20. Engaño
Lukas ya había aceptado hace rato que las cosas dentro y fuera de su trabajo habían dejado de ser normales, los sucesos de las últimas semanas habían sido prueba suficiente. Sin embargo, aun estando consciente de ello, no se hubiera imaginado encontrar la imagen que tenía frente a la entrada de su trabajo.
Sus pasos amedrentaron su velocidad apenas se percató de que la multitud de gente delante de la entrada no eran sus compañeros de trabajo, sino de periodistas con sus micrófonos listos para atacar a quien sea que se cruzara demasiado cerca.
Alcanzó a avistar los logos de los distintos micrófonos, deduciendo que había más de un canal listo para usar lo que sea que dijese en su contra. Y, por más que le gustaría seguir de largo y pretender que no formaba parte de la policía científica, la verdad era que no podía permitirse faltar por cómo iban las cosas.
No luego de su fracaso en el bar la otra noche y el quedar como un incompetente que no pudo hacer lo único que se le pidió.
La única parte buena, era que Adam no se lo había tomado tan a mal, luego de que Lukas, omitiendo cierta información, admitiera que había visto a William, solo que su estado de sobriedad no había sido el adecuado para la situación.
Pensar en ello casi le hizo olvidar que no tenía idea de cómo iba a entrar a su trabajo.
Los reporteros apenas se percataron de su presencia se abalanzaron sobre él, haciendo que Lukas, en menos de dos segundos, sintiera que el aire comenzaba a escasear a su alrededor.
— ¿Usted trabaja aquí? —le preguntó una reportera sobre su espacio personal.
— S-sí —admitió entre dientes en un intento de apartarse sin mucho éxito.
— ¿Es policía? —le gritó otro reportero.
— ¿Qué tienen para decir sobre las muertes? ¿Habrá más?
— ¿Cuánto tiempo planeaban mantener el secreto?
— Yo no —intentó responder, pero otra avalancha de preguntas le impidió seguir hablando.
— ¿Ya tienen algún sospechoso? —dijo la primera reportera en un grito que resonó en los oídos de Lukas.
— Tengo que entrar a mi trabajo —protestó en un intento de alejarse, si seguía otro minuto allí creía que podría quedarse sordo — Con permiso, ahora no-
— ¿Cuánto avanzó la policía realmente? —le espetó otro reportero en un tono diferente a las demás preguntas, más malicioso, más intimidante...
— Lo suficiente —respondió una voz que no le pertenecía a Lukas.
Él se giró para encontrarse con la figura de Alicia entre toda esa multitud de reporteros y micrófonos.
Alicia colocó una mano alrededor de su brazo, y miró con el ceño fruncido a las personas que tenía más próximas a su espacio.
— Están impidiendo ahora mismo que alguien comience con su trabajo —espetó en un alto timbre de voz—. Si tienen preguntas busquen a nuestro jefe, nosotros no tenemos nada que aportar —finalizó con firmeza.
Y, con ello, le dio un tirón a Lukas, haciendo que ambos subieran por los escalones de la entrada y salieran del área de caza de los periodistas, para posteriormente entrar al departamento y darle un portazo a la puerta tras ellos.
— Me salvaste —suspiró con alivio. Sus oídos seguían chillando.
Ella se encogió de hombros y dejó asomar una sonrisa.
— Solo es cuestión de plantarse. —Volvió a mirarle, esta vez adquiriendo un tono más serio— Tenemos un jefe, en estos casos él tiene que dar la cara, tú no les debes nada.
— Apenas si podía hablar, Ali —rio.
— No importa, tú solo tenías que seguir avanzando, no pueden hacerte nada.
Lukas le dirigió una mirada divertida.
— Estás muy al tanto de cómo evitarlos.
— O quizás solo estoy preocupada luego de que Adam me llamara un viernes por la noche preguntándome si Maciel estaba conmigo.
Ouch.
Sabía que no iba a poder evitar el tema por mucho tiempo, pero no esperaba que Alicia se lo sacara en cara tan rápido.
— Ah, sobre eso, tal vez...hubo unas fallas de comunicación en el camino.
Ella arqueó una ceja. — ¿Solo unas fallas? Creo que pasó algo más que eso.
— Sí, bueno, es algo más largo que eso, pero que te quedes con que estoy bien es suficiente, ¿cierto?
— No.
La mirada de Alicia era tan intensa en ese momento que se sentía como si estuviese escarbando directamente sobre su alma.
— Te escribí el sábado, Ali, estoy bien-
— Te drogaron.
Lukas había intentado no decírselo tan explícitamente por teléfono, pero se le había hecho difícil el intentar disimular ese detalle.
— Sí, gracias por recordarme mi fracaso.
— No se trata de un fracaso, Lu —exclamó con exasperación—, se trata de cómo te sentirías si alguien te llamara por la madrugada preguntándote si sabe dónde estoy porque hace horas no sabe nada y luego tienes que conformarte con una explicación toda burda y-
— ¡Está bien! —le interrumpió—. Tienes-tienes razón en eso, aun...tengo que hablar mejor con Adam sobre todo esto, y podremos —vaciló— discutir el caso entre todos.
— De acuerdo —dijo sin sonar del todo convencida antes de desviar su atención hacia su celular—, tengo otro compromiso ahora, pero no pienses que vamos a dejarlo aquí.
— Nunca se me ocurrió tal cosa —intentó decir divertido, pero la expresión molesta de Alicia no le dio mucho lugar al poder bromear.
Solo cuando ella se alejó lo suficiente, Lukas tomó más noción de sus alrededores y de lo ajetreado que se veía todo, con sus compañeros yendo de un lado a otro, solo para que él cayera en cuenta de que ...Tenían a la jodida prensa ahí afuera.
Ay, carajo.
Había empezado su mañana haciendo el ridículo delante de los reporteros y hasta ahora se percataba de ello.
Maldijo internamente a quien sea que tuvo la idea de filtrar la información a las noticias y dificultar aún más su trabajo.
Visualizó su oficina entre todo el tránsito de personas y papeles antes de dar un paso en dirección a su lugar de trabajo, cuando una nueva voz se metió de por medio;
— ¡Oye, desaparecido!
Lukas se giró, un poco menos tenso, al reconocer la persona que le estaba llamando.
— Lo mismo podría decirte, Adam.
El nombrado se encogió de hombros con una sonrisa despreocupada.
— Sí, bueno, yo no era él que se desvaneció del bar.
Lukas le devolvió la sonrisa, solo para que se borrara al segundo siguiente de llevarse un vistazo total del rostro de Adam y del moretón sobre su mejilla izquierda.
— No sabía de eso —murmuró sin poder ocultar su sorpresa.
Adam se llevó una mano a su propia mejilla, como si hubiera olvidado que la herida estaba allí.
— No es nada —expresó con ligereza—, te dije que costaría un poco más para que me apuñalen.
De hecho, él y Adam habían alcanzado a aclarar lo más importante por teléfono, como que Lukas había visto a William, pero no había podido hacer nada al darse cuenta cómo se estaba sintiendo, sí, tuvo que omitir varias cosas y admitir que no había conseguido nada que pudiera incriminarlo. Mientras que Adam pasó por otros inconvenientes cuando fue al piso de arriba, como el hecho de que habían intentado emboscarlo un par de tipos, y él logró zafarse, solo que no había mencionado la parte donde le habrían golpeado en la cara.
Y, desafortunadamente, los tipos que lo encararon arriba escaparon, si era como decía Adam, habían sido tres contra uno, lo que hacía sonar como un milagro que estuviera en una pieza, pero, por otro lado, no debía de ser la primera vez que su compañero pasaba por una situación similar.
Si con similar implicaba que ya habían intentado molerlo a golpes antes, claro.
— Suena muy convincente —respondió, disimulando su consternación—. Y nunca me quedó claro que...llegaron a decirte esos tipos.
— ¿Además de que no me moviera o me volaban la cabeza? Nada relevante.
— Y ninguno de ellos era William.
Adam solo sacudió la cabeza en respuesta.
Sonaba muy conveniente, enviar a esos tipos arriba para mantener ocupado a Adam mientras que su blanco iba con Lukas. La idea de que el sospechoso estuviera tantos pasos delante no debería ser tan escalofriante, solo por el detalle que, de no ser por el tipo misterioso quizás no estaría teniendo esta conversación ahora mismo.
— Esa parte la tendrías que contar tú —dijo con suavidad, sin denotar acusación en su voz.
Aunque de igual modo se sintió como tal.
— Yo apenas recuerdo-
— Sí lo sé —le interrumpió—, la culpa la tiene el viejo senil. Pero esas no eran las novedades.
Eso levantó un poco sus ánimos. Por lo que había llegado a entender, seguían sin evidencia concreta que incriminara a su blanco.
— Conseguimos una orden para ingresar a la casa de este tipo.
Temo que luego de dejarte en tu casa no supe más nada
Pero dudo que haya vuelto a casa
— ¿De verdad?
— Toca ver si tenemos suerte...Y quería que discutamos esto más luego.
Lukas asintió. —Yo también, con Alicia, además, entre todos ya podríamos tener la evidencia suficiente para hacer algo.
— O dejar que la prensa nos coma vivos.
Oh. Casi olvidaba ese pequeño detalle.
— Bien, nos vemos para luego del desayuno, la inspección va a ser ahora supuestamente.
Con eso Adam tomó su propio camino, dejando que Lukas retomara su trayecto hacia su propia oficina con su humor un poco renovado luego de lo que fue su fracaso de la otra noche.
Si atrapaban a William estarían cada vez más cerca de desmantelar todo esto, aunque Lukas sentía que le faltaban sospechosos, una vez que tuvieran a uno el atrapar al resto debería de ser más fácil, ¿cierto?
Buscó su celular antes de sentarse frente a su escritorio con inicial curiosidad, no tenía mails nuevos, ni ningún mensaje importante tampoco...incluyendo a Marcus, quien Lukas sospechaba se había molestado con él es este último fin de semana cuando le evadió el tema de verse con una pobre excusa.
Le costaba admitirlo, pero, estaba dejando de ver tan factible el tener una relación más seria con alguien como él. Cuanto más lo pensaba, más sentía que eran muy diferentes entre sí, y bueno, si Marcus era de enojarse y luego preguntar cómo había sucedido la última vez, ya no creía tener la paciencia para aguantar esos berrinches.
Aun así, sabía que le debía una explicación o un algo. Solo que hoy no.
Salió de sus chats y sus ojos, entonces, viajaron al ícono de su casilla de mail.
Iniciar una conversación no fue tan difícil esta vez.
Dime que sabes de William.
Releyó el mensaje, casi arrepintiéndose de haberlo enviado, e intentó apartarlo para proseguir con sus informes pendientes pero la rapidez de la respuesta no ayudó en ello.
Buen día a ti también.
Y debo saber lo mismo que todo el mundo
Pero tú no eres todo el mundo.
Vaciló cuando sus dedos casi se resbalan en escribir sobre la orden de investigación en el hogar del sospechoso, no tenía que contarle eso, pero necesitaba pruebas para terminar con todo esto.
¿Él está detrás de la venta del polvo de ángel?
La respuesta corta sería que sí.
Pero no es tan fácil, hay más gente...
Como tú.
Muy halagador, pero no.
Ese es el trabajo de otro.
Pero sabes donde tienen las reservas.
Necesito saber eso.
Sí te confieso eso, van a saber que fui yo
Solo puedo decirte que están buscando mal
La respuesta está más cerca de lo que crees.
Lukas parpadeó mientras permaneció quieto en su lugar al intentar asimilar esas últimas palabras. Odiaba las adivinanzas. No, mejor dicho, odiaba que le dijera las cosas con tanta ambigüedad, como si fuera incapaz de ver lo obvio mientras el asesino tenía vía libre para seguir matando.
¿A qué se refería con cerca?
Cerca podía ser cualquier parte, desde la casa del sospechoso, el bar La Parada... El intentar pensar en todas las posibilidades ya le hacía doler la cabeza-
Al no saber que más decir, optó por alejar el celular y retomar sus tareas pendientes sino quería comerse la cabeza con las tropecientas teorías que podía comenzar a formular.
Los minutos siguientes transcurrieron con una inquietante lentitud, esperaba la hora del desayuno para reunirse de nuevo con Adam y Alicia, y solo cuando ya había pasado más de una hora desde que había retomado su informe, la llegada de otro mail se encargó de alterar la tranquilidad dentro de su oficina.
Detuvo todo lo que estaba haciendo al leer que se trataba del laboratorio forense.
Asunto: Resultados toxicológicos de Daniel Weir
Estimado Lukas,
a continuación, adjuntamos los resultados de los ensayos realizados sobre el cuerpo solicitado.
Dr. Francis Meyer
Admitiría que le sorprendía el recibir una respuesta tan pronta luego de todo lo que había que tenido que hacer por su propia cuenta en las últimas semanas.
Con tranquilidad, abrió el archivo enviado con los resultados necesarios, ignorando que pertenecía al pobre hombre mutilado que había encontrado hace no demasiado dentro de un basurero y procedió a leerlos como si fueran simples resultados de un ensayo escolar.
La sorpresa vino después, al toparse con una hoja casi blanca en su totalidad, siendo que sus notaciones se dedicaban a una única sustancia;
Fenciclidina (PCP): Negativo.
Negativo.
¿Qué?
La lectura de aquel simple dato le sentó como un golpe directo al estómago, la única conexión física que tenía entre todas sus víctimas. No podía ser negativo. Era como decirle que ese brutal asesinato era algo aparte, otro caso, y otro asesino diferente del cual preocuparse. No, no tenía sentido-
Su cabeza palpitó en ese instante y tuvo la necesidad de sujetarla con ambas manos.
Daniel Weir. ¿Cuándo había sido la última vez que había oído ese nombre? Había sido durante su charla con Francis, o eso creía recordar...
Charla, charla. No, esa no había sido la última vez.
Su sien volvió a palpitar mientras presionaba sus dedos sobre ella. Un recuerdo borroso brotó en su mente, había mucho ruido, música fuerte, olor a alcohol mientras que él luchaba para permanecer de pie, con...William en frente.
...Daniel Weir tampoco tenía que ver con esto...
Lo habían nombrado mientras estaba drogado, sí, la imagen de William mirando a su alrededor de algún modo se presentó en su mente y Lukas sintió que no podía ser un engaño.
Drogado, o como sea que hubiera estado, el sospechoso había nombrado a la víctima más reciente. Ahí estaba su respuesta.
Miró la hora antes de reabrir su mail.
Daniel Weir, dime que sabes de él entonces.
Y, sin esperar respuesta, salió a encontrarse con Adam y Alicia.
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Perdón por la demora, estuve de viaje y luego me enfermé : D
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