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Cementerio

No habían pasado más de unas cuantas horas desde el deceso de la abuela, y yo me encontraba en su casa, había logrado encontrar entre todos los papeles de Adelaine el número de Antonio, su medio hermano. Eran cerca de las cinco de la mañana, pero conociendo a los ancianos esto era como la hora feliz para despertarse.

Que horror.

Sin esperar más marqué su número.
Me limpie las lágrimas de la cara con brusquedad, respire y espere a que la línea dejara de sonar.

- ¿Quién habla?- fue la pregunta brusca de un hombre mayor.

- Buenos días don Antonio, soy Zackarías, tengo noticias importantes sobre su hermana Adelaine- fue lo primero que dije de manera formal.

Los siguientes 30 minutos fueron una gran tortura, pues tenía que tener la paciencia y la fortaleza para relatar lo sucedido y que de forma concisa don Antonio entendiera que debíamos actuar rápido.

El cuerpo de la abuela lo entregarían tal vez en unas cuantas horas, pues al ser muerte natural, no tardarían mucho para dar el permiso.

Don Antonio, aunque afligido, fue rápido y consciente, de una vez me dijo el nombre del cementerio y el terreno que la familia de ellos tenían separado. Le entregué el número de mi administrador para que se pusieran en contacto y organizarán todos los servicios funebres.

Sonreí al escuchar al anciano, que no lo conocía en persona, solo en nombre e historias, dándome órdenes de todo lo que debíamos hacer para darle a Adelaine una despedida agradable.

En otras circunstancias no me hubiera agradado el anciano por ser tan mandon pero ya que estaba sobre la poca cordura que tenía mi mente. Aceptaría cualquier ayuda, ya después me dejaría caer en cualquier rincón a sufrir mi pérdida y a odiar a todo el mundo.

Llamé a Carl para darle las noticias, y salí de nuevo, esta vez con dirección a mi apartamento. Agradecía enormemente a Dami, mi jefe de seguridad que justo ahora hacia de chófer, mi mente estaba en tantos lugares que de milagro lograba concentrarme para hablar.

Tanto Dami como Ian eran dos chicos que habían estado trabajando conmigo durante más de diez años. Eran familia, y los en que más confiaba luego de maxi. Los dos hombres iban adelante en completo silencio, y aunque habían terminado su turno en la madrugada cuando cerramos la disco, ellos seguían allí sin ninguna queja.

De verdad los apreciaba.

Al llegar simplemente tome un baño rápido, me cambié por un conjunto oscuro y una gafas y salí de nuevo al hospital.

Para cuándo todo estuvo listo, eran apenas las ocho de la mañana. Los servicios fúnebres se llevaron a Adelaine para prepararla, y a las dos de la tarde sería el entierro en el mausoleo de don Antonio, en las tierras del Oeste.

Max estaba más tranquilo para esta hora y con atención escucho todo el proceso. Con un abrazo nos quedamos allí un rato hasta que fue momento de salir.

- te llevaremos Zack- fueron las palabras de max- irán dos camionetas, el alfa Tomilson y algunos de los miembros de la manada me acompañaran. No hay ningún problema con que tú vengas -

- max , maxi , mi inocente max - le dije mientras pasaba una mano por su hombro y lo acercaba a mi, susurrándole - yo puedo estar mal, bastante corrido de la cabeza, pero ni en estás circunstancias me iría con esos lobos, menos con Tomilson, a ti te agradan los peludos esos , a mi no , así que no te preocupes, Dam e Ian me llevarán-

-¿ Seguro? , Son varias horas de viaje ¿Estarás bien solo ?- me preguntó con precaución.

Le di un beso en la mejilla.

- sí cuando llegues allá no estoy, llámame , sino contesto es que estoy muerto en alguna vía -

-¡ZACK!- me gritó mientras mandaba un golpe - ¡con esas mierdas no se juega!, Maldito idiota-

- también te amo , nos vemos -le dije retirándome, alcé mi mano a lo lejos hacia Carl que esperaba a maxi.

Su cara me decía prácticamente que no podía conmigo. Sonreí y seguí mi rumbo. Tenía un camino largo que recorrer.

                                (...)

Cuando Carl subió al auto , cerró la puerta y dió la orden de arrancar.

Pues solo faltaban max , zack y Carl por subir a los autos. De resto ya todos los pocos que íbamos de la manada estábamos listos. Tomilson y Dalí, Evans , Carl obviamente y mi persona.

- ¿Y Zack? - pregunté cuando no ví al rubio subir a ninguno de los dos autos.

- no viene con nosotros- respondió max- llegará allá, espero que llegué- dijo refunfuñando.

Frunci el ceño sin entender a qué se refería. Pues todos nosotros veníamos desde la casa principal de la manada y solo paramos a las afueras del hospital para recogerlos.

De verdad esperaba que el rubio subiera con nosotros.

Solo asentí y me quedé allí , mirando el horizonte hacia un camino que ya me sabía de memoria. Desde estos últimos meses con el proyecto del hospital, el camino al oeste ya era una rutina en mi vida, incluso el rancho de Los Jeferson, ellos de igual manera para esta situación muy amablemente nos habían ofrecido posada mientras sucedía la ceremonia de Adelaine.

Sabía que Leonardo y Jhon se habían mudado al centro del pueblo, junto con un miembro nuevo en la manada , un chico de nombre Audrey, por otro lado Nicholas y Dave pasaban ocasionalmente a la casa principal también, así que por ahora había espacio para quedarnos un par de días.

El cementerio del pueblo se ubicaba unas calles más abajo del centro y bastante retirado de las haciendas principales.

Don Antonio y los Jeferson ya se encontraban allí cuando descendimos. Mike y Peter fueron los primeros en recibirnos, más allá estaba Dave y Nicholas que amablemente nos saludaron, además de Elena.

El resto de ellos se habían quedado en la hacienda, pues el lugar nunca quedaba solo y tenía que seguir moviéndose. Eso fue lo que Mike expuso.

Y aunque todos seguían hablando entre ellos, mi mente estaba concentrada en todas las palabras que max le decía a Carl con desespero.

- ¿y sí al muy idiota de verdad le pasó algo?- le preguntaba el chico a Carl.

- max , sabes cómo es zack,no lo decía enserio, muy pronto deben llegar-

- ellos venían en un auto más rápido ya tendrían que haber llegado- repetía el más bajo.

Y esas palabras me tenían con el estrés subiendo me a los hombros.

¿ porque estaba tan preocupado max? , ¿Le pasaría algo al rubio?

El aire entró a mis pulmones cuando un auto Mercedes-Benz color plata llegó al lugar.

Sentí de nuevo ese olor particular a menta que solo salía del cuerpo de zack. Sabía bien que mi esposa, fue mi pareja , ella lo era, aunque su olor era más dulce . Por ello volver a oler ese aroma particular y extraño que remueve todos mis instintos, que me hace sentir de mil maneras incomprensibles, donde sé que mi naturaleza animal reclama a aquel ser con ansias extremas, era una verdadera sorpresa.

Aún no lo procesaba.

Y de nuevo me quedé sin aire, cuando aquel hombre bajó, usando unas gafas oscuras y un traje de igual color.

Jamás había sentido la particular atracción hacia los hombres, de hecho hacia nadie después de mi pérdida. Pero podía legalmente decir que era un tipo apuesto. Zack de verdad lo era.

Y sabiendo que significaba para mí , la atracción era tres veces más fuerte.

- deja de mirarlo tan fijo Damián- fue el susurro de Tomilson a mi lado.

- lo intento, pero es imposible, nisiquiera logro procesar la idea - le dije de nuevo.

- debe de haber una explicación para esto - comentó el alfa.

- de verdad me gustaría escucharla- fue mi respuesta.

Edward era mi alfa, pero yo podía darme el lujo de hablarle de igual a igual casi siempre. De alguna manera aunque no fuera muy notorio, Edward tenía extrema confianza y respeto hacia mi persona. Por ello mismo no respondía nada más. Sabía que el tema me tenía trastocado, y hablarlo solo me generaba más angustia y él lo sabía bien.

Cuando zack saludo a max y luego agradeció a Don Antonio, el dueño de la hacienda vecina de los Jeferson, y hermano de Adelaine, camino hacia nosotros, ese fue el preciso momento en que sentí mi corazón parar, por muy biológicamente imposible que sonará la frase, pues estaría como mínimo inconsciente con altas probabilidades a morir. Pero podía jurar que así se sentía.

- allí viene- dijo Tomilson con cierto tono divertido en su voz.

- no me hagas odiarte Edward- susurré.

Zack se retiró su gafas frente a nosotros. Asintió hacia Tomilson.

- gracias- fue todo lo que le dijo. Por algún motivo sentí ese gracias algo forzado. Ví a lo lejos como Carl se tensaba sin dejar su vista fija en nosotros.

¿Qué le molestaba a zack de nosotros?

Luego sus ojos se fueron a los míos. Y mi mundo cayó.

- ¿Usted fue el médico de Adelaine , verdad?- fue su pregunta, noté como sus ojos se movían con detalle sobre mí. El estómago se me revolvió.

- si, soy Damián, un gusto conocerte Zackarías, tu abuela me hablaba mucho de ti- le dije amablemente ofreciendo mi mano.

Zack me miró detalladamente antes de suspirar y corresponder mi mano.

- un gusto, y muchas gracias por cuidar de ella - fue todo lo que me dijo antes de subir sus gafas de nuevo - con permiso - dijo antes de seguir hacia un poco más al fondo donde estaban preparando la ceremonia.

- eso fue extraño, parece que no le agradamos mucho ¿Estás seguro Damián de que es tu pareja ?- me preguntó Tomilson.

Solo calle mirando la figura de zack caminando.

- no tengo duda - respondí con un pequeño malestar, Zack no se veía y no actuaba como el niño loco , divertido y cariñoso que Adelaine comentaba tanto. Quería creer que su actitud distante que mostraba hacia nosotros era solo por su perdida, y no por ser... nosotros precisamente.

Suspiré profundamente sintiendo la mano de Edward dándome unas cuantas palmadas de aliento.

- ¿Peter?- mi mirada se fue rápidamente a ubicar la voz de zack. Lo encontré frente a Mike y Peter.  Más allá ví como max y Carl se acercaban a los nombrados.

-¿El pequeño zack de la calle Western?- preguntó Peter .

Ese fue mi momento para mirar a Tomilson con terror ¿Y estos dos como se conocían?

Conocí a Peter desde que apenas era un niño, aunque nunca tuve mucho contacto con él, ni con ninguno de sus hermanos, pues aunque Tomilson había escogido un camino sucio y difícil para salir adelante con la manada, yo me había quedado bastante atareado con los enfermos y heridos que llegaban a diario a la manada. Sin contar con las otras manadas que no tenían recursos ni médicos en sus manadas.

Realmente fueron tiempos muy duros y muy a mi pesar nunca estuve cerca de aquellos tres niños, aunque sabía a detalle sus vidas, pero el trabajo fue demasiado para estar al tanto de todo lo malo que sucedió en aquellas épocas. Sé que Edward carga con un peso sobre su alma y corazón bastante grande, uno que dudo mucho que algún día se perdone completamente.

                             (...)

No puedo decir que estaba muy feliz cuando me baje del auto y vi los presentes en el cementerio. Era lógico pensar que estaría la manada de Tomilson, al menos algunos de ellos , pues max pertenecía a su manada y eran sus amigos, por mucho que yo no fuera simpatizante, max siempre amo a los pulgosos.

Por otro lado Don Antonio, y dos de sus capataces estaban obviamente presentes, y el pésame y un saludo, fue lo primero que me dieron al presentarme.

La ceremonia se realizaba en el mausoleo de la familia de Don Antonio y por ende el único sendero que iba hacia allí, era el que precisamente estaba lleno de todas las personas.

Y con el ánimo de mierda que yo llevaba.

Max estaba en su ambiente, con su novio calvo, sus amigos, con los que vivía a diario.

Yo me sentía...perdido.

Cuando mí vista se dirigió a los primeros dos hombres frente a mi, me di cuenta que tenía que pasar al lado del alfa y  al que al mirar detalladamente me di cuenta que era el médico que me había atendido cuando la noticia de la muerte de mi abuela llegó con fuerza y el que cuidaba de ella. Damián.

Mi cerebro me decía , sé un grosero zack y pasa de largo.

Pero el lado amable de mi cerebro decía , ¿Pero serás burro? Sí al menos aquel lobo cuidaba a tu abuela.

Así que sin remedio, saludé,  a Tomilson lo más breve posible y a Damián como se presentó , si correspondi con un poco más de ánimo. El hombre para que decirlo, tenía una cálida mirada, una que hace mucho nadie me había dado.

Dulce, era la única palabra para describirlo. Un hombre alto y de gran tamaño. Y de unos impactantes ojos verdes.

Solo me quedó suspirar, en una ocasión diferente estaría diciéndole al menos unas dos indirectas cada tres minutos. Aunque era un lobo, lástima, tendrían que ser una indirecta por hora.

O tal vez simplemente pasar de largo.

Me despedí de ellos y seguí mi camino.

Y vaya sorpresa que me encontré con la siguiente manada de cuadrupedos .

Peter.

No es que lo conociera realmente. Simplemente su nombre era bastante conocido en las calles hace varios años.

-¿El pequeño zack de la calle Western?- preguntó Peter .

Y si por su culpa me habían sacado de una de mis calles, al menos eso me llevo a qué mi queridísimo policía, me dejara en paz

-¿Y tú no estabas muerto?- le pregunté.

-¿Cuál de todas las veces?- respondió.

Solo negué - no quiero saberlo- fue todo lo que dije. Peter sonrió.

- Este es Mike Jeferson- presentó al hombre el cual asintió - y su familia-  dijo señalando al resto de presentes.

- estamos dándole nuestro apoyo a la familia del señor Antonio- habló el Jeferson- y de igual manera a la manada de Tomilson, mi más sentido pésame- fueron sus palabras.

Asentí.

- lo siento mucho- dijo Peter esta vez más serio.

- max y yo se los agradecemos mucho- fue todo lo que dije justo antes de dejarlos y acercarme de nuevo a mi pequeño max .

Carl se quedó allí detrás de nosotros. Mientras tomábamos el sendero hacia dónde todo estaba preparado.

Maxi tuvo la valentía de dar las últimas palabras mientras yo me quedaba allí dejando que debajo de las gafas oscuras cayeran las lágrimas necesarias para despedirme finalmente de una de las personas más amadas.

Me iba a hacer muchísima falta.

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