A veces me acuesto por las noches..., casi hasta tarde, esperando un mensaje; uno que me haga entender que existo para alguien más, qué le interesa cómo me fue en el día, que me pregunte si ya comí o sí estoy bien.

Podría sonarte cursi, lo sé.

También le veía así.

Pero, no sé, es lindo cuando te mandan las buenas noches sin siquiera pedírselo; qué genial se siente esas palabras después de un agotador día, donde solo hubo molestias y tristezas; un: ¿Cómo estás?, interés por qué tal estés, si te sientes bien. ¿Acaso no es bello sentirse importante para otro ser?

¿No es grata la lectura de su mensaje a altas horas del día o por la noche?

Ni hablar de las felicitaciones a las doce en punto, párrafos grandes de buenos deseos; estados con fotos tuyas, historias donde te etiqueten.

Pese que no esté presente con ellos siempre; aún están para mí cuando decaiga.

Días frecuentes.

Hay días donde me siento abandonado, solo, taciturno; no tengo con quién expresarme, mi familia está allí, a mi alrededor; mas, no les tengo tanta confianza, un presentimiento de que me juzguen está arraigado en mi mente. Hablarles no se siente igual, pues, no crecieron junto a ti de pequeño, te vieron crecer, mas no llegaron a compartir experiencias distintas por sus preocupaciones de adultos.

Ya es diferente con los otros familiares que escogí: amigos, compañeros, colegas de calle; no son de mi sangre, pero, parecieran serlo; y adoro sus mensajes, llamadas largas, visitas inesperadas. Dejarlos en visto es un pecado que cometo sin querer, y me arrepiento mucho, sería terrible de mi parte hacerles sentir que les olvidé; tienen un lugar especial en mi corazón.

La distancia me separa de muchos que siento muy cerca de mí, son contactos que pueden estar a kilometrós, e igual me hacen sentir escuchado; me acompañan desde el otro lado del teléfono, sonrientes al ver mis respuestas. Puedo llegar a trasnocharme por contestarles, mas no me molesta, porque es un recreo que disfruto plenamente, distrayéndome del amargo presente.

Nada como un "Buenos días", por la mañana; un "¿Cómo te sientes?" , por la tarde, un "Buenas noches, que tengas dulces sueños" ya cuando se apaga el día.

Mensajes que valen la pena. Mensajes que tienen respuesta inmediata.