Relatos de Madrugada
(Manicomio Primera parte)
_________&&__________&&__________
Sus encuentros habían aumentado a medida que ella cada vez que salía de aquel viejo pozo en lo único que pensaba era en el atractivo demonio, corría bajo la lluvia, sin inmutarse porque el agua mojara su ropa, la misma que había estado eligiendo para verse un poco más bonita para él, durante una hora.
Corrió, y siguió corriendo sonriendo, mientras parecía danzar bajo el agua, sentía como cada gota delineaba su nivea piel , hasta que detuvo sus pasos al llegar a un prado ya muy conocido para ella.
No dijo absolutamente nada cuando se percató de su presencia y sintió como alguien la tomaba velozmente y en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraban sentados en la copa de un frondoso árbol de cerezos, el acariciaba con suavidad, con delicadeza su rostro mientras la observaba y se embriagaba de su aroma y de su belleza.
Kagome sonrojada susurró.
__ Hola Sessh __
El asintió con su cabeza y busco su boca, el demonio no sabía entablar una larga conversación, pero quería demostrarle que esos días la había extrañado, que su marca se sentía extraña cuando ella saltaba a ese viejo pozo, Incluso se sentía como si ella hubiese perdido la vida y eso lo inquietaba, pero no sabía cómo extenuarlo.
Kagome comprendió que algo le sucedía, asíque simplemente besó sus labios y acarició su frente, besando su luna menguante, había aprendido a leerlo por sus miradas.
__ Sucede algo?__ preguntó, acariciando su rostro, sesshomaru apoyo su mano sobre la de ella y negó con la cabeza.
__ Estaremos siempre juntos?__ preguntó, el ojidorado.
__ Es justamente lo que esta marca significa, no es así? __ preguntó, señalando su cuello y el asintió.
__ Sabes que nuestra relación es prohibida__
__ Nada, ni nadie nos podrá separar __ dijo, kagome besando su boca.
__ Eres mía humana, solo mía __
________&&_______&&___________
Kagome sintió un golpe metálico resonar y fue abriendo lentamente sus párpados, hasta sentir el choque intenso de luz blanca en sus ojos que terminó por despertarla abruptamente, abrió sus azules rápidamente, reconociendo de inmediato el lugar donde se encontraba.
-- no puede ser cierto--
La tristeza de la joven se apoderó de su ser, ella se econtraba otra vez, entre cuatro paredes blancas con una especie de acolchonamiento por si quería reventar su cabeza contra ella y una bata del mismo color, que a diferencia que la que tenía antes, está se econtraba pulcra, echo un vistazo sentándose con dificultad y su pierna se encontraba vendada, incluso su cuerpo se veía aseado.
-- Cómo es posible ?--
Se preguntaba la joven mientras se agarraba las rodillas y se mécia, tanto esfuerzo para escapar y la habían encontrado? Seguramente perdió la conciencia por mucho tiempo en la madrugada de aquella fría noche.
__ Su comida __ dijo, una voz femenina arrojando una charola por una mini ventada que estaba en la puerta de su habitación, claramente una enfermera de aquel neuropsiquiátrico, le había dejado su almuerzo o quizás su cena? Pues no lo sabría, porque no podía ubicarse en tiempo ni espacio, solo sabía que su realidad ahora, es que estaba nuevamente en aquel lugar olvidado por el mundo.
La Azabache sentía sus lágrimas caer y con su mano temblorosa limpio su rostro, tomo un pedazo de pan que había en la charola y comenzó a comer, tratando de tragar lentamente hasta que su garganta aceptaste el paso del alimento por esta.
-- A caso no tendré familia? --
La cabizbaja joven pensaba mucho las cosas, ya no la invadia la desesperación, era consciente que su plan de huir vaya a saber adonde había fallado, después de todo ni siquiera sabía si ese extraño ser que habitaba en sus recuerdos existía o si aquella profunda voz era solo producto de su imaginación.
-- El existe en mis sueños, en mí mente, por eso estoy aquí --
Sus piernas aún dolían demasiado cuando hacía cualquier tipo de movimiento asíque arrastró la charola hasta ella y la colocó sobre sus piernas para comer tranquilamente.
Al menos su estómago ya recibiría algo de alimento.
--debo evitar hablar de él, el no existe --
La ojiazul había descubierto que si ella dejaba de nombrar a ese hermoso e enigmático ser humanoide quizás no le darían sus secciones de electro-shocks, esas mismas que tanto la desbastaban y daño le hacían quemando sus recuerdos.
La azabache trataba de armar las piezas del rompecabeza, estas ya habían comenzado a tomar algo de forma.
Ya que estos días sin la electricidad en su cerebro retazos de quizás una vida pasada, llegaban a ella.
________&&_________&&__________
Los días y las noches transcurría, podía escucharse los gritos desgarradores de los otros habitantes del lugar en donde su vida se basaba mirar los detalles que se formaban en las paredes o quizás de tanto color blanco sus pupilas comenzaban a agotarse.
Llevaba dos semanas sin recibir electricidad en su cerebro, sin recibir cientos de pinchazos en sus brazos incluso ya podían apreciarse sin marcas.
Su pierna había comenzado a mejorar, pero aún lucia en mal estado, recibía cuidado todos los días y cambio de vendaje y algún que otro medicamento seguramente para combatir la clara infección.
Su cóctel de pastilla se había reducido a tres, dos antipsicóticos y una pastilla que la ayudaba a dormir.
Al cumplir el mes sin las terapias de Shock, le otorgaron poder salir al enorme jardín del lugar que apesar de ser un manicomio, podía detallarse el cuidado en cuanto a la jardinería.
Una enfermera amable que se veía un tanto mayor, la saco con cuidado en una silla de ruedas hasta al patio, dejándola cerca de un pequeña fuente donde unos pajaritos de bellos colores jugaban.
-- Es magnífico --
La ojiazul no tenía recuerdo de haber visto la luz del día, ella realmente no lo recordaba así pusiese el mayor de sus esfuerzo.
Kagome solo tenía recuerdos de la luz del día en sus sueños, ahí conocía un mundo diferente.
-- Porqué ya no puedo oírte? Porqué ya no puedo soñarte? --
La joven sonrió al ver cómo en su rodilla se posaba una pequeña mariposa de color naranja.
Estaba fascinada con cosas tan simples pero totalmente nuevas para ella, o al menos es lo que ella pensaba.
-- El nunca ha existido --
Kagome suspiró con profundo dolor y acarició la extraña marca de su cuello, cerrando los ojos en el proceso.
Solo quería volver a sentir la luz del día, y aunque su corazón le decía que todo lo que ella veía en sueños, o la voz que hace un mes ya no escuchaba en su cabeza, todo era real, su mente le decía que no.
Que ella debía estar allí, porque sufría de algún desequilibrio mental como toda la gente que estaba en ese tétrico hospital.
La joven dejo de pensar en aquello y se concentro en moverse con su nuevo vehículo, posó sus manos en las ruedas y giro paseando por el césped mientras veía como algunas de las personas, miraban la nada.
Otros jugaban al ajedrez y había unas mujeres que parecían cuidar de las plantas, observaba con curiosidad que ese lugar era habitados tanto por mujeres como por hombres y que aparentemente todos cursaban por diferentes tipo de edad.
-- Cuántos años tendré?--
Se preguntó, algo tan simple un dato personal el cual ella no tenía ni la más mínima idea pero, quizás en la próxima sesión con su Psiquiatra, se lo preguntaría, la mujer era una señora muy amable, su nombre era Tsubaki, ella lo recordaba, ya que era la única con quién había tenido charlas extensas, era quien le mostraba dibujos extraños y ella solo tenía que responder lo que quiera escuchar.
-- Me rendí, quiero ser libre--
Suspiró, cortando un pequeña flor y se la puso en sus ondulados cabellos que se mecían con la suave brisa de aquella bella tarde.
Posó una mano en su frente y se permitió con dificultad mirar el cielo, el sol..
El sol era dorado..
-- Como sus ojos--
Ese pensamiento vino rápidamente a su mente y una lágrima recorrió por su mejilla, se apresuró en quitarla con su mano, mirando hacia todos lados y suspiró al percartarse que nadie la estaba observando.
__ Señorita Higurashi __
Kagome giró su cabeza, viendo a la señora que vestía de azul , dando el pie que era personal de su lugar de residencia.
__ Natsuki __ respondió, dedicándole una leve sonrisa.
__ Es hora de ingresar, tus terapias comenzarán en 15 minutos preciosa __
La ojiazul asintió y sintió como ella la llevaba nuevamente hacia el interior de la institución
Había gente y ella iba tranquila porque sabía que aquella apartada habitación donde solían ser sus habituales torturas, no sería su destino.
__ La Dra. Tsubaki, ya no trabaja en este hospital. __
__ Qué? __ preguntó, la azabache mirando hacia arriba directamente a los marrones de la mujer quien la llevaba hasta la sala donde solo se efectuaban charlas y secciones en donde ella trataba de recordar cosas habituales como hace poquito tiempo se había enterado que le ecantaba dibujar mediantes estos encuentros con su doctora.
__ Tranquila preciosa, tendrás un nuevo Doctor __ dijo, abriendo la puerta de la enorme sala.
Kagome quedó sentada en su silla impaciente, no sabía porque se sentía así.
-- Cálmate , calmate, debes calmarte --
Se repetía en su mente, apretaba sus piernas con su manos , sintiendo el sudor en sus palmas.
-- Que me sucede?--
Se preguntó y llevo su mano hasta su marca de nacimiento y gimió en una clara muestra de dolor tratando de contener el grito que quería salir de su boca.
Se mordió su mano hasta sangrar cuando sintió la puerta abrir.
Los firmes pasos resonaron en sala vacía y el doctor tomó asiento frente a ella, colocando una carpeta en una pequeña mesa que los enfrentaba.
La joven seguía conteniendo el dolor, aún sin levantar la vista.
__ Buenas Tardes, Señorita Higurashi __
La azabache temblorosa levantó su cabeza y dorados con azules chocaron, su corazón se detuvo por unos momentos, su respiración se aceleró y sintió ahogarse.
-- No--
Ella no volvería a aquella habitación del pánico.
-- Atravesé un árbol y sentí sus ramas golpearme, este es el lugar que he estado soñando?--
-- Este es el lugar donde solíamos amarnos?--
El enigmático hombre la miraba sin apartar por un minuto su vista de sus ojos.
Lograba sentir todo lo que ells estaba experimentando.
-- No es un sueño, al fin la hemos encontrado --
__ Buenas Tardes, Doctor __ dijo, tratando de sonar normal.
Pero nada era normal en ese momento, y ella lo sabía.
Estaba en aquella sala sola con el enigmático ser quien tanto la había perturbado, debatiendo si vivía una realidad o un sueño.
__ Taisho, Dr. Sesshomaru Taisho__
-- Es él, no tienes marcas pero es, es él, está aquí --
__________&&________&&___________
Holis mí gente linda, cómo andan? Espero que super ❤️.
Uy se que de aquí me he desaparecido hace rato, y y eso que aquí entre nosotros es el género que más me gusta de todos, pero bueno yo hago un intento de crear misterio y terror aunque " Relatos de Madrugada" no es terror es algo raro y confuso jeje.
Bueno solo espero que les haya gustado ❤️ que me lo hagan saber con sus ⭐ y sus comentarios y ya que aquí tengo lectoras que no siguen mis otros fics, prometo que traeré alguna historia de terror para aquellas que entraron aquí por el miedo 😈. Una bien extensa que les haga congelar la sangre 👌😈
Leo sus hipótesis sobre estos cortos relatos 🤭❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro