante, éste no vaciló y saltó con la espada en alto para clavarsela.
Entonces ,una luz rojiza proveniente de el chico que estaba en el aire los cegó a todos y cuando la hija del alcalde abrió los ojos se encontró un charco de sangre en el sitio donde hacen unos segundos estaba el "anciano" .
Stewart lucía cansado pero se mantenía en pie .
-¿E-eso era un demonio?-Preguntó horrorizada.
-¿Crees que si no lo fuera lo habría matado?
Ella se quedó muda, dubitativa y sin saber qué responder.
-Creo que es hora de que vuelvas a casa, Anna.
-Pero...¿ Adónde irás?
-Creo que viajaré a las demás ciudades.
-¿Volveré a verte?.
-Pues...-Anna bajó la cabeza y al darse cuenta la atrajo hacia él , en ese momento ella empezó a llorar.
-Gracias, de verdad.-Sollozaba ella una y otra vez sumergida el hombro del chico.
Stewart la abrazó y la susurró al oído:"Volveré a por ti".
Después de varios minutos se separaron, el príncipe la secó las lágrimas que todavía permanecían en su cara y cada uno siguió su camino pensando en su siguiente encuentro.
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