El secreto es tener una cara de ángel..., Pero, una mente jodidamente pervertida.

Me gusta la expresión de su rostro una vez que estamos a solas en el cuarto, sorprendidas. Se sonrojan y se ponen nerviosas al ver este lado atrevido de mí, me divierte cuando se dan cuenta de que los chicles de menta no son para masticar, que me tomo mi tiempo para penetrarlas... Y donde más rato pasa mi lengua no es en su boca; A veces puedo perder el control de mi fuerza y ser rudo, lo siento, la pasión me pone agresivo a veces, no es algo que controle demasiado. Aunque, ninguna se me quejado después de hacerlo. No son santas tampoco, ni yo ni ellas tenemos conducta de inocentes. Fingimos adelante de la gente ser tímidos... y, cuando no nos ven... nos devoramos sin compromiso alguno. Haciendo realidad cualquier fantasía sexual que ninguno se atreve a comentar.