12. Pánico
El interior de su hogar se veía igual.
A pesar de que la presencia de aquel tipo misterioso fuera cada día más tangible allí dentro, de algún modo, se las arreglaba para dejar todo igual a como lo había encontrado, tan igual que causaba escalofríos de solo pensarlo.
Parecía loco que una persona tan meticulosa se hubiera dejado ver por alguien como Marcus. ¿O lo habría hecho a propósito?
La mera idea le puso los pelos de punta.
El acosador podría ser tan arrogante como para querer decirle que se paseaba por su casa sin problemas y que Lukas no podía hacer nada para evitarlo.
— ¿Pasó algo?
La voz de Marcus se interpuso entre sus pensamientos, casi haciéndole temblar en su lugar. La llave de Marcus, por supuesto, por eso era que estaba aquí. ¿Dónde la había dejado?
—Sí, perdón, creía que la había dejado por aquí —dijo al hacer referencia a la sala de estar donde se encontraban ahora—. Pero está en la cocina, soy un tonto.
Con suerte y estaba en la cocina, y, con menos suerte algún visitante no deseado se la habría llevado con el único fin de fastidiarlo un poco más.
Se detuvo ante aquella idea. Marcus había visto al tipo, podría darle una cara, una apariencia, un algo que le permitiera dejar de pensar en el acosador como un ente y más como en lo que verdaderamente era; una persona, tal como cualquiera, tal como Lukas.
Pudo adivinar por lo que Marcus había dicho, que no conocía a esa persona, pero tal vez Lukas sí, tal vez sea alguien que hubiera visto alguna vez...Su estómago dio un vuelco ante la idea; podría ser alguien a quien conociera, alguien que vería en su vida diaria e intercambiara palabra como si de nada se tratase.
Sus ojos recorrieron la cocina con rapidez antes de fijarse en un punto particular sobre su microondas. ¿Cómo había llegado ahí? Quiso pensar que él mismo la había colocado en ese lugar, pero a estas alturas, daba igual lo que quisiera pensar.
—Están aquí, —sonrió al agitar las llaves en el aire— en una pieza.
Se giró para entregárselas a Marcus, pero en cuanto depositó las llaves en la mano del otro notó que no soltó su agarre, y al instante siguiente estaba tirando de él, acortando la distancia al punto de que sus torsos chocaron entre sí al mismo tiempo que sintió otra mano aferrarse a su cintura.
—¿Qué haces-
—Te debo una disculpa —susurró en su oído—. ¿No?
—Yo...—¡Sí, idiota!—. Está bien, no es-
No pudo terminar la frase cuando la mano que sostenía su cintura abandonó su lugar y fue en búsqueda de su cuello, guiando sus labios hacia los suyos y capturándolos en un beso.
No había pasado tanto tiempo desde la última vez que se habían visto, pero en aquel momento se sintieron como semanas desde su último beso, como si fuera más información de la que Lukas lograra procesar.
La espalda de Lukas chocó contra la mesada que tenía detrás, dejando que un gemido involuntario se escapara de sus labios mientras que Marcus aprovechó para reducir aún más la distancia entre ellos.
—¿Esta es tu forma de disculparte? —alcanzó a susurrar cuando el otro libró sus labios en búsqueda de un poco de aire.
—Si es la forma en que quieres —sonrió antes de besar la comisura de su boca y deslizar una mano curiosa por su espalda deteniéndose peligrosamente cerca de la espalda baja de Lukas—. Podemos hacer algo al respecto.
Lukas se exaltó ligeramente al sentir el roce sobre su trasero, no era parte de su plan manosearse con Marcus dentro de la cocina, y, sin embargo, parte de él solo quería dejarlo hacer lo que quisiera si eso le ayudaba a olvidar lo que había oído antes.
Solo que, otra parte suya no quería a Marcus cerca, porque era un idiota, y porque Lukas no creía que Marcus se hubiera tragado su otra mentira, a no ser que fuera más idiota de lo que creía en aquel momento.
Además de que existía otro factor entrometiéndose en retomar lo pendiente del jueves pasado.
Sintió unos labios sobre su cuello, trazando una leve línea antes de detenerse sobre su pulso. Lukas se permitió echar la cabeza hacia atrás, solo un poco, casi expectante de saber que vendría luego, cuando creyó sentir unos dientes sobre su piel, como si Marcus se estuviese tentando en querer dejar una marca justo allí.
La sola sensación le hizo estremecer, pero no podía permitir eso, por más que un recóndito lugar de su mente se preguntara como sería el hacerlo en una cocina.
—Tengo que volver al trabajo —dijo contrario a sus pensamientos antes de besar su mejilla en un gesto dulce y después colocar sus manos sobre su pecho, apartándolo lo suficiente como para poder mirarlo.
—¿Estás en horario de trabajo? —preguntó incrédulo, como si hubiera olvidado la situación en la que se encontraban hace solo unos segundos.
Lukas asintió. —Tuve una emergencia con mi...madre, pero ya está bien —se apresuró en añadir eso último.
—Ya veo —dijo Marcus en algo similar a un gruñido y acabó por apartarse de él.
Solo cuando Lukas lo vio a Marcus amagar con girarse para luego marcharse, una vieja pregunta retomó su mente que se deslizó fuera de su boca antes de que tuviera control sobre ella.
— ¡Espera! Quería preguntarte... ¿Recuerdas cómo se veía el novio de mi hermana? —la mirada extrañada de Marcus no se hizo tardar y Lukas tuvo que forzarse en buscar una excusa más válida—. Es que yo, le había prestado una campera mía y aun me la debe —agregó con una risa.
La mirada extrañada de Marcus no se fue, y no lo culpaba, pero Lukas quería pensar que él no asumiría que era el tipo de persona que le robaría el novio a la hermana.
—Llevaba una capucha verde —sus ojos celestes se alejaron de los suyos—, pero lo vi de lejos, no puedo decir mucho más.
— Oh, no era el mío entonces —ni él se creía lo que había dicho—. Lo había tenido que dejar solo en casa, yo tuve un—
— No hace falta que me expliques, Lu —le cortó Marcus con algo similar a una sonrisa—. Fue mi error, conozco tu trabajo, tendría que haberte avisado.
Lukas se preguntó si el otro era consciente del tono de encantador que usaba o si le salía por simple casualidad. De cualquier modo, a más de uno haría olvidar ese comportamiento previo de enojarse antes de preguntar, Lukas, sin embargo, no se sentía parte de ese grupo ahora mismo.
— Tenías tus razones —curvó sus labios hacia arriba antes de mirarle—. Y aun te debo una salida decente.
— Depende de a lo que te refieras por decente.
A Lukas le tomó un par de largos segundos captar la indirecta en sus palabras previo a sentir el calor acumularse en sus mejillas y ver a Marcus comenzar a reírse por ello.
— Debería irme ya...—hizo una pausa en la que miró la puerta—. Nos vemos luego, entonces.
Lukas asintió vacilante antes de acompañarlo a la salida donde intercambiaron un último beso de despedida, como hacían las parejas normales, supuso.
Luego de eso, quedó solo de nuevo, dentro de cuatro paredes que se sentían de todo menos seguras actualmente, con una sensación de confusión que no supo cómo definir...Quería-se sentía molesto por como Marcus había reaccionado, pero parte de él pudo entender porque había llegado a pensar aquello.
En realidad, nadie tenía la culpa de lo que había pasado.
Excepto por alguien que no estaba presente ahora mismo.
Lukas, entonces, se preparó para irse, ignorando las distintas sensaciones que le estaban dando ahora mismo, justo cuando sus ojos se encontraron con la pizarra que no usaba desde aquel jueves...Sintió su aliento atascarse en su garganta al leer las palabras que evidentemente él no había escrito.
Te extrañe este fin de semana
Fue lindo volver a verte
Debería de haberse asustado, eso era lo que quería el tipo misterioso. Debería de haber entrado en pánico al recordar que tan solo esta mañana no había nada escrito en esa misma pizarra. Y, en cambio, el mirar esa letra descuidada con ese mensaje tan poco sutil, generó algo diferente dentro de él, similar a una oleada de enojo que alcanzó a descontrolar su temperamento en cuestión de segundos.
Con un movimiento brusco, buscó su celular y abrió su casilla de mail personal, encontrando al acto el mail del imbécil misterioso y sin pensarlo demasiado, escribió;
Quién mierda se supone que eres?
Para qué haces esto? Metiendo a mis conocidos? A mi hermana?
Estás demente. Y te voy a encontrar.
Envío el mensaje sin releerlo, sin nada, solo dejándose llevar por el hervor del momento, como si pudiera hacerle saber a esta persona que Lukas no estaba indefenso, que él no podría salirse con la suya así con tanta facilidad—
Cuando no obtuvo la respuesta inmediata que esperaba, solo entonces, Lukas se dio cuenta de lo idiota que había sido, y, con un largo suspiro de resignación salió de nuevo hacia su trabajo.
***
Lukas apenas pudo dormir durante las siguientes noches, su mente no dejaba de estar alerta, incluso cuando otra parte de su cerebro le decía que; si ese tipo hubiera querido hacerle algo, ya lo hubiera hecho.
Aun así, nada sucedía, y hasta a veces preferiría despertarse por la noche y encontrárselo hurgando entre sus cosas antes de seguir así. Sin una evidencia visual que le indicara que esta era la persona detrás de todo que llevaba quien sabe cuánto metiéndose dentro de su casa.
Era obvio que no podía seguir viviendo en aquella casa.
Tenía que conseguirse un departamento, o algo que fuera de más difícil acceso. Lukas incluso había comenzado a averiguar por otros sitios en alquiler, pero el contrato más próximo podía llegar a conseguirlo para dentro de un mes. Y un mes era mucho tiempo.
Podía tratar de conseguir otro lugar en donde quedarse por mientras, solo que poco grata fue su respuesta al darse cuenta que no tenía a donde ir. ¿A su viejo hogar? De ningún modo expondría a su madre y a su hermana, lo sucedido aquel lunes había sido ya suficiente. ¿Alicia? Menos, seguía siendo peligroso.
La verdad era que no había forma de salir de esta sin exponer a alguien más. Y Lukas no quería eso en su conciencia, ya tenía bastante con él mismo.
La otra idea era buscar asilo bajo el techo de Jade, lejos de este distrito, quizás podría dejar su vocación como criminalista y ser el niñero de sus ruidosos sobrinos hasta que consiguiera otra cosa menos suicida. Podría volver a trabajar dentro de un depósito, como había hecho durante su primer trabajo, seguro que ahí estaría menos expuesto.
Era una idea graciosa, y, de algún modo, la más factible.
Pero sabía que no podía hacer eso.
Solo le quedaba esperar que las cosas no empeoraran aún más durante el siguiente mes.
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Sé que es un capítulo corto, pero lo tuve que partir en dos, y me pareció un buen momento para dejarlo ahí. Además, quería subir algo considerando que la historia acaba de llegar a los 2k !! ❤❤
Muchas gracias por el apoyo y gracias por leer!! 💕💕
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