De vuelta a casa I
Y justamente viendo lo que estaba frente a mi, pensé en que nada podía prepararme para las mil y un situaciones que el futuro podría ofrecer.
Pensé que al haber acabado con aquella mujer e incendiar todo, podríamos salir con Audrey rápidamente del pueblo sin quedar involucrados en ningún crimen.
Que todo iba a salir de maravilla.
Pues no.
No pasó así y tampoco tenía idea de que hacer.
Estaba allí parado en la sala de la casa de Gabriel, con Leonardo a mi lado.
Ambos nos miramos , diciéndonos con los ojos:
¡¿Que mierda vamos a hacer?!
Toda la sala estaba revuelta , sillas rotas, vidrios, los muebles corridos. Signos de que lo que hubo aquí fue una pelea.
Ni Audrey ni Gabriel estaban. Solo sus olores. Indicándonos que efectivamente ellos habían sido los autores de dicho desorden.
El problema radicaba en qué los olores estaban alrededor de la propiedad, hasta en el jardín .
- tal vez Audrey intento huir de lo que pasó aquí , corrió afuera y Gabriel lo siguió- dijo Leonardo moviéndose por todo el lugar.
Lo seguí afuera intentando captar un rastro.
Esperaba que el chico estuviera bien.
Leonardo camino alrededor del patio trasero y tomó camino al bosque. Lo seguí.
Los olores se dispersaban alrededor, pero había un sector más fuerte.
Al acercarnos el primer golpe de realidad llegó a mi nariz con el olor de la sangre, claramente de Audrey.
- va herido- dijo Leonardo mirando las ramas que abrían paso a un sendero - está en las ramas, tal vez rasguños en su piel, no es mucho -
Suspiré.
- debemos encontrarlo rápido. Y esto será un lío, se supone que debemos salir de aquí antes de que nos relacionen- le dije al italiano.
- no tenemos mucho tiempo, esto es un pueblos pequeño, el incendio ya debió alertar a las autoridades, y sí seguimos por aquí, se darán cuenta de inmediato que somos extranjeros. Nos detendrán como primeros sospechosos-
- aunque tu conclusión es excelente Leonardo, no ayuda a mis nervios y es lo menos positiva de esta vida - le dije suspirando pesadamente.
- no te niego que así es, pero es la realidad- respondió.
Solo asentí mirando al interior del bosque.
- sigamos su rastro, debemos apresurarnos- fue todo lo que concluí tomando marcha.
El camino aunque estaba lleno de árboles , ramas y pequeños troncos caídos o cortados, era visible , y las marcas de las huellas y el olor de ambos hombres nos llevó casi hasta el centro del bosque. Bastante alejados del pueblo.
- Jhon mira esto- me dijo Leonardo señalando el suelo.
- hay una bifurcación- susurré.
Los caminos se separaban. Las huellas de Audrey ya no se marcaban pues el terreno al ser más seco dejaba de mostrar un rastro en el suelo pero sabíamos que él había tomado ese camino por su olor. En cambio el de Gabriel había tomado otra dirección.
- rápido- le dije a Leonardo siguiendo a toda prisa el rastro de Audrey.
Casi diez minutos después escuché su corazón. Leonardo en un segundo estaba a mi lado.
Cuando llegué a una zona mucho más densa de arbustos, ramas y piedras. Encontré al chico hecho un ovillo justo detrás de una piedra de tamaño mediano.
- Audrey- lo llamé suavemente haciéndome frente a él.
Él chico solo se abrazo más .
- Audrey somos nosotros, los turistas de la casa ,Jhon y Leonardo-
- es mejor que se vayan- susurró.
Quite con delicadeza una de sus manos, al inicio el chico puso resistencia. Solo insistí un poco y el cedió. Cuando alzo su rostro, mi corazón se rompió.
¿Cómo un padre podía hacerle tal cosa a su hijo? ,¿Cómo podía un ser hacerle esto a otro que se supone debe proteger?
Mi padre siempre fue tan amoroso, tan protector, tan recto que fue el ejemplo de lo que hoy es Mike ,Nico e incluso yo, por más loco que fuera, podía decir que todas sus enseñanzas, disciplina y amor habían quedado en mi forma de ser.
Por algo la hacienda se había convertido en una correccional con sentido, con oportunidades para los que habían perdido el camino.
Pero ahora viendo, el gran golpe que tenía en su pómulo sobre las heridas viejas, su nariz rota, y heridas que al pasar las horas seguro se hincharian, podía decir que de verdad habían monstruos y no eran los que tenían colmillos y garras.
Miré a Leonardo detrás de mi.
Su mirada era contrariada. Su ceño profundo esta vez mostraba rabia y a la vez una gran impotencia al ver al joven así.
-¿Tienes más heridas?- le pregunté
Audrey suspiró
- no lo sé- me dijo sin mucho ánimo
- todo paso muy rápido-
Lo miré por un segundo pensando mis palabras. Esperaba que esto no sonará muy extraño. Pero simplemente mi moral no permitía dejar a alguien de esta manera abandonado a su suerte.
- puede que ahora mismo no quieras hablar de ello, y te entiendo no tienes porqué hacerlo, pero nuestra propuesta sigue en pie...¿Quieres nuestra ayuda? Sé que somos extraños para ti y esto es lo menos legal. Pero sinceramente nada de lo que está ocurriendo aquí es mínimamente normal, así que ¿Vendrías con nosotros?-
- yo solo quería respuestas - dijo Audrey - tampoco quería que algo más siguiera ocurriendo en esa casa y... luego todo se salió de control con papá...yo no sé que pensar o que hacer- confesó
- ven con nosotros, no eres un niño puedes decidir que hacer con tu vida, aunque aún no es legal, muy pronto lo serás. Ya miraremos como organizamos tu situación. Por ahora es tu vida la que intentamos salvar- le dijo Leonardo.
-¿Y cómo puedo estar seguro que mi vida no correrá más peligro con ustedes?- preguntó el chico de nuevo. Y era bastante entendible su temor.
- no podemos prometer que ningún peligro se cruce, pero de que venga de nosotros, podemos darte solo nuestra palabra, solo los hechos en el tiempo te mostrarán si somos dignos de tu confianza- esta vez respondió Leonardo. Le sonreí. Siempre con las palabras precisas.
El chico asintió de inmediato.
Le ayudé a levantarse mientras tomábamos rumbo de nuevo.
Solo unos minutos después Audrey se atrevió a hablar.
-¿Me dirán que ocurrió allá?- preguntó mientras iba apoyado en mi hombro.
-¿Nos creerías si lo que te dijeramos suena a completa locura?, ¡A lo más descabellado! - le pregunté.
Audrey me miró y luego miró a Leonardo.
-¿Así de grave fue?- preguntó asustado.
Sonreí .
- más bien bastante loco y sangriento- le dije.
Audrey me miró horrorizado.
-¿Alguien murió?- preguntó
- solo responder que si sin el contexto sonará terriblemente mal - dijo Leonardo frente a nosotros.
El chico me miró.
-¿Crees en criaturas mitológicas ?, ¿Leyendas ?, ¿Cuentos? ¿El ratón Pérez?- le pregunté.
- por supuesto que no, aunque... puedo decir que cuando cuentan esas historias da miedo- respondió.
-¿El ratón Pérez te asusta ?- le pregunté en broma.
Audrey intento sonreír aunque no le salió muy bien.
- sabiendo que son los padres quien hacen eso, el mío efectivamente si- respondió.
No era exactamente a dónde quería llevar la conversación.
- solo no nos desviemos del tema. Dejémoslo en sobrenaturales, aunque esos cuentos son un asco, dejemos el concepto básico de otro ser vivo que simplemente no es de la especie humana - le dije intentando ser serio .
-¿Te refieres a vampiros , hombres lobo, el hombre de la nieves?- preguntó mirándome raro.
Escuché la risita de Leonardo al frente. ¡Esto es malditamente difícil de explicar! No quería que saliera corriendo ahora que teníamos parte de su confianza.
- saquemos a los vampiros de ahí, aún no conozco ninguno , no existen...creo- le dije de mala manera - y al hombre de las nieves , tampoco, aunque con tanta cosa loca que está saliendo por ahí vaya a saber uno si existen - divague.
- lo estás enredando más Jhon - me dijo Leonardo. Aunque iba frente a nosotros y solo podía ver su espalda desnuda y los pantalones de deporte que llevaba. Me imaginé la sonrisa de burla que debía llevar.
Bufé .
- hago mi mejor intento para no sonar como un loco -
-¿Me están queriendo decir que ustedes son hombres lobo?- nos preguntó Audrey deteniendo su paso.
- genial ¿No?- respondí.
Leonardo giró mirándome con una ceja alzada. Miré a Audrey.
Su ceño se profundizó.
- ¿Pueden cambiar?, ¿Mostrarme ? Para no pensar que el golpe que mi padre me dió me dejó una contusión cerebral y estoy alucinando o tal vez medio muerto en algún hospital- razonó.
- no habrá problema , si nos crees podemos serte sinceros con toda la situación- le dije - Leonardo puedes hacernos el honor- le dije al italiano.
- creo que no podré hacer ningún honor - dijo leo parando su caminar
- tu ratón Pérez viene en camino-
Alcé mi nariz al aire.
- y no viene solo - dije con el estrés subiendo a mis hombros - hay mínimamente 10 hombres con él - completé.
-¿Qué?- susurró Audrey.
- tenemos que salir de este pueblo ya mismo- dijo Audrey de inmediato- si nos encuentran papá dirá que fueron ustedes,y si me llevan con él, el castigo será peor, debe de estar furioso porque escape -
- y terminamos nosotros en la cárcel y me niego a que mis vacaciones terminen en la cárcel - dije agachándome de inmediato para poder cargar a Audrey- sube a mi espalda. No tenemos tiempo -
- ¿Seguro?- preguntó.
- sube, necesitamos correr para salir de aquí en tiempo récord- dijo Leonardo tomando las maletas que de por sí ya llevábamos. Éramos literalmente un cargamento. Demasiado notorios. Esto cada vez era peor.
El estrés se veía reflejado en el sudor que caía de mi frente. Ni siquiera era por el esfuerzo de llevar a Audrey. No era un chico delgado pero tampoco tenía el músculo suficiente para pesar significativamente. Y estaba casi seguro por los movimientos de Audrey que las heridas que tenía eran mayores a las que mostraba su rostro. Iba a necesitar revisión apenas estuviéramos a salvó.
-¿Alguna idea para salir de esta isla?- preguntó Leonardo mientras llegábamos a un claro. Nos agachamos para revisar el terreno antes de correr hasta el otro extremo.
- lo mejor será salir en los barcos- sugirió Audrey
- maldición, llegar ahí será imposible ¿cómo cruzamos el pueblo?- pregunté sin dejar mi carrera - y serán horas en este maldito bote- me queje.
- creo saber quién nos puede ayudar pero no sé que tanto sea posible confiar en él- habló el chico.
Fue en ese instante que escuchamos un disparo al aire. Y el sonido a la lejanía de perros junto con el batallón de humanos. Nos estaban rastreando.
¿Cuando aparecieron los perros?
Miré a Leonardo de inmediato
- no pueden saber que nosotros estábamos con Audrey, Gabriel no sabe que lo conocemos, no hay nada que nos conecte - expliqué.
- con la casa incendiada puede decir lo que quiera y le creerán- respondió Leo.
-¡¿Incendiaron la casa?!- preguntó Audrey con un nivel de voz mayor.
- me vas a dejar sordo Audrey- le comenté sin poder dejar la sonrisa. ¿Le sorprendía más esto que mi historia sobre lo sobrenatural?
Aunque fue pésima ciertamente.
- lo siento - se disculpó
- historia larga para un momento menos complicado - respondió Leonardo mirando a Audrey - dinos ¿A quien tienes en mente ?-
Sabía que está idea no me iba a gustar.
Y efectivamente no me gustó.
Luego de seguir huyendo a toda capacidad llegamos a las cercanías del pueblo, esta vez hasta un sector que desconocíamos por completo. Audrey bajo de mi espalda cuando llegamos a la puerta de una casa. Alrededor la madera cerraba las puertas y ventanas. No era un lugar muy agradable.
Audrey tocó la puerta.
Y en ese momento salió una cara conocida.
Maldita.vida.
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