Para nuestra tranquilidad lo que fueron los dos días siguientes al suceso con Gabriel, las cosas dejaron de ser tan...raras.

Principalmente porque Gabriel llegaba muy temprano en la mañana, casi no hacía ruido, solo por mi olfato y el oído de Leonardo sabíamos a qué horas exactamente llegaba a la casa y que hacía.

El hombre solo sacaba la regadera y se iba al jardín, allí pasaba media hora aproximadamente. Revisaba la nevera y luego de eso se iba. Solo ayer trajo más cosas, completo las cervezas y se fue. De resto en todo el día no apareció.

La mucama ,como había enunciado Gabriel era una mujer de mediana edad , muy amable y dulce, llegaba en silencio, organizaba nuestra cama, lavaba los baños, recogía la basura y luego de eso se iba. Con tranquilidad, no como todos los demás que huían.

Lo sabíamos bien, porque el primer día que ella llegó, Leonardo y yo estábamos pendientes de analizarla también. Al fin y al cabo éramos dos lobos, así este territorio fuera temporal era nuestro territorio. Y a ninguno nos gustaba que alguien entrara sin ser conocido. De preferencia que nadie entrara pero ya que teníamos que cumplir con algunos protocolos básicos. Tocaba por lo menos conocer a los "intrusos"

Dejamos de ponerle atención al tercer día pues siempre para esos horarios en qué ella llegaba estábamos abajo en la playa. Por lo que únicamente nos dábamos cuenta de la presencia de estas dos personas por nuestros sentidos, de resto era muy seguro que sí fuéramos humanos nisiquiera nos daríamos por enterados de la presencia de ellos.

Estaba sobre el pecho de Leonardo escuchando su corazón mientras pasaba mi mano por su piel haciendo figuras al azar ,mientras el sol del día me pegaba en la espalda con crueldad. Menos mal la piel se me recuperaba sino estaría rojo y ardido.

Leonardo dormitaba con su traje de baño puesto y ajustado y unas gafas de sol, se veía muy apuesto y muy tranquilo.

Pocas veces desde que estuve con el estos meses se veía tan tranquilo. Siempre en el club estaba ordenando , gruñendo, siendo el beta de Viktor , mirando mal a todos y siendo sinceramente un dolor en el culo. Pero el cambio había sido drástico cuando simplemente me miraba y se daba cuenta que yo estaba ahí. Eso era lo único que se necesitaba para poner una sonrisa en su rostro.

Eso me hacía sentir como de mil metros, me sentía agradecido con el mundo , con lo que fuera que estuviera que estarlo. Habíamos empezado muy mal , y pasamos años bastante difíciles. Había estado muy decepcionado de recibir la mordida sin conocer realmente a quién iba a pertenecer, y aunque no fuera una obligación, si era un ritual sagrado para nuestra especie que no podía ser simplemente olvidado. Es muy duro saber que estás comprometido a alguien que apenas y conoces o caso contrario tener una mordida para ignorar. Pero una vez nos reencontramos, una vez las heridas habían sanado y las palabras correctas se habían dicho todo mejoró. Y ahora estaba muy feliz de ser la persona receptora de las sonrisas de Leonardo.

- ¿En qué piensas cariño? - preguntó el sujeto de mis pensamientos.

- en qué te amo- respondí.

Leonardo alzó su cabeza y bajo sus lentes para mirarme sorprendido.

Un segundo después fui girado y quedé debajo de él.

- yo también te amo Jhon Jeferson, con todo lo que tengo y lo que no- me dijo

¿Qué más puedo hacer sino es sonreír como estúpido ?

Sus labios me recibieron con gozo y allí nos quedamos dándonos besos con toda la paz del mundo. Con el calor del sol en la espalda y el sonido del mar de fondo.

No necesitaba cuentos de hadas, solo un rico hombre al cual amar, sol y arena.

Y si se atravesaba un cerveza no caía mal.

Solo un rato después que me separé de los labios del hombre fue que me atreví a exponer otra duda que me rondaba la cabeza. Mi mano se fue inconsciente a dónde estaba la marca de Leonardo.

El lobo se quedó mirando el lugar con algo de aprehensión.

- no pongas esa cara, todo está bien- le dije - solo quería saber si has pensado en que yo no te he mordido...en qué...¿Quieres que yo lo haga?- le pregunté.

- si quiero Jhon, pero lo harás cuando tú lo desees, no quiero obligarte a nada- me dijo

- esta vez lo decidiremos juntos, cuando tú estés listo me dirás y cuando yo esté listo te diré- le dije antes de acercarme a su oído- aunque si te soy sincero no creo que quiera dejarte ir nunca -

Leonardo sonrió atrayendome de nuevo a sus brazos.

- estoy listo para estar contigo siempre- me dijo.

Casi una hora después subimos a la casa para comer . Un asado estaría bien, me desnude y me tiré en el suelo de la casa en mis cuatro patas mientras Leonardo se movía en la cocina. No era mi culpa que él fuera el encargado de cocinar.

Aunque yo siempre lavaba los platos , puede que unas veces más tarde que otras , pero lo hacía . Ya decía yo que valía más tarde que nunca.

Leonardo tampoco ponía problema al respecto.

Una vez terminó Leonardo me silbó pasando a mi lado con los platos camino al comedor.

Le gruñi y con rapidez le clave mis colmillos en el trasero.

-¡Jhon!- gritó Leonardo.

De inmediato volví a mi forma humana.

- ¿Que crees que soy un perro para silbarle así ?- le dije con una sonrisa en mi rostro.

Leonardo gruño

- ahora te vas a enterar que es una mordida de verdad- me amenazó el lobo.

- palabras- dije despreocupadamente mientras me sentaba a comer.

-¿Vas a comer desnudo ?- me preguntó.

Lo miré con la boca ya llena y el tenedor en el aire.

- maldita sea , ponte algo Jhon que me des concentras- me dijo Leonardo empezando a comer con cara de mártir.

Solo sonreí mientras me levantaba e iba por una bermuda. De bajada pasé por la sala principal. Pero por un segundo algo me llamó la atención. No había visto que en la casa habían retratos. Al lado del televisor en la parte inferior, habían unos cuantos portaretratos , en ellos habían fotos de parejas , familias pequeñas otras más númerosas o grupos de amigos, lo gracioso es que nadie posaba para la foto , habían sido tomadas de imprevisto. Bonitas fotos he de decir.

Alcé los hombros con descuido.

Tal vez serían de los dueños de la casa. Aunque eran demasiadas personas.

Volví al comedor , encontrando a Leonardo con medio plato terminado.

- si que tenías hambre- le dije .

Este tomó agua antes de responderme.

- no creas, aún las tengo - me respondió. Está vez fue mi turno de soltar la carcajada. Amaba que el italiano me siguiera el juego con los dobles sentidos.

Una vez terminamos de comer , y organizarnos un poco. Llamé a Mike , lo mismo hizo Leonardo pero con Viktor.

Comunicarse no solo con la familia o la manada sino con nuestros alfas era algo tan necesario como respirar. Yo siempre necesitaba saber cómo estaban mis hermanos, mis primos, la hacienda , los animales. Media de mi alma estaba allá con mi familia, la otra se la estaba robando Leonardo.

Horas más tarde, cuándo ya la noche había caído en todo su esplendor, cerramos todo, encendimos la televisión de la habitación y nos quedamos allí pasando el rato.

Bueno mi rato consistía en besar el abdomen de Leonardo e ir bajando , retirando la única prenda que tenía, que era su ropa interior y entreteniedome con su miembro que me saludaba bien orgulloso.

Estaba en mi labor cuando un sonido me hizo quedar estático. Abrí mis ojos y miré a Leonardo , este también me miró. Pero no nos movimos .

Cambié mi posición lentamente, ubicando mi espalda frente a la ventana con mi cuerpo aún sobre Leonardo y de forma lenta saque su pene de mi boca.

-¿Escuchaste eso verdad ?- le pregunté

Leonardo frunció el ceño

- si, lo escuché, aparte del flash de la cámara ,puedo escuchar el corazón de un ser vivo- me dijo el lobo.

- huele a humano, estoy seguro - le dije concentrándome - si , solo es una persona-

- si nos movemos más daremos alerta de que escuchamos , sería físicamente imposible si creen que somos humanos- dijo Leonardo

- es humano , pero no huele al raro de el señor Gabriel, no reconozco el olor- le comenté.

- si , yo tampoco aunque... no se me hace desconocido del todo- gruñó Leonardo- ¿Cómo salir a verificar sí siento que en este momento alguien nos observa?- dijo bastante molesto .

-Por la posición en la que estoy. Te aseguro que no están viendo que estoy haciendo, lógicamente se puede suponer - aclare antes de suspirar.

- ¿Quien diablos será tan pervertido?- pregunté molesto.

Toda la emoción e incluso la erección de Leonardo iban para abajo.

Lástima.

El sonido de otro Click de cámara nos hizo tensar aún más.

- esto no me está gustando Leonardo- me quejé.

- tendremos que esperar a que se vaya para poder seguir el rastro- me dijo, lo miré preocupado.

¿Cuánto tendríamos que esperar?

Otro Click me cayó como agua fría.

- será una noche larga - exclamé frustrado.