Me sente bajo un árbol junto al estanque de la primera zona, seguía bebiendo, admito que trataba de evitar sentirme mal y por eso trataba de emborracharme hasta no poder más. Pero yo aguantaba mucho la cerveza, así que no me hacía efecto tan rápido.

Eramos solo el árbol y yo. Me empine el tarro y terminando la cerveza y lo dejé a mi lado.
Continúe relajandome, escuchando el cantar de los grillos, mi pulso estaba adormilado y yo casi caía en un sueño profundo. Al menos hasta que caí de espaldas cuando una criatura salió de un salto del árbol y aterrizó frente a mi.

Casi me da un infarto. Pensé que era un monstruo así que tome torpemente mi espada y sin recuerdo alguno de como empuñarla debido a mi ebriedad amenace a quien fuera.

"¡Seas quién seas no me aterras!"

Resultó ser un cazador con una armadura inmensa, no pude ver su rostro porque lo cubría su casco.