Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

33. Te descubrí

Siete meses atrás...


El laboratorio forense había estado más alborotado de lo usual ese día, y con usual se refería a que había tenido que ver más caras distintas en un día a lo que solía ver en un mes de trabajo. El pasillo no duraba más de una hora limpio, que de un momento a otro ya tenía marcas de nuevas pisadas que comenzaban a acabar con su paciencia.

Sin embargo, esta vez podía entender la inusual conmoción frente al desafortunado acontecimiento de este día y hoy podía dar gracias a su audición limitada que le permitió no enterarse tan a detalle lo que había pasado aun cuando los forenses no parecían conocer el significado de bajar la voz para hablar.

Nils pasaba de saber más sobre el estado del cuerpo de esa niña que habían encontrado. No es que estuviera ajeno a los cadáveres que llegaban de forma casi diaria, pertenecientes no solo a su ciudad sino a varios sitios próximos a su distrito. Pero, por otro lado, el escuchar sobre el nuevo cadáver perteneciente a una niña asesinada con varias puñaladas había servido para revolverle el estómago lo suficiente como para querer evitar el cuarto de la morgue por los próximos siete días.

Del tiempo que llevaba aquí, era la primera vez que oía sobre niños asesinados, y, bueno, eso debió de haber tocado alguna fibra sensible en él que no recordaba tener.

Por desgracia, Bolém lo había enviado a que continuara por el pasillo que se conectaba con las oficinas de los forenses, por lo que su plan de evitar enterarse más a detalle la situación de esa pobre niña se acababa de ir en declive.

Le tocaba limpiar las ventanas por lo que quedó a espaldas de la puerta de oficina, y se concentró en los dedos marcados sobre el vidrio que tenía delante, tanto que casi ni se percató de la puerta abriéndose tras él.

El silencio pareció comenzar a perpetuar dentro del pasillo, significando que habían aprendido a bajar la voz o finalmente se habían ido a otra parte, y justo en ese momento le pareció escuchar algo similar a un sollozo.

Eso no tenía sentido, aquí nadie lloraba, todos eran una bola de insensibles acostumbrados a ver de todo en un día normal. Como mucho, Nils había llegado a ver a algunos familiares llorando luego de haber identificado un cuerpo, pero eso no podría ser, no había familiares aquí ahora mismo.

Nils optó por ignorar el sonido extraño y siguió con su tarea de dejar la ventana reluciente cuando volvió a oír otro aparente sollozo.

Esta vez, la curiosidad le ganó y se volteó a ver si sus oídos en efecto le estaban engañando o si había alguien llorando en medio del pasillo.

Sus ojos se ensancharon en sorpresa al notar a un muchacho de espaldas, de cabello castaño y corto, quien lucía demasiado joven como para ser un forense. Nils estaba seguro de que no le había visto antes, y tampoco creía que tuviera que ver con el equipo de médicos; esos tipos nunca lloraban. ¿Podría ser un pariente de la niña?

Vio al chico echar la cabeza hacia atrás mientras se llevaba un par de dedos al puente de su nariz, como si quisiera reprimir los futuros sollozos y cesar con sus ganas de llorar más fuerte.

Nils volvió su vista hacia la ventana, pero no se movió más. ¿Debería hablarle? ¿Preguntarle si necesitaba ayuda? No había nadie más a sus alrededores, y normalmente, Nils pasaría de él y seguiría con lo suyo... Solo que en verdad sentía curiosidad de quien era ese chico como para andar llorando aquí mismo.

Palpó sus bolsillos, notando que tenía un paquete de pañuelos como excusa para prestar su ayuda al muchacho. Se acercó con pasos cautelosos antes de colocar una mano sobre su hombro para captar su atención, preparando el pañuelo que le ofrecería.

El chico se volteó el cuanto tocó su hombro con un casi imperceptible sobresalto, dándole un panorama total de sus facciones, pero Nils se vio envuelto casi en su totalidad por esos ojos que le devolvieron la mirada, de un color miel, humedecidos por algunas lágrimas que amenazaban con querer salir y los hacía lucir más brillantes de lo que ya eran. Era un color fascinante y aquellas largas pestañas no le ayudaban como para que lograra concentrarse.

Pasaron un par de milisegundos en los que Nils pareció haber olvidado que se suponía que debía de estar haciendo, y si no fuera por la corta respuesta del otro, no hubiera recordado que tenía que decir algo luego de haberle llamado.

— ¿Sí? —preguntó con confusión.

— No, lo siento yo creí... que necesitabas esto. —Le acercó el paquete de pañuelos siendo apenas capaz de hilar una oración coherente—. Te veías mal.

Cayó en cuenta un poco tarde que ese no debía de ser el comentario más apropiado para hacerle a un desconocido mientras lloraba, sin embargo, lejos de molestarle, una sonrisa tímida se asomó en sus labios seguido de una leve risa. No pudo dejar pasar la sensación de que se le hizo un gesto muy tierno.

— Gracias —murmuró, al aceptar el pañuelo de Nils—. Seguro debo de verme como un desastre, además de un idiota.

Nils ladeó la cabeza, confundido. — ¿Por qué?

— Casi empiezo a llorar delante de mis superiores, y estoy en pleno período de prueba, imagínate.

— Eh, supongo, no sé bien a que prueba te refieres —dejó pasar una breve pausa donde arqueó una ceja—. ¿Eres un forense nuevo o algo así?

El chico sacudió la cabeza. —Estoy con la policía científica, en realidad —sonrió—. Creo que no se suponía que viera a una escena como la de esta niña tan pronto, pero se dio así, al parecer —dijo con una mueca.

Nils frunció el ceño, cierto que con un escenario como el de hoy, la policía tampoco podía faltar, aunque Nils parecía haber elegido olvidar deliberadamente ese detalle. ¿Qué era este chico entonces?

— Suena algo insensible de su parte —masculló sin saber que decir.

El chico hizo un gesto incómodo, y volteó su mirada hacia un lado.

— Supongo que en parte lo notaron, si me dejaron salir a tomarme un momento para... procesarlo. —El castaño apartó su vista hacia el suelo y prosiguió—, hace un momento estábamos hablando con los padres de la niña y no pude evitar pensar... no importa.

— Es algo normal, no creo que nadie pueda acostumbrarse del todo a ver esas... situaciones.

— Tal vez —asintió—. Pero igual quedé como un idiota frente a mis superiores.

— ¿A quién le importa lo que piensen esos viejos? —comentó en tono de broma y en respuesta obtuvo una pequeña risa por parte del otro. Era dulce y muy encantadora.

— Por desgracia a mí, a menos que quiera que me releven a la parte administrativa hasta que me jubile —rio.

Nils le miró como si le estuviera dando la razón, aunque por dentro se sintiera todo desorientado dado que no podía hacerse la idea de cómo un muchacho así podría haberse metido en un mundo tan hostil como este, de tantos rubros para escoger, y acabó justamente aquí. Este era un mundo para insensibles, y el chico que tenía enfrente parecía todo lo contrario a una persona insensible.

Se dio cuenta que se sentía demasiado intrigado por ello.

Nils abrió la boca para contestar, pero alguien más irrumpió sus palabras.

— ¡Chico! —bramó un hombre al salir de la oficina, por sus pintas debía de ser uno de los superiores—. ¡Vámonos ya!

El llamado en cuestión asintió con rapidez antes de volverse hacia Nils, percatándose de que aun sostenía el paquete de pañuelos.

— Ten, muchas gracias.

Nils alejó su mano de la suya. —Puedes quedártelos.

El hombre de atrás volvió a llamarlo y Nils sintió algo formándose en su interior similar a la irritación.

— Está bien, si tú dices. —Medio se giró, pero se volvió a él con prisa—. Soy Lukas, por cierto.

Era un bonito nombre, y le quedaba demasiado. Nils decidió que le agradaba como sonaba.

— Nils.

— Gracias por los pañuelos —murmuró y le hizo un gesto a su superior antes de volver su atención hacia él—, y por lo demás, Nils.

Con ello, Lukas se marchó, dejando a Nils parado solo de nuevo con una extraña sensación de vacío que hasta ahora descubría que tenía.

Cuando Lukas salió de su campo de visión, supo que esperaba verlo de nuevo.

Y de nuevo.

-----------------

El siguiente capítulo pensaba publicarlo pronto, originalmente este y el siguiente iban a ser uno solo pero por un tema de longitud preferí cortarlos.

Desde que se reveló la identidad del acosador que quería escribir algo así.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro